Oxfam Intermón ha publicado un informe sobre lo que los españoles invierten en Paraísos Fiscales.
¿Cuánto podríamos mejorar socialmente si todo el dineral que “algunos” invierten en Paraísos Fiscales se quedara dentro de nuestro país y contribuyera a la generación interna de riqueza?.
En este, como en muchos otros, el trasfondo es correcto, pero los datos que expone están muy lejos de decir aquello que Oxfam Intermón pretende que digan.
¿Debería importarnos en algo que Oxfam Intermón cargue contra los paraísos fiscales?
¿Qué relevancia puede tener que se los denueste aun cuando sea mediante trampas y mentiras?
La crítica a los paraísos fiscales que realiza Oxfam y los que firman sus peticiones, ¿Será, en realidad, un “caballo de Troya propagandístico” para justificar una multiplicación de la losa tributaria que pesa sobre todos los ciudadanos españoles que pagan impuestos?.
Oxfam Intermón es una “organización progubernamental” que publica informes abiertamente anticapitalistas en los que, acaso con la mejor de las intenciones, aboga por multiplicar el intervencionismo estatal: más impuestos, más regulaciones y más burocratización de la sociedad.
Mientras Oxfam difunde que la presión fiscal en España se halla por debajo de la media de la eurozona y que ese diferencial es atribuible a la baja fiscalidad que recae sobre las grandes empresas (por culpa de los paraísos fiscales), otros entienden que el Gobierno español recauda menos que otros europeos debido a la menor tributación indirecta y a la menor tributación directa sobre los perceptores de transferencias estatales.
Tampoco es descabellado que “los que pagan impuestos” piensen que se nos coloca por delante la irreal zanahoria de los paraísos fiscales para que luego no se quejen cuando les arreen con el palo de las subidas de IVA, de IRPF y de sociedades sobre pymes.
La realidad es que los paraísos fiscales —siguen existiendo, algunos dentro de la UE— son la cortina de humo para el expolio tributario doméstico (que siempre es más fácil de conseguir), totalmente legal y con tintes solidarios avaladso por Organizaciones que aparentemente trabaja por el bien de los ciudadanos y para lograr un mundo más justo y por supuesto por todos los que no pagan impuestos directos y son receptores de ayudas públicas..
¡Cuidado! Haber si por pretender una buena acción estaremos fomentando la toma de decisiones que perjudiquen todavía más, a la base de la estructura productiva del país (pequeñas y medianas empresas, autónomos, trabajadores y peueños ahorradores)…
desgraciadamente no es lo que suele
triunfar, porque precisamente NO es apoyado por el Estado de Derecho ni por la
legalidad. Las leyes vigentes siempre son legales, pero eso no implica que sean
justas o que no requieran una mejora urgente.
No olvidemos que durante muchos años, en la historia reciente, cosas que hoy son totalmetne ilegales y abominamos de su práctica como la esclavitud, el holocausto, el racismo, que los niños trabajaran doce horas, que las mujeres no puedieran votar o que estuvieran bajo la tutela de su padre o marido, fueron totalmente legales dentro del ordenamiento jurídico de los estados de derecho.
Lo legal no implica que sea justo y nadie deberíamos usar al Estado como referente de la ética.
En "El derecho en la obra de Kafka" de Lorenzo Silva se da un punto de vista sobre esta cuestión sobre el que sería bueno meditar: "... El Derecho es un secreto, "del grupo de aristócratas que nos gobierna." El Derecho sirve, además, sin ningún pudor, a los fines de esa clase" que lo creó, de tal modo que no hay ni que pensar en que interpreten las normas en su beneficio, porque puede presumirse que ya fueron hechas inequívocamente para él. Incluso se nos dice que la aristocracia está, en cualquier caso, fuera de la ley."
Los tentáculos del Estado siempre han sido muchos, largos y poderosos. Cada vez lo son más y muchas veces aparecen disfrazados ante nosotros, logrando confundirnos para que pensemos que algo será y que acaba por no ser. Así se entiende que tantas veces votemos con los sentimientos enardecidos en contra de nuestros propios intereses.
Anexo.-
Joseph Stiglitz ha comparecido ante la
comisión de investigación de los papeles de Panamá. Estas son sus
recomendaciones para acabar con la opacidad fiscal