miércoles, 29 de agosto de 2018

La Zona Gris

En la vida tenemos que enfrentarnos a demasiadas incertidumbres y siempre nos faltan datos reales y verdaderos. Debemos aprender a navegar por la “Zona Gris” (ZG) donde las cosas NO están bien definidas. Antes bien, son misteriosas, desordenadas, ruidosas y caóticas. Las fronteras entre el bien y el mal, la culpa y la inocencia, lo racional y lo irracional, y lo deliberado y lo accidental son borrosas. La zona ZG es peligrosa porque se presta al sensacionalismo y a la emotividad. 
Los titulares están llenos de historias acerca de situaciones en las que no está claro quien tenía razón y quien estaba equivocado, y las opiniones subjetivas de la muchedumbre pueden causar auténticos daños, desde investigaciones interminables hasta amenazas de muerte para los implicados, pasando por la pérdida de negocios. Cuanto más tiempo vivimos y más alto llegamos en nuestra carrera, con más frecuencia nos descubriremos teniendo que negociar en este espacio nebuloso y tomar decisiones en situaciones desconcertantes.
Todos somos primeros intervinientes en algún momento. Los padres y los profesores lo son a diario. También empleados, jefes, estudiantes y, en realidad y cualquiera que esté expuesto al público en alguna ocasión. 
¿Como seguir viviendo a pesar de las cosas que no podemos deshacer ni dejar de ver? 
¿Como sentirnos seguros en todos los escenarios, incluso frente a la coacción y el caos? 
¿Como tomar decisiones en una ZG donde nada parece tener sentido?
Hemos de concentrarnos en lo que sabemos y olvidarnos de lo que ignoramos.
No necesitamos saber el porqué para seguir adelante. El porqué es la última pieza del puzle observacional y, a veces, la que nunca encontramos. En lugar de quedarnos esperando las respuestas al porqué, centrémonos en lo que vemos y ocupémonos de ello con objetividad: El quién, el que, el dónde y el cuando. 
Hay que manejar con objetividad los hechos y no permitir que lo “subjetivo” nos perturbe y varíe nuestro criterio. El único modo de luchar contra la anarquía que provocan los que difunden noticias en “la ZG” es la “decencia”, que está bien lejos del engaño y de la irresponsabilidad personal.
En los países del primer mundo democrático parece que los líderes prefieren reprochar el crecimiento de los populismos, los autoritarismos y los liderazgos fuertes/autoritarios que valorar la decencia y las convicciones morales de algunos políticos, los menos.
La razón no está siempre al lado del más fuerte o del que más grita sino del que mejor entiende la complejidad de la situación que le ha tocado vivir. Todos sabemos lo difícil que es esto y la responsabilidad moral individual está presente en el fondo de todas las acciones públicas. Aunque nos pueda parecer fácil, distinguir el bien del mal, debemos comprender la flaqueza humana. Como muestra un botón. ¿Sabe alguien de verdad lo que pasó en Octubre cuando Bco. de Sabadell y La Caixa trasladaron sus sedes sociales fuera de Catalunya. ¿Porqué no puede ser cierto lo que se cuenta aquí?
Los populismos en alza son categóricos sin apreciar los matices, las “ZG”, tan abundantes en nuestros días. En situaciones extremas, difícilmente nos encontraremos con simples y reconfortantes categorías de bueno o malo, culpable o inocente, y todos nos encontramos a menudo en una de esas situaciones. Basta mirar los noticiarios, leer los periódicos o las redes sociales para constatar que los grupos de presión trabajan para eliminar las ZG y aparecen desafiantes las categorías de buenos y malos, no para combatir los argumentos del adversario sino para ridiculizar o destrozar su persona. Los instrumentos para reforzar las intransigencias sociales, políticas y culturales nunca habían sido tan accesibles. Se pueden utilizar desde el ámbito académico hasta los escondites del anonimato y los seudónimos, desde la propaganda urdida en países o empresas desconocidas.
La responsabilidad individual se diluye en el grupo, en el pueblo, en la nación o en el Estado. El valor de la libertad pierde mucha fuerza si no va acompañado de la responsabilidad y también de un acuerdo sobre lo que es verdadero y lo que es falso. El desprecio a la verdad (Postverdad fabricada) y el recurrir a la mentira (Fake News) y a la propaganda se dan cuando el poder deriva hacia el autoritarismo. ¿Están desapareciendo las ZG a favor de retóricas maximalistas y únicas?.
En estos tiempos de cambios acelerados y de pérdida de control se necesita menos ardor mesiánico, menos salvadores de la patria, más políticos realistas que estén al servicio de los ciudadanos y no se sirvan de ellos para ocupar o mantener el poder y después seguir con sus románticas ideas que no están en la realidad sino en sus deseos.
El viejo orden en el que el Parlamento representaba todas las sensibilidades de la sociedad y donde se consensuaban las leyes propuestas por el Gobierno, está desapareciendo porque las posiciones maximalistas no quieren ponerse de acuerdo. Los políticos enfrentados no tienen voluntad de gobernar, sino de retener unos, y alcanzar otros, el poder total; al margen de lo que puedan defender las otras partes importantes de la sociedad. Sólo se proponen soluciones de corte autoritario que niegan el respeto que merecen todas las personas, aunque se discrepen de las ideas de los gobernantes. Así no vamos a ninguna parte. 
El Parlament está de vacaciones, o al menos no se reúnen para “parlamentar” y legislar. Se distraen poniendo lazos amarillos unos y los otros quitándolos y acudiendo a las televisiones y “creando mucho espectáculo”. Cuando el Estado se ausenta, emerge la condición humana, ¡lo peor y lo mejor!

sábado, 25 de agosto de 2018

“La Cigarra y la Hormiga” Spanish Version Reloaded

En la fábula “La cigarra y la hormiga” atribuida a Esopo y recreada por Jean de La Fontaine y Félix María Samaniego, aparece una cigarra que al venir el invierno se encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. Ésta, temiendo no tener suficiente para ambas le niega el préstamo y le recrimina el haber pasado el verano holgando en vez de haber hecho acopio de alimentos para la estación fría. El trabajo incesante de la hormiga se ve recompensado con la supervivencia y la despreocupación de la cigarra se paga con la propia vida.

Comportamientos como el de la hormiga trabajadora y la cigarra bon-vivant han existido desde antes que Esopo los retratara en su fábula, en todo el mundo, España incluida. Sin embargo, algo ha cambiado en las últimas décadas y en España, la fábula de Esopo debería reescribirse con un texto que podría asemejarse al que circula por las redes sociales: 

La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
La cigarra —piensa que la hormiga es tonta— vive la vida y se pasa el verano riendo, bailando y jugando. Se ríe de los esfuerzos de la hormiga que termina la jornada agotada y ni se le pasa por la cabeza ayudarla en su esfuerzo productivo.
Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde a guardado con su trabajo de todo el año, todo lo que le hace falta para sobrevivir más o menos cómodamente hasta la primavera. La cigarra, tiritando, sin comida y sin cobijo...organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre. El auditorio está bastante lleno porqué durante el verano muchas otras cigarras siguieron su ejemplo. Preferían disfrutar de la vida que trabajar, sudar y guardar parte de lo conseguido con su esfuerzo como hacía la hormiga. 
El famoso televisivo de turno, siempre atento a la caza de la noticia en la que los ricos machacan a los pobres, organiza un programa en vivo en el que la cigarra sale pasando frío y calamidades, acompañada de muchas otras como ella con sus mujeres y niños. ¡Pobres niños, al borde de la miseria!. Durante el relato lacrimógeno, van pasando extractos de vídeo en la que se resaltan escenas de la hormiga bien calentita en su casa y con la mesa llena de comida, jugando con sus niños.
En programas similares entrevistan a otras cigarras que explican no entender como es posible que en un país próspero como el suyo dejen sufrir a la pobre cigarra mientras hay otros que viven en la abundancia. En pocos días, organizan, a través de las redes sociales una marcha en apoyo a la cigarra.
En la TV dicen que la “mani” ha tenido un gran éxito y llaman a la ciudadanía para que ayude a resolver el problema del a desgraciada cigarra. Rápidamente, Podemos, las Asociaciones Contra la Pobreza, ONG’s, los Sin Tierra, los Sin Techo, los Sin Departamento y la Comisión de Derechos Humanos hacen un escrache y se manifiestan delante de la casa de las hormigas y las pintarrajean.
Se organiza un programa especial en Prime Time de la TV de mayor audiencia, en el que se cuestiona cómo la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra... y se insta al público a opinar en sus encuestas telefónicas y on line, a través de una mañosa pregunta donde tienen qué escoger si son partidarios de la igualdad o de la discriminación. (como la "egoísta e insensible hormiga").
En respuesta a los sondeos de opinión (totalmente espontáneos y sin amañar porqué se han oído a todas las partes, ja, ja, ja), el Gobierno prepara una ley sobre la paridad económica y otra - con efecto retroactivo desde el verano- contra la discriminación. ¡Deben respetarse escrupulosamente los derechos de todos! (De los “deberes para con uno mismo y con la comunidad” hace mucho tiempo que no se sabe nada. Hay una ley no escrita que prohíbe hablar de ellos y por tanto no hace falta tenerlos en cuenta y menos respetarlos.
El Gobierno, dicta un “Decreto Ley” por la vía de urgencia en la que se elevan notoriamente los impuestos a la hormiga y para evitar males a la cigarra y sus amigas, se le asigna una altísima multa porque no se hizo cargo de la cigarra al comenzar el invierno.
La hormiga enfadada por lo injusticia que se comete con ella, recurre la multa. La respuesta inmediata de la autoridad, es embargar la casa de la hormiga...
La hormiga, cansada de luchar y trabajar para los demás y decepcionada por el trato recibido, hace el equipaje y emigra a otro país, donde su esfuerzo sea reconocido y pueda disfrutar
libremente de los frutos de su trabajo... A otro país donde no se le juzgue ni se le castigue, cuando tenga éxito. Tal vez tampoco se le ayude cuando tenga problemas, pero es que aquí tampoco ha recibido nunca ninguna ayuda. Como siempre a sido proactiva, siempre le ha tocado pagar. Lo suyo y lo de otros.
La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras que para celebrarlo montan una gran fiesta y siguen con lo suyo. 
Llega el primer invierno y la TV realiza un programa especial sobre la cigarra, que ahora luce “curvi” y lustrosa... Los políticos y todos los involucrados en el “Tercer Sector” se apresuran a señalar el éxito de su Decreto Ley de invierno pasado.
Las cigarras pronto empiezan a detectar una cierta escasez de alimentos. Ya se sabe que buen cobrador, mal pagador. Hacen una gran asamblea y nombran unos comités para buscar “recursos”. Hacen grandes pancartas y octavillas que reparten por todos lados llamando a las buenas gentes para que les donen alimentos, la Coca-Cola, la cerveza, y todo el dinero que puedan para que puedan sobrevivir dignamente ellas y sus descendientes.
Llega año nuevo y hacen una gran fiesta. A mediados de enero, notan que están a punto de terminar las últimas provisiones que quedaron de la hormiga el año pasado. La primavera queda lejana todavía.
La antigua casa de la hormiga, ahora convertida en vivienda social para cigarras, se deteriora por la falta de cuidados de ésta.
Se critica duramente al gobierno por la escasez de medios asignados a la cigarra... Los partidos proponen una comisión de investigación pluripartidista, que costará millones de euros. Muchos se pierden por el camino y las cigarras siguen quejándose y, dada su potente voz, lo hacen alto y fuerte.
Viendo el final de las existencias, la cigarra abuela, se pega un atracón y muere de una sobredosis. Es enterrada con más público que una tonadillera...
Los medios de comunicación comentan que la “muerte” es debida a la falta de medios del gobierno a la hora de luchar contra las desigualdades sociales y la injusticia económica.... ¡Toda la culpa es de los malvados neoliberales!.
La casa termina siendo okupada por unos cientos de sub-saharianos a los que ha abierto las puertas sin pensar como encarrilarían su estancia. No han tenido más remedio que caer en las garras de los mafiosos y dedicarse al top manta para sobrevivir como pueden. Durante el verano dormían en la playa, pero llegado el invierno no les ha quedado más remedio que “okupar”.
Mientras el gobierno se felicita por la diversidad multicultural del Estado Español, el consistorio municipal prepara otro decreto para “expropiar” todo lo que pueda y albergar a todas las cigarras que cada vez son más numerosas. Algunos desesperados y animales de mala fe, organizan una red de tráfico de drogas y están aterrorizando a todo el barrio...

FIN???...

El relato se aproxima bastante a la realidad. A algunos les parecerá triste y a otros de lo más normal. Todo parece según sea el color del cristal con que se mire. 
Espero nos sirva a todos para reflexionar…

jueves, 23 de agosto de 2018

Recordando a la generación que construyó el “estado del bienestar”

Cuando analizas lo que ocurre en una empresa o una sociedad, debes buscar las causas que provocan su situación, porque sólo trabajando sobre las causas, puedes cambiar los efectos. Y no tengo ninguna duda de que una de las principales causas de la prosperidad que vivimos en los años pasados fue la actitud de la generación de nuestros padres, y una de las principales causas de la crisis, es haber perdido esa actitud.

Recuerdo que hace años, un empresario brillante que viajó a China para hacer negocios, me comentaba: “China va a ser imparable. Cuando llegas allí el ambiente te recuerda la España de los años 70. Todo el mundo quiere trabajar mucho, ahorrar, comprarse su casa, su coche, que sus hijos vayan a la universidad… 
Cuando una generación está así centrada, "no hay quien la pare”. 
Este pensamiento me hizo reflexionar entonces y me ha vuelto a la memoria al contemplar a las tres generaciones que convivimos.
 Mis padres tienen en torno a 70 años, y siempre han sido un ejemplo de trabajo, honradez, austeridad, previsión y generosidad. Pertenecen a una generación que de jóvenes trabajaron para sus padres y de casados para sus hijos y por si fuera poco, mas tarde también para sus nietos.
 Son gente que veían el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les abría a un futuro mejor, y se entregaron a ello en condiciones muy difíciles. Son una generación que ahorraba peseta a peseta para poder comprarse las cosas que quería (del nivel que se podían permitir) y cuando podían. Que no pedían prestado más que por estricta necesidad, que pagaban sus facturas con celo, y ahorraban un poco “por si pasaba algo”, que gastaban en ropa y lujos lo que la prudencia les dictaba y se bañaban en ríos cercanos, disfrutando de tortillas de patata y embutidos, en domingos veraniegos con su familia y amigos.
 Y tan sensatos, prudentes y trabajadores fueron, que constituyeron casi todas las empresas que hoy conocemos, y que dan trabajo a la mayoría de los españoles.
 
La honradez formaba parte del patrimonio de cada familia y sabían que el esfuerzo tenía recompensa. Se podía ser pobre, pero nunca dejar de ser honrado.
 La "palabra dada" tenía más valor que cualquier escritura notarial.
La democracia significaba libertad y posibilidades para seguir viviendo en armonía y respeto. 
Pero cometieron los dos peores errores imputables a esa generación:

1) “¡Que nuestros hijos no trabajen tanto como trabajamos nosotros!”. Los hijos no necesitaron que se les repitiera dos veces y aprendieron a vivir la vida. Así, sin darse cuenta, se cargaron la "cultura del esfuerzo y del mérito" de un plumazo, convirtiendo el trabajo en algo a evitar a la más mínima oportunidad.
2) “¡Como tenemos unos ahorrillos, hijo, tu gasta, que para eso están tus padres!”. Con lo que mi generación empezó a pensar que el dinero nacía en las cuentas corrientes de sus padres, que eran como Reyes Magos caseros, daban la impresión de ser inagotables. Ellos trabajaban lo necesario para que nunca faltara de nada. Los bancos se convirtieron en unas fuentes inagotables de hipotecas, rehipotecas y contra-re-hipotecas.
 
Y entonces, eclosionó la generación de los 60. La generación de los nuevos ricos, la generación de “los pelotazos”, del gasto continuo, de la especulación, de la ingeniería financiera, de la exhibición del derroche, la de lo quiero todo y lo quiero ya, la de “papá dame”.
 Y todos nos volvimos ricos (en apariencia), todos nos convertimos en gastro-horteras. 
¿Conocías a alguien que se atreviera a comer un bocata de chorizo? Le corrían a gorrazos por paleto. Lo suyo era comer hamburguesas de-construidas al aroma de los almendros al atardecer. ¿Y qué decir del vino? Pasamos del Don Simón con Casera, al Vega Sicilia sin fase de descompresión. El vino de toda la vida ya no está “bueno”, ahora tiene matices a fruta del bosque, con un retrogusto alcohólico, que adolece de un cierto punto astringente, con demasiada presencia de roble. 
Esto, por supuesto, a golpe de docenas de euro, que para ser un “enterao” hay que pasar por taquilla. ¡Y es que pocas cosas cuestan tanto, como ocultar la ignorancia!

Ahora la cultura reinante alienta a “endeudarse para demostrar que eres rico”. Increíble pero cierto.
 ¿Sólo debes 500.000 €? Es que eres un cutre. Mira, nosotros debemos ya 2.000.000 y nos están estudiando una operación por otros 2 más.
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Vosotros sí que "os lo montáis bien" sabiendo sacar provecho al sistema… Ojalá yo algún día logre ser tan hábil como otros para conseguir deber esas cantidades. ¡Cuánto envidio tus préstamos!
 
En Alemania no daban abasto a fabricar Mercedes, Audis, BMW para los españoles. 
Irrumpió Europa en nuestras vidas y llegó en forma de mega infraestructuras que producían mega comisiones para todos los involucrados. ¡Viva el cazo! ¡Viva el yerno del Rey! ¡Que se besen los padrinos! Además llovían las subvenciones, nos daban una fortuna por plantar viñas y luego a los dos años otra fortuna por arrancarlas. Que llegaba un momento que no sabías si tenías que plantar o arrancar. A propósito, ¿Qué toca este año?
 Si algún “tarao” dice que hay que parar esto, se le lapida y “que no pare la fiesta”. 
Por supuesto que todos estamos de acuerdo que esto es imposible que se sostenga, pero hay que empezar a recortar por el vecino, que lo mío son todo derechos esculpidos en piedra en la sacrosanta constitución.
Se ha extendido tanto la corrupción y el latrocinio, y es tal la impunidad con la que se vive, que el padre que trate de educar a sus hijos en una cultura de honradez, mérito y esfuerzo está, clarísimamente, condenando a sus hijos a la pobreza. Es mejor no ver las noticias, si no, resulta imposible abrir el negocio y seguir luchando en un mercado sin pulso, que cada día aparece más asfixiado por las deudas. La gente vivimos en una complacencia con los comportamientos corruptos que nos está llevando a convertirnos, paso a paso, en un país del tercer mundo, eso sí, ganando mundiales de fútbol y de motociclismo, que parecen ser anestesiantes suficientemente fuertes.
Hay muchas formas de robar: una llevándoselo directamente. 
Otra, si eres político, banquero, encargado de proyectos/negocios u obras públicas, las pago a 10 veces lo que valen y la diferencia me la llevo YO y mis amigos "facilitadores". Cualquier idiota o analfabeto está capacitado para hacer esto. Basta con que no tenga escrúpulos ni vergüenza.
Otra, aceptando dinero a cambio de contratos, recalificaciones, etc. Los políticos y sus cargos de confianza han llenado el país de mega horteradas que cuestan miles de millones de Euros (en pesetas ya es incalculable), que además tienen unos mantenimientos igual de millonarios, con el único objeto de robar a perpetuidad y de hacerse fotos como homenaje al catetismo, aplaudidos por "los suyos".
Los bancos tienen agujeros de miles de millones, no porque hayan sido tontos prestando dinero a envalentonados constructores que han quebrado, (aunque también por eso), sino porque las cajas han servido para que familiares y socios de tapadillo de políticos, sin un duro pero con muy poca vergüenza, pidieran miles de millones, sin aval de ningún tipo, hayan recibido cientos de millones en préstamos, que ya sabían que no iban a devolver, para comprar suelo o acometer cualquier otro proyecto faraónico pseudoempresarial, y que estamos pagando  los pringados de turno y seguirán pagando nuestras generaciones venideras.
También es robar llenar las administraciones públicas: ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, consejos comarcales, universidades, las miles de empresas públicas paralelas, televisiones, embajadas folclóricas, ONG’s de propaganda del partido, etc. de amigos, familiares y estructura de los partidos. En España sobran millones de personas "haciendo ver que trabajan" o realizando tareas poco productivas, en todos esos entes que cuestan más de 3.000 millones al mes.
También es robar ponerse sueldos los más de 400.000 personas que viven de la política en España (tres veces más que en Alemania con la mitad de la población), sueldos que nunca hubieran imaginado de no existir el “chollo de lo público”. Aquí cualquier político falto de escrúpulos gana muchísimo más que un trabajador cualificado. En España, si se es un buen trepa sin escrúpulos, se pasa de mileurista machaca en un partido, a potentado con sueldazo y prebendas de dietas y otros beneficios millonarios, por arte de birli birloque de la política. Hemos llegado a un punto en el que la caradura ya ni se disimula. Mas bien es motivo de orgullo.
!Cuánto más robas, más te llevas de indemnización, si dejas un banco! En más consejos de administración te meterán, porque dejas el puesto para que otro se lleve lo que tú te estabas llevando y perpetúas el chollo de unos pocos. Arruinas un país y te condecoran, arruinas una comunidad autónoma y te reeligen, robas a manos llenas en un ayuntamiento y ganas por mayoría, eres yerno de cazador y te permites negociar si devuelves la pasta o no. 
Después de muchos años de delinquir se ha juzgado a algunos corruptos y a unos pocos se les ha encarcelado, pero ¿Conocen a alguno que haya devuelto lo robado? ¿Conocen cuanto ha podido recuperar Hacienda de lo que se ha robado? ¿A algún político se le ha puesto alguna multa por malversación o por no hacer bien su trabajo de administrar los impuestos?
Se atribuye a Leonardo de Vinci la frase: “El pueblo que no castiga con sus votos la corrupción y el despilfarro, manda que se haga”. Nosotros los ciudadanos españoles ¿somos corresponsables de los delitos o estamos tontos de remate y no somos conscientes de lo que está pasando en nuestra sociedad. Tal vez sea esto:
1.- Demasiada gente cree que la corrupción y el despilfarro no afectará a su bolsillo. La gente piensa que si ponen un tranvía en su ciudad no le va a costar dinero, y queda bonito. La gente no recrimina a alguien que maltrata el mobiliario urbano o lo ensucia, porque piensa que “esto lo paga el ayuntamiento”, sin entender que el dinero que cuesta la reposición del mobiliario estropeado por mal uso o vandalismo, y la limpieza extra de las calles, no lo fabrica el “copistero del ayuntamiento” sino que lo recauda via impuestos que pagamos los  contribuyentes. Otra cosa es si los que usan indebidamente el mobiliario público o los transportes, o la sanidad, etc. desprecian, o no reconocen su verdadero valor, porque ellos, particularmente, NO les cuesta nada porque no pagan impuestos directos. Recordemos que hay mucha picaresca en nuestra país y defraudar o "no pagar" no se ve mal socialmente.
Un factor que agrava esta falta de percepción de “los extra-costes” es que las consecuencias de los "extra-gastos", gracias a los préstamos, no se notan inmediatamente sino pasados unos años, cuando el delincuente o el que “usó mal” los recursos, ya no está al cargo del cortijo. Por supuesto, el “nuevo” político no quiere responsabilizarse de las culpas del anterior.
Mientras no haya una relación directa entre despilfarro y el bolsillo de los votantes, estos no serán totalmente conscientes de lo que les cuestan algunas veleidades de los políticos y algunos altos funcionarios,  que más que servidores públicos parecen los amos del cortijo. Si cuando se decide o reclama que se ponga un tranvía/”asociación-lúdica”/”servicios públicos aparentemente gratuitos” etc. se le pidiera al ciudadano una derrama extraordinaria del coste (por ejemplo 1000€ al mes) … seguramente habría unas revueltas monumentales. Supongo que para eso se inventaron los "impuestos generales", y se creó la conciencia de que hay que pagar todos los impuestos que nos pongan, porque hay que hacer hospitales y carreteras, … y muchas cosas más que no nos cuentan. ¡Ah! y hay que ser "solidarios", muy solidarios. Nos hemos acostumbrado a que todo el mundo pida que se le den servicios y cosas gratis. Pocos quieren enterarse de que no hay nada gratis y que aparejado a todo el gasto que se paga desde la “caja grande del Estado” y no directamente cada uno de nosotros, hay un terreno abonado para que algunos (o muchos) roben sin control y sin asumir responsabilidades, o las mínimas.
2.-  Los españoles también estamos muy acostumbrados a “disculpar” las malas acciones si las “cometen los nuestros”, los de nuestro bando (Barça-Madrid, Derechas-izquierdas, catalanes- no catalanes, etc).
Si vemos robar o cometer alguna incorrección a alguno de los nuestros, intentamos justificarlo, buscar excusas o incluso acercarnos por si podemos aprovecharnos de alguna forma (directa o indirectamente). Un sistema super-corrupto como el nuestro, no se mantiene sin el consentimiento de una gran mayoría de la población. Nos quejamos en la barra del bar pero les dejamos que sigan robando y de paso nosotros robamos o dejamos de pagar los impuestos que podemos. Es como el que pasea el perro y cuando hace las necesidades en plena calle, en vez de buscar una papelera para depositar el “regalito” una vez recogido del suelo, miramos disimuladamente a un lado u otro por si nos mira alguien y así, disimuladamente abandonamos el lugar del delito sin restablecer la falta, como sabemos que es nuestra obligación. Buscar a un tercero al que cargarle la culpa es deporte nacional. 
La consecuencia de este comportamiento irresponsable es que aún teniendo unos de los tipos impositivos más altos de Europa, Hacienda no consigue recaudar lo necesario para mantener nuestra economía ni el estado del bienestar. Solo pagan, los impuestos que deben, los que no pueden eludirlos y además de lo insuficiente recaudado, todavía sustraen de la bolsa los cientos de miles de millones de euros que nos han "robado" o desperdiciado en inversiones innecesarias. El resultado es que nos han hipotecado nuestro futuro y el de las generaciones próximas, mientras se sigue degradando nuestro estado del bienestar.
Imaginad en una familia, en la que un padre gastara y dilapidara, no sólo la herencia que recibió del abuelo, sino que se endeudara en cantidades astronómicas, e hiciera a sus hijos responsables subsidiarios. Los hijos firmarían esos préstamos millonarios porque algo les tocaba, les compraban una moto, un polo de marca, unas vacaciones de lujo y aunque vieran la vida disipada del padre, mirarían para otro lado mientras todos pudieran vivir más o menos una buena vida. Los padres son así, dirían. Un día el padre, con todo el dinero que ha ido sacando, se va a vivir al Caribe a seguir con la fiesta. Y ese día todos los acreedores llaman a la puerta de los hijos y les dicen: 
"Nos debéis miles de millones".
"No tenemos nada, !sois unos usureros! !El capitalismo es una basura!" responden los hijos.
-"Cuando os compraron la moto u os fuisteis de viaje al Caribe no pensabais eso".
"Pero eso no vale lo que decís que debemos".
-No, pero lo que vuestro padre firmó en VUESTRO NOMBRE, sí. Y lo vais a pagar.
¿Cómo? No tenemos nada.
-Pues mientras estéis en deuda con nosotros seréis nuestros esclavos y si no queréis no os prestaremos más, no os daremos trabajo y no podréis seguir comiendo. Os cobraremos hasta por respirar. No os vamos a bajar el sueldo, pero os subiremos los impuestos hasta dejaros lo justito para que no os muráis de hambre.
Y este mal sueño, ¿cuánto durará?
Siempre!. Vuestra vida y la de vuestros hijos ya nos la vendió vuestro padre. !Vuestro futuro es nuestra hucha!
...Y lo asombroso es que si ese padre volviera de su viaje al Caribe, presumiendo de "lo bien que se lo ha sabido montar", esos hijos saldrían a recibirle, le invitarían a comer y presumirían de lo buen ladrón y despilfarrador que ha sido su padre, porque era de los suyos, y hasta le propondrían para alcalde.
Visto lo visto, más de una vez nos asaltan las dudas de si hemos actuado bien en la vida. ¿habremos trasmitido la cultura adecuada a nuestros descendientes?. Tal vez hubiera sido más apropiado decirles: "Hijo, te he condenado a trabajar con denuedo para mantener a miles de corruptos. De nada sirve ser prudente y honrado, porque más carga te harán soportar". 
Sigo teniendo los principios que viene en casa desde pequeño, pero muchas veces dudo que no los hayan utilizado todos los sinvergüenzas para crujirnos a impuestos, a la vez que ellos se lo llevan a manos llenas. Una vez oí confesar a un empresario que aprendió el oficio en la "universidad de la vida": Las Leyes y las normas, está muy bien que las sigan los demás, diría incluso que hay que hacer todo lo posible para que las sigan a rajatabla; pero es nefasto seguirlas uno mismo." Visto lo visto, tenía toda la razón del mundo. O todos jugamos con las mismas normas o si no queda más que romper la baraja, porque en el "lejano y salvaje Oeste" sólo sobrevivía el que tenía las armas necesarias para defenderse mejor y sabía como utilizarlas.
La generación que nos sigue parece que será la que, como dice el aforismo castellano, será pobre, por ser nieta de ricos.
 Si somos incapaces de "volver TODOS a asumir los valores con los que se construye una sociedad sostenible", nos hundiremos, eso sí, cargados de reivindicaciones.
 
En mi casa siempre me dieron ejemplo de cordura, honradez y esfuerzo. Y no han sido menos felices que nosotros; incluso podría decir que lo han sido más. Debe ser que la sencilla tortilla, el melón fresquito, comprar el sofá cuando se podía, poner las cortinas cosidas por nuestra madre, con ayuda de la abuela, trabajar y echarle bemoles para emprender (aunque no lo llamaban así) no debía ser mala receta, sino todo lo contrario.
 
Desde aquí quiero dar las gracias a mis padres y a toda esa generación que nos transmitieron un país mejor que el que ellos encontraron, que nos enseñaron a estudiar, trabajar y esforzarnos para conseguir lo que queríamos. Me apena que, en solo una generación nos hayamos encargado de arruinar su logro entre todos; porque todos hemos aplaudido más o menos la locura y no hemos sabido transmitir a la siguiente generación los valores que nos enseñaron, con su ejemplo, nuestros padres. 
Si nos descuidamos un poquito más, le vamos a dejar a nuestros hijos un protectorado chino, donde serán unos esclavos endeudados a los que les contarán unas historias legendarias sobre la prosperidad que crearon sus abuelos, empeñaron sus padres y son incapaces de imaginar los nietos que solo han conseguido maestría en el arte de pedir y reivindicar derechos. Puede que estemos a tiempo de enderezar la ruta, aunque cada vez tenemos menos tiempo. Si quisieran, los jóvenes podrían encontrar enseñanza y ayuda en su propia familia formada por personas (abuelos y padres) que consiguieron un cierto estado de bienestar, sobre todo teniendo en cuenta desde donde partieron; pero antes tendrían que querer y lograr reducir la resistencia numantina que emplean en negarse a escuchar “batallitas” que les ilustren en el arte de la meritocracia, sustituyendo al postureo y el pelotazo que tanto admiraron algunos de sus padres.

Relato inspirado en escritos de FERNANDO SANCHEZ SALINERO 

Mantiene un blog en Tribuna Salamanca y publicó el libro “La casa al revés: ¿Porqué fracasan las empresas?”
Más información en:

miércoles, 15 de agosto de 2018

En busca de la “financiación asegurada”

El mercado bursátil, que tradicionalmente ha significado un paso fundamental a la hora de capitalizar las compañías y obtener fondos para su expansión, se ha convertido en un lugar incómodo, en el que analistas, con criterios de interés cortoplacista o simplistas, someten a las compañías a constantes vaivenes en su cotización. Muchas veces esto va en contra de la visión a largo plazo y estratégica de la empresa.
Esta volatilidad que crea el mercado secundario distraen a los gestores, crean incentivos perversos y no alineados con el interés corporativo, y generan discusiones en muchos casos completamente estériles. Si los mercados financieros, base de la economía capitalista, están pasando a tener esa consideración, podríamos estar ante el presagio de un importante problema futuro.
¿A quien no le gustaría tener "financiación asegurada para su proyecto"? Quien pudiera obtenerla fuera de la bolsa, estaría a salvo de las turbulencias provocadas por los vaivenes especulativos de los mercados secundarios de capitales.
Elon Musk publicó el pasado 7 de agosto un tweety un artículo en el blog corporativoque pilló por sorpresa incluso a su mismísimo consejo de administración, sobre la posibilidad de excluir a Tesla del mercado bursátil pagando a los accionistas (que han visto multiplicar su inversión los 8 últimos años por 13 veces) unos 420 dólares por acción. Puede ser un bulo para provocar una subida de la cotización o una estrategia innovadora que otras compañías de Silicon Valley pueden plantearse en el futuro próximo: la búsqueda de socios que aporten una “financiación asegurada” para que las empresas puedan seguir adelante con sus planes de crecimiento a largo plazo.
Musk afirmó que el accionista comprometido con “asegurar financiación” a su empresa es el fondo soberano de Arabia Saudi, que ha confirmado su interés en la operación, para llevarla a cabo don capital en lugar de deuda.
Parece que el fondo soberano de Arabia Saudí, constituido fundamentalmente gracias a la riqueza acumulada mediante la explotación del petróleo, está dispuesto a financiar la salida de Tesla del mercado bursátil, entra dentro del ambicioso plan de Arabia Saudí (Vision 2030) para reducir la dependencia del país del petróleo, diversificar su economía y desarrollar sectores de servicios públicos como la salud, la educación, las infraestructuras, el ocio y el turismo. Las más de doscientas inversiones del fondo soberano tienen como objetivos fundamentales campos como las telecomunicaciones, la industria aeroespacial, las tecnologías sostenibles, la seguridad, las energías renovables y las tecnologías de la información, y en ese sentido, Tesla encaja en el plan de los saudíes para generar energía sostenible, aprovechar el sol y los vehículos eléctricos. 
Por otro lado, el movimiento del fondo soberano de Arabia Saudí sería la confirmación de que Silicon Valley, en la práctica, tiene más bien pocos reparos en la procedencia del dinero de sus inversores, la calidad de su democracia o sus tendencias al absolutismo, algo que, de hecho, ya había sido confirmado por la abundante presencia de inversores procedentes de un país como China. En la práctica, en Silicon Valley, los componentes ideológicos pasan a un claro segundo plano cuando hablamos de inversionesque pueden ayudar a las compañías a alcanzar sus objetivos a largo plazo: indudablemente, la misión de Tesla, establecida como “acelerar la transición del mundo hacia las energías renovables”, podría verse reforzada gracias al hecho de contar con una base de financiación más estable que los mercados financieros, y el hecho de que ese dinero pudiese provenir en una parte muy significativa del fondo soberano de Arabia Saudi, el país que supone la fuente más importante de petróleo del mundo, podría llegar a convertirse en un auténtico símbolo de ese cambio de época que la compañía pretende provocar, y para el que Arabia Saudi, un país con abundantísima insolación y con buenas bases para adaptarse a un nuevo modelo económico, afirma estar preparándose.
¿Llegaremos a ver una Tesla convertida en compañía privada y con Arabia Saudi como uno de sus inversores de referencia? (en realidad, el fondo posee ya casi un 5% de la compañía, mediante compras llevadas a cabo en el mercado). La idea no parece ya tan alocada cuando Elon Musk ya ha anunciado el nombramiento de asesores para llevar a cabo sus planes, y cuando el voto de los accionistas de la compañía, fundamental para la operación, podría inclinarse masivamente por dar su apoyo al plan. 

miércoles, 8 de agosto de 2018

Recibir inmigrantes… ¿es bueno o malo para el país que los acoge?

Cada día llegan cientos de inmigrantes a las costas andaluzas. De vez en cuando nos informan de que llegan barcos llenos de inmigrantes que han recogido en el Mediterráneo oriental y que ningún país europeo a querido acoger. Aquí las autoridades les ofrecen grandes recibimientos. De lo que pasa con ellos al día siguiente no nos informa nadie. No es noticia. 
Eso no es todo. También están los que llegan por carretera y por avión con visado-permiso de turista pero que no vienen precisamente de vacaciones o los que entran en “dobles fondos” de camiones o containers marítimos. Todos ellos entran o permanecen más o menos ¿ilegalmente? en el país. Por supuesto siempre ha habido inmigrantes "legales" viviendo en nuestro país. Algunos se han ido y otros se han asentado con sus familias.
No nos dan información de si los inmigrantes son muchos o pocos, ni de como sube la población, ni de en que condiciones está cada uno, ni de los motivos que cada uno tiene para haber venido hasta aquí.
Demasiadas preguntas por responder, demasiado desconocimiento y todos sabemos que lo que se desconoce suele causar incertidumbre y temor.
En las redes y en las tertulias callejeras se habla del tema de la inmigración; principalmente la de personas de “piel negra”. De los chinos, paquistaníes, sudamericanos, rumanos, etc. se habla poco. Tal vez algo más de los marroquíes. ¿Lo han notado?.
¿Cuál es su postura al respecto?
Personalmente pienso que los inmigrantes deberían ser bienvenidos bajo dos sencillas condiciones (igualmente aplicables a la población local): 
1º.- Que respeten las reglas básicas que estructuran las sociedades libres (las leyes vigentes iguales para todos); 
2º.- Que busquen prosperar merced a la generación de riqueza mediante mercado y no merced a la sustracción de riqueza mediante el Estado. 
Todos sabemos que las autoridades españolas no cuidan de que se cumplan estas dos condiciones.
Ni España ni Europa, deberían cerrar a cal y canto sus fronterasni tampoco abrir las puertas de par en par para acoger a todos los inmigrantes que (por diversas razones) quieren venir a nuestro país. Sencillamente porque no tenemos “medios” para hacerlo con las mínimas garantías.
Los diferentes gobiernos deberían plantear soluciones que respeten la libertad de cada individuo —también la de los migrantes— y reformar nuestro Estado 'social' para, por un lado, eliminar aquellos obstáculos regulatorios que impiden la inserción efectiva de los inmigrantes en el mercado laboral y, por otro, reducir el grado de redistribución estatal de la renta (y, sobre todo, someterla a una fuerte condicionalidad de inserción laboral).
Debido a la edad media de los inmigrantes, estos no suelen ser perceptores de las dos mayores partidas presupuestarias del Estado de bienestar (pensiones y sanidad) y, en cambio, sí podrían aportar, si trabajaran cobrando en blanco y cotizando a la SS, ingresos a las arcas del Estado.
Si tienen tiempo y ganas pueden leer un estudio pulsando aquí.

Si el Gobierno/CCAA/Ayuntamientos se limitan a reemplazar la inserción laboral de los ciudadanos (eficiente y efectiva) por las transferencias pasivas de las administraciones públicas (rentas de inserción, ayudas, becas, etc. incluso la RBU), entonces es evidente que atraeremos a un perfil de inmigrante más interesado en capturar ayudas estatales que en generar riqueza cooperando en el mercado con el resto de sus conciudadanos. En lugar de a prosperar trabajando, el inmigrante vendrá a prosperar acaparando subsidios públicos: los inmigrantes se convertirán no en activos sociales para el país receptor, sino en cargas sociales para el país de acogida.
Si los ayuntamientos, ONG’s, etc., siguen colgando banderas de “inmigrantes bienvenidos” y trabajando para que vengan sin un plan de vida futura para ellos, aunque no dispongamos de un estudio exhaustivo que cuantifique la balanza fiscal de la población inmigrante, los inmigrantes seguirán sin tener otra opción que “hacer lo que sea” para sobrevivir. Están condenados a subsistir precariamente dentro de la economía sumergida/ilegal extrayendo todas las ayudas públicas que pueda y no aportando nada a las arcas de la Seguridad Social ni a la sociedad de acogida. Eso no es bueno ni para ellos ni para la población local. Degrada la convivencia y como efecto colateral no es de extrañar que se produzca un rechazo de parte de la sociedad hacia ese tipo de inmigrante y seguirán progresando los partidos xenófobos-ultraderecha y los enfrentamientos sociales irán en aumento cada vez más. Lo veremos en las próximas elecciones.
Parece que el sentido común ha abandonado a nuestros políticos. Tal vez sea que no están “suficientemente preparados” (los MASTERS por encargo no ayudan) para resolver estos problemas. Si fuera así, bastaría con sustituirles por otros más capaces. Si el problema es mantener el poder y el lucro económico, tenemos un problema gravísimo.

miércoles, 1 de agosto de 2018

¿Vale la pena heredar?


Cuando era niño, la gente soñaba con heredar de un pariente que hubiera hecho las américas. No importaba que no se hubiera conocido al pariente en vida. Lo importante era que fuera rico y nos dejara su fortuna en herencia. 
Mucho han cambiado los tiempos y la voracidad recaudatoria de los políticos ha aumentado, a pesar de la democracia que conseguimos ya hace décadas. Como nuestros políticos despilfarran tanto (algunos incluso roban o cobran voluminosas comisiones) siempre quieren más dinero y lo extraen, no de quien y de donde deben, sino de donde es mas fácil obtenerlo. La excusa, siempre la misma: “Quitárselo a los ricos para dárselo a los pobres” aunque no todos, a los que se les quita, sean ricos malvados que han extorsionado y robado durante toda su vida a los pobres, ni los pobres lo sean a causa de las malas prácticas de esos calificados como ricos. 
Actualmente no hay ningún impuesto tan caótico en España como el “IMPUESTO DE SUCESIONES”. En España padecemos un impuesto de sucesiones distinto por cada una de las 15 Comunidades Autónomas de régimen común. Por otra parte, Navarra tiene un impuesto distinto, y cada Diputación Foral tiene su impuesto propio, el alavés, el guipuzcoano y el vizcaíno. 

Hay diferencias de más de 100 a 1, entre lo que se paga por recibir exactamente la misma herencia, en función de residir en una Comunidad (o territorio foral) o en otra. Esto quiere decir que, por heredar 300.000 euros, igual se pagan 80.000 euros en una CA o solo 800 euros en otra. Hace tres años, el Tribunal Constitucional señaló que estas diferencias, "por el mero hecho de residir en una u otra Comunidad Autónoma", no eran un criterio razonable de distribución de las cargas públicas. Esta disparidad de impuestos es incompatible con que en España haya un mínimo de igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos. La ministra Montero (PSOE) quiere solucionar este problema con un remedio peor que la enfermedad: subiendo impuestos a la clase media y trabajadora, armonizando por arriba el impuesto.
Algunos analizan el tema desde el punto de vista de la lucha de clases: La lucha entre la clase media que con su valía, esfuerzo y sacrificio consigue tener unos ahorros por encima de la media, y los que no tienen nada que transmitir ni que heredar. Entre los que no tienen nada, hay de todos los colores: los que nunca curraron más que lo justo, los que se lo fundieron en bobadas y gastaron en cosas no básicas por encima de sus posibilidades, los que tuvieron oportunidad de estudiar y despuntar pero no lo hicieron porque no les dio la gana (jóvenes NI Ni-ni), y otros que no pudieron porque no dieron más de sí.
Algunas veces si, pero la mayoría de las veces no es cierto que cuando uno tiene algo que dejar en herencia es porque se lo ha quitado al que no tiene. La riqueza no es una ecuación de suma cero. La creación de riqueza existe aunque requiera esfuerzo e inteligencia.
La verdadera diferencia de clases estará entre los que heredarán algún día y el esfuerzo de sus padres servirá para ayudarles a vivir una madurez y vejez más o menos confortable; y los que, por variadísimos motivos, van hacia la pobreza. Estos últimos, nunca admitirán ningún tipo de responsabilidad por su parte y siempre responsabilizarán a los primeros de su estado.
Lo preocupante es que haya jóvenes candidatos a recibir herencia de sus padres o abuelos, votando a partidos que están deseando hincar el diente con grandes impuestos sucesorios para robarles su bienestar futuro lo antes que puedan con las más variopintas excusas.
El impuesto de sucesiones puede llegar a ser confiscatorio puesto que se puede llegar a pagar más de un 80% de tipo efectivo por una herencia.Al mismo tiempo tenemos herencias millonarias que no soportan apenas tributación por el impuesto de sucesiones. Para más INRI, este impuesto a medida de las grandes fortunas, con agujeros y desigual, no consigue una gran recaudación, además de tener unos efectos económicos sumamente negativos, ante la deslocalización de muchos presuntos grandes contribuyentes, para evitar pagar el impuesto.
La clase media y trabajadora no debería ser el grueso de los que pagan el Impuesto de Sucesiones. Debería reducirse la irracionalidad actual y establecer un mínimo exento elevado y tipos reducidos generalizados en todo el territorio nacional para asegurar la igualdad de los ciudadanos y que la inmensa mayoría no pagaran impuesto de sucesiones por las herencias que les han dejado sus padres que han ganado y pagado sus impuestos, y ahorrado (en lugar de gastárselo todo) para dejarles una herencia a sus hijos, para que puedan afrontar mejor el difícil futuro que les espera.
Si es de los que tiene posibilidades de heredar o de dejar algo en herencia, no se quede callado (defienda su postura) y sea consciente de cuales son las políticas que piensan defender los políticos a los que vote, antes de regalárselo inconscientemente.