jueves, 16 de octubre de 2014

La “pseudoconsulta catalana”

En estos momentos de confusión, pese a los discursos que se publican o sonorizan, existe:
· Una negación continua al dialogo por parte del Gobierno central 
· Una negativa a escuchar la opinión de los catalanes 
· Una negativa a escuchar las propuestas del Parlament de Catalunya 
· Una pugna entre los partidos catalanes que quieren imponer sus “matices partidistas” en la consulta y gobierno de los catalanes
· Una última tentativa del President Mas por salir airoso de la apuesta que tomó cuando decidió liderar el “proces” y de su promesa de facilitar que los catalanes pudieran expresar su opinión en una votación.

En algunos ambientes es preciso reivindicar la libertad frente al miedo que afecta a muchos, porque sólo desde la libertad podremos avanzar hacia el progreso, la convivencia y la preservación del contrato social. Libertad para reivindicar una sociedad más justa y más respetuosa con los que piensan de otra manera sobre cuestiones opinables. Hay un tipo de miedo que puede invadir una sociedad democrática, el que nos puede impedir pensar por cuenta propia, tener criterio personal sin necesidad de seguir la corriente general y expresarlo libremente en todos los ámbitos sociales. Máxime si es en una urna.
Personalmente siempre he aprovechado las oportunidades que se me han dado para dar mi opinión en cualquier formato y en cualquier ámbito. Unas veces razonada y argumentada y otras veces con un simple Si o NO. Unas veces de forma informal y otras de forma totalmente solemne, legal y secreta como ha sucedido en las elecciones, consultas o referéndums que se han celebrado en España y Catalunya.

Cuando no se me ha permitido expresar mi opinión, siempre me he sentido incómodo y he buscado una forma alternativa de decir lo que yo quería decir a la comunidad. Nunca me han gustado las imposiciones dictatoriales y me he sentido incómodo en ambientes en los que no sólo no importa la “opinión razonada” de los demás y mucho menos en los que se prohíbe que alguien o muchos expresen sus razones personales. Siempre he pensado que cada cual debe expresar su opinión, razonarla, explicarla e intentar que los demás entiendan lo que se propone. Al mismo tiempo he intentado escuchar activamente lo que proponen los otros, intentar comprenderlo y si mejora mi propuesta incluirla. Cuando no ha sido imposible aceptar plenamente ninguna opción de partida, he trabajado por no romper nada, que el enfado no llegue a mayores y he intentado sin desfallecer, encontrar alguna opción que todos puedan aceptar. A veces no todos tienen esta actitud de consenso y no queda más que “votar” para elegir la opción más querida y pedir que todos la acepten democráticamente. 
Poder expresar mi opinión socialmente es fundamental y la forma en la que pueda hacerlo, importa pero es secundaria. Nunca es más importante la forma o el medio que el hecho de expresar la opinión conjuntamente con el resto de ciudadanos convocados y que quieran hacerlo.
Después de tres años de manifestaciones multitudinarias en Catalunya, cada 11 de Setembre, pidiendo el derecho a decidir, nunca ridiculizaré el acto que ayer nos propuso el President Mas. Los que no quieren que los catalanes decidan votando su futuro y no quieren conocer su opinión, no han tardado en ridiculizar esta “pseudoconsulta”. El Gobierno español está buscando la forma de impedirla, pero por el momento no sabe como hacerlo. Negar una evidencia no sirve para nada positivo. 
Esta “pseudoconsulta” por llamarla de alguna forma, al menos puede servir para conocer cuantas de las personas que han expresado reiteradamente en las últimas manifestaciones de los 11 de Septiembre, que “quieren votar”, realmente lo hacen cuando tienen oportunidad de hacerlo. Además se podrá conocer en una muestra más grande que en cualquier encuesta:
· Cuantos realmente van a votar.
· Cuantos votarán NO, porque opinan que quieren que Catalunya siga como hasta ahora.
· Cuantos votarán SI-NO, porque quieren que cambie el Statu quo y se mejore la situación social, fiscal y económica de Catalunya dentro de España.
· Cuantos votarán SI- SI, porqué están artos de que el Gobierno español les engañe, no cumplan las promesas, no cumplan los presupuestos, no traten a los catalanes de la misma forma que al resto de españoles, etc. Porque quieren terminar con la “Casta política” del gobierno español y también, aunque en diferentes proporciones, del Catalán, que nos ha estado extrayendo recursos, ralentizando o impidiendo nuestro crecimiento y perjudicando nuestro estado del bienestar.

Nunca me ha gustado perder el tiempo y aunque algunos puedan pensar que esta “pseudoconsulta-acto reivindicativo” no servirá para lo que debería, tampoco tengo tantas cosas urgentes ni tampoco mucho más importantes, que me impidan dedicar una hora el domingo 9 de Noviembre de 2014 para expresar mi opinión, sobre el futuro de Catalunya en forma de voto secreto en una urna.
Seamos coherentes. Si queremos que los gobernantes nos escuchen, ¿porqué no expresarse cuando tenemos oportunidad, aunque no sea con pompa y circunstancia?.
©JuanJAS

2 comentarios:

Paco Crespo dijo...

Gracias JAS por enviarnos tus opiniones que siempre hacen meditar. Y eso es bueno.
Como tu, opino que hay que hacer lo que podamos por expresar nuestra opinión y dejarnos de envenenamientos absurdos.
No se si algún día llegaremos a ser un pueblo que cada uno de sus individuos seamos capaces de expresar nuestras opiniones y debatirlas con los que piensen de forma diferente a la nuestra, sin por ello sentirnos ofendidos. Como ha pasado en Canadá o, más recientemente, en Escocia. Se nos dice que el carácter latino no lo permite. Yo creo que es la obcecación y el afán de protagonismo estúpido lo que nos enfrenta tontamente.
Una discrepancia con tu escrito: Para mi no hay más o menos casta política en Catalunya o España. No me vale ningún partido tradicional y menos aún si no limpian públicamente sus casas; cosa que por ahora no están haciendo.
Aún sin soñar con un cambio social, sí hay que dar la vuelta al país de forma radical, desde la raiz. Cosntitución, leyes, organizaciones e individuos que muestren ser dignos de nuestra confianza y de los sueldos que les pagamos.
Si no es así, la independencia no vale, en mi opinión.

JuanJAS dijo...

Totalmente de acuerdo, Pako.
Siempre he dicho que "independencia" sin un cambio de valores sociales que dificulten la corrupción y el legislar para atender sólo los intereses partidistas y particulares, en lugar de los sociales, serviría para bien poco. Pero, primero es lo primero y después debe desarrollarse lo demás.
Los que quieren la independencia no es sólo por motivos identitarios sino principalmente por todo lo que no nos gusta de nuestros gobernantes caciqueriles actuales.