miércoles, 8 de agosto de 2018

Recibir inmigrantes… ¿es bueno o malo para el país que los acoge?

Cada día llegan cientos de inmigrantes a las costas andaluzas. De vez en cuando nos informan de que llegan barcos llenos de inmigrantes que han recogido en el Mediterráneo oriental y que ningún país europeo a querido acoger. Aquí las autoridades les ofrecen grandes recibimientos. De lo que pasa con ellos al día siguiente no nos informa nadie. No es noticia. 
Eso no es todo. También están los que llegan por carretera y por avión con visado-permiso de turista pero que no vienen precisamente de vacaciones o los que entran en “dobles fondos” de camiones o containers marítimos. Todos ellos entran o permanecen más o menos ¿ilegalmente? en el país. Por supuesto siempre ha habido inmigrantes "legales" viviendo en nuestro país. Algunos se han ido y otros se han asentado con sus familias.
No nos dan información de si los inmigrantes son muchos o pocos, ni de como sube la población, ni de en que condiciones está cada uno, ni de los motivos que cada uno tiene para haber venido hasta aquí.
Demasiadas preguntas por responder, demasiado desconocimiento y todos sabemos que lo que se desconoce suele causar incertidumbre y temor.
En las redes y en las tertulias callejeras se habla del tema de la inmigración; principalmente la de personas de “piel negra”. De los chinos, paquistaníes, sudamericanos, rumanos, etc. se habla poco. Tal vez algo más de los marroquíes. ¿Lo han notado?.
¿Cuál es su postura al respecto?
Personalmente pienso que los inmigrantes deberían ser bienvenidos bajo dos sencillas condiciones (igualmente aplicables a la población local): 
1º.- Que respeten las reglas básicas que estructuran las sociedades libres (las leyes vigentes iguales para todos); 
2º.- Que busquen prosperar merced a la generación de riqueza mediante mercado y no merced a la sustracción de riqueza mediante el Estado. 
Todos sabemos que las autoridades españolas no cuidan de que se cumplan estas dos condiciones.
Ni España ni Europa, deberían cerrar a cal y canto sus fronterasni tampoco abrir las puertas de par en par para acoger a todos los inmigrantes que (por diversas razones) quieren venir a nuestro país. Sencillamente porque no tenemos “medios” para hacerlo con las mínimas garantías.
Los diferentes gobiernos deberían plantear soluciones que respeten la libertad de cada individuo —también la de los migrantes— y reformar nuestro Estado 'social' para, por un lado, eliminar aquellos obstáculos regulatorios que impiden la inserción efectiva de los inmigrantes en el mercado laboral y, por otro, reducir el grado de redistribución estatal de la renta (y, sobre todo, someterla a una fuerte condicionalidad de inserción laboral).
Debido a la edad media de los inmigrantes, estos no suelen ser perceptores de las dos mayores partidas presupuestarias del Estado de bienestar (pensiones y sanidad) y, en cambio, sí podrían aportar, si trabajaran cobrando en blanco y cotizando a la SS, ingresos a las arcas del Estado.
Si tienen tiempo y ganas pueden leer un estudio pulsando aquí.

Si el Gobierno/CCAA/Ayuntamientos se limitan a reemplazar la inserción laboral de los ciudadanos (eficiente y efectiva) por las transferencias pasivas de las administraciones públicas (rentas de inserción, ayudas, becas, etc. incluso la RBU), entonces es evidente que atraeremos a un perfil de inmigrante más interesado en capturar ayudas estatales que en generar riqueza cooperando en el mercado con el resto de sus conciudadanos. En lugar de a prosperar trabajando, el inmigrante vendrá a prosperar acaparando subsidios públicos: los inmigrantes se convertirán no en activos sociales para el país receptor, sino en cargas sociales para el país de acogida.
Si los ayuntamientos, ONG’s, etc., siguen colgando banderas de “inmigrantes bienvenidos” y trabajando para que vengan sin un plan de vida futura para ellos, aunque no dispongamos de un estudio exhaustivo que cuantifique la balanza fiscal de la población inmigrante, los inmigrantes seguirán sin tener otra opción que “hacer lo que sea” para sobrevivir. Están condenados a subsistir precariamente dentro de la economía sumergida/ilegal extrayendo todas las ayudas públicas que pueda y no aportando nada a las arcas de la Seguridad Social ni a la sociedad de acogida. Eso no es bueno ni para ellos ni para la población local. Degrada la convivencia y como efecto colateral no es de extrañar que se produzca un rechazo de parte de la sociedad hacia ese tipo de inmigrante y seguirán progresando los partidos xenófobos-ultraderecha y los enfrentamientos sociales irán en aumento cada vez más. Lo veremos en las próximas elecciones.
Parece que el sentido común ha abandonado a nuestros políticos. Tal vez sea que no están “suficientemente preparados” (los MASTERS por encargo no ayudan) para resolver estos problemas. Si fuera así, bastaría con sustituirles por otros más capaces. Si el problema es mantener el poder y el lucro económico, tenemos un problema gravísimo.

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