Los medios de comunicación ofrecen cada vez más una visión mas distorsionada de la relación entre catalanes y españoles. Cuando aluden a las relaciones Catalunya-España siempre confunden la relación entre ciudadanos de Catalunya y del resto de España con el aumento de desafección que el trato que el gobierno de España fomenta en cada vez mayor número de catalanes.
Los medios de comunicación amplifican el número de presuntos anti catalanistas. Más fuera que dentro de Catalunya, estos lo son porque están condicionados por informaciones propagandísticas generadas por una parte de la casta política y oligárquica; la que conserva los genes de los “conquistadores” y esclavistas. Practican la técnica del anti diálogo enmascaradas dentro de un discurso populista y del “divide y vencerás”.
La mayoría de ciudadanos catalanes y del resto de España, en el fondo no son tan diferentes. De ello hay muestras en muchísimas familias en las que conviven armoniosamente personas procedentes de Catalunya y otras comunidades españolas, enriqueciéndose mutuamente con las diferentes aportaciones culturales de sus miembros. Lo único que quieren la mayoría de los ciudadanos es que se les respete y se les deje vivir en paz y justicia. Es poco pedir, pero parece que es muy difícil de conseguir.
No entiendo al Gobierno de España ni a los dos grandes partidos mayoritarios del estado español. No entiendo cómo pueden tratar a una comunidad de siete millones y medio de personas como lo hacen.
Una comunidad que tiene tres idiomas oficiales. Que es referente en muchos campos y que ha sido motor de España desde antes de la democracia. Que siempre ha sido tierra de acogida de otras gentes del resto de España y del mundo. Que no sólo ha sido puerta de entrada de importaciones, inversiones y turismo sino de exportaciones, riqueza y solidaridad para el resto de España. Que ha sido y es puerta de entrada y salida de cultura, modernidad y respeto.
No se le puede decir a un pueblo que no use su idioma para educar a sus hijos. No se puede pretender desmontar un sistema educativo de inmersión lingüística que ha sido modelo de convivencia. No se puede pretender que nadie pierda la esencia de uno mismo. No se puede mentir diciendo que se quiere a los catalanes y al mismo tiempo amenazarles con las siete plagas bíblicas por querer “decidir si desean abandonar el estado español a causa de las políticas nefastas de los gobiernos centrales que no han respetado su especial idiosincrasia. No es sólo dinero lo que perderá España si su gobierno y partidos mayoritarios, continúan levantando este muro de incomprensión hacia Catalunya.
Perderá varios millones de personas con cultura propia, bilingües, gente muy preparada en muchos campos, empresas internacionales y nacionales, industria, prestigio, calidad como país y democracia.
Catalunya ha sido motor de España durante décadas y en lugar de mantenerlo bien engrasado, invertir en él y optimizar el entendimiento con todas las sensibilidades, para que mejore su capacidad de generar riqueza en beneficio propio y solidario para con el resto de españoles, se le niegan sus valores, se le descuida, se le niegan las inversiones y hasta el diálogo.
A los catalanes se les exprime con impuestos que se transfieren a otras comunidades autónomas, que nunca desearon autogobernarse, que en estos tiempos de crisis se permitan dar ayudas y subvenciones que Catalunya no puede permitirse.
¿Qué solidaridad es esa?
Y la respuesta de los gobiernos españoles, tanto de derechas como de centroizquierda, es no. No a todo. No a sentarse a hablar. No a una mejora real de la financiación. No a una redistribución mejor de la solidaridad y ahora no rotundo a una consulta para que los catalanes puedan decidir sobre su futuro, después de muchos años de negarles sus reivindicaciones democráticas y pacíficas.
Muchos españoles entienden nuestros sentimientos y reivindicaciones y dicen en privado, porque no se considera políticamente correcto decirlo en público, que para seguir así, es mejor que sigan solos.
Mi sensación es que no sólo los “catalanes” necesitamos la independencia, sino todos los “españoles”; la independencia de esta “casta” de políticos extractivos, muchos corruptos y poco democráticos. (1)
Como catalán y como persona, no me gusta estar donde no se me aprecia de verdad; no con palabras, sino con hechos. Y que no me repita ningún político español que aprecia mucho a los catalanes y que por ello no deja que decidamos pacifica y responsablemente nuestro futuro; porque hay amores que matan.
©JuanJAS
PD.- Este es mi pequeño pais...
En Catalunya hay un proyecto de crear una nueva sociedad que ilusiona y las estructuras de gobierno central español desilusionan continuamente.
(1) Sirva de ilustración esta Carta a los Reyes Magos que nos lee el escritor Eloi Moreno basada en su libro "Lo que encontré bajo el sofá"
PD.- Este es mi pequeño pais...
En Catalunya hay un proyecto de crear una nueva sociedad que ilusiona y las estructuras de gobierno central español desilusionan continuamente.
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