viernes, 3 de febrero de 2012

¿Me aceptas como amigo?

Las redes sociales creadas a través de Internet están modificando el entramado de nuestras relaciones personales. Las barreras laboral, personal y familiar se rompen y se desplazan entre el pasado y el presente sin que podamos controlarlo.
Chico y chica se conocen en una fiesta. En vez de pedirse el número de móvil, quedan en buscarse en Facebook. Tienen un par de citas y no congenian. La chica trata de evitar al chico, pero le ha agregado como amigo y le da repa­ro borrarle.
Una pareja dejaron de ser novios, pero siguieron sien­do amigos en Facebook. Ahora ella no se atreve a subir las fotos de sus vacaciones en Argentina porque sale en casi todas con otro.
Una chica, enamorada sin esperanza, no es capaz de resistirse a curio­sear en el perfil de su amor platónico y elucu­brar, morbosa, cuál es su novia del momento.
Un chico, por no entrar muy a menudo en su perfil, no pudo evitar que sus 34 amigos leyeran lo que opinaba su “ex” de él tras la rup­tura.
Una chica confirmó la infidelidad de su novio por un comentario ino­cente que un sem-extraño amigo de aquel hizo en Facebook.
Éstas son sólo algunas de las inconta­bles experiencias y problemas que está planteando la universalización de las llamadas redes sociales de Internet, espacios virtuales en los que los usuarios socializan con amigos, dan noti­cias sobre su vida personal, inter­cambian fotos, etcétera. Estos espacios han sido ya noticia por sus problemas de seguridad, cuestio­nes de privacidad o anécdotas que alertan sobre su fantástica difu­sión. Pero los expertos consideran que la influencia de estas redes en nuestro modo de concebir y modelar nuestras relaciones sociales, va mucho más allá del interés que muestran los cazatalentos por el nuevo medio, los problemas con­yugales o los ocasionales despidos que se están provocando.
Las personas tenemos dividida nuestra vida social en comparti­mentos más o menos cerrados por el entorno —el trabajo, los vecinos, la familia, los amigos de siempre—
y por el tiempo. Pocos mantienen al llegar a su primer empleo los amigos de la universidad, y no digamos los del colegio—. Las redes sociales rompen las barreras de estos compartimentos y ello abre un sinfín de posibilidades: Es como si todos esos compartimentos estancos se integraran unos con otros, refle­jando una dimensión de quiénes somos. La integridad del ser huma­no debería contemplar esa apertu­ra, ya que todo ello forma parte de nuestra forma de ser y del modo en que nos relacionamos.
El pasado se actualiza, deja de ser pasado e irrumpe en nuestro pre­sente. Se rompen las barreras del espacio y el tiempo. El espacio se reduce a todo aquel que esté conectado, mientras que el tiempo se extiende hacia todo lo que ha vivido el suje­to. Muchas de las personas de nuestro pasado entran de nuevo de una manera voluntaria en nues­tra vida trayendo consigo emocio­nes, sensaciones y momentos. Se simultanean etapas temporales con personas en cada una de ellas.
El crecimiento exponencial de estas redes hace temer que "si no estás en Facebook no exis­tes"; que quien no esté en una de ellas se esté automarginando. Quien queda fuera de estas redes acaba pareciendo un analfabeto funcional y queda en parte estigmatizado. Pero la liber­tad es, para la mayoría de los expertos, la clave de estas redes.
Siempre habrá personas que no deseen estar conectados, del mismo modo que existen sujetos que se niegan a comer lo que come la mayoría o a tener teléfono móvil o a conducir un vehículo. Pero son los menos. La atracción es titánica y prácticamente nadie puede escapar a ella.
Cuando alguien te hace, en Facebook, la pregunta: “¿Aceptas a María como amiga? en realidad lo que debes preguntarte es…
“¿Quieres que María vea la vida que tú has compartido con tus otros “amigos” en fotos y comentarios y los de tus amigos, y tú quieres ver la suya? ¿Quieres cubrir tu necesidad de saber que hace María e incluso, en muchos casos, de cotillear en el perfil de María?".
Exhibicionismo virtual
Otro aspecto esencial en Facebook  y otras redes similares, es la nece­sidad de convertir la vida propia —o una versión embellecida de la vida propia— en un reality show público. Muchas páginas- muros-biografías podrían calificarse de "prensa rosa de nuestro entor­no". En ellas se fomenta el narcisismo de esas personas que se quieren mostrar a los demás como las más guapas, guays, modernas, con muchísimos amigos y una vida social e incluso familiar perfecta.
En muchas ocasio­nes las personas que están dentro de esa red sienten una competitivi­dad encubierta de tener más ami­gos que nadie, colgar fotos más exóticas que nadie, jugar mejor que nadie, etc. como una manera de sentirse superior y socialmente más aceptado que el resto. En estos portales narcisistas y de escapara­tismo social las redes creadas son completamente efímeras en muchos casos.
Las redes socia­les son un medio idóneo para recu­perar viejas amistades, renovar el contacto con las de siempre y cono­cer nuevas, pero también pueden crear la falsa sensación de tener más y mejores amigos de los que realmen­te se tienen y en ningún caso deberían ser sustitutos de la relación cara a cara. La calidad de la relación en las redes no es comparable con la rela­ción directa.

De momento, excluyen el lenguaje cor­poral, las micro expresiones faciales o el contexto de la comunicación. La calidad de las relaciones aquí será el conocimiento instantáneo, pero no la profundidad. Todo en Facebook —empezando por la cuidadosa selección de las fotos— puede tener mucho de escaparate.
El ser humano necesita relacio­narse, y cualquier canal que facili­te esa interrelación es positivo y las redes sociales están facilitando que se mantengan las relaciones. Pero considero que eso debe ser sólo el punto de partida, para encontrar personas con las que después te puedes ver, hablar y relacionarte personal­mente.
Efectos secundarios
Cambiará nuestra vida, pero la "fiebre Facebook", ¿Está destinada a remitir?.
Esta compañía que lidera su creador, Mark Zuckerberg, tiene 845 millones de usuarios en todo el mundo obtuvo en 2011 un beneficio neto de 760 millones de €, un 65% más que el año anterior y lanzará una OPV y pretende captar al menos 5.000 millones de dólares (unos 3.800 millones de euros) con su debut en el parqué en el segundo trimestre del año. El todopoderoso y archiconocido Google, en el verano de 2004, captó sólo 1.900 millones de dólares en su debut en el Nasdaq.
¿Se está creando otra burbuja de aire con Facebook? ¿Se está sobreestimando el valor de este negocio?La nove­dad de estos portales hace que la necesidad de entrar a éstos sea dia­ria e incluso varias veces. Pero poco a poco esa necesidad de saber de otros se va cubriendo, por lo que la asiduidad de entrada a estas redes de amigos puede que disminuya en el futuro. El ser humano necesita escamo­tear a la vista de los demás parte de su yo. Sabe
que es imprescindible para su equi­librio. Nadie es totalmente sincero, ni cuenta absolutamente todo, ni tan siquiera a sí mismo.
Conversar y compartir con otros
Otro punto de vista es que la web2.0 y sus manifestaciones principales, blogs y redes sociales, se parecen a una conversación e incluye la posibilidad de compartir escritos,  imágenes y vídeos. Estos “medios tecnológicos” lo posibilitan, pero cuando una conversación es mala, se va haciendo vulgar y salimos del intercambio con la inteligencia por los suelos. La inteligencia es un atributo individual, pero que se desarrolla en un entorno social que la favorece o la bloquea. 
Cuando participamos en una buena conversación, a todos se nos van ocurriendo cosas cada vez más brillantes, que nos aplaudimos mutuamente, porque lo que hacemos se nos valora y esto nos anima a mejorar nuestra contribución a la sociedad.Si pudiéramos escoger entre vivir en un mundo que conversa degradantemente o en otro que interactúa de manera inteligente, constructiva y animosa creando una espiral ascendente de mejora, sería más positivo elegir el segundo a no ser que tengamos una auto-energía heroica. Ya lo dijo Antonio Machado: “ ¡Qué difícil es no caer, cuando todo el mundo cae”.
Un grupo de personas que a lo mejor individualmente no son extraordinarias, por el hecho de estar conectadas y colaborar e interactuar de una manera especial, pueden alcanzar resultados brillantes.
Ya hemos visto que, actualmente, lo más usual en las redes sociales es el cotilleo.
¿Qué pasaría si subiéramos un poco el nivel? ¡Hay que intentarlo!
Cultura social
Podemos tener fenómenos emergentes que mejoren la cultura social o degradantes que la empobrezcan. Esto es labor de todos. En principio es labor de los padres en casa y de los profesores en el colegio. Hay que hacer el esfuerzo y perseverar. Los padres deberían esforzarse en mantener conversaciones de calidad entre sí, con la familia y con los amigos, trascendiendo el puro cotilleo. Sus hijos están viéndolos y aprendiendo de ellos. Esta labor que empiezan los padres con sus hijos, deberían seguirla los profesores, capaces y motivados, en el colegio y traspasarla a la sociedad en red, abierta a la participación de quien quiera disfrutar de buenos contenidos y contribuir, con sus comentarios y aportaciones a la consecución de  una “conversación” mejorada.
La fiabilidad de la Wikipedia escrita con colaboraciones espontáneas,  desinteresadas y prácticamente sin filtro en la publicación, es prácticamente la misma que la de la Enciclopedia Británica o la Enciclopedia Espasa española. Esto pasa porque un error en la Wikipedia puede que dure sólo diez segundos, porque alguno de sus lectores-participantes lo corrige inmediatamente en cuanto detecta un error. Si este proceder se multiplicara y funcionara a nivel social, sería fantástico.
De la inteligencia social que se produce con la interacción de inteligencias individuales, surgen las modas, las licencias orales, salen las costumbres y necesitamos tener una capacidad crítica bien desarrollada; porque todos, antes o después,  nos habituamos a todo y como consecuencia,  en las sociedades pueden surgir colapsos éticos donde lo que se creía “palabra de Dios” deja de tener sentido o valor.
De ello depende la recuperación y supervivencia de una sociedad con “valores”.
¿Cómo puede hacerse?
La inteligencia se despliega con el pensamiento
Una cosa que está en el fondo de todas las conversaciones y de nuestros comportamientos inteligentes, porqué es la forma como la inteligencia se despliega, es el pensamiento. Pensar es operar mentalmente con informaciones para conseguir una meta o resolver un problema de acuerdo con reglas métodos y con criterios adecuados.
El niño aprende a pensar mucho antes de aprender a hablar, porqué empieza por aprender a organizar las informaciones de su entorno, que capta continuamente, como una esponja, a través de sus sentidos incipientemente desarrollados.
La manera más refinada de pensar en el ser humano es a través de palabras, del lenguaje. El pensamiento a partir de un cierto nivel tiene que utilizar secuencias lingüísticas, porque son las que nos permiten fijar bien los conceptos, fijar bien la meta, argumentar bien. Recodemos como las naciones defienden con tanto ardor sus lenguas propias.
Hay muchas formas de pensar.  Al aprender temas o técnicas en cada área del conocimiento, se utilizan diferentes tipos de pensamiento y por ello uno puede ser hábil en ciencias y otros en letras. En unas cosas piensan bien y en otras no tan bien.
¿Por qué debemos aprender a pensar? ¿Qué competencias básicas debe tener todo ciudadano?
Antes deberíamos definir como queremos que sea la sociedad europea y se comporte el ciudadano europeo. Definir un modelo ético que nos diga cuales deben ser las competencias realmente importantes para un buen comportamiento, personal, ciudadano, laboral, etc. Un modelo de pensamiento para que sepamos donde estamos. Tengamos un conocimiento lo suficientemente completo de la realidad y de sus posibilidades. Sería bueno cambiar el color gris del humo que nos contamina en estos tiempos de crisis, por el verde de la esperanza y el aprendizaje vital, y el azul de la superación personal.
Cuando reflexionamos sobre como pensamos y actuamos, mejoramos nuestros resultados en las áreas particulares en las que queremos usar nuestra inteligencia.

Es necesario fijarse en lo que pasa a nuestro alrededor, reflexionando sobre lo que vemos y criticándolo. Es bueno asomarse a las distintas competencias y reflexionar sobre la inteligencia y nuestros límites y reflexionar críticamente sobre cómo debemos orientar nuestro comportamiento. Es bueno aprender a filosofar.
La capacidad de practicar pensamientos en este segundo nivel, debería formar parte del bagaje de todo ciudadano europeo, ya que ello nos ayudaría a tener una imagen amplia de cómo es la realidad, una imagen concreta y acertada de cómo soy yo y mis capacidades y una capacidad de reflexionar sobre las creaciones que hace la inteligencia humana, desde las matemáticas hasta la religión y por último a adquirir un pensamiento que sería capaz de razonar sobre valores y de dirigir comportamientos adecuados para vivir en nuestra sociedad.
Frente a los problemas sociales, debemos aplicar soluciones personales y para ello, podemos ayudarnos de unos medios fantásticos que la tecnología ha puesto a nuestra disposición, como son la web 2.0 y las redes sociales. Basta con que compartamos en ellas buenos contenidos que se retroalimenten y construyan una realidad donde la cultura y la felicidad tenga opciones de desarrollarse y enriquecernos a todos.
©JAS2012

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