martes, 21 de octubre de 2014

La “innombrable” del nuevo 9N

Como muchas veces en la vida, la realidad del "Procés català" supera a la ficción.
El presidente Mas ha conseguido algo impensable hace sólo una semana: ha eliminado el peligro del 9N al tiempo que ha dado la vuelta al marco electoral que le auguraba una derrota segura en las elecciones al Parlamento. Mas ha pasado de cadáver político a líder de la patria, de seguir un guión que no era suyo a marcar el paso de todos sus rivales, y de tener perdidas las próximas elecciones a ser la cabeza de una "lista de país" que lo más probable es que arrase. Mas ha pasado de estar atado de pies y manos a ser él quien liga su principal rival. Ahora es Junqueras quien está en una posición de debilidad. Su margen de discrecionalidad para decidir si ERC se suma a la estrategia presidencial se estrecha cada día que pasa. 
El martes pasado probó una posición intermedia ante el anuncio de Mas que enterraba el 9N y abría de par en par la puerta a la convocatoria electoral, y el jueves en el Parlamento mostró su lado duro al presidente (que se volvió festejando las CUP). Pero el goteo a favor de las tesis de Mas, culminado con el acto de adhesión al presidente por parte de la ANC y Ómnium de este domingo, está haciendo su efecto y Junqueras recibe fuertes presiones para formar parte de la "lista presidencial". 
Como siempre, lo de menos es pensar en el bien de la ciudadanía y del país, sino en la cuota de poder que cada uno puede conservar o ganar para sus “amigos”. 
Respecto al bien para los catalanes, ni entrenando se puede hacer peor. Si tuvieran algo de dignidad y decencia, pararían este esperpento, de inmediato. Estamos dilapidando la posible credibilidad, ilusión, imagen y seriedad que habíamos podido ganar internacionalmente.
El espectáculo de bandazos de unos y otros no es el correspondiente a una sociedad normal, madura y formal. Cada vez cualquier cosa que se haga tendrá menos garantía y credibilidad. Cada vez más gente piensa que tan chorizos y tan mezquinos y partidistas son los que ostentan el gobierno Español como los que quieren ostentar el futuro gobierno del futuro estado catalán. Se impone un “stop and go” clarísimo. Parar las pantomimas, porqué los ciudadanos se manifiestan cuando lo necesitan y quieren y no les gusta que les dirijan por conveniencias partidistas. 
Esto es una querencia mía, pero lo cierto es que la “pseudoconsulta” del nuevo 9N parece que sigue adelante. No debemos olvidar que el desorden establecido en España no es soluciona con prohibiciones, ni con amenazas, ni con respuestas recentralizadoras, autoritarias, dictatoriales, violentas, fascistas, policiales o militares. Posturas de este tipo, muchas de ellas tomadas por el gobierno español, forman parte del desorden establecido. Las presiones, las manipulaciones y la censura de algunos medios de comunicación también forman parte del desorden establecido. 
Los contrarios al “PROCES” consideran que si hay baja asistencia a la “pseudoconsulta” será un “fracaso” del President de la Generalitat de Catalunya y del “proces”. En cambio, si hay mucha asistencia, dicen que no tendrá ningún valor porqué, lo que suceda el 9N no puede ser tratado como una consulta sino de una “fantochada” sin ningún valor. ¿En que quedamos? ¿Tiene valor o no tiene valor? ¿Significa algo o no? ¿Si no significa nada porqué lo critican? Si significa algo. ¿Porqué no se participa?
Parece claro que una gran parte de la sociedad catalana tiene necesidad de expresarse sobre el tipo de relación que Catalunya debe tener con España. Sea independencia, sea algún tipo de relación federal o sea una región mas, gobernada centralizadamente por un gobierno central. También en España hay interés por que se resuelva este “tema catalán” como demuestra la grandísima audiencia (4104 000) que tuvo el programa de Salvados “Oriol Junqueras con una familia sevillana”.
La mayoría tiene claro que la “pseudoconsulta” del 9N no es un referéndum ni siquiera una consulta completamente democrática. En cambio puede considerarse como un acto de fuerza, para seguir demostrando y denunciando con tenacidad la involución democrática del Gobierno español ante los organismos internacionales y la firme voluntad y determinación, de una buena parte del pueblo catalán, de decidir su futuro.
La ANC y Ómnium Cultural han dicho que apoyan los actos del nuevo 9N siempre y cuando sea considerado como la primera vuelta de unas elecciones referendarias sobre la independencia que deberían celebrarse antes de tres meses. También exigen a los políticos “pro consulta” que se rehaga la unidad de los partidos políticos y que posibiliten que el President Mas pueda convocar unas elecciones escrupulosamente democráticas (cualquiera incluido en el censo publicado podrá votar y responder implícitamente si o no a la independencia) a los que los partidos den carácter plebiscitario al incluir un punto común en sus programas y el compromiso de ejecutar el mandato democrático que les otorguen los ciudadanos que les voten. La ANC y Ómnium Cultural también dicen que “Ya no valen ni planes A ni planes B. Queremos un único plano, nítido, con plazos claros y compartido por todos basado en tres puntos": unidad, urnas e independencia. Siguen: "Ahora es el momento, no aceptamos más dilaciones ni pérdidas de tiempo, le exigimos que ponga el país por delante de sus partidos, es su responsabilidad". "Nada ni nadie impedirá la independencia de Cataluña si así lo queremos la mayoría de ciudadanos de este país". 
Muchos catalanes quieren que los políticos se sienten a la mesa y no se levanten hasta que hayan negociado un plan de futuro para Catalunya. Por ahora solo se sientan a comer y a maquinar tácticas para conseguir no perder y si puede ser aumentar número de intenciones de voto para sus formaciones políticas.
Propuestas en el sentido de defender y propugnar el despliegue de los valores de las personas y hacerlo en la teoría y con su actuación práctica no se las ve ni se las espera. Cierto que se precisan elecciones autonómicas anticipadas, porque sin presupuestos no se puede gobernar. Pero antes de concurrir a las mismas, los políticos que quieran representarnos deberían renovar sus listas llenándolas con una elección democrática entre sus filas y excluyendo de ellas las caras amortizadas históricamente y cualquier posible corruptos presunto o confeso. Con programas incluyendo postulados y posicionamientos bien claritos y profusamente explicados con sus pros y contras, incluido el que más interesa en este momento histórico: independencia si o independencia no y porque razones. 
¡Claridad!
¡Basta ya de eufemismos y ambigüedades! 
El presidente Mas dijo en su discurso presentando el nuevo 9N que lo ideal es presentar a los catalanes una candidatura unitaria de las fuerzas que desean “Independencia Si”, porqué esto sería más claro y daría una posible ventaja a estas opción según la ley de Hont aplicable en la normativa electoral vigente. Los partidos que quieren “Independencia No” podrían hacer lo propio si lo pactaran. También hay que recordar que esta forma de actuar prorroga la permanencia de Mas y su partido en los órganos representativos y de gobierno en horas bajas según los últimos sondeos electorales.
La oposición, principalmente ERC a la que las encuestas le dan ganador, se niega a comprar la propuesta de Mas y a dejar pasar la oportunidad de ganar las próximas elecciones autonómicas. Tiene mucha prisa para aprovechar el buen momento.
Este posible éxito de ERC, aunque no superior al 50%, no le asegura gobernar y hacer una DUI unilateralmente, porqué también podría darse una colaboración CDC-UDC-PSC, ya ha habido ofertas por parte del señor Izeta. Las elecciones son parlamentarias, no presidenciales, por lo que A Más seguiría al frente e Iceta podría ser Conseller en CAP. Por otra parte, surge una pregunta: que ocurriría sin ANC cambiara sus estatutos y se presentará a las elecciones…? qué ocurriría después de arrasar electoralmente…? No dejemos de pensar en el papel que jugará “Podrem-Podemos”. En el ámbito de los partidos y su cuota de poder está todo abierto y puede pasar de todo. El calendario, además, juega a favor de Mas. Si las elecciones son en febrero (como ha "impuesto" Forcadell), la constitución del Parlamento, la elección de presidente y la formación del nuevo gobierno nos situará en las puertas de las municipales. Después, vacaciones. Cuando volvamos estaremos inmersos en la precampaña de las generales, previstas para noviembre, donde se presentará nuevamente la "lista país". Con todo esto, la DUI podría retrasarse un año. Mientras, Mas y CiU seguirían en el gobierno, y las posibilidades de ERC para relevarle probablemente se marchitarían. Mientras unos creían que la cosa iba de épica y ridiculizaban el cartel de Mas como mesías salvador. Tal vez al final resulte que Mas y CiU saben más de política de lo que parece.
Siguiendo con la visión que más nos interesa a los ciudadanos. Es cierto que listas unitarias - no únicas- con un solo punto a decidir, facilita la elección, pero también es cierto que una pregunta sin matices puede llevarnos a escenarios inciertos, porqué depende de cómo la desarrollen los “elegidos” en esa votación. 
Aquí está el problema. Esto requiere confianza en el buen hacer de los políticos cuando interpreten lo que los ciudadanos han entendido cuando han votado y a la hora de desarrollar el resultado de la votación. Confianza que buena parte de la ciudadanía no atribuye a los políticos históricos y no puede conceder responsablemente a los que se postulan para sustituirlos, por desconocer su comportamiento si llegan a enfrentarse a tareas de gobierno. (Veamos a “Podemos” que ya están cambiando propuestas originarias) 
Es imprescindible que cada formación aclare democráticamente en su seno que es lo que quieren y lo concreten en un redactado. A continuación, cada formación política o social relevante, debe comunicar y explicar su proyecto a la sociedad catalana. 
Debe explicar claramente como, desde su punto de vista, quiere que sea la nueva Catalunya y explicar “claramente” como piensa que se deben llevar a cabo las “negociaciones-relaciones” con el estado español, tanto en el caso de que haya una mayoría independentista como en el caso de que no la haya. Debe explicar como piensa llevar a cabo la transición entre el estado actual de régimen autonómico descafeinado con mucha contribución al estado español e ínfimo retorno a Catalunya para que pueda ser aplicado a políticas sociales e infraestructuras que permitan su desarrollo a la nueva situación que los catalanes decida democráticamente en las urnas. Si se decidiera independencia, es necesario que nos expliquen como crearían las estructuras de estado necesarias para permitir el funcionamiento del país y lo que esto significaría para los ciudadanos y lo que significaría el quedarnos como estamos.
Sin plan, sin medio, sin explicación clara de las opciones propuestas, sin mucha pedagogía y poca propaganda lo que nos proponen es que juguemos a la lotería. Ya se que los españoles somos muy aficionados a los juegos de azar, pero los experimentos en cosas importantes los mínimos y con gaseosa. 
Recordemos que en la lotería lo máximo que podemos perder son el dinero gastado en comprar los boletos, aquí se puede perder mucho más, aunque si se hace mucho mejor que lo han hecho hasta ahora todos podemos ganar mucho más.
La pregunta es, ¿estarán nuestros políticos a la altura?. Por ahora han hecho mucho ruido pero han demostrado muy poco. 
Un gran número de catalanes ha expresado reiteradamente que quiere vivir en un país gobernado de acuerdo con sus ideales, en el que se respete su idiosincrasia y al que se trate con lealtad y equidad a sus ciudadanos, permitiéndoles crecer y mejorar económica y socialmente. Parece que echan de menos un proceso constituyente en el que el protagonismo popular desborde las élites y abra la construcción de una República de los Países Catalanes que transforme de raíz el sistema económico y social actual. Por ahora los políticos no han respondido a esta demanda ni se les ve siquiera dispuesto a considerarla.
¡El ruido sólo entorpece la consecución del objetivo que muchos piden! 
Ojalá que el ruido no nos despiste ni nos haga olvidar lo que realmente queremos.
Recordemos, primero lo importante, luego lo que pueda parecer urgente.
©JuanJAS

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