Séneca apuntó hace ya más de dos mil años: "No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho.” Hoy en día, la mayoría de la gente seguimos perdiendo el tiempo, la mayor parte del día.
La mayoría de la gente en nuestra sociedad occidental están inmersos en la “carrera de la rata”, y no sólo no saben salir de la misma, sino que cada vez corren más rápido dando vueltas a la noria. Cada vez se cansan más intentando mantener el ritmo, a la vez que se lamentan de no tener tiempo para pararse a “pensar”, y buscar ideas que les ayuden a aminorar la velocidad de giro hasta conseguir salir del problema. Parece que tampoco suelen tener tiempo de buscar a alguien que haya conseguido desengancharse de la noria y les brinde ideas.
Les aconsejo esto... ¡No gracias!, Estamos demasiado ocupados- |
¡Que suerte has tenido de poder llevar la vida que llevas! dicen. Cuando un mayor da consejos a un joven atribulado, responden rápidamente: "Es que ahora no es como antes" dando a entender que los de antes lo tuvieron muy fácil, y que nunca se había visto antes una situación tan difícil como la actual. Para lanzar esta explicación no han consultado ni siquiera a Google, su oráculo moderno, depositario de todo saber y de la verdad más absoluta.
Piden mucha ayuda y pocos consejos y si alguna vez lo piden o les llega gratis, no suelen seguirlos, porqué en realidad lo que quieren son soluciones mágicas que resuelvan su ingrata situación en poco tiempo y sin riesgos. Son hábiles encontrando excusas para no desatarse de la noria o para procrastinar.
Cuando uno no consigue salir del atolladero, la pregunta lógica que debería contestarse personalmente, y sin mentirse a si mismo, es ¿No consigues encarrilar satisfactoriamente tu vida porqué no tienes suficiente tiempo/dinero o porque no confías lo suficiente en tus ideas como para invertir en ellas?
Si realmente alguien quiere conseguir de verdad un objetivo, tarde o temprano encontrará la manera. Si no lo desea de verdad y no está dispuesto a pensar y actuar para encontrar una salida, escogerá la vía cómoda y encontrará la excusa para no hacer nada, que no sea lamentarse de su mal suerte -echando la culpa de todos tus males al gobierno, a los ricos, al capitalismo o a la SMI- y envidiar la suerte que han tenido los que no se mintieron a si mismos y se dedicaron en cuerpo y alma a luchar por sus objetivos. Antes de pedir ayuda, ayúdate a ti mismo y esfuérzate al máximo, porque nadie trabajará por ti si tu no lo haces primero.
Hace unos días leí esta carta en un consultorio que me hizo subir las pulsaciones:
“Soy un licenciado en matemáticas de 25 años con un máster en formación del profesorado (CAP) y que, como otros muchos, llevo un año trabajando y cobrando un sueldo de 450€ al mes. Compagino esa actividad con la investigación.
Recientemente, me han concedido una beca FPU para realizar mi tesis doctoral. Sin embargo, es incompatible con mi empleo actual; lo que me lleva a una difícil situación: elegir entre cobrar el doble sólo durante 3 años (4 como máximo) y no poder recuperar mi empleo actual, o quedarme con los 450€.
Quizás desde su perspectiva, la decisión esté clara. No obstante, no sé muy bien cuál es la causa, pero siento algo parecido al síndrome de Estocolmo. Es evidente que, si un empleo se parte en dos, tenemos más gente trabajando. Lo que ocurre es que, si a una de esas dos personas le sale una posibilidad, a priori, de prosperar, el sentimiento de conformismo y de "seguridad" le lleva a quedarse con el puesto de trabajo precario y mal remunerado.
Con esto no digo que mi decisión sea renunciar a la beca (aún no sé qué hacer); simplemente, quiero denunciar que al sistema no le basta con ofrecernos empleos de tales características, si no que arrasa con cualquier síntoma de esperanza; haciendo que algo que es codiciado por muchos, pueda ser rechazado por miedo a volver a un estado inicial en el que no se tenga trabajo.
Probablemente, ya conocerá casos similares al que le detallo; pero le escribo porque veo en su figura un altavoz al que poder acercarse y desde el que se puede denunciar a los cuatro vientos situaciones reales, precarias”.
Me preocupa que un hombre (si fuera una mujer daría lo mismo) con 25 años, “licenciado en matemáticas” tenga esa actitud ante la vida.
Supongo que su “aptitud” será buena si consiguió superar la alta nota de corte necesaria para entrar a cursar esa carrera y si la pudo completar con éxito. Otra cosa es la "actitud" y su capacidad de "decidir responsablemente". La manera de comportarse y su capacidad de decisión no son asignaturas regladas que se enseñen en la universidad, pero son vitales para afrontar la vida.
Lo primero que debería tener claro ese licenciado es si su vocación real es dedicarse a la docencia y la investigación trabajando institutos, universidades, centros de investigación o en servicios de estudios, o está ahí solo porque es lo primero que le salió al acabar los estudios para ganarse unos euros. Tal vez le guste la perspectiva pero lo que no le atrae es la remuneración. Es lo que hay, y por mucho que se queje en los foros, esa situación no va a cambiar de la noche a la mañana; por tanto, tendrá que buscar alternativas.
No se si es consciente de que la licenciatura en matemáticas -más aun si se ha complementado con ciencias económicas, telecomunicaciones o informática- es una de las titulaciones más demandadas hoy en día y además hay muy pocos licenciados en matemáticas para las demandas que hay en el mercado de personas con esos conocimientos.
De todos los que se
graduaron en ciencias matemáticas en 2015 en el Reino Unido, el 50,6 % estaban empleados
a tiempo completo en el Reino Unido y sólo el 7,5 % estaban desempleados.
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Puede que se haya limitado a apuntarse en "la oficina de Desempleo" o ha consultado alguno de las típicas webs de búsqueda de empleo, pero...
¿Ha probado a buscar trabajo en entidades financieras y aseguradoras, como analista financiero, como broker en bancos de inversión, como analista cuantitativo, como controller financiero, como consultor y auditor de empresas, ….?
¿Sigo?
Como está tan de moda decir que las matemáticas son muy aburridas, tal vez los ciudadanos de a pie no se imaginan la cantidad de salidas que tienen las personas que han conseguido esa titulación, pero hoy en día, se están contratando a matemáticos para trabajar en análisis de datos para medicina, para los servicios de estudios bancarios, los fondos de inversión, las casas de análisis financiero cuentan con, al menos, un matemático a fin de diseñar e implementar algoritmos para el seguimiento, la compra-venta de activos financieros y el asesoramiento inversor, etc. Incluso para ayudar a lucha contra el crimen.
¿Ha explorado esos ámbitos o tal vez se a limitado a “la enseñanza” del arte de matar dragones?
Perdonen la broma, pero es que si esa persona hubiera dicho que era auxiliar administrativo o albañil, en la que la demanda es muy inferior a la oferta, lo hubiera entendido, pero ¡¡un matemático!!! ¡Por favor!
Siempre se cita a la milenaria sociedad china como fuente de grandes pensadores, y por su capacidad de sobrevivir y reinventarse. Ellos dicen: "Puede que, por las condiciones climatológicas, el mejor momento para plantar aquí este árbol fuera hace 20 años. El segundo mejor momento es ahora".
¡Despierta chico! Antes de pedir ayuda a los demás, esfuérzate en ayudarte a ti mismo.
©JuanJAS
Por si acaso me lee este chico o algún otro que se encuentre en una situación similar, les sugiero que empiecen por leer estos dos documentos. Les llevará poco tiempo y les hará pensar. también espero que les motive a “actuar”, porqué de poco sirve saber y pensar, si no se toman decisiones —siempre se asume un riesgo— y se actúa.
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