Facebook ha decidido reaccionar ante el crecimiento imparable de los bloqueadores de publicidad. La compañía es, según la mayoría de los analistas, una víctima colateral dado que la mayoría de los usuarios que instalan un bloqueador de anuncios lo mantienen activado para todas las páginas que visitan y hacen un uso relativamente escaso de las listas blancas. Facebook se encuentra con un porcentaje creciente de usuarios que acceden a su servicio y no reciben su publicidad.
La reacción de Facebook ha sido tan sencilla como eficiente: hacer indistinguible el HTML de su publicidad del de su contenido orgánico, lo que impide que los bloqueadores la identifiquen como publicidad y puedan bloquearla. Una manera de forzar a sus usuarios a que vean publicidad haciendo que las estrategias utilizadas por los bloqueadores no funcionen, porque los anuncios aparecerán disfrazados como contenido y serán indistinguibles de este a efectos de código.
El fenómeno del ad-blocking, tiene ya suficiente entidad como para que una compañía como Facebook se vea obligada a actuar ante las pérdidas de ingresos que sufre.
La aproximación de Google en este sentido ha sido completamente diferente: hablar con las compañías de ad-blocking, convencerlas de que su publicidad no es intrusiva, y pagar para que sus plugins clasifiquen por defecto los anuncios de Google en su lista blanca, algo que el usuario puede cambiar si lo desea (aunque incluso cuando es así, Google suele cambiar periódicamente el formato de sus anuncios para que pasen a través del bloqueo, obligando al usuario a una especie de juego de gato y ratón si quiere realmente mantener su pantalla libre de publicidad).
Facebook no ha querido entrar en ese juego, no ha pactado con nadie, y simplemente ha actuado con los elementos que tiene a su alcance, eliminando la distinción entre publicidad y contenido orgánico, entre lo que el usuario quiere y no quiere ver. Cualquier actuación posterior precisa del uso de nuevos desarrollos tecnológicos en ad-blocking, muy posiblemente relacionados con el ámbito del machine learning y la inteligencia artificial. Facebook hace una oferta a quienes no desean ver sus anuncios y les dice a través de un post publicado ayer mismo:
Vivimos de la publicidad, lo de ver nuestro contenido sin nuestros anuncios es algo que rompe las reglas y no te lo vamos a permitir, pero sí te ofrecemos elementos de control para que configures tu experiencia publicitaria de la mejor manera posible. En cada anuncio podrás hacer clic, decir si lo quieres ocultar y por qué, acceder a una explicación sobre por qué razón recibes ese anuncio, y configurar los filtros que regulan el tipo de publicidad que recibes. La publicidad no es una opción, es algo inherente al servicio que ofrece Facebook: Si quieres usar nuestra red con todos los servicios gratuitos que incluye, debes permitir la publicidad con un cierto control por tu parte, que le proporcionen más información sobre la experiencia y los sentimientos que generan los anuncios que publica y si no admites esto, siempre puedes dejar de usar Facebook.
Para Facebook, ese tipo de métricas resultan fundamentales: si un anuncio es rechazado de manera sistemática por muchos usuarios, llegará a resultarle bastante más caro anunciarse, lo que muy posiblemente implique que el anunciante termine por cambiar de estrategia para tratar de generar menos rechazo, en la medida de lo posible (hay muchas posibles razones para el rechazo, y no todas tienen que ver con el uso de un formato determinado).
Retar a los desarrolladores a que bloqueen tu publicidad cuando eliminas los elementos que utilizaban para reconocerla es una manera segura de generar innovación en ese terreno. Ya veremos cuál es el siguiente paso…
Y tu que estrategia prefieres:
a) La idea de Facebook: Dejar los términos claros con el usuario.
b) La idea de Google: Sobornar a las empresas de Ad-blocking para que permitan sus anuncios y obligarte a jugar al “gato y el ratón”.
Cuando éramos pequeños, a todos nos preguntaron muchas veces: "Hijo, ¿que quieres ser de mayor?". La mayoría solíamos dar una respuesta rápida que iba cambiando a lo largo del tiempo. Cuando nos hacíamos mayores –si habíamos tenido la suerte de nacer en el seno de una familia donde se nos diera la posibilidad de escoger– la dificultad para responder iba siendo cada vez mayor y tanteábamos el terreno respondiendo la profesión del hobby que más nos gustaba: futbolista, pintor, músico, etc. La respuesta del padre –la vida había puesto sus sueños en el trastero–, solía ser algo así como: “Hijo, con esto no podrás ganarte la vida. Ve pensando en otra cosa”.
Nosotros insistíamos: “¡Pero a mi me gusta ser “xxxx”! ¿Porqué dices que no me podré ganar la vida con eso?
Respuesta: “¿Es que te piensas que todos los futbolistas son Messi o que todos los pintores son Dalí? Esos ídolos de masas ganan muchísimo dinero, pero todos los que se dedican a profesiones como lo que a ti te gusta y ganan dinero suficiente para poder vivir holgadamente, no representan ni la millonésima parte de la población mundial. ¿Qué te hace pensar que tu tendrás las habilidades suficientes para sobresalir entre los 7343 millones de personas del mundo y ser de los primeros?
El vídeo nos presentaba a
una niña que estaba en su casa jugando a las “marionetas”. Llegó su padre y le
pidió que recogieran los juguetes (en realidad lo hizo él) porqué tenía que llevarla
a clase de inglés. La niña protestó y le dijo que “ella quería ir a clase de
baile”.
A partir de aquí se
desarrolló un diálogo padre-hija en el que el padre, a veces tenía enormes
dificultades para responder a las sencillas (o no) preguntas de su hija.
En “off” se oían unas
risas haciendo mofa de algunas respuestas que daba el padre.
Finalmente, el padre
abdicó de su responsabilidad: Llevar a su hija a clase de inglés y se quedaron
los dos bailando en casa. Las imágenes finales mostraban estos mensajes
mientras Carlos Vives, cantaba “Volví a nacer”:
“No hay nada que puedas hacer hoy que te garantice
dinero en 20 años”
“El dinero resuelve situaciones pero no da sentido
a tu vida”
“Hacer cosas que te apasionan pueden abrirte una
puerta”
“Si tu vida no te permite cada día: jugar, bailar,
vivir,… cambia de vida”.
Entiendo que el vídeo no
va dirigido a niños sino a adultos —padres, abuelos, cuidadores, posiblemente a
educadores–y por ello me quedé con la
sensación de que el mensaje no quedaba claro ni completo.
Por Internet, circulan
muchos videos o artículos que ensalzan la educación que permite al niño hacer lo que
quiere en la escuela. ¡Sólo veinte horas semanales y sin deberes para casa!.
"¡Fantástico! Eso si es educación de la buena", responden. Muchos se quedan con este titular y dicen "Los niños tienen que jugar, que para eso son niños". Razonan complacidos: Si los deberes son malos es que esforzarse en repasar y practicar para aprender mejor es inútil e incluso
contraproducente. Ya no serán necesarias más discusiones para que el niño se ponga a hacer deberes en casa. ¡Biennnnn! ¡En el fondo todavía queda algo de niño en todos nosotros.
La mala noticia es que
esa es una visión sesgada y muy cómoda, si lo que en el fondo se desea es
rehuir la responsabilidad de la educación de los niños, que tienen las familias
y los maestros. No es lo mismo aparcar a los niños delante de la TV para que se
estén quietos mientras ven dibujos animados o dejarles nuestra Tablet o móvil
para que dejen de pedir “atención” y “no molesten”, que pasar tiempo de calidad
con ellos. Jugando con ellos, satisfaciendo su curiosidad al explicarles lo que
vemos cuando vamos de excursión para “explorar”, razonando con ellos sin
ponerse a gritar todos como locos, explicándoles historias que les interesen,
ayudándoles a solucionar los problemas que encuentren durante su “juego de
aprender”, enseñándoles a comportarse en sociedad respetando la libertad y las
propiedades de los demás, enseñándoles a compartir, enseñándoles a llevar una
casa (cocinar para comer, comprar los productos necesarios con mejor relación
calidad precio, hábitos de higiene y limpieza, primeros auxilios y
conocimientos básicos de salud, nociones de economía doméstica y administración
de los ahorros, etc.). Cuidarse de que practiquen los idiomas que aprenden en
la escuela para que puedan comunicarse más allá de su entorno. Es importante
que oigan música y también que aprendan a componer alguna melodía y a
interpretarla con algún instrumento y no hace falta comprarles un piano de cola
para ello. Basta con una flauta o una armónica. Lo mismo vale para el resto de
artes y técnicas para que desarrollen ambos hemisferios cerebrales, etc. Más que la cantidad importa la calidad y sobre
todo, desarrollar la responsabilidad de pequeños y mayores, porque en esos
“países tan avanzados y admirados” la implicación de los padres en la
educación/juegos de sus hijos, y de los educadores en sus alumnos es total. Se
trata de informarles y educarles 24 horas al día 365 días al año, porqué esta
“implicación-seguimiento-tutela” no se puede delegar en los gadgets
electrónicos ni en su libre albedrío.
Siempre es bueno
compartir diferentes puntos de vista para mejorar el propio y por ello decidí
hacer una “versión personal” de “Papa quiero bailar” en la que incluí algunos de
los pensamientos que me vinieron a la cabeza.
Al pié transcribo los
comentarios añadidos siguiendo el desenlace del vídeo original y me encantaría recibir los vuestros.
¿Sabe un niño lo que le
gusta o simplemente lo dice para llamar la atención?
Muchas veces no han
practicado nunca adecuadamente la actividad rechazada, ni han probado nunca la
comida que rechazan. Entonces… ¿Porqué dicen que no les gusta?
Los adultos sabemos que,
muchas veces, hasta para divertirse hay que esforzarse:
·Para ir al gimnasio hay que mentalizarse, y
“decidirse a ir” aunque no tengas ganas. ¡Luego te alegras de haber ido!,…
La mayor dificultad es… vencer la pereza para conseguir levantarnos del
sofá y salir hacia el gimnasio.
·¿Cuantas veces te ha apetecido comer algo que
sabías que no beneficiaría a tu salud, y después de “caer en la tentación”… No
has recibido la satisfacción que
esperabas y te has sentido culpable y tonto, porqué la “travesura” no ha valido
la pena?
·¿Cuantas veces te has sentido obligado por la
presión social a hacer algo que no te apetecía en absoluto, ni te aportaba nada
personalmente?.
·Antes de tomar una decisión,… ¿Piensas siempre qué
es lo que realmente quieres, necesitas o te conviene, y actúas en consecuencia?
Si esto nos pasa a los
adultos con toda la experiencia y todo el tiempo que hemos tenido para
aprender…¡Qué no pasará con los niños!
Cuando los niños son
pequeños, las decisiones del hogar, no se toman democráticamente con ellos. Los
padres son los responsables de cuidar su salud, de darles de comer, de
vestirlos y de dedicarles “tiempo de calidad” para “educarlos”.
¿Por qué no explicar a
los niños que los padres tienen que trabajar para ganar dinero y así ellos
puedan comer siempre que tengan hambre, para que puedan dormir en su camita
calentita y cómoda en lugar de en la calle, para que puedan jugar en el parque
sin miedo a que les pase nada, para que cuando enfermen el médico les pueda
curar, para que puedan ir a la escuela y aprender a hacer bien lo que, con el
tiempo descubran, que más les gusta y para lo que están más capacitados?.
“Ganarse la Vida”
significa cosas distintas en la selva africana que en una ciudad Europea. Aquí,
entendemos el concepto como “ganar dinero mediante un oficio o profesión para
poder costearnos nuestras necesidades básicas de salud, alimentación, vivienda,
vestir, energía, transporte, comunicación, etc.”
Todos necesitamos
“dinero” porqué el dinero no es como el aire, al alcance de todo el mundo, que
lo puede respirar sin esfuerzo. El dinero lo ganamos trabajando con ayuda de
nuestras habilidades personales o prestando un capital para que otros puedan
emplearlo en producir algún bien o servicio por lo que les pagarán un
“interés”. Los productos o servicios que generamos los intercambiamos con otros
y a cambio nos pagan un salario.
Si sabemos emplear bien
el dinero ganado con nuestro esfuerzo y habilidades, necesitaremos menos
cantidad para satisfacer nuestras necesidades básicas. Si lo despilfarramos
necesitaremos más; cifras astronómicas si somos unos derrochadores compulsivos
o lo empleamos en cosas no básicas.
Así poco a poco, los
niños entenderán y valorarán la “cultura del esfuerzo” y la “meritocracia”.
Aprenderán el valor de la acción, la laboriosidad, la actividad y la fascinación-satisfacción
por el trabajo bien hecho y el progreso; frente a la vagancia, la apatía, la
dejadez, el desaliento y el miedo a competir para mejorar.
¿Cuantas cosas haría
usted si fuera “libre financieramente”?
¡Ufuuufff!Si yo tuviera mucho dinero…¡Buuuuuffffffffffff!Mis hobbies serían muy caros…
¡No me refiero solo a
bienestar material: muchas pertenencias, vivienda, coches, yates, vacaciones
exóticas, etc.! Hay muchas más cosas que proporcionan bienestar y felicidad, y
en nuestra sociedad, el dinero puede ayudarnos a poder disponer de nuestro
tiempo para que emplearlo en mejorar nuestro:
·Bienestar físico, cuidando nuestra salud y nuestra
seguridad física,…
·Bienestar social, cultivando las relaciones
personales, amistades, familia, comunidad)
·Desarrollo, cultivando nuestra educación,
mejorando nuestra productividad y contribuyendo solidariamente al bienestar del
resto de la sociedad,…
¿Acaso no les gustaría
alcanzar los objetivos que expresa el padre? ¿Que medidas proponen para
intentar conseguirlos? ¿Que están dispuestos a hacer, USTEDES MISMOS, para
conseguirlos?
Si se limitan a “reír”
seguro que no conseguirán nada.
No preocuparse por el
dinero se puede conseguir de muchas formas: unas legales y otras no. Unas
negando o reduciendo psicológicamente el deseo del mismo y otras mentalizándose
para adquirir una conducta y una forma de vida que facilite y en muchos casos,
ayude a conseguir ese objetivo.
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Todos tenemos dudas. Todos
debemos tomar decisiones. A veces tomamos la menos mala, que en determinadas
circunstancias es la mejor que podemos tomar, de acuerdo a los datos y
conocimientos que tenemos en ese momento.
¿Por qué mentir, si no es
para evitar un mal mayor? Decir lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa
induce a error a los demás y crea falsas expectativas. Mentir hace daño a los
demás,a ti mismo, te genera ansiedades,
te vuelve inseguro, te enreda la mente y es una mala costumbre que nadie
debería adquirir. Además las mentiras tienden a descubrirse y entonces ya no
puedes esperar o exigir honestidad de los demás.Lo peor de todo es mentirse a uno mismo.
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Hay quien prefiere creer
que el éxito es cuestión de suerte, pero el azar sólo influyó en un pequeño
porcentaje en la consecución de los grandes logros.
Las personas que han
alcanzado altas cotas en el mundo del saber, sean investigadores, médicos,
ingenieros o deportistas, han llegado a conseguir sus metas sólo después de
mucho estudio, entrenamiento y dedicación a su profesión.
Si quieres tener éxito en
todos los proyectos que emprendas en tu vida, es imprescindible que te apasione
dedicarles tiempo y esfuerzo.
¡El éxito no llega por
casualidad!
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Vida sólo hay una y es
tan larga que da para mucho:
Para jugar y también para
estudiar.
Para trabajar y
responsabilizarse y también para descansar y divertirse.
Regularmente los medios nos dan a conocer el fantástico y deseable “Estado del bienestar” que disfrutan los ciudadanos de los 5 países nórdicos —Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega o Islandia—, verdaderos faros socialdemócratas de todos los Estados occidentales. Al mismo tiempo casi nunca hablan de los “deberes” que tienen que atender los ciudadanos de esos países para ayudar a mantener ese nivel de bienestar.
El Consejo Nórdico de
Ministros (una organización interparlamentaria de cooperación entre los cinco
Estados nórdicos) ha publicado recientemente un informe sobre los retos a los
que se enfrentarán los mercados de trabajo de los países desarrollados en las
próximas décadas. Se titula “Working
Life in the Nordic región – challenges and
proposals” y ha sido elaborado por el ex ministro danés Poul
Nielson.
Una de las amenazas,
específicamente mencionada en ese informe, es la presión que los refugiados y
la migración ha puesto en el modelo de mercado de trabajo nórdico. Los 5 países
nórdicos no han seguido un modelo conjunto con la UE y estiman que lo mejor es proporcionar
a los recién llegados la posibilidad de obtener rápidamente un empleo combinado
con una formación de calibre, en lugar de que pasen varios años preparándose antes
de poder entrar en la vida laboral. Parece que “Aprender haciendo” es un buen
lema para el esfuerzo de integración necesario. Saliendo del “lema” y entrando
en el terreno práctico: Si estamos abocados a cambiar de trabajo constantemente
y a reinventarnos laboralmente cada cierto tiempo… ¿dejará de ser necesario
tener título, licencia o similar para optar al mismo? ¿Optarán los empleadores
por un trabajador que aprenda su trabajo trabajando o por uno que tenga la
formación necesaria y precise un periodo de aclimatación mínimo?
Será interesante conocer…
¿cómo piensan repartir los costes del programa y regular los derechos
individuales?
El ambiente de trabajo es
otro gran desafío del mercado de trabajo. La tecnología se desarrolla cada vez
más rápido y la competencia mundial crece. En este entorno se recomienda más
reconocimiento, más investigación y más atención política, priorizando los
proyectos de interés conjunto para la zona nórdica.
La fragmentación del
mercado laboral es una tercera tendencia que ya representa un desafío para los
mercados de trabajo nórdicos. Lossindicatos cada vez tienen menos peso y los empleadores cada vez se
afilian menos a las organizaciones empresariales al tener más acceso a
trabajadores extranjeros y a la contratación a tiempo parcial.
Sin embargo, hay una propuesta (p. 5 a 8)
que llama más la atención: “extender
la educación obligatoria a toda
la vida laboral”. Nielson piensa que este es un tema central para asegurar
el modelo de mercado de trabajo nórdico para los próximos años. Argumenta: “Del
mismo modo que los países nórdicos están a la vanguardia desde la creación de
un mercado de trabajo nórdico conjunto en 1954, hoy tenemos que estar a la
vanguardia en el cumplimiento de los retos del futuro y por ello los cinco países
nórdicos deben hacer de la educación de adultos y la formación continuada, un
elemento obligatorio en el mercado de trabajo, e introducir una verdadera
cooperación en materia de migración”.
Parece que a los nórdicos
ya no les basta con una buena enseñanza obligatoria hasta los 16 años para
evitar que algunos padres irresponsables no formen a sus vástagos y éstos terminen
siendo ciudadanos disfuncionales en el momento de su emancipación. Parece que
detectan una cierta dejadez o abdicación de autorresponsabilidad en muchos
adultos —tal vez algunos carecen de incentivos o de capacidad—a la hora de mantenerse “empleables” mediante
la formación continuada. Estos políticos piensan que si son ellos quienes
diseñen el itinerario educativo de sus gobernados durante toda su vida, aquellos tendrán, en una economía
globalizada, más probabilidad para
formarse adecuadamente y conseguir más y mejores empleos.
¿Como ven esta novísima
propuesta socialdemócrata?
¿Prefieren que su
gobierno se limite a asesorar a los adultos sobre los pasos a seguir en su vida
laboral o que utilice todo el poder del Estado para forzarlos, incluso en contra
de su voluntad, a participar en aquellos cursos de formación que los burócratas
estatales escojan para ellos?
Pienso que es
imprescindible que los adultos actualicemos nuestros conocimientos
permanentemente para mantenernos “empleables” y podamos convivir en la sociedad
donde hayamos escogido vivir nuestra vida. También pienso que tras buscar el
asesoramiento adecuado, público o privado, la decisión última de hacerlo, como,
cuando y donde hacerlo corresponde únicamente a cada uno de nosotros y no es
delegable, ni siquiera en el Estado. Si no ejerciéramos esta responsabilidad y
delegáramos la decisión en el Estado, asumiríamos un peligro que no reside
solamente en el más que evidente riesgo de adoctrinamiento o de corrupción,
sino en la pérfida filosofía de fondo sobre la que se apoya: el tiempo vital de
una persona adulta no es realmente suyo sino del Estado, quien puede moldearlo
como crea conveniente en aras del ¿interés general?.
Cuanto más se prolongue
la edad mínima de estudios obligatorios, más tiempo depende una persona de sus
padres y menos de sí mismo. Para poder estudiar, necesitas permanecer más o
menos dependiente de tus padres y más en España, donde conseguir un trabajo que
te dé para vivir sin estudios y sin enchufe raya en lo imposible. Cuanto menos
dependa la gente de sí misma, menos legitimidad tiene para defender que “esto
me lo he ganado yo con mi esfuerzo”. Menos legitimidad, por tanto, para
defender la propiedad privada, el reparto de la riqueza que otros han producido
y más expedito el campo para las envidias y los rencores.
Parece que estamos ante
una trampa de la autobautizada “ideología progresista” que lo que intenta es
que no observes, no pienses por ti mismo, no te pongas en acción, no
prosperes…para que sigas necesitando
siempre la tutela del “Partido Progresista”; y naturalmente te indignarás que
el dinero que tanto te ha costado ganar vaya a ser utilizado para que el
Partido Progresista, muy poco democráticamente, compre los votos de la gente
necesitada o damnificada por su mal gobierno. Hay que diferenciar entre
conocimiento teórico y conocimiento práctico producto de la observación real
aplicado a la acción que produce prosperidad personal y riqueza comunitaria;
siempre que el Gobierno legisle poco y adecuadamente para facilitar que los que
quieran “prosperar”, lo puedan hacer sin trabas artificiales. Y prosperar
significa producir riqueza económica e intelectual haciendo algo bien hecho y
que los individuos necesiten y pueda o esté dispuesto a pagar. Nunca se generará
ese tipo de prosperidad cuando se gana más dinero siendo “enchufado público”
que especula con el suelo, chantajea al empresario para ganar más sin dar nada
a cambio o incluso poniendo trabas a los trabajadores y emprendedores o
simplemente cobrando el sueldo dormitando en el despacho.
La mayoría de la gente se
sienten deslumbrados cuando entran en un despacho con paredes llenas de “diplomas”.
Equiparan “diplomas” a conocimiento y experiencia intelectual cuando no dicen
casi nada de la habilidad que el propietario del despacho haya podido atesorar
y poner en práctica a lo largo de su vida.
Ya dijo Aristóteles que
“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la
destreza para aplicar los conocimientos en la práctica”. A lo largo de la vida,
los que aprenden, van haciendo acopio de conocimientos y habilidades. El adquirir
conocimientos nos puede proporcionar un delicioso divertimento intelectual para
nuestros momentos de ocio, pero para producir riqueza –ganarnos la vida–
tenemos que emplear los conocimientos adecuados para analizar las informaciones
que nos ayuden a entender el mundo que nos rodea, a tomar decisiones sensatas y
no dejarnos engañar... Cuando aplicamos nuestros conocimientos a un proyecto
concreto, desarrollamos nuestras habilidades que nos sirven para ganar maestría
en un campo determinado.
No es lo mismo saberse de
memoria la disposición de las teclas de un ordenador, que tener la habilidad de
escribir rápido con los diez dedos. No es lo mismo saberse de memoria toda la
anatomía humana y toda la teoría quirúrgica que tener la habilidad de operar a
un paciente. No es lo mismo saberse de memoria toda la biomecánica de todos los
estilos de natación que tener la habilidad de nadar rápido o cubrir una gran distancia.
No es lo mismo saberse de memoria todos los principios de la contabilidad y la
legislación que puede ser aplicable a una empresa, que tener la habilidad de
dirigirla. No es lo mismo saberse de memoria miles de palabras, preposiciones y
verbos, que tener la habilidad de hablar un idioma ajeno al materno. Los
conocimientos se pueden memorizar pero hay que aplicarlos para adquirir
habilidades: haciendo, practicando, trabajando.
En general son pocas las
habilidades que pueden adquirirse dentro de un aula mirando a una pizarra y
escuchando pasivamente a un señor que nos cuenta algo que luego, en cualquier
caso, tendremos que terminar de memorizar en casa. Por eso es tan difícil
encontrar un trabajo sin tener experiencia, por muchos títulos que se tengan. Por
eso el paro juvenil occidental suele ser tan alto, por confundir los
conocimientos que se pueden memorizar –hay quien los ha memorizado sólo para
aprobar el examen y conseguir el “titulo” y no para “saber”–, con las
habilidades que capacitan para desarrollar tareas útiles y productivas. Por eso
cualquier estudiante español de secundaria que a los 16 años intente buscar
trabajo, con su flamante título de ESO, descubre que tras tantos años de
enseñanza obligatoria de planificación estatal centralizada, realmente su
capacidad para ganarse la vida es completamente “nula”. Por cierto, en España
ya hace muchos años que existen “planes de formación continua” de los trabajadores
en activo y también para parados. Es un modelo
formativo oficial dirigido a los trabajadores asalariados que pretende
ayudarles a mejorar sus competencias o adquirir otras nuevas, de manera que su
preparación profesional sea cada vez mejor. De los costes
de ese modelo, corrupciones incluidas y de su efectividad, tanto para las empresas
como para los trabajadores, mejor no hablar para no tener que llorar.
Espero que los nórdicos
en conjunto cuando deliberen sobre la propuesta de Nielson diferencien
conocimientos de las habilidades. Por cierto, en España ya hace muchos años que
existe la formación continua de los trabajadores. Es un modelo
formativo oficial dirigido a los trabajadores asalariados que pretende
ayudarles a mejorar sus competencias o adquirir otras nuevas, de manera que su
preparación profesional sea cada vez mejor. De los costes
de ese modelo y de su efectividad tanto para las empresas como para los
trabajadores, mejor no hablar para no tener que llorar.
De llevarse a cabo la
recomendación de Nielson parecerá que el servicio militar/social obligatorio
moderno se dará en las aulas en lugar de en los cuarteles como antaño.
¿Se declararán ustedes insumisos
o reivindicarán con ardor la adopción de esa medida en nuestro país?
Los que prefieren la
tutela del “estado burocrático” estarán deseosos de que llegue pronto esta
medida, los más liberales seguramente preferirán que no se atente contra sus
libertades y se les deje decidir que hacer con su vida, su formación, sus lecturas,
sus ideas y su tiempo libre.