sábado, 17 de diciembre de 2016

Papá Estado proveerá…

Normalmente la mayoría conocemos bastante bien las fases 1ª y 2ª del conocido pensamiento de Schopenhauer. Con el tiempo, algunas veces nos encontramos con personas que nos explican con elocuencia las posiciones que nosotros mantuvimos durante las dos primeras fases -mientras ellos nos las criticaban- como si las hubiesen descubierto ellos o fuesen de sentido común. Si así son felices… 
No importa quien se lleva la medalla, lo que importa es ser consciente de que el ser humano solo puede crecer en la adversidad, porque es entonces, y solo entonces, cuando toma conciencia de sus debilidades y puede afrontarlas. 
Cuando tengo la tentación de hacer alguna predicción, pienso que nadie es capaz de prever lo que va a suceder o al menos no conozco a nadie que haya conseguido hacerlo bien de forma sostenible, aunque presuma de ello. Por ello pienso que intentar predecir el devenir es una perdida de tiempo, y procuro no perder tiempo en leer a nadie que quiera explicarme lo que va a pasar. Reconozco que muchas veces es difícil resistirse ante la popularidad de algunos gurús y la omnipresente propaganda de los medios que les da popularidad. 

Lo que sí que podemos (y debemos) intentar cada uno de nosotros es diagnosticar el panorama actual sin engañarnos a nosotros mismos, contemplar los múltiples escenarios que se pueden producir, y, sin perder tiempo en tratar de predecir cual de ellos acabará sucediendo, protegernos de la mejor forma que sepamos. 

En el tema económico, el mundo desarrollado (USA/EUROPA/JAPON, etc..) tiene mucha deuda y por ello una cierta fragilidad ante los imprevistos que puedan suceder en el futuro; la solución incómoda para los políticos —aunque correcta a mi entender— pasa por reducir el gasto público, los impuestos, y la regulación excesiva. La tentación más cómoda —para mi, incorrecta— es inyectar dinero en la economía, generar inflación y así aliviar la carga de la deuda. 
En los últimos 5 años los BCE han llevado a cabo experimentos monetarios con los siguientes resultados: 
El BCE pretendía...        ... y consiguió que... 
Relanzar la inflación    El IPC esteá hoy por debajo de cuando empezó el QE 
Relanzar las bolsas       El EuroStox 50 se mueva en el mismo nivel que cuando empezó el QE 
Relanzar el crédito       El crédito al sector privado esté igual que cuando empezó 
Relanzar el crecimiento   El crecimiento es el mismo que cuando empezó el QE 

Los únicos efectos verdaderos del QE en nuestra opinión han sido: 
· Bajar el coste de financiación de los Estados, para facilitarles la emisión de deuda y darles más tiempo para cuadrar el presupuesto.
· Depreciar el EURO alrededor de un 15% para favorecer a los exportadores. (¡perjudicando con ello a los importadores!) 
Si algún día acaban los QE: 
· ¿Aguantarán los Estados unos tipos de interés más elevados? 
· ¿Podrán competir los exportadores con un Euro más elevado? 
Muchos inversores cuando tienen miedo acuden a la renta fija, pero hoy esa es la zona que más miedo da. En el contexto actual tan complicado, lo más prudente es: 
· Ante valoraciones elevadas, podemos protegernos comprando empresas baratas; 
· Ante la deuda soberana tan alta y creciente, son preferibles las compañías sin excesiva deuda; 
· Ante experimentos monetarios de bancos centrales, es más prudente refugiarse en empresas con equipos gestores/dueños que se juegan su dinero y han demostrado prudencia en el pasado. 
Parece fácil, pero en estos tiempos, lo fácil y lo prudente no tiene demasiada buena prensa. Lo políticamente correcto es disfrutar tanto como se pueda —durante el puente de la Constitución los hoteles registraron casi lleno absoluto y riadas de turistas quemaron gasolina por las carreteras—, sin reparar en gastos y cuando se termine el parné si no queda para pagar el alquiler ya pediremos ayuda a la PAH, nos declararemos pobres energéticos o pediremos ayudas varias… ¡Papá Estado proveerá! 
¿Cuando empezaremos a responsabilizarnos de nuestros actos como personas adultas?
©JuanJAS

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