jueves, 28 de junio de 2018

La diferencia entre empezar pronto a “invertir” o pasar de ahorrar

Alicia y Leticia se conocen desde pequeñas y son amigas inseparables. Lo único que les separa es la diferencia entre cómo han gestionado cada una sus ahorros. Cada una ha seguido el ejemplo de sus respectivas familias, lo que ha visto hacer a sus padres y abuelos desde que nació.
Alicia empezó a invertir con 23 años. Cuando consiguió su primer trabajo, sus padres le regalaron 1.000 euros para que empezara a ahorrar. Desde su primer sueldo y aconsejada por sus padres, guardó 200€ cada mes para poder “invertir” 2400€ al año. Lo hizo durante los próximos 10 años. A los 33 formó una familia y aumentaron los gastos. No ahorró más pero mantuvo la inversión conseguida hasta el momento sin tocarla para tener un dinero adicional cuando se jubilara, previsiblemente a los 67 años.
Leticia también empezó a trabajar con 23 años y siguiendo el ejemplo de sus padres, al verse con el dinerito fresco de su sueldo, empezó a “vivir la vida” gastándolo en lo que le apetecía. El dinero era suyo y sus padres le permitían seguir viviendo en casa. A los 33 años, después de unos años de casada y a la vista de lo que tenía ahorrado su amiga Alicia —ella no tenía nada—, decidió invertir 1000€ y guardar 200€ cada mes para invertir 2400€ cada año (como había hecho su amiga Alicia, sólo que 10 años más tarde y costándole más llegar a fin de mes). Diez años después, cuando las dos amigas ya habían pasado a barrera de los 40 años, 43 para ser exactos, Leticia decidió seguir guardando 200€ cada mes y seguir invirtiendo 2400€ cada año hasta que se jubilara a los 67 años. Alicia siguió sin ahorrar nada, pero mantuvo la inversión acumulada en los diez primeros años y no tocó ni un céntimo de la misma.
Cuando las dos amigas se jubilen, Alicia habrá aportado 22.600€ a su plan de ahorro y Leticia 82.600€ (casi cuatro veces más). Como las dos han practicado estilos diferentes de inversión las dos amigas obtendrán resultados diferentes. Sin embargo, para hacer más fácil el ejemplo supongamos que han obtenido la misma rentabilidad anual y lo único que cambia es la cantidad separada de su sueldo cada mes para ahorrar y el “momento” y periodo en el que han ahorrado y mantenido dicho ahorro. En este supuesto…
¿Quién creen que tendrá más ahorros (una vez sumados los rendimientos de sus inversiones) cuando lleguen a los 67 años: Alicia o Leticia?
... /...
¡Intenten hacer sus cálculos antes de seguir con la lectura para ver la respuesta!
... /...

El dinero que invertimos genera intereses (también puede generar pérdidas, de ahí la necesidad de adquirir ciertos conocimientos sobre inversiones) y estos intereses, sumados al capital, generan más intereses mientras no retiremos las ganancias que vamos teniendo ni el capital. De ahí que cuanto antes empecemos a invertir y más tiempo mantengamos la inversión, mayor será el ahorro conseguido.
Aunque Leticia haya hecho un mayor esfuerzo ahorrando más dinero (casi cuatro veces más que Alicia), su dinero ha "trabajado" menos años.
Pero ¿y si en lugar de conseguir un 10% TAE anual hubieran conseguido sólo un 3% de rentabilidad? 
Alicia conseguiría menos ahorro que Leticia (74703 frente a 145523). Pero si tenemos en cuenta lo que ha aportado cada una y cuando (2400€ durante los primeros 10 años y 2400€ durante los últimos 34 años) Alicia multiplicaría su aportación por 3,3 veces y Leticia sólo la multiplicaría por 1,76 veces.

Es solo un ejemplo ilustrativo, porqué en la vida real deberían tenerse en cuenta varios condicionantes adicionales: que demos con un buen producto que ofrezca rentabilidades de manera recurrente (no es lo mismo ahorrar en una CC, cuenta de ahorro a LP, FIM, Acciones, etc), que tengamos la voluntad de empezar pronto a invertir, los impuestos dependiendo de los políticos que gobiernen, etc... 
Aún así este ejemplo puede servir como aliciente para empezar a ahorrar pronto para los que no conocen la gran importancia de mantener una inversión el mayor tiempo posible, aprovechándose de a magia del interés compuesto. 
Adelantar el “momento del esfuerzo de ahorro” y mantenerlo en el tiempo es muy importante para que los ahorrillos nos ayuden a vivir mejor cuando nos falte el trabajo o nos jubilemos.
Esta afirmación se comprueba cierta con un sencillo cálculo (sólo sumas y multiplicaciones) y lo pueden atestiguar, si las estadísticas son ciertas, las pocas personas que lo han seguido. Porque, como muchas cosas simples que son muy fáciles de aconsejar, suele faltar la determinación y la falta de voluntad para seguirlo y llevarlo a la práctica.
Y si Alicia y Leticia convencen a sus parejas de que aporten también cada mes 300€ más...

Para muchos es muy difícil de entender que no sólo trabajamos las personas, el dinero (capital) bien invertido y mantenido en el tiempo, también puede trabajar para nosotros. Un consejo que todos los padres y los abuelos deberían dar a sus nietos y estimularles a que lo siguieran. 
¿Cuanto piensan que podrían conseguir si cuando nace un niño, al tiempo que le hacen socio de su equipo de futbol preferido, les abrieran una inversión con la condición de que no la tocaran hasta el momento de la jubilación? 
No sean perezosos, hagan el cálculo y sorpréndanse del legado que les pueden dejar en herencia. Tal vez eso les anime a cambiar su paradigma.


Respuesta:
Consiguiendo una rentabilidad anual media durante los 67 años, de sólo el 6%; cuando el niño se jubilara tendría más de un millón de euros, habiendo invertido sólo 100€ cada mes.
La magia del interés compuesto es la responsable de este sorprendente resultado. Bueno, también la fuerza de voluntad para aportar cada mes 100€ y mantener la inversión sin tocarla hasta los 67 años.

martes, 12 de junio de 2018

Un “golpe de efecto” por razones humanitarias

España ha decidido acoger a los 629 inmigrantes del buque Aquarius, propiedad de la ONG Médicos sin Fronteras. El ministro de Exteriores dijo que solo se trata de un "acto simbólico"; un 'golpe de efecto' para llamar la atención en toda Europa y suscitar de nuevo un debate que, desde hace años, nunca llega a ninguna parte. 

Nadie debería jugar con la inmigración. La inmigración no debería usarse para cálculos electorales ni para la demagogia política, porque esa es una bomba que tarde o temprano nos estallará en la cara. Y menos aún en España, frontera del hambre subsahariana.
Como tenemos memoria de pez y solo hablamos y nos acordamos unas pocas horas de lo que publican los medios de comunicación, olvidamos que, hace menos de quince días, España impidió, en una acción conjunta con Marruecos, la entrada por la frontera de Ceuta de unos 400 inmigrantes. La avalancha, como tantas otras, se produjo a primera hora de la mañana; de repente un centenar de inmigrantes se encaramaron a la valla y … También eran inmigrantes hambrientos, desesperados, desahuciados de eso que llamamos vida aquellos que vivimos en países ricos como España. Sólo el año pasado, el Frontex (la agencia de control de fronteras de la Unión Europea), publicó que la presión migratoria aumentó en un 124% en España: casi 23.000 personas intentaron entrar de forma irregular. No se cuantos lo consiguieron.
Dediquemos un poco de tiempo a pensar la respuesta a algunas preguntas relacionadas con este tema:
¿Qué puede ocurrir si el 'gesto simbólico' del Gobierno español se interpreta como un cambio de política en España ante la inmigración?
¿Estamos dispuestos a ver como nuestra sociedad, con todas su deficiencias y aún así, la más próspera, igualitaria y abierta de toda la Historia de la Humanidad, se diluye por la llegada masiva de personas con otra cultura y forma de entender la vida?.
¿Estamos dispuestos a poner algún límite o aceptaremos a todos los que vengan, sea la cantidad que sea, sea por el tiempo que sea?. ¿Estamos capacitados para hacerlo?
¿En que se diferencian los 629 de los 5000 que esperan frente a la valla de Melilla?
¿Y los próximos 600? ¿Como se les va a negar la acogida a los siguientes cargamentos humanos?
Desde que las mafias, salvajes e indeseables, que trafican con personas tienen la certeza de que siempre habrá un barco que rescate a inmigrantes en el Mediterráneo, han abaratado el coste de la embarcaciones que utilizan en su tráfico. Ahora, la mayoría son botes neumáticos mucho más baratos que los barcos de pesca que se utilizaban anteriormente. Esas escuálidas embarcaciones, en las que se agolpan decenas de personas, sólo aguantanla navegación durante unos pocos kilómetros al norte de la costa de Libia.
¿Quid pro quo? (¿Algo a cambio de algo?) Algunos piensan que las ONG’s no encuentran por casualidad a las embarcaciones llenas de inmigrantes cuando están a punto de naufragar, sino que lo hacen en cuanto tienen conocimiento —las propias mafias se lo comunican— de que han salido de la costa de Libia. Simplemente esperan en el límite de la aguas jurisdiccionales libias y, en cuanto los ven aparecer en la pantalla del radar, van a por ellos. Parece que el "Aquarius" había recogido a estas 629 personas después de varios rescates en cadena, moviéndose de un lado a otro hasta llenar las bodegas y entonces dirigirse a Europa; mucho más lejos que Libia. ¿Porqué no devolverles a la costa africana, que también cumpliría el objetivo de ayuda humanitaria por salvarlos de morir ahogados? Al llevarlos a un puerto europeo, en lugar de ponerlos a salvo en la tierra firme más cercana, hacen que las “mafias” cumplan la promesa que les hicieron cuando les vendieron, a precio de oro, un miserable hueco en una patera masificada.
El resultado es un círculo vicioso infernal, del que no se puede salir: cuanto más eficientes sean las ONG que rescatan inmigrantes y las llevan a Europa, más crueles serán las 'ofertas' de las mafias de inmigrantes para los centenares de miles de personas, hombres, mujeres y niños, que esperan uno de esos 'pasajes' para llegar a la supuesta “tierra prometida” que les venden los mafiosos. 
Cada vez que alguien de una ONG plantea el dilema al que se enfrentan —o rescatar a los inmigrantes o dejarlos morir ahogados—está claro que no existe más que una respuesta: rescate siempre. Pero todos tendríamos que ser conscientes de que esa no puede ser nunca una solución definitiva, porque lo único que conseguirá a largo plazo es aumentar exponencialmente el problema de la inmigración, cada vez con más réditos para las mafias y más riesgo para los inmigrantes. Nadie puede ser tan osado como para pensar que conoce cuál es la solución del problema de la inmigración en este siglo XXI, de los avances científicos y de las miserias humanas, pero, al menos, deberíamos aspirar a no empeorarlo.
Personalmente desconozco el modus operandi de las ONG’s con barcos de salvamento, aunque sería bueno que hubiera transparencia al respecto. Si fuera como se ha descrito antes, los responsables de dichas ONG`s deberían ser detenidos en el acto, imputados y pasados a custodia judicial como cómplices necesarios para el trato esclavista de personas por parte de las mafias. Tal vez así se conseguiría desarticular a las organizaciones mafiosas que se benefician, directa o indirectamente y siempre desaprensivamente, de los aterrorizados emigrantes.
El Mediterráneo separa dos áreas geográficas, Europa (600M de habitantes, sin Rusia y descendiendo) y África (1200M de habitantes en fuerte crecimiento), con una de las mayores diferencias sociales y económicas del mundo. Por ello la inmigración no se va a acabar hasta que desaparezcan los “dictadores locales”, los “intermediarios” que se benefician directa y/o indirectamente de este tráfico humano, y las sociedades africanas puedan progresar (con ayuda) y mejorar su modus vivendi. 
También hay que tener en cuenta que los inmigrantes no solo vienen a Europa para mejorar su nivel económico de vida, sino para huir de la inestabilidad en los países donde nacieron. Resultado: sus problemas se dirigen hacia los europeos al tiempo que rebajan la presión a los dictadores locales que siguen destrozando y esquilmando sus países y a sus habitantes. 
La vía de ingreso a Europa por el este (Turquía y Grecia) hace tiempo que está cerrada. La vía central (Malta, Italia, Croacia) se ha empezado a cerrar y ya solo queda la vía Suroccidental (España) como vía de ingreso. Los franceses, que también tienen costa en el Mediterráneo (Marsella su gran puerto), están calladitos. ¿Se imaginan, en plena Côte d’Azur el Boulevard de la Croisette o La Promenade des Anglais llenos de Top Mantas?. El resto de países de Europa hablan mucho de fronteras abiertas, pero las cierran a cal y canto para según quienes y de solidaridad… sólo palabras. Cada cual debe lidiar con su problema porque los “hechos solidarios” procedentes del centro-norte europeo brillan pos su ausencia. 
Los europeos tenemos un gran problema que solo puede resolverse en su origen. Las buenas intenciones valen para poco y la inmensidad del problema nos desbordará más temprano que tarde si no se habla en serio entre todos. El problema es que el que está endeudado (los países PIGS dependen de los préstamos de los centroeuropeos) no es libre para decidir.
Una pregunta más para que ustedes intenten respondérsela ahora mismo:
¿Estamos dispuestos a compartir nuestra riqueza (poca o mucha según quien hable) con un número cada vez mayor de personas que vienen sin nada y temen por sus vidas?. Pregúntense por SU riqueza personal: su casa, sus ahorros, los cuidados médicos que reciben ustedes, la educación que reciben sus hijos, sus calles, sus parques, sus playas, SUS…etc. No lo de los demás, lo suyo propio ¿De verdad están dispuestos a compartirlos? ¿Hasta cuanto o durante cuanto tiempo? ¿Han empezado a compartirlo ya? ¿Qué y con quien lo han compartido?
Recuerden que llevamos casi una década con la Guardia Civil empleándose a fondo para que los subsaharianos y otros “sin papeles” no consigan saltar “la verja” de Ceuta y Melilla. A los que logran pasar los persigue la Policía Municipal de Madrid o Barcelona (poco o mucho depende de quien lo juzgue) porque son ilegales y venden, para poder comer, artículos ilegales en el Top Manta. Los comerciantes que pagan sus impuestos están hasta la coronilla de la competencia ilegal de los Top Manta y de los talleres clandestinos. Los que tienen a personas sin papeles malviviendo en su vecindario y creando conflictividad social también están hasta la coronilla. Los ciudadanos que ven como les rebajan su atención médica en cantidad y calidad porque hay que atender muchos más pacientes inmigrantes, que hacen un uso intensivo de la sanidad desde el mismo momento en que se empadronan, empiezan a impacientarse. Los trabajadores del tercer sector se quejan porque no se les transfieren suficientes fondos para atender a toda la riada de inmigrantes como y cuando les gustaría y reclaman más generosidad de los contribuyentes. Demasiada gente está hasta la coronilla y aún así, no se atisba que ningún dirigente proponga algún plan global para paliar o al menos atenuar el problema.
Cabría plantearse dudas si no pudiéramos comprobar, sobre el terreno, como en muchísimas zonas de Europa la convivencia se ha empezado a degradar alarmantemente; y como los partidos populistas y xenófobos captan votos alarmantemente. Y eso que solo llevamos menos de una década soportando grandes tasas de inmigración. Cuanta mayor inmigración haya, recordemos el “efecto llamada” de hace unos años, mayores tensiones soportaremos previsiblemente.
El problema de África no tendrá solución hasta que los propios africanos no decidan dársela. Como les falta el conocimiento y las estructuras sociales para ello y sigue habiendo un montón de empresas y lobbies poderosos que presionan y facilitan que nada cambie, es de prever que su crisis social va a durar muchísimos años. La única apuesta de futuro que ven factible actualmente es la huida a Europa, donde ya existe todo lo que ellos no han creado. Así que el problema no lo tienen los africanos, lo tenemos los europeos y entre ellos los que vivimos más cerca de la “frontera”: nosotros los españoles.
Que cada cual piense en el problema que tenemos y decida su posición. Ojalá que pudiéramos expresar nuestra decisión en un referéndum; que la inmigración, como tantas otras cuestiones importantísimas de presente y por supuesto de futuro; no debería quedar exclusivamente en manos de ningún político populista.

sábado, 9 de junio de 2018

Menos postureos y más dialogo

Hoy cumplo años, empiezan a ser demasiados, y ya me va cansando ver a mi alrededor tanto postureo y tan poco diálogo. Ojalá que el nuevo Gobierno sea ágil y que, teniendo en cuenta que la corrupción le ha costado finalmente el puesto a Don Tancredo, hagan también limpieza de corruptos en su partido, que pocos o muchos, también los hay, se dejen de postureos y empiecen a trabajar pronto. 
Aunque en el nuevo ejecutivo, el Presidente del Gobierno se ha rodeado de una mayoría de mujeres —ha roto la igualdad , pero al revés de como venía sucediendo en el pasado—, por desgracia, la imprescindible estabilidad gubernamental sigue cotizando a la baja. Los medios de comunicación siguen encargándose de excitarnos con las dos grandes cuestiones que agitan nuestros días: la disputa territorial y los recurrentes fenómenos de corrupción. Parece que nadie quiere ser consciente de que cuanto más se enroquen los políticos en sus particulares posiciones, menos capaces seremos de superar este perverso escenario. O tal vez, ¿es eso lo que algunos quieren?: atender ciertos intereses partidistas al tiempo que, sumidos progresivamente en una dinámica de desconcierto e inoperancia, descuidan el interés general de la mayoría de ciudadanos. No tienen ningún escrúpulo en condenarnos a un debate meramente ideológico sobre escenarios nacionales. Si solo hablan de eso y dejan de lado cualquier otro debate, están cometiendo un grave atentado contra la solución de los problemas que los catalanes (y los españoles) padecemos día a día. 
No quieren ser conscientes de que necesitamos más políticas concretas que nunca. La trayectoria política de los últimos años está llena de promesas incumplidas, escenificaciones ridículas y presenta un saldo pobrísimo de realizaciones. Los catalanes necesitamos respuestas políticas de alcance consensuadas con el Gobierno de España. Es imprescindible volver a hablar de todo aquello que nos permitirá crecer con prosperidad: Talento, innovación, liderazgo, empresa, comercio y compromiso para poder lograr que nuestros puntos fuertes como nación funcionen como instrumentos de modernidad al servicio de todos los catalanes. Celebrar un diálogo sincero y leal con el Gobierno de España es una tarea impostergable que hay que empezar cuanto antes. Barcelona podría ayudar a este cometido si contáramos con un Gobierno municipal que, al margen de las pretensiones ideologizadas de todos, pusiera en el centro de su actividad hacer, de la capital de Catalunya, una apuesta por la modernidad, prosperidad, crecimiento sensato y civismo.
Parece que Pedro Sánchez llevaba los deberes bien hechos y ha empezado con buen pie. Ahora falta que continúe así, dejando de gobernar “en contra de alguien”, y velando porque las reuniones no se alarguen innecesariamente. Así, las decisiones que no se tomaron en el pasado, se deben tomar urgentemente o al menos con el mínimo retraso posible. Todos, el Gobierno, los simpatizantes que le apoyan y la ciudadanía en general deberíamos recordar que a la perfección no siempre le salen muy bien las cosas. Pruebas tenemos todos, y recientes.
Esperaré impaciente que unos y otros empiecen a hablar. Ya vemos que los “antiguos extremistas” buscan cualquier excusa peregrina para seguir sin hacerlo, pero, a los “nuevos”, hay que darles un voto de confianza, al menos hasta el verano y facilitarles el apoyo necesario para que lo hagan. Cuando digo que “espero a que hablen” me refiero a que hablen y escuchen: Tú dices algo; yo, callo y te escucho intentando comprender tu punto de vista; yo digo algo; tú, callado, me escuchas intentando también comprenderme. Y así, poco a poco, hablas, te escucho; hablo, me escuchas... y llegamos a un acuerdo beneficioso para los dos o no llegamos; pero explicando claramente, por qué no han encontrado ninguna solución progresista, a todos los ciudadanos. Personalmente quiero entender a todos los expertos y a todos los políticos, porque cuando no entendemos a los que negocian en nuestro nombre, a menudo tendemos a pensar que hablan raro (pocos hechos y demasiados sentimientos excitados) para que los ciudadanos nos quedemos 'in albis'. Y ya empezamos a estar muy artos de que esta película nunca termine y cada vez nos lleve por caminos más peligrosos.

jueves, 7 de junio de 2018

Redes sociales

Hace unos años, si no te dejabas ver en los “lugares de moda” no existías. Los jóvenes se daban el teléfono para quedar y encontrarse en la plaza, en el paseo o en el centro de reunión y encuentro. La reputación se labraba en vivo y en directo interactuando con el grupo. En estos tiempos digitales, para existir tienes que tener un perfil social en alguna (o varias) redes sociales. Lo del contacto presencial ha pasado a un segundo plano y antes de quedar con nadie, todo el mundo investiga su perfil/ reputación en las Redes Sociales (RS).
Para los usuarios de las RS, “existir” significa:
  1. Tener una “Identidad” en la RS que les permita a los demás hacerse una idea (real o no) de quién eres. Si apareces con buen aspecto y derrochando felicidad, mejor que mejor.
  2. Buscar y obtener “Reconocimiento”: Que los otros sepan quién eres, que cualidades tienes o al menos que aparentas. Para muchos, aquí entra el márquetin personal y el “postureo”.
  3. Saber a donde vas: Tener un cuaderno de bitácora con tus pensamientos, algunas para recordatorio privado y otras compartidas con el grupo de amigos y la mayoría de acceso público.
Las Redes Sociales se caracterizan por ser:
  1. Un “Laboratorio de identidades”. Cada RS es un ecosistema diferente en el que cada uno se siente más o menos a gusto y en el que se comporta de forma diferente atendiendo a lo que quiere compartir, cotillear o “pescar”.
  2. Un “escaparate” permanente: Un espacio público, con una audiencia sin límites, donde controlar, comparar y hacer seguimiento de uno mismo o de los otros con diversos fines.
  3. Herramientas de información masiva que sirven para comunicar lo que se desea o interesa en directo y para todo el mundo. 
  4. Un entorno donde se puede gozar de una cierta “intimidad pública”, ya que es posible decidir que compartir y con quien hacerlo. Incluso es posible utilizar unas normas de comportamiento o ciertos “argots” que te permitan pasar desapercibido para la mayoría y comunicarte de forma clarividente para una minoría escogida que conoce el “código” adecuado.
  5. Un ecosistema donde la “felicidad” es norma social en alza, que gana valor cuando los demás la ven en las redes y más aún, si le dan "Me gusta". Está comprobado estadísticamente que cuanto más morbo tienen las fotos o las publicaciones más gustan a los adictos a las RS.
Las Redes Sociales son "RECURSOS para visibilizar nuestras IDEAS" que unas empresas (con ánimo de lucro) ponen a nuestra disposición. Los usuarios podemos beneficiarnos de ello y lo que necesitamos son ideas INTERESANTES que visibilizar. Los KPI miden el nº de fans, de likes, comentarios, etc. y los gestores las RS tienen sus algoritmos para favorecer ciertos contenidos y ciertos perfiles de usuarios.
Es interesante ver como en la serie BLACK MIRROR (Netflix) describen un futuro en el que el valor reputacional de los individuos en las RS se utiliza para conseguir muchas cosas hoy impensables.
Las Redes Sociales se utilizan para relacionarse con otros individuos cercanos o lejanos geográficamente y que ni siquiera “conocemos” personalmente. Entre todos formamos un mundo hiperconectado donde podemos interactuar a cualquier hora, con cualquiera y en el que también podemos sentirnos muy solos. En realidad, podemos tener contactos razonables con un máximo de 150 "amigos virtuales”. Todo lo que supere esta cifra, sirve para poco más que para engordar la cifra de seguidores y crear la falsa impresión de “popularidad”.
Hablando de “falsas impresiones”. El postureo (felicidad impostada) es moda en las redes sociales; sobre todo para los que intentan maximizar su marketing personal aparentando histriónicamente ser muy exitosos y felices. Con el fin de conseguirlo suelen seguir estas reglas cuando publican fotos:
  • #travelers: se muestran estando de viaje en lugares exóticos pasándoselo de maravilla.
  • #foodie: Muestran fotos de comida: platos suculentos, exóticos o caros que se supone están disfrutando en el momento de la publicación. Si se junta con el punto anterior crecen los “likes”.
  • #lovelypet: Se hinchan de publicar fotos de sus mascotas en las posturas y entornos lo más variados posibles. Como ellas no pueden quejarse de las perrerías que les hacen, no tienen ninguna excusa para experimentar…
  • #selfie: Chic@s sonriendo mientras sacan la lengua o hacen morritos de culo, saltan, cruzan la cara con los dedos en forma de V, etc.
En “Instagram”, cada vez más masificado, se cumplen las cuatro reglas anteriores en más del 80% de las fotos publicadas. Los usuarios que se cansan de ver esta acumulación de fotos similares y de moda, les gustaría tener un “club digital” donde compartir “fotos más creativas”, mezcla de Pinterest e Instagram,sin lo malo de ninguna de las dos. Durante un tiempo pudieron usar la app VSCO que ayuda a obtener buenas fotografías y permite retocar/aplicar filtros con buenos resultados. No sabemos cuanto durará porque cuanto más eco se haga la gente de sus bondades y de sus diferencias con Instagram, se supone que más usuarios tendrá y peor contenido recalará en su comunidad de “fotógrafos y gente creativa”. Así es la vida, hay que estar siempre aprendiendo y renovándose si uno no quiere consumir siempre lo mismo que la mayoría.
Aprovechando las posibilidades que brindan las RS hay empresas que utilizan como prescriptores a gente que tiene una amplia comunidad creada que los utilizan como una especie de ídolos. Con el tiempo la gente hará cada vez menos caso de los “influencers”, pero mientras dure la moda o haya personas crédulas por vagancia o desconocimiento, seguirán haciendo su agosto.
Hay plataformas para compartir contenidos (como https://issuu.com) y allí podemos expresar nuestra creatividad, compartirla y aprender unos de otros. También hay que ser conscientes de que no todos los estudios son contrastados y de que hoy en día demasiada gente banaliza el engaño (fake news), a algunos se les permite mentir y delinquir con cierta impunidad y asistimos a una devaluación escandalosa del valor de la “palabra dada” y de la verdad. El deseo de escapar de la propia realidad siempre ha existido y por ello hay una moral aceptada mayoritariamente por nuestra comunidad latina que pronto olvida las mentiras y disculpa las irresponsabilidades. La intencionalidad y los límites que se traspasan en cada caso marcan la diferencia.
Otro tema que nos debe mantener alerta es la seguridad con la que las compañías propietarias de las RS guardan nuestros datos y la finalidad con la que las utilizan.
Los límites de las comunidades en las RS ya no son físicos y los usuarios podemos formar “Comunidades de interés” donde las personas podemos conectar, incluso si hablan diferentes lenguas. Por otra parte, los propietarios de las RS comercian con nuestros datos y utilizan algoritmos para decidir que tipo de información vemos en primer lugar, o si la vemos o no. Ello facilita un riesgo de polarización de los usuarios que recibimos noticias similares y obviamos contenidos que “supuestamente según los algoritmos” no son de nuestro interés. Como particularmente desconocemos que tienen en cuenta los algoritmos para facilitarnos los contenidos, se generan “cámaras de eco” donde sólo se habla de unos temas de interés (¿Para quién?) y se retroalimentan nuestros supuestos intereses o querencias. Le damos likes a los que comentan apoyando lo que pensamos y/o publicamos. Nos acomodamos tanto que, con el tiempo, perdemos la habilidad para contrastar ideas y dialogar con educación y respeto con quienes piensan diferente, y terminamos por discutir acaloradamente sin escuchar ni respetar las ideas de los demás. 
Los gestores de las redes sociales también investigan sobre como manipularnos emocionalmente, crean algoritmos que refuerzan las “cámaras de eco” volviéndonos esclavos de nuestro propio yo. Nos segregamos social y digitalmente hasta llegar a pensar que no existen otros puntos de vista diferentes a los nuestros. Los usuarios de las RS debemos tener en cuenta esta circunstancia y tratar de identificar “amigos virtuales” con diferentes sensibilidades e intereses para intentar obtener la visión más real posible.
Como ni todo es sólo bueno ni totalmente malo, también las RS permiten que se formen “comunidades de interés” que son grupos de apoyo y funcionan como un club privado donde se controla el derecho de admisión, asegurando que los partícipes puedan hablar con libertad y a salvo de los temas que les interesan. Pensemos por ejemplo en “victimas de maltratos” que pueden dialogar y ayudarse a salvo de sus maltratadores…
No deberíamos despreciar herramientas como las RS que nos permiten crear y compartir, ni dejar de usarlas por miedo. Eso si debemos cuidarnos activa y continuamente de encontrar el “ecosistema” que ayude a colmar nuestras expectativas de relación, crecimiento, aprendizaje, diversión o lo que cada uno busquemos en las RS.
Os deseo todo el éxito en esta empresa, si os ponéis manos a la obra para emprenderla.

miércoles, 6 de junio de 2018

Hay cosas que nunca cambian



¿Cuando tendremos un Gobierno que ponga una vicepresidencia encargada de fomentar el “capital educativo, cultural y social” de nuestro país, además de la destinada a fomentar el “capital económico y tecnológico”?
La educación y la economía mantienen una causalidad circular. Ambas se necesitan mutuamente. 
El 'capital' es el conjunto de recursos acumulados que amplían las posibilidades de acción, de producción o de calidad de vida de una persona o de una colectividad. A su vez, "Capital social", designa las condiciones necesarias para que las instituciones democráticas funcionen justa y eficientemente.
Aunque tengamos nuevos gobernantes en España y en Catalunya, la complejidad de los problemas pendientes de resolver exige que la 'innovación' no se dé solo es el campo tecnológico-científico, sino también en el campo social.
La educación, la formación, el aprendizaje, la generación de talento, la ampliación de la inteligencia son factores personales que hacen posible la investigación, el desarrollo y la innovación. Para investigar, para desarrollarse, para innovar, hace falta capacitación previa. Ninguno de esos fenómenos aparece por generación espontánea. Toda persona, toda institución y toda sociedad, para sobrevivir, necesita aprender al menos a la misma velocidad con que cambia el entorno; y si quiere progresar, ha de hacerlo a más velocidad.
Deberíamos apoyar a los que reclaman al Gobierno que trabaje para fomentar la pasión por el aprendizaje, en todos los niveles: en los alumnos, en los docentes, en los empresarios, en los empleados, en los políticos,... porque si bien es verdad que España se enfrenta al problema de la deuda, del déficit y del sector financiero, también debería solucionar los gravísimos problemas de nuestro sistema educativo que seguirán reduciendo el crecimiento económico de nuestro país. Algo que necesitamos urgentemente, entre otras cosas para mantener y mejorar el estado del bienestar.
Cinco premios Nobel de Economía recientes —Stiglitz, Thaler, Kahnemann, Deaton y Tirole— han insistido en la importancia de la EDUCACIÓN para tomar “buenas decisiones económicas” y nuestros gobiernos no siguen su consejo. 
¿Se han preguntado de que sirve tener libertad de expresión/decisión si no tenemos la educación necesaria para tomar buenas decisiones ni libertad financiera para poder llevarlas a cabo?
Tenemos muchos grandes problemas que no sabemos solucionar: el problema de las desigualdades, de las migraciones, del respeto a las minorías, de la economía sostenible, del cambio climático, de la violencia doméstica, de la discriminación de la mujer, de la crisis de confianza en los sistemas políticos, del futuro del trabajo y tenemos que esforzarnos en APRENDER, para poder buscar soluciones factibles a esos grandes problemas. Ni enrocándonos en nuestras particulares posiciones, ni escondiendo la cabeza debajo del ala, ni haciendo lo mismo que hasta ahora lo conseguiremos. 
La educación, la innovación y el progreso se basan en nuestra capacidad de aprender. La política española está empantanada porque nuestros políticos reiteran en sus actuaciones, tiran hacia los extremos y cronifican los problemas. Sirve de poco bueno cambiar caras si seguimos con las mismas estrategias y formas de pensar. La única oportunidad es que aprendamos a descubrir POSIBILIDADES en la realidad que tenemos que vivir. 
¿Es demasiado pedir a nuestros políticos que dejen de contar escaños y repartirse poder, y que se esfuercen en ilusionarse por aprender a “buscar posibilidades de acuerdo”, que nos brinden alguna posibilidad de salir del laberinto?