¿Quién no ha
oído una conversación similar a esta?: “¡Mi nieto es un crack!. "Si, el mio también", responde otro y sigue: "Hay que ver lo que sabe. El otro día vino a mi casa, me cogió el móvil y en dos minutos me puso el Wasap y ahora ya me podré comunicar con toda la familia".
Otra abuela afirma seriamente: "Sin duda los niños de ahora ya nacen sabiendo manejar todos los aparatos
electrónicos”.
En realidad lo que hacen es apretar botones sin ningún miedo y como
el aparato ha sido programado para dar una respuesta, con el tiempo y por el
método de prueba/error van aprendiendo. El problema de la mayoría de los abuelos es que
al haber nacido y sobrevivido en épocas de escasez, mucho trabajo y poca
escuela, tienen miedo a estropear algo y no prueban a pulsar ningún botón, con lo que no avanzan.
Esto hablando en general, porqué siempre hay honrosas excepciones que confirman
que: los niños, ni en el pasado ni
tampoco ahora, nacen enseñados ni los mayores se vuelven tontos con la edad ni
siempre fueron menos inteligentes que los jóvenes aunque estos siempre lo han creído así.
Estamos viviendo
en un mundo donde lo viejo, lo usado o lo pasado suele ser menospreciado,
cuando no desechado sistemáticamente, por una sociedad de consumo electrónico o
cibernético que usa nuevos productos y a veces nuevas ideas a la hora de manejarse
en su vida cotidiana. Sin embargo, para muchos temas de la vida, este menosprecio
de lo “viejo” es un gran error. Todo en la vida es diverso y por ello ser mayor
no significa ser un inútil si se ha fracasado económicamente o haber tenido
suerte si se ha tenido éxito. Los mayores que han sabido atesorar experiencia
aprendiendo de sus experiencias exitosas y más de sus fracasos, han adquirido ciertas
aptitudes técnicas y de comportamiento y han aprendido a practicar un estilo de
vida y pensamiento que, con el inevitable paso de los años, les ha convertido en exitosos
emprendedores e inversores.
Podemos encontrar muestras en cualquier campo de la
ciencia, la técnica o las artes. En estos tiempos que está tan de moda el
“éxito económico”, sirvan de ejemplo, – Warren Buffett (83 años),
George Soros (83), Peter Lynch (70)
– solo estos tres personajes concentran a millones de seguidores inversores a
lo largo del planeta.
Cualquier deportista
o persona que use la belleza de su cuerpo profesionalmente, con el paso del
tiempo suele ver declinar su carrera y aptitudes físicas. Suele suceder lo
contrario para las personas que usan el intelecto. Para los profesionales sabios
e inteligentes la acumulación de conocimientos y experiencias a lo largo de su
vida participando en los “mercados”, les creará en su búsqueda de rentabilidad
y éxito lo que se puede denominar en el argot financiero como: “curva del
interés compuesto”. El proceso de trabajo/inversión se hará más seguro, eficaz,
efectivo y rentable, cuando ayudado por su “Know How” el inversor veterano
proceda a estudiar los números de una empresa cotizada, desde el punto de vista
fundamental y técnico, debido al entendimiento por experiencia de balances,
nicho de mercado, ventajas ante competidores o posibilidades de expansión y
beneficios futuros.
Eso no significa
que la edad del profesional/inversor constituya un marchamo de acierto seguro,
pero si, le va quitando cada vez menos posibilidades al factor suerte que
pasará a un segundo término en el desarrollo final de la inversión. El mejor
conocimiento de las empresas y su preparación técnica unida a la experiencia,
ayuda al inversor veterano a distinguir que información pública es relevante y
cual no, para poder calcular un valor intrínseco de la entidad cotizada y crear
con ello las estrategias inversoras apropiadas.
Buscar el interés
compuesto en nuestro trabajo/inversiones puede sonar extraño, pero consiste en buscar
inversiones, en nuestras finanzas personales, que puedan crecer de forma
continuada a lo largo de varios años; por ello, el símil con el interés
compuesto habitual estudiado en cálculo. Los activos de renta fija suelen ofrecer
al cliente-ahorrador rentabilidades simples constantes, como puede ocurrir con
los depósitos a plazo, lo que los convierte, en periodos económicos como los
actuales, en poco rentables para los inversores que estén dispuestos a asumir
cierto riesgo para conseguir mayores rendimientos por su dinero.
La experiencia tiene un gran valor y debería
ser apreciada en su contexto. Esto significa que se deben sumar conocimientos, aptitudes, experiencia y cierto grado de
serenidad individual propia de la veteranía para adoptar ciertas decisiones
operativas. Según manifiestan algunos de los más afamados inversores
mundiales, sus éxitos actuales algunas veces han venido precedidos de duros fracasos
iniciales. Cuentan que su secreto esencial para lograr el éxito se basa en
realizar diariamente y de forma metódica un trabajo inteligente, para poder
seleccionar las empresas más adecuadas para invertir huyendo de la
improvisación inversora, las opiniones interesadas, los rumores del parqué y
los ruidos mediáticos promovidos de forma artificial para animar o desacreditar
en momentos puntuales alguna acción o índice determinado.
El conocimiento,
la formación y disciplina en este “juego de la bolsa” y me atrevería a decir
que en cualquier otro de la vida, es primordial y para ello, los nuevos inversores/emprendedores/autónomos
deberían aprovechar los consejos del “veterano inversor/empresario sabio y
exitoso”, sabiendo que para que alguien gane dinero en Bolsa y en cualquier otro mercado, otro inversor/empresario menos inteligente, instruido y experimentado deberá perderlo…
En esta época de
estancamiento postcrisis, muchos jóvenes adivinan un difícil desarrollo de su
carrera profesional en empleos poco remunerados, con horarios difíciles y
futuro incierto. También desde instancias gubernamentales se empieza a proponer
a los parados, tanto jóvenes como de mediana edad, capitalizar el paro para
abrir un negocio y autoemplearse. No estaría de más que todos ellos tuvieran en
cuenta la experiencia y el asesoramiento de alguien que, con su inteligencia
personal, saber hacer y esfuerzo, ha llegado a conseguir éxito en las áreas a
las que ellos se quieren dedicar.
Es cierto que todo el mundo tiene el derecho
a equivocarse y a descubrir la rueda por si mismo, pero financieramente
hablando no es rentable. Si alguien desaprovecha o desprecia, por orgullo o
inconsciencia, esta oportunidad, está cometiendo un grave error y perdiendo
unos recursos de valor incalculable.
En estos tiempos,
cualquier ayuda es poca. No basta con financiación, se precisa ingenio,
planificación, mucho esfuerzo y dedicación y nunca se debería desdeñar a priori
ningún consejo sin antes entenderlo, estudiarlo neutralmente y valorar su
efectividad.
En esta época, los experimentos…
los mínimos y con gaseosa.
©JuanJAS
PD.-
Entre hombre y hombre no hay gran diferencia. La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia. Tucídides (460 AC-396 AC) Historiador ateniense.Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias. James Russell Lowell (1819-1891) Poeta y escritor estadounidense.
La experiencia es algo que no consigues hasta justo después de necesitarla. Sir Laurence Olivier (1907-1989) Actor, director y productor británico.
Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo. Thomas Alva Edison (1847-1931) Físico e inventor estadounidense.
La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado. Jose María de Pereda (1833-1906) Escritor español.
La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede. Aldous Huxley (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta inglés.
Pájaro viejo no entra en jaula. Refrán
Un experto es un hombre que ha dejado de pensar: sabe. Frank Lloyd Wright (1867-1959) Arquitecto estadounidense
Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones. Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.
La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores. Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.
Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia. Laurence J. Peter (1919-1990) Profesor y escritor canadiense.
La experiencia es algo maravilloso, nos permite reconocer un error cada vez que lo volvemos a cometer. Franklin P. Jones
La experiencia del mundo no consiste en el número de cosas que se han visto, sino en el número de cosas sobre las que se ha reflexionado con fruto. Gottfried Leibniz (1646-1716) Filósofo, físico y matemático alemán.
Prefiero el bastón de la experiencia que el carro rápido de la fortuna. El filósofo viaja a pie. Pitágoras de Samos (582 AC-497 AC) Filósofo y matemático griego.
Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco, que iluminan sólo el camino que queda a la espalda. Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) Poeta inglés.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Refrán
La experiencia es el bastón de los ciegos. Jacques Roumain (1907-1944) Escritor y político haitiano.
Aprendemos de la experiencia que los hombres nunca aprenden nada de la experiencia. George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.
Su experiencia, como tantas veces sucede, le hizo desconocer la verdad. Anatole France (1844-1924) Escritor francés.
2 comentarios:
Sabia conclusión: "en esta época, los experimentos los mínimos y con gaseosa". Y tener presente que en todo asunto la experiencia siempre es un grado (por lo menos).
Lástima que casi nadie es capaz de aprender con los errores de otros.
Lo peor de todo es pensar que se sabe todo y en realidad saber muy poco. Estos ni siquiera piden consejo y otros lo piden a gente que no puede darlo.
Sólo la minoría pide consejo a gente que ha sido capaz de llegar a donde ellos aspiran y por ello están en la situación poder explicar que han hecho para conseguirlo.
Así es el mundo y así actúan la mayoría de las personas. Por eso son pocos los que triunfan y muchos los que se lamentan pero no avanzan.
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