miércoles, 31 de mayo de 2017

Testosterona o soberanía nacional

En España hay mucha gente que confunde la testosterona nacional con la soberanía nacional.
El Partido Popular es fuerte porque no tiene ningún competidor a la derecha. Prácticamente toda la derecha está en su interior. El PP tiene una enorme capacidad para fijar los marcos del debate político, en el tema catalán y también en otros muchos. El PP es una máquina política que ha demostrado su gran capacidad para fijar los marcos del discurso, para definir lo que es aceptable y lo que no, lo que está dentro y se puede discutir y lo que no en el tema catalán, en el del terrorismo, las víctimas, la reforma constitucional, incluso en el tema de la corrupción.
Frente a él, la oposición, los partidos que podrían construir un discurso alternativo, tienen serios problemas de liderazgo, y una gran aversión al riesgo de construir un discurso alternativo y a asumir el coste. Rajoy no llamó a Pedro Sánchez cuando ganó la secretaría general del PSOE pero Sánchez lo ha llamado a él para darle su apoyo en el tema de Cataluña. Parecía que Sánchez representaba un PSOE diferente, pero a la hora de la verdad…
Parece que los grandes partidos no acaban de percibir el tema catalán, tan grave y tan urgente como algunos lo consideramos. El PSOE es un partido en el que siempre han convivido dos almas: la federalista, que puede representar el PSC, una parte del socialismo gallego, una parte del socialismo vasco, y la jacobina centralista que en su momento representó el guerrismo, tras el buenismo... Una parte del PSOE está más cerca del PP que del discurso federalista que pueda hacer el PSC. Es un problema interno que deben resolver pero que aplazan permanentemente para intentar mantener una cierta unión. No olvidemos que la famosa LOAPA la aprobaron conjuntamente el PSOE y el PP. No fue un invento de la derecha mala, fueron la derecha mala y la izquierda mala. Al igual que el PP, significados barones del Partido Socialista han construido su poder territorial en buena medida demonizando el nacionalismo vasco y catalán. Pedro Sánchez deberá tomar una decisión: Seguir de monaguillo de Rajoy (a la hora de defender el discurso del no-referéndum, el Partido Popular es imbatible), o asumir el riesgo y construir un discurso alternativo. Por cierto, lo de la “nación cultural” suena como premio de consolación y no es necesario porqué la lengua, los escritores, pintores, arquitectos, actores, cantantes, etc. catalanes, y sus obras reconocidas mundialmente hablan por si solas. Lo que en todo caso podría servir para algunos es el reconocimiento de Cataluña como “nación política” seguido de una discusión bilateral de los términos de la relación futura.
El problema es que Rajoy ha construido su fortaleza electoral con un discurso y una pedagogía política, durante veinte años, presentándose como el garante de la unidad de España y como el gran fustigador de las 'perversiones' nacionalistas. Primero fueron las vascas y ahora las catalanas. Rajoy y su entorno parece que han empezado a entender que esto de Cataluña es muy grave, es terrible, es urgente, pero su proceder le delata, porque no tiene un minuto para llamar al líder de la oposición y hablar con él sobre el tema y menos de llamar al President de la Generalitat y hablar con el para intentar rebajar el suflé. Sí que tiene un minuto para poner un twitt felicitando a un ciclista por su heroica performance en el Giro.
Aún con todas las excentricidades del Sr. Rajoy, parece bastante menos agresivo que "Ciudadanos" con el tema catalán.
En Cataluña hay una parte de soufflé, azuzado por la crisis y las políticas de recortes, pero no es ni mucho menos el ingrediente fundamental. En Cataluña hay una demanda política y social muy mayoritaria que no está a gusto con el actual encaje en España. Unos quieren irse, otros quieren cambiarlo. La parte azuzada por la crisis es marginal y es la que ha bajado, un poquito.
¿Se han percatado de que a Junts pel Sí se les está aplicando la misma estrategia que se aplicó a Podemos de Pablo Iglesias y al PSOE de Pedro Sánchez? Dos organizaciones, dos liderazgos compitiendo por el mismo espacio. Basta con azuzarles un poquito para que se 'maten' entre ellos mientras el PP sigue cabalgando. En el pasado tuvo éxito la estrategia y ahora está intentando repetir la jugada por un lado con una Esquerra Republicana que se deja querer y que progresa según las encuestas que se publican, con un líder emergente al que no dejan de regalarle los oídos en los últimos meses desde Madrid, Oriol Junqueras, y, por otra, PdeCAT, una fuerza que atacan por todas partes, que ningunean, tratando de locos a sus líderes, desprestigiándolos con falsas acusaciones, demodé y despojándola de cualquier atractivo a los ojos del público que consume los medios de comunicación más poderosos. Enterrándolo antes de haber muerto. Esquerra Republicana sería el Podemos que iba como un tiro y la antigua Convergencia, el Partido Demócrata, sería ese PSOE descabezado que se tambalea y parecía no encontrar su lugar. No es descabezado pensar que la esperanza de Rajoy sea que los intereses electorales [de ERC y PDeCAT] lleguen a estar tan contrapuestos que sea imposible mantener la unión mucho más tiempo.
El pacto fiscal que propuso Artur Mas el año 2012 habría resuelto la cuestión o al menos habría encarrilado todo de otra manera pero Mariano Rajoy lo rechazó. También dice no a cualquier tipo de referéndum y eso no se legítimo, porque un referéndum consultivo cabe plenamente a la Constitución. No hace ninguna propuesta para resolver el conflicto que no sea la plena sumisión de Catalunya al Gobierno de España, ni siquiera ha propuesto restablecer el Estatut que se aprobó en Catalunya y en el Congreso de los diputados. Desde Cataluña, mucha gente pide la independencia, y es perfectamente legítimo intentar conseguirla, pero en caso de que el referéndum salga bien y se consiga un resultado favorable, se deberá abrir un proceso de negociación con el Estado español. Querrá negociar? ¿Quién reconocerá el nuevo Estado catalán? ¿Nos pelearemos entre nosotros y no conseguiremos nada? Va por largo.

martes, 30 de mayo de 2017

No hay dinero y el fisco tiene hambre. Reflexiones para pequeños ahorradores

¿Creen que España realmente va a cumplir con sus compromisos de déficit para el 2020, cuando es un país que pocas veces ha cumplido y al que han echado la bronca desde Bruselas demasiadas veces? ¿Lo cree alguien en Europa? Supongo que cuando España llegue al 2020 sin cumplir sus previsiones, como es usual, nos volverán a echar la bronca y nos darán más tiempo. O tal vez no, porque el Gobierno español firmó un compromiso en el 2011 junto a 26 miembros de la UE. Casi todos los países miembros de la UE han tenido sus más y sus menos con los cumplimientos de los saldos presupuestarios desde entonces; ha habido amenazas, advertencias, prórrogas y sugerencias, pero el 0% de saldo presupuestario a alcanzar el 31.12 2020 no se ha movido ni un milímetro. Si la UE está determinado a alcanzar ese 0% en ese plazo, cueste lo que cueste y suceda lo que suceda, significa para España que tendrá que encontrar 46ooo millones de euros entre el 1 de Enero de este año y el 31 de Diciembre del 2020; sea como sea. 
¿Se imaginan como?
Cada uno imaginará lo que tenga más reciente en su cabeza, pero está claro que el Gobierno español hará lo que sea para no perder ningún aporte dinerario vía impuestos, solidaridad mal entendida, endeudamiento con el Estado de las CCAA productivas, laminación del precario estado del bienestar que nos queda, etc. ¡Lo que sea!. Para ellos, que han comprometido al Reino de España con una deuda superior al PIB, el fin justificará los medios. ¡Cualquier medio!. ¿Entienden verdad? Y no creo que los estamentos internacionales ni los países más democráticos del mundo hagan nada porque no lo han hecho hasta ahora en ninguno de los atentados contra la democracia perpetrados por el Gobierno español.
Dejando la política y bajando al terreno pecuniario. Por mucho que se empeñe la patronal y el gobierno en decir lo contrario, los datos son tozudos y la realidad es la realidad. Desde hace tiempo y gracias a la facilidad que suponen los medios digitales y la democratización de la información, empiezan a proliferar informes, alertando de la pobre y penosa rentabilidad que dan los planes de pensiones individuales. Se salvan los FIM y por ello seguramente será el próximo caladero donde podrán los barcos de Hacienda a pescar.
En esta época de hambruna fiscal y de búsqueda de grandes bancos de peces donde sea fácil pescar buenas capturas, los fondos de inversión constituyen una presa fácil. Más fácil que la guerra abierta con grandes empresas tecnológicas, con domicilio fiscal en Irlanda o en cualquier otro paraíso fiscal. Los Gobiernos necesitan dinero para cubrir necesidades tan básicas como la Sanidad, la Cultura y las Pensiones ¡Ay de las pensiones en España! Apenas han desaparecido los ecos sobre el ataque a las SICAV cuando surgen las primeras voces sobre el posible cerco a los fondos de inversión, que es lo que pasará en Alemania a partir del 1 de enero de 2018. Recuerden que el patrimonio de la inversión colectiva en España (fondos y sociedades) se ha situado en 377.648 millones de euros, lo que supone un nuevo mejor registro histórico, con datos a finales de septiembre. El número de partícipes y accionistas se ha anotado un nuevo incremento, al rozar casi los 10,2 millones, con lo que ha recuperado el nivel alcanzado hace justo nueve años. En cuanto a los fondos de inversión nacionales, el volumen de activos de los fondos de inversión mobiliaria se ha situado en 227.009 millones a finales de septiembre, 1.873 millones más respecto al mes anterior. La última vez que los fondos de inversión alcanzaron esa cifra de patrimonio fue en diciembre de 2007. Tras casi nueve años, los fondos de inversión han vuelto a superar los ocho millones de participes, mientras que han registrado suscripciones netas positivas en septiembre por séptimo mes consecutivo, hasta acumular 8.247 millones de entradas netas en lo que va de año.
A partir del 1 de enero de 2018, los fondos de inversión en Alemania (los fondos comunes abiertos a todo el público; no los fondos especiales solo para institucionales hasta un máximo de 100 inversores; ni las sociedades cerradas de inversión) dejarán de estar en transparencia fiscal para someterse a un gravamen del 15%. En la actualidad, toda la carga fiscal la soportan los inversores, pero cuando dentro de poco más de un año empiece a aplicarse la Ley de Reforma Fiscal de Inversiones también tributará el fondo y el inversor estará parcialmente exento. Una de las principales consecuencias del cambio será la menor carga burocrática y de información que tendrán los fondos, sobre todo los no alemanes.
Así, los inversores en fondos comunes tributarán (como ya hacen ahora) tanto por lo que el fondo les distribuya cada año (en el caso de los fondos de reparto) como por la ganancia que obtengan en caso de reembolsos. Además, cada año tributarán también por una renta presunta o estimada que, de manera general, a partir de 2018 será igual al valor de sus participaciones en el fondo a comienzos de año, multiplicado por el 70% del tipo de referencia que cada año se apruebe(del 1,1% en la actualidad). Esta renta estimada tiene un tope, la diferencia del valor de las participaciones a comienzos y a final de año.
Sobre la carga fiscal que soportan los inversores (ya sea por reembolsos, por ingresos periódicos o por renta estimada), se articula un sistema de exenciones parciales. Si el fondo es mixto (e invierte, al menos, el 25% en acciones), la exención es del 15% para particulares que invierten su patrimonio personal, del 30% para quienes invierten su patrimonio empresarial, y del 40% para institucionales. Si el fondo es de bolsa (invierte más del 51% en acciones), las exenciones pasan a ser del 30%, del 60% y del 80% respectivamente. En el caso de fondos inmobiliarios (más del 51% invertido inmuebles y/o sociedades inmobiliarias), la exención será para todos los inversores del 60% y si la cartera del fondo está en inmuebles fuera de Alemania será del 80%.
Ya saben, cuando vean las barbas de su vecino afeitar, pongan las suyas a remojar.
Este remanso de paz que eran los FIM para los pequeños ahorradores se acabará y la tentación será volver al mercado bursátil infestado de tiburones con las bocas abiertas esperando a los tiernos ahorradores.
Recuerden los que no hayan pasado por la experiencia o aprendido de ella que si quieren ganar dinero en Bolsa, como en otros negocios, hay que buscar proyecciones de futuro. Los datos que todos tenemos encima de la mesa, en las redes sociales, en los medios de comunicación, sirven para muy poco. Son datos del pasado. Y lo que es peor, las máquinas que dominan en el mercado se nutren de ellos para tratar de adivinar el futuro.
El PER es uno de los indicadores más seguidos. Se ofrecen cifras de multiplicadores futuros, pero con un punto de partida que no sirve para nada. Los mejores gurús y analistas del mercado hace tiempo que desenterraron el hacha de guerra y, en un manifiesto poco usual, recomendaron aborrecer las prácticas del pasado, las que aconsejan conducir con la ayuda del retrovisor. En términos económicos y bursátiles desprecian los datos y estadísticas que se publican cada día, porque, dicen, son agua de borrajas. Datos pasados, que lejos de ayudar en la prospección del futuro nos pueden engañar. En el mismo acto, centran todos sus esfuerzos en la detección de los indicadores adelantados. Los sabios reniegan de los datos de hoy, porque, dicen, son los mimbres usados de ayer. Urge escrudiñar el futuro, examinar las vísceras del paciente para evitar sorpresas. La Bolsa anticipa tendencias. Nunca lo hace a la perfección, porque de ser así la Bolsa moriría de éxito. La Bolsa cotiza el futuro, pero con fallos notables, bien por excesos de optimismo, bien por defecto. Y todo ello, bajo la sombra del miedo. Hay pánico a que en un momento determinado la Crisis de Confianza y de Crédito se transforme en una Crisis de Bolsa, como ha sucedido en otras tantas ocasiones. O sea, miedo al colapso. Parece, no obstante, que la gran caída puede esperar. Mejoran las condiciones económicas y se aprecian buenas cifras empresariales. Un dúo magnífico, que se ve acompañado por tipos de interés en niveles históricamente bajos. 
Dicen los “tiburones hambrientos” que la Bolsa es la alternativa...
Pero… ¿quien tiene la bola de cristal en la que ver los Balances empresariales esperados, que no los pasados; las expectativas de dividendo, que no los dividendos pagados; los flujos de inversión hacia la Bolsa y las expectativas económicas, en relación inversa a la prima de riesgo y de los tipos de interés, para poder tomar o deshacer posiciones en los mercados?. Respecto a los balances, muchas empresas llevan años engordando su endeudamiento y también sus costes, que ahora tratan de revertir. Los flujos de inversión de los fondos de bolsa engordan, mientras los indicadores económicos de momentum sugieren que el crecimiento será mayor de lo que han pronosticado. ¡Fantástico!, pero como dijo el poeta y filósofo chino Lau Tzu, “Aquellos que saben no predicen y aquellos que predicen no saben”. 
Además, ¿cómo puede conocer cualquier pequeño ahorrador las decisiones de los bancos centrales: si comienza o no la normalización (BOE/Fed), si bajaran o mantendrán tipos y el coeficiente de reservas (Banco Central de China), si inyectarán más dinero a través de la compra de activos (BOJ), si comenzará un nuevo QE (ECB)?. 
Debemos temer lo que no podemos predecir, y no olvidar nunca que los gatos, por muy gordos que estén, intentan comerse el queso del amo y cuando no les dejan, salen a cazar ratones. 
Nosotros no somos gatos, ¿qué somos nosotros?
¡Disfruten de la vida! Mientras puedan.

jueves, 25 de mayo de 2017

Algunos prefieren seguir ciegos y sordos…

Más allá de las palabras, de los discursos y de las escenificaciones, lo cierto es que se ha perdido totalmente la confianza entre muchos catalanes y el Gobierno de España. Lo peor de todo es que no se detecta ninguna actitud y menos proyecto para que esta confianza, que se ha perdido, se pueda restablecer. 
De poco sirven las palabras si los hechos no las corroboran. De poco sirven las palabras si no se establece un diálogo respetuoso, sincero y con ganas de resolver el gran problema político que tenemos en España. De poco sirve descalificar al adversario, de ningunearlo a la vez que se le amenaza con las siete plagas bíblicas. De poco sirve silenciar sus argumentos y cualquier explicación de sus ideas políticas, para que al permanecer desconocidas para la mayoría de españoles se puedan tergiversar y emitir juicios de valor contra ellas. 
Parece que nadie se da cuenta de que no hay ninguna propuesta por parte del ejecutivo español ni de la mayoría de partidos políticos en el Congreso para buscar una solución al problema político que tenemos. El “problema catalán” como algunos lo llaman es grave y nos atañe a todos los españoles; y no se resuelve tapando la boca a todos los que dicen algo que no nos gusta e intentando encarcelarlos para que no molesten. 
Los medios de comunicación nacionales despliegan sus tentáculos hasta los más recónditos paisajes de España y suministran a sus habitantes solo las informaciones que estiman oportunas. Son mayoritariamente favorables a las tesis del Gobierno de España y críticas con la actuación de los independentistas catalanes que tildan de locos insensatos, antidemocráticos, desleales, contrarios a la ley y el orden y hasta terroristas. Lamentablemente, ya hace tiempo que los medios españoles, salvo honrosas excepciones, abordan el tema del “Procès” con un exceso de visceralidad. El problema es que no utilizan sólo la crítica, siempre legítima y también necesaria, sino el insulto y la descalificación. Si se considera necesario, dan un paso más y recurren a la mentira. Cuando se querellan contra ellos y los tribunales concluyen que son culpables, pagan la multa, publican la noticia bien escondida en paginas interiores en letra pequeña, y vuelven con descaro y desvergüenza a las andadas.
Los voceros del Gobierno de la Generalitat de Catalunya reparten su cosecha entre los fieles adictos a la causa, a poco más llegan. Unos pocos retransmiten sus consignas, pocos conocen las verdaderas propuestas y proyectos y una minoría ha leído el Llibre blanc per la Transicio Nacional de Catalunya que recoge el conjunto de los informes elaborados por el Consejo Asesor para la Transición Nacional y una síntesis realizada por la secretaría del Consejo.
Todos hemos oído voces que reclaman transparencia al Gobierno de la Generalitat. Reclaman que se hagan públicos los proyectos, los planes y las leyes que prepara el ejecutivo catalán, de mayoría independentista, para que todos los ciudadanos puedan conocerlas y opinar sobre ellas. Ninguno explica que estos proyectos están publicados en papel y colgados en Internet (catalán y castellano) desde hace años. La síntesis de dicho libro también está publicada en catalán, castellano e inglés. ¿Porqué no los leen?. ¿Porqué no los difunden para el conocimiento de todos los españoles en lugar de mentir y decir que el Gobierno de la Generalitat actúa con secretismo?.
Algunos periodistas que presumen de un cierto pedigrí piden honestidad, respeto, transparencia al Gobierno de la Generalitat mientras se limitan a dar informaciones/opiniones parciales en sus blogs sin tener la honestidad de dialogar con sus lectores que les ofrecen puntos de vista diferentes al suyo. Estos periodistas publican su epístola, sus lectores comentan críticamente sus escritos —unos ofrecen argumentos favorables y otros contrarios— y ahí queda todo. Eso si, siempre dentro de la más estricta educación y respeto. ¿Por qué nos cuesta tanto dialogar? ¿Porqué nos cuesta tanto aportar datos-pruebas que refrenden-expliquen porque pensamos lo que pensamos?
Pienso que hay un gran desconocimiento general entre los ciudadanos españoles sobre el grave problema político que tenemos en España y que ningún Gobierno ha podido o querido resolver. Todos hemos visto a los pequeños taparse los ojos/orejas y simular que no te ven/escuchan lo que les dices. Todos sabemos que ese proceder es una automentira y que tapándose los ojos y las orejas para no ver al otro ni escucharlo, no se resuelven los problemas ni dejan de existir.
No recuerdo haber leído/escuchado ninguna propuesta del Gobierno de España para resolver el “¿problema?” catalán ni siquiera para dialogar sobre el mismo. Me consta que ha habido propuestas de los últimos Gobiernos de Catalunya al Gobierno de España que han recibido la callada por respuesta: Oídos sordos, ninguneos, descalificaciones y amenazas. Ninguna propuesta política para reconducir el Procès que dicho sea de paso es lo que querrían una parte significativa de catalanes, castellanos, valencianos, andaluces, gallegos, etc. españoles en definitiva.
Las portadas en papel de los cuatro principales diarios se llenaron de críticas a las palabras de Puigdemont, pero también al líder de Podemos por haber ido a oírlo. En las versiones digitales, o bien la noticia pasa casi desapercibida, o bien han aprovechado para tirarse encima del Govern de la Generalitat, llenándolo de críticas y desaprobaciones en sus editoriales.
No sé cuantas televisiones, fuera de Catalunya, retransmitieron la conferencia —exquisita en el tono y en las formas— que dieron en la capital del Reino de España el President Puigdemont, el Vicepresident Junqueras y el Conseller Romeva. ……
No sé cuantas personas, fuera de Catalunya, pudieron escuchar los argumentos que expusieron para explicitar la última oferta para alcanzar un pacto con el Estado y poder celebrar un referéndum de independencia de acuerdo con el Gobierno de España. 
No sé a cuantos, fuera de Catalunya, les interesa escuchar, analizar y valorar las razones que expusieron.
No sé cuantos representantes de embajadas internacionales atendieron la conferencia en directo (16 según el Govern) …..
"No sé cómo se MIDE la democracia" escribe el periodista Foix en su blog. El papel lo aguanta todo, también las metáforas y las sornas de algunos “veteranos de oficio periodístico” pero las decisiones políticas y jurídicas, o su ausencia, tienen consecuencias. 
No sirve de mucho que el Sr. Foix nos intente trasladar la preocupación por la dificultad de cuantizar el nivel de democracia que practica el Gobierno Español. Hoy en día hay reglas y calculadoras para casi todo. Lo que falla demasiadas veces son los datos empleados para “cocinar” los cálculos. Si los datos empleados tienen calidad y son verdaderos, se puede trabajar con ellos y obtener a partir de los mismos resultados razonablemente correctos. Si no se tiene memoria o se tergiversan/diluyen con el paso del tiempo o simplemente no se quiere recordar, por muy buena que sea la calculadora, el métido de cálculo y el calculista, el resultado será deficiente. Recordemos algunos hechos para que cada uno de nosotros podamos realizar nuestro cálculo:
La guerra sucia que practica el más poderoso. Las Fiscalías afinadas por el Gobierno Español. El Tribunal Constitucional desprestigiado y manipulado por el Poder ejecutivo. No respetar los derechos y las libertades de las personas y de los pueblos. Querellarse y perseguir a los políticos que quieren pone urnas para que los ciudadanos voten en libertad y secreto para decidir su futuro. Impedir que el Parlamento pueda hablar, debatir y votar. Tratar a los soberanistas catalanes demócratas y pacíficos de terroristas mientras permiten que entidades que defienden y propagan idearios fascistas, como la Falange y la Fundación Francisco Franco, estén legalizados y recibiendo subvenciones del Estado español. Complots para destruir la sanidad catalana gestionada por la Generalitat, despojándola de los recursos necesarios. Años y años con presupuestos incumplidos para construir en Catalunya infraestructuras, que en su proyecto ya eran insuficientes para mantener el desarrollo de su tejido productivo básico para el funcionamiento del Estado español. Ataques permanentes a la lengua y a la cultura catalana. No publicación de balanzas fiscales y negativa permanente a suministrar los datos para que los economistas de la Generalitat calculen y publiquen las balanzas fiscales reiteradamente desniveladas, que han mermado gravemente durante años la capacidad de Generalitat para mantener los servicios sociales que la sociedad catalana merece. Etc. Etc. Etc. 
 Todas estas afrentas y actuaciones deberían servir a los indecisos para ayudarles a medir el grado de democracia en el que cree el Gobierno de España. Pero repito que no hay peor sordo ue el que no quiere oir y peor ciego que el que no quiere leer.
A la vista de estos “datos” y “sucesos”, parece que es el Gobierno de España el que quiere separarse de Cataluña, mientras acusa a Cataluña de separatista, ingrata y de no se cuantas cosas más. ¡Habrase visto mayor desvergüenza!
Algunos no soportan tanta jeta y descaro de algunos políticos, y aún conscientes de todas las dificultades que entraña el “Procès” y de que muchas de las actuaciones de los políticos favorables a la independencia son muy mejorables, les cuesta volver a cometer el mismo grave error que se cometió creyendo al Presidente Zapatero cuando declaró “Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán”. Todo quedó en una gran bofetada y un gran desprecio a la mayoría del pueblo catalán que había aprobado aquel Estatut y al Parlamento español que lo refrendó. 
Muchos catalanes tienen miedo de que siga estando vigente aquella descripción de la realidad española que escribió Don Miguel de Unamuno a José Martínez Ruiz (Azorín), el 14 de mayo de 1907, unas semanas después de las elecciones generales en las que Solidaritat Catalana había conseguido 41 de los 44 escaños en disputa al Congreso de los Diputados. Indicios en toda la prensa española no faltan y esto es descorazonador para cualquier persona sensata.
Por cierto, si alguno desconoce el comentario aludido de Unamuno desahogándose contra la actitud de la prensa española de 1907 fue: "Merecemos perder Cataluña. Esa cochina prensa madrileña está haciendo la misma labor que con Cuba. No se entera. Es la bárbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo (tienen testículos en vez de sesos en la mollera)".
Para que no se “rompa nada” no queda más que “dialogar con respeto”. Si el Gobierno español se obstina en no hacerlo, alguna reencarnación de la Sultana Aixa (madre de Boabdil) le recordará aquella célebre frase: “Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre”. El “gallego” suspirará mientras todos perderemos más de lo que pensamos.

martes, 9 de mayo de 2017

REFLEXIÓN PARA LOS NUEVOS CATALANES

¡Hola vecinos y conciudadanos! 
Hace mucho tiempo que llegasteis a Catalunya desde vuestros "terrenos" de origen, que vuestro corazón nunca olvidará. Todos sabemos que la distancia y el tiempo edulcoran los recuerdos, es una reacción del cerebro que nos permite adaptarnos más fácilmente a los cambios. Muchos de vosotros tenéis familiares que escogieron quedarse en el lugar donde nacieron y que no experimentaron lo que vosotros; y todos sabemos no es lo mismo que te cuenten el resumen de una película que protagonizarla.
La vida ha cambiado mucho desde que tomasteis la decisión de emigrar de vuestra tierra natal. Seguramente habréis pensado en alguna ocasión que no es nada sencillo «volverse nativo», ser aceptado como tal y llegar a ser parte constitutiva de la escena cultural que se va configurando en un país al que se llega desde otro territorio. Como tampoco es sencillo para los nativos adaptarse a las alteraciones de la vida que acompañan la presencia de nuevas poblaciones con otras hablas y costumbres.
En los próximos años es probable que Cataluña y los Países Catalanes en general continuen participando activamente de los movimientos de población que se producen a escala más cercana y también a escala mundial, marcados por toda una historia pasada. Siempre ha sido así y seguramente seguirá siéndolo, y será la vía de evolución de nuestra sociedad. Una región dinámica de Europa, desde el punto de vista económico y cultural, con un puerto estratégico en el Mediterráneo y un aeropuerto importante. Es probable también que, como en otros lugares, se manifiesten aquí los efectos del exacerbación de la movilidad, con posible pérdida de referencias de lugar. Y seguramente habrá que competir con otros países con economías en expansión por la disponibilidad de mano de obra cualificada, y quizás también por la no calificada, y luchar contra una excesiva fragmentación del mercado de trabajo, en el seno de un entorno sometido a una crisis social.
Y también habrá que reconocer y no menospreciar el riesgo de que la identidad catalana quede diluida e incluso borrada si los elementos adversos prevalecen y si la respuesta no es la adecuada. Pero este riesgo no deriva del fenómeno migratorio, sino de unas políticas -ajenas y también propias- que juegan a la contra.
Finalmente, si las cosas van bien, mezclaremos los colores de la piel, aumentará la diversidad, modificaremos las costumbres, los rituales, las normas y los patrones de relación con los demás, y retocaremos el habla, como ya se hizo en otros momentos de nuestra historia más antigua y también más reciente. 
Favorecer la integración de todas las personas que viven en el país -las que ya están y las que llegarán- es apostar por la buena marcha del conjunto. La cuestión es ver hasta qué punto Cataluña será capaz de persistir una vez más en el mantenimiento de su idiosincrasia como pueblo, de sus rasgos diferenciales, de su lengua propia (catalán); si conseguirá tener y compartir un proyecto fuerte de cara al futuro, partiendo de la historia pasada. No es fácil, pero tampoco imposible. Por ello, todas las personas de buena fe que quieran lo mejor para ellos, para sus familias y para todos los demás deberían trabajar para que este “deseo” pueda hacerse realidad a pesar de las multiples trabas que encontremos en el camino.

lunes, 8 de mayo de 2017

Progresistas en la plaza y fachas en la intimidad

Facha es una síncopa coloquial del adjetivo fascista. En España solemos llamar facha a quien es muy de derechas, aunque hoy en día esto no es decir mucho porque a veces los actos de algunos a los que se les califica de derechas parecen consecuencia de las ideas que podría tener alguien de izquierdas y viceversa. 
En estos tiempos líquidos las palabras se usan olvidando su significado más genuino y al tener a menudo más peso que los hechos confunden a las gentes que vocean y hasta votan lo contrario de lo que personalmente les conviene.
¿Que pasaría si un tonto o un autoritario lograra apropiarse de ciertos “slogans propagandísticos” alterando el sentido de las palabras? ¿Terminaríamos perdiendo la libertad?
Seamos conscientes pues que preservar y difundir el correcto significado de las palabras es esencial para garantizar la convivencia en unos tiempos en los que las «fake news» (las noticias falsas) difundidas por diferentes medios y por las redes —que suelen brindar poco espacio al raciocinio y a la meditación— son percibidas como verdaderas por demasiadas personas; y ya dijo Confucio que el sentido cambiante y confundido de las palabras puede cambiar actitudes, comportamientos, políticas y estados de opinión locales o globales.
A modo de ejemplo, intenten escuchar (sin mirar las imágenes) el siguiente discurso extraído del NO-DO. ¿Dirían que es de un político de izquierdas o de derechas? 
Lo pronunció en 1945 el ministro falangista Arrese y rechazaba el capitalismo.

Es normal ver que términos antagónicos como facha o neoliberal se apliquen a las mismas personas y aunque sea una gran inexactitud muchos lo usan sin pudor alguno y muchos ni siquiera entienden ni se cuestionan el porqué del error. Una mentira repetida insistentemente puede hacer que muchos la consideren verdad.
Actualmente hablar de la ideología fascista es políticamente incorrecto, a pesar de que hay mucha gente crítica con el capitalismo, con el €, con la globalización etc. En España, cuando se habla en público, la inmensa mayoría da por sentado que la democracia como sistema político es lo mejor de lo mejor. Algo incomprensible con la cantidad de “neoliberales” simpatizantes del franquismo, tantos “comunistas” admiradores del castrismo y tantos “populistas” admiradores de repúblicas bananeras que dicen tener la solución a todos los males que nos han sobrevenido en los últimos años en nuestro “paraíso” u “oasis” según donde estemos. De la misma forma que es difícil encontrar a alguien que no se declare culto e instruido y luego resulta que hay programas televisivos de bajísimo nivel cultural que se mantienen con buenas cotas de audiencia durante años. Somos así: una cosa es la fachada y otra la realidad.
Según el diccionario de la RAE, se llama “facha” a una ppersona o cosa muy fea, ridícula, extravagante o que viste inadecuadamente; a un adefesio o mamarracho. Otra acepción del termino es el que califica como “facha” a una persona de ideología política reaccionaria aunque coloquialmente se llama “facha” a una persona muy dictadora. 
¿Acaso no somos todos un poco (o un mucho) dictadores? ¿Acaso no es la “ley del embudo” la más practicada?
Por supuesto que cuando se habla de grados todo es relativo y todo depende de con quien nos comparemos, pero analicemos... ¿Cuántas veces juzgamos, censuramos, intentamos ordenar la vida de los demás?
Cuando hablamos de los “Gobiernos” ¿cuantos pensamos que lo hacen fatal y que cualquiera de los que no han gobernado nunca nada podría hacerlo mejor?
Cuando pensamos en los “ricos”… ¿cuántos somos capaces de evitar caer en la tentación de pensar que podemos saber mejor que Amancio Ortega, por ejemplo, lo que debe hacer con su fortuna?. Personas que hace décadas que perdieron la ambición profesional, que practican la ley del mínimo esfuerzo y valoran su ocio por encima de sus ahorros, ¿cómo pueden pretender entender a una persona anciana que aún se preocupa por seguir trabajando, por hacer crecer su hacer crecer sus empresas o negocios y obtener más beneficios?. 
Hay algunos pocos que se alegran que existan personas así, aunque no las entiendan del todo ni compartan todo lo que hacen. Si pudieran elegir, preferirían que hubieran muchas más personas así con sus grandes y exitosas empresas, ganando mucho dinero y también creando empleo y pagando relativamente bien a sus empleados que tantos “Ni-Ni-Ni-Ni” que prefieren vivir mantenidos por subsidios, caridades o regalos con tal de no dar un palo al agua.
Siempre se suele pensar que las personas ricas son de derechas y las pobres de izquierdas, aunque si miras las declaraciones de rentas de los políticos, con sus supersueldos, ves que declaran que no tienen ni un duro y a gente que se proclaman de izquierdas que viven a todo tren. En estos tiempos líquidos todo es un lio y los viejos tópicos se desmontan. Ahora hay personas ricas y famosas que se proclaman de “izquierdas”. El Gran Wyoming” fue de los primeros en quitarse la chaqueta del PSOE para abrazar la de Podemos y lleva años haciendo varios programas semanales cuyo principal contenido es criticar al PP y a los poderosos y “ricos”. Y él, aunque se califica de izquierdas y de Podemos es más rico que el 95% de los españoles. A finales de 2014 reconoció poseer 19 inmuebles en Madrid y los tiene porque sus seguidores le han hecho rico viendo sus programas, como lo es Amancio Ortega porque sus clientes compran en Zara o Justin Bieber porque millones de personas le compran sus discos. Ellos venden unos “productos” y sus “clientes” se los compran y, nos guste o no, es la recompensa a su trabajo y a su talento; porqué nadie ha obligado a nadie a que compre en sus tiendas y no en las de otros o se haga su ropa; o alegre sus tardes tocando la guitarra.
¿Le hace más pobre a alguien que Wyoming tenga 19 casas y otros ninguna? 
¿Debe tener un límite de beneficios por su trabajo? 
Mientras tenga audiencia ¿se merece seguir ganando dinero?. 
¿Por qué razón quien crea o genera riqueza, no debería tener derecho a quedarse con una parte, sin límites?. 
Lo que hace falta y debe asegurarse el “Estado controlador” es que las actividades con las que ganan dinero sean legales y que todos paguen todos los impuestos legalmente establecidos. Que el control sea eficiente y la justicia correcta y rápida.
Es difícil aceptar que una persona de izquierdas tenga más de una vivienda y menos que acumule 19 casas. Si fuera otra persona en lugar de un “famoso fan de Podemos” la acusarían de especulador inmobiliario, pero él tiene claro que lleva 30 años trabajando en televisión, ha ganado mucho dinero y lo ha invertido en lo que le ha parecido mejor. Unos se lo pulen en mansiones, fiestas, viajes, sexo, drogas y rock & roll; Wyoming compró casas y otros lo reinvierten mejorando sus empresas y generando beneficios.
¿Por qué tanta gente que dice defender la libertad juzga con tanta ligereza y no admite que la gente haga lo que quiera con el dinero que legalmente ha ganado?
¿Por qué esa manía de pretender “expropiar y repartir” algo que no es nuestro? 
No puedo evitar pensar que en el prejuicio contra los ricos hay más envidia que racionalidad y hay más incomprensión hacia sus actitudes que crítica social ya que no hay ninguna prueba, ni teórica ni histórica, que demuestre que una sociedad con menos ricos sea más próspera. Más bien todo lo contrario, porque a nadie ha hecho rico nunca repartir la miseria.
¿Y sabéis lo más curioso? Todos los españoles, incluso los de familias más humildes, nacemos con unos servicios asistenciales, una sanidad y una educación universal, un clima y una variedad de alimentos que nos convierte en ricos a escala planetaria, puesto que la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra no disponen de tanta riqueza social en los lugares donde nacieron. Y seamos todos conscientes que si no hemos nacido en ninguna de la mayoría de naciones/regiones del mundo donde no disfrutaríamos de estas ventajas, no es por nuestro esfuerzo ni por nuestro talento sino por la decisión de nuestros padres; que nacieron o vinieron a nuestro país/región/nación para labrarse un porvenir y nos trajeron al mundo en este entorno, siempre mejorable aunque privilegiado si lo comparamos con otros. Seamos conscientes que nosotros somos “ricos por herencia” y es nuestro deber trabajar y comportarnos adecuadamente para conservar y mejorar este entorno que recibimos en herencia de nuestros antepasados para las generaciones futuras. Reclamar derechos y también respetar deberes.
Ya saben, ¡menos pedir y más producir!

jueves, 4 de mayo de 2017

El “cupo” vasco y la equidad de tratamiento fiscal entre españoles

La Gaceta de Madrid, el antiguo Boletín Oficial del Estado, publicaba el 28 de febrero de 1878 un Real Decreto que incorporaba el concierto económico vasco a la legislación española. Una vez suprimidos sus fueros tras la Tercera Guerra Carlista, los vascos se habían resistido a ceder la llave de la caja, y el Estado, sin estructura recaudatoria a los territorios forales, lo aceptó. Una situación similar a la que se produjo en Navarra. Dos siglos después el País Vasco y Navarra continúan fuera del régimen común y no están dispuestos a renunciar. Las diputaciones de Navarra y de Álava, de hecho, no perdieron este modelo de financiación ni durante el franquismo.
Recaudar todos los impuestos: El concierto, blindado por los tribunales, da soberanía fiscal
El concierto económico establece la capacidad de los territorios forales de recaudar todos los impuestos que les afectan, propios o estatales. Además, les confiere capacidad normativa en muchos de los que las comunidades de régimen común no podrían ni soñar. En el País Vasco y Navarra tienen un IRPF propio, pueden modificar a su gusto el impuesto de patrimonio y, incluso, tienen capacidad normativa sobre el impuesto de sociedades. En cambio, se establece limitaciones sobre el IVA y los impuestos especiales.
El concierto económico ha sido judicializado de manera constante por las comunidades limítrofes, como la Rioja y Castilla y León, acusándolo de permitir ayudas de estado en fijar tipos impositivos reducidos para muchos de los impuestos que las comunidades de régimen común no pueden tocar. Tanto el Tribunal de Justicia de la Unión Europea como el Constitucional han avalado el modelo. Ninguna otra región española tan beligerantes algunas con cualquier tema relacionado con Catalunya ha alzado su voz contra el sistema de financiación vasco. ¿Porqué? Lo desconozco, habría que preguntárselo a los residentes en esas comunidades y a los dirigentes que han votado.

El 70% de lo recaudado para el Gobierno Vasco; el 30% para diputaciones y municipios.
Formalmente, sólo existe un concierto económico en el País Vasco y un convenio idéntico a Navarra, pero en la práctica son las diputaciones forales las que tienen las competencias fiscales. En el caso vasco, las diputaciones de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava recaudan los impuestos y tienen discrecionalidad para hacer los cambios que consideren. Para armonizar el sistema tributario en los tres territorios, existen las Juntas Generales.
Del total recaudado por las diputaciones, una parte se reserva para la llamada “cuota”, la cantidad que la Lehendakaritza transfiere posteriormente al gobierno español como aportación de Euskadi por los servicios que presta el Estado en su territorio. Del resto, el 70% termina en el gobierno, al menos el 16,4% a los municipios y un máximo de un 13,6% a las diputaciones, que a parte de la hacienda gestionan las competencias propias de los entes provinciales.

Como suelen decir los gobiernos vasco y navarro, con el concierto económico asumen un "riesgo unilateral", ya que independientemente del funcionamiento de la economía deben aportar una cuota a las arcas estatales. Las bases actuales del concierto vasco se pactaron en 1981 y las del navarro en 1990. Son acuerdos bilaterales que ninguna de las dos partes puede modificar sin un pacto previo. Establecen que cada comunidad pagará en función de su peso relativo en el Estado: un 6,24% en el caso del País Vasco y un 1,6% en el caso de Navarra.
En 2007 se calculó por última vez en Euskadi y se cifró en 1.565 millones de euros. Desde entonces no se ha actualizado —aunque debería haberse hecho cada cinco años— y sólo sufre pequeñas modificaciones en función de la recaudación, la transferencia de competencias o el endeudamiento. Ahora bien, las discrepancias se han agudizado. En 2015 los presupuestos del Estado preveían 1.525 millones en función del cupo vasco y el Consejo Vasco de Finanzas sólo presupuestó 850, la cantidad que Vitoria consideró justa. El Gobierno Vasco asegura que ha pagado 1.600 millones de más desde 2007.
Teóricamente el “cupo vasco” cubre los servicios que Euskadi recibe sin tener competencias: Corona, defensa, puertos, aeropuertos, TGV, deuda estatal, etc.

El País Vasco recauda 4.170 euros per cápita; Cataluña, 1.973
Ninguno de los dos principales partidos españoles se ha planteado nunca acabar con el concierto, a pesar de las quejas de algunas comunidades. La solidaridad interterritorial es lo que más se ha criticado históricamente, aunque las autoridades vascas y navarras recuerdan que en el cálculo de la cuota ya incluye su participación en el fondo de compensación interterritorial del Estado. A pesar del "riesgo unilateral" que asumen, el concierto ha demostrado ser un instrumento eficaz para las comunidades. Ambas encabezan el ranking de recursos per cápita. Según datos del ministerio de Hacienda, en 2013 cada vasco recibía 4.170 euros de financiación y cada navarro 3.266. Unas cifras muy superiores a los 2.155 euros per cápita de la media española y los 1.973 de Cataluña.
El concierto económico parece, pues, un buen negocio, al que no vale la pena renunciar. Y, en palabras de Urkullu, después de 150 años “seguirá siendo la base de progreso de los vascos en el siglo XXI”.
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El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha marcado el ritmo de la primera fase de tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado fijando como una condición irrenunciable la actualización y liquidación de la llamada cuota vasca. El acuerdo alcanzado pasa porque el Estado pague 1.400 millones de euros al País Vasco como compensación del sobrecoste que se supone ha soportado el Gobierno Vasco durante los últimos 10 años por esta cuota, ya que su cálculo es un conflicto entre Euskadi y el gobierno español desde el 2007. (Por tanto lo de asumir un "riesgo unilateral" por la obligatoriedad de pagar una cuota fija es propaganda porque se ha revisado)
Por qué discrepan los dos gobiernos en el cálculo?
De entrada, la base del cálculo debería actualizarse cada cinco años, pero la última vez que se hizo fue en 2007. Entonces se cifró en 1.565 millones de euros. Desde entonces no se ha actualizado por falta de acuerdo. El problema principal es que este cálculo se hace en función del peso relativo que tenía la economía vasca en 1982 y no se ha renovado. Por eso Euskadi asegura que ha pagado de más y que el Estado le devolverá dinero. Desde el 2007, pues, se ha prorrogado este cálculo, que sólo ha sufrido pequeñas modificaciones en función de la recaudación, la transferencia de competencias o el endeudamiento.
En cuanto pide el PNV?
En 2015 los presupuestos del Estado preveían 1.525 millones en función de la cuota vasca, pero, en cambio, el Consejo Vasco de Finanzas sólo presupuestó 850, la cantidad que consideraba justa (casi la mitad de lo que el gobierno español dice que debe pagar). Por ello, el Gobierno vasco asegura que ha pagado 1.600 millones de más desde 2007.
¿Qué pasa este 2017 con la cuota?
Los presupuestos de este 2017 preveían que Euskadi tenía que pagar unos 1.200 millones de euros por la cuota, menos que los 1.500 previstos desde 2007 pero aún mucho más de lo que reclaman los vascos. Por eso de entrada el Estado se ha comprometido a pagar 1.400 millones de euros al País Vasco este año como compensación por el sobrecoste que ha soportado en los últimos 10 años, además de actualizar el cálculo para los próximos ejercicios. En teoría los próximos años de paz fiscal.
Nadie sabe si el Gobierno español podrá cumplir los próximos 15 años lo pactado con los vascos, porque depende de cómo esté España en el futuro, pero lo que si es cierto y conocido es lo que ha pasado en el pasado: las aportaciones que ha hecho el País Vasco al resto de España y el trato y consideración que ha recibido del Gobierno de España. Y todo ello indica que NO todos los españoles —unos, mucho peor tratados que otros— han sido tratados de forma ecuánime.
A pesar de todo, no se oyen grandes críticas ni en los medios de comunicación (TV’s ni periódicos) ni en las redes sociales grandes críticas hacia esas comunidades, como si se oyen por ejemplo hacia Catalunya que ha tenido un tratamiento fiscal peor que la media de las comunidades españolas y donde muchos ciudadanos están desafectos con el Gobierno central por ese trato injusto que da ala nación catalana.
Recientemente, para poder aprobar los presupuestos — parece que el fin justifica los medios— el Gobierno central ha llegado a un acuerdo con el Gobierno vasco que empeora la equidad de trato para todos los españoles a favor de los ciudadanos vascos.
Ni siquiera el partido político Ciudadanos que había declarado estar totalmente en contra del Concierto económico Vasco en los últimos años y en la última contienda electoral, se ha opuesto a este acuerdo. No se si se ha desdicho, pero no hemos oído grandes críticas.
El Gobierno español no sólo no rectifica sino que sigue haciendo lo contrario de lo que predica (diálogo, justicia, transparencia, equidad para todos los españoles) y no puedo entender como no hay una demostración contundente de protesta contra tanta “injusticia”. Será que nos ha dado un ataque generalizado de estulticia. A unos más que a otros.



Nota.- Estulticia: Ignorancia, necedad o estupidez de una persona.



miércoles, 3 de mayo de 2017

Altruistas, oportunistas y populistas

Las personas altruistas gastan mucho tiempo y energía tratando de ayudar a otros y a mejorar el equipo/sociedad (compartiendo conocimientos y brindando orientación). Consiguen que las organizaciones donde trabajan vayan mejor porque con su ayuda consiguen mayores beneficios, satisfacción del cliente, retención de empleados, menores costes operativos, etc. En cambio, suele suceder que sufren mucho en el camino porque no son los que obtienen los mejores resultados personales y por tanto se quedan con menos promociones y recompensas. 
Estudios empíricos demuestran que los altruistas no son los que tienen el mejor desempeño ni éxito. Los mejores tampoco son los “listillos” ni los “oportunistas” porque a la larga, a la mayoría de ellos les llega su San Martín.
¡Curioso ¿verdad?!
¿Por qué nos cuesta tanto crear una relación, un grupo, una empresa, una sociedad, un mundo en el que sobresalgan y se valore y reconozca más a los “altruistas”?
Si nos esforzáramos en descubrir a los “oportunistas” y los alejamos de nuestras vidas, sólo tendríamos compañeros y altruistas a nuestro lado; y estos podrían ser generosos porque no tendrían que preocuparse de las consecuencias. Los compañeros seguirían la norma general de forma similar a lo que sucede en algunas sociedades en las que nadie tira papeles al suelo.

A primera vista nos cuesta identificar a los “oportunistas”. Hay un rasgo de su personalidad que nos despista: la amabilidad. Son siempre políticamente correctos, intentan agradar a todos, parecen tener la solución a todos los problemas y deslumbran a las masas con sus ideas brillantes. Las califico de “brillantes” por lo seductoras que son, por lo bien que suenan; no por su sensatez ni su plausibilidad.
Las personas desagradables hacen esto mucho menos a menudo. Son más críticas, escépticas, desafiantes, exploran las cuestiones desde varios ángulos aunque sean incómodos, tienen en cuenta los “derechos” y también los “deberes” que los populistas nunca explican…
Siempre es más fácil suponer que la gente agradable es altruista y que los desagradables son oportunistas, al igual que muchos suponen que los “trajeados”, altos y guapos vestidos a la moda son buenos trabajadores y altruistas. Al mismo tiempo solemos considerar a los bajos, gordos, vestidos con estilo demodé o “diferente” son malos y seguramente te van a robar o hacer daño. Solemos confundir la “amabilidad-apariencia-antipatía” (que son capas) con el “altruismo-oportunismo” que son motivaciones interiores de las personas.
Pocas veces nos preguntamos: ¿Cuáles son sus valores? ¿Cuáles son sus intenciones hacia los demás? ¿Cuales son sus comportamientos? (¡Hechos!, no deseos ni propagandas)
Si analizamos a estos dos grupos encontramos a los:
1.- Los altruistas agradables que son fáciles de detectar: ¡dicen que sí a todo!. 
2.- Los oportunistas desagradables también se reconocen rápidamente.
3.- Hay altruistas desagradables, personas que parecen duras pero en su interior, están motivados por las mejores intenciones. Son los más infravalorados por la gente porque son los que dan el feedback negativo que nadie quiere oír pero todos necesitan hacerlo. Tenemos que valorar mucho mejor a estas personas en lugar de confundirlos con “oportunistas egoístas”. 
4.- Los oportunistas agradables (los falsos), son las personas que de cara son agradables y luego no dudan en apuñalarte por la espalda. Si le preguntas por sus relaciones o a quien han ayudado, siempre te darán nombres de personajes más influyentes que ellos, porque los oportunistas saben engatusar.

Se puede aprender mucho sobre el carácter de una persona viendo cómo alguien trata a sus compañeros, a sus subalternos, a los que “son/tienen menos que ellos” o a los que “dependen de ellos”. Podemos usar esta habilidad, mejor si lo convertimos en hábito, para detectar a los “oportunistas” y demás personas tóxicas que sería conveniente alejar de nuestro entorno. Si consiguiéramos apartarlos lejos de nuestro círculo de relación, podríamos crear un entorno seguro donde se pueda pedir ayuda sin que se disparen todas las alarmas. Esto sería posible porque sin tener cerca a esos indeseables, engañando, confundiendo y aprovechándose de la buena fe de los “altruistas”, estos estarían protegidos del agotamiento que produce el dar sin recibir nada útil de los demás. Así los altruistas podrían perseguir sus propios objetivos y conseguir sus ambiciones al tiempo que ayudan a otras personas y colaborando con los compañeros, en lugar de competir con ellos.

Si están de acuerdo con esta tesis, difúndanla y practíquenla para aislar a los “oportunistas” (populistas incluidos). Tal vez podamos revertir la "pronoia" que crece en nuestro mundo. Tal vez podamos desactivar la creencia engañosa de que todos los demás están únicamente tramando su bienestar. 
Ojalá pudiéramos vivir en un mundo en el que los “altruistas de verdad” (hechos y no sólo de palabra) tuvieran éxito. 
¿Cuando empezamos a hablar claro y a desenmascarar a los “oportunistas” y a los populistas?