Noticia “prime time” repetida hasta la saciedad en los últimos días:
“Rusia deja de comprar fruta a la UE”. Los agricultores piden salida para los excedentes”
Reuniones con la ministra de agricultura, comidas, peticiones, etc., etc.
Supongo que si me lo repiten tantas veces por la TV, periódicos, etc. Me afectará de alguna manera. Pero ¿Cómo?
Parece que debido al cierre de este mercado, por culpa de las sanciones impuestas por la UE contra su apoyo a los rebeldes ucranianos, se espera un sobre stock en el sector hortofrutícola, lechero y cárnico español y europeo.
No creo que los rusos dejen de comer frutas, hortalizas, jamones y de beber leche. Lo comprarán a otros países, principalmente a China pagando en rublos y a otros países del mundo. (En su día se dio muy poca publicidad en los medios a esta importante noticia)
Mientras, no todo son quejas. Algunos están muy callados relamiéndose los bigotes. Las cadenas de distribución europeas se frotan las manos con la noticia. Harán literalmente su agosto: Comprarán baratos los productos agrícolas y como no suelen repercutirlo simétricamente en los consumidores, disfrutarán un aumento de sus beneficios.
Los agricultores, cooperativas y empresas productoras agrícolas han aprendido a unirse para hacer lobby, (como siempre han hecho las industriales y los bancos) y presionan al gobierno para que les pague las pérdidas que pueda ocasionarle la decisión tomada por la UE.
Resultado, previsiblemente unos ganarán, otros perderán poco y las clases medias que, como siempre son las que pagarán los impuestos con que se financiará al lobby agropecuario, pagarán las consecuencias de las decisiones políticas.
Esta es la solución fácil, pero no la mejor, porqué el problema que tienen los empresarios agrícolas, no es sólo cobrar ahora, sino sentar las bases del futuro. Y para eso no basta tampoco decir que se deben buscar nuevos mercados, porque hay demasiados países intentando vender ahora mismo sus excedentes por el veto, como para hallar un ‘supermercado abierto’ para colocar todo lo que ya está sobrando. Sobre todo las frutas de verano que aguantan poco.
Ahora mismo, no se trata sólo de un veto a productos de la UE, sino de cerrar un mercado que otros va a ocupar en muy poco tiempo y que va a ser extremadamente difícil recuperar. Marruecos, Egipto, Brasil,…. quizás con un poco de suerte Sudáfrica se sume a mandarles todos sus cítricos, ya se están moviendo para ocupar el espacio que van a dejar los países europeos, incluidos España. Y eso es completamente legítimo, porque así se hacen negocios en este mundo globalizado.
Como el veto ruso viene por una cuestión política, se debería hablar de política con los países que quieran aprovecharse de esta situación. Que no condenan a Rusia, perfecto, son libres de no hacerlo. Pero también lo son de asumir las represalias de quienes por defender unos principios van a perder mucho dinero por no mirar hacia otro lado. No se trata de ‘vetarlos’, pero hay que ser coherentes y recordarles el porqué de esta crisis. Y si esos países que ahora tanto se pegan por vender a Europa en las mejores condiciones para ellos no lo quieren aceptar, pues que vendan a Rusia, pero que se olviden de nosotros. O, por lo menos, que lo hagan con las mismas condiciones con las que lo hacen los países europeos entre sí.
Al fin y al cabo, al final, tarde o temprano, Putin se acordará de que le sigue gustando más el cerdo de la dehesa que el de otros países y acabará por buscar una solución para volver a comérselo. Hasta entonces, nos habrá costado mucho la broma, es cierto, pero por lo menos que no nos cueste más por permitir que otros hagan más negocio a costa de nuestros sacrificios.
Mientras, nuestros gobernantes seguirán ordeñando la cada vez más esquelética “clase media”. Revolución es una palabra que nuestro ADN no conoce y si a alguien se le ocurre mentarla nos la auto prohibimos. Sólo nos queda buscar imaginación, trabajar más, pagar los desaguisados de los demás y ahorrar algo para cuando las cosas se pongan peor; porque cuando mas gente deje de pertenecer a la clase media y engrose la pobre, cada vez quedarán menos ciudadanos para pagar la factura. Recuerden que los los ticos no lo han hecho nunca y es un iluso quien espere que alguna vez lo haga. Digan lo que digan “Podemos” y similares.
La historia nos demuestra que los ricos nunca pagan impuestos. En el mejor de los casos, puede que alguien los pague en su nombre o les ayude a pagarlos, pero nunca han sacado una sola moneda de su bolsa para ayudar ni para solidarizarse con nadie. Si los pillan defraudando es porque “alguien” se lo ha contado a Hacienda. En este caso hay que demandarlo para que reembolse las pérdidas a la “familia” al verse obligados a cumplir con sus obligaciones fiscales. Seguramente la “familia” saldrá ganando porque para evitar el escándalo y la fuga de capitales del “paraíso fiscal” de turno pagarán los daños económicos y hasta los morales. Los abogados y asesores especializados en estos temas también saldrán ganando.
Parece que estoy nublado, como el día, pero es lo que me viene al caletre cada vez que oigo las machaconas noticias de la tele.
©JuanJAS
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