Estos días se habla mucho de “independencia”. Parece que hay mucha prisa por ser "independiente". Algunos concretan algo más y hablan de tener un estado propio que pueda decidir hacia dónde quiere llevar al pueblo catalán y satisfacer sus aspiraciones personales y sociales. Otros parece que quieren ser independientes para huir de España, ya que no se sienten bien tratados por los últimos gobiernos mayoritarios y no van más allá.
Para poder hacer lo que se quiere, no hay ninguna duda de que lo mejor es no tener ningún "dueño", no ser esclavo de nadie. Dejar de estar supeditado a nadie que ha demostrado que no tiene ninguna intención de escuchar, de entender ni de dialogar. Llegando al extremo, recuerdo que hay un "anuncio" televisivo que proclamaba “la república independiente de mi casa".
Pero no es suficiente con pedir y conseguir la independencia. No podemos caer en la trampa de seguir gobernados con las mismas leyes, métodos y procedimientos usados hasta ahora. La independencia de unos dueños para caer en la dependencia de otros, no interesa nada. Si fuera así, tendríamos los "mismos perros con distintos collares".
La posibilidad de crear un estado propio es, por sí misma, una tarea estimulante para casi todos. Es una tarea en la que todo el mundo se debería implicar y tener voz y voto. Primero para definir qué tipo de sociedad quiere que sea la suya, luego para consensuarla con sus vecinos y finalmente trabajar para hacerla realidad. No podemos olvidar que es necesaria una profunda transformación de la forma de actuar y del estado en que ahora nos encontramos.
Es preciso que todos nos esforcemos por:
1. Cambiar la ley electoral y el sistema de financiación de los partidos.
2. Abolir los privilegios de la clase política y financiera.
3. Suprimir estructuras de estado innecesarias como el senado (Los gobernantes deberían ser valientes y sobre todo justos para recortar la grasa, no el músculo).
4. Legislar para perseguir y erradicar, o al menos minimizar, la corrupción.
5. Que se celebre el referéndum para ratificar la monarquía o despedirla, recordando que la soberanía del estado emana del pueblo, no del rey. Él no tiene que gobernarnos(para eso está el gobierno), sino que es él quien está a nuestro servicio.
6. Construir un nuevo estado moderno donde:
- Todos sus ciudadanos conozcan y puedan disfrutar de la cultura catalana y a la vez se respeten todos los demás pueblos y culturas. El respeto y la tolerancia es una obligación para poder convivir en paz y como sucede con el amor, es muy elástica y puede dar para mucho.
- Se facilite el acceso a una educación que promueva los valores, la ética y la igualdad de oportunidades, para que todos puedan desarrollar sus habilidades en beneficio propio y de la sociedad de la que formamos parte.
- La solidaridad de los más ricos, ayude a que los más pobres, lejos de vivir de la caridad mal entendida, puedan mejorar su situación, tanto económica como cultural, contribuyendo en la medida de sus posibilidades y habilidades al crecimiento del bienestar común. En ningún caso debe tolerarse una actitud egoísta, que permita aprovecharse de los que, por múltiples razones, consiguen generar más riqueza y pagan impuestos, acostumbrándose a vivir mejor que ellos, a sus expensas. Así no puede mantenerse la convivencia.
- La democracia sea participativa. Donde se escuchen las propuestas de la gente y donde se la consulte regularmente, en contraposición con aquello, tan escuchado últimamente, de invocar las sacrosantas leyes que no se pueden cambiar nunca y que sólo cumplen los que quieren hacerlo.
7. Etc. (Cada uno y puede añadir su recomendación a la lista de derechos y deberes para el estado, gobernantes y ciudadanos)
Si todas estas razones las encontráran en España, muchos catalanes, no tendrían ningún interés en pedir la independencia de Catalunya. Porqué ya serían libres y se sentirían comprendidos e integrados dentro de España. El problema es que esto no es así. El presidente del gobierno español, hoy lo ha dejado claro al president de Catalunya: No quiere ni siquiera hablar del tema, como si de un caudillo autoritario se tratara. El líder de la oposición (PSOE) dijo ayer algo similar.
La mayoría de mis amigos, que viven en diferentes regiones de España, porqué son demócratas, respetuosos, tolerantes, dialogantes e inteligentes, piensan siempre en sumar y aprovechar las sinergias tanto económicas como culturales con los catalanes y demás nacionalidades históricas españolas, para el beneficio mutuo. No entienden el proceder del gobierno y la casta mediática, que primero desprecia y luego vocifera, sacando todos sus demonios para amenazar y amedrentar a todos, siempre restando y dividiendo en lugar de sumando y empatizando.
La Constitución Española se redactó y consensuó recién salidos de una dictadura y con muchas heridas abiertas. Se firmó un gran acuerdo, dentro de lo posible en aquellos tiempos, sobradamente abierto para permitir lecturas lo suficientemente amplias para poder incluir y armonizar los distintos pueblos y culturas de España.
Desde Catalunya se ha colaborado siempre para conseguir un estado español plural, moderno y armónico, pero después de más de treinta años, no ha tenido mucho éxito y la “relación” no acaba de funcionar. Sigue reinando un ambiente de desconfianza y negación del “hecho diferencial catalán”, cuando no de intento de anular sentimientos y ahogar voluntades, reducir derechos sociales y agrandar desequilibrios e injusticias de trato económico, que comprometen la viabilidad futura de su economía pública como nación y de los ciudadanos catalanes en particular.
Ha llegado un momento en que la “relación Catalunya-España”, agravada por la crisis económica mundial, no funciona.
Los gobiernos de España han recortado, laminado y judicializado los Estatuts que se han votado favorablemente en el Parlament de Catalunya. La principal autoridad del Gobierno español no quiere ni siquiera “hablar de los temas que le plantea el gobierno de Catalunya”. El gobierno y el principal grupo de la oposición desoyen la voz de miles de personas que se manifiestan pidiendo un “estat propi” para Catalunya. No permiten celebrar un referéndum para conocer democráticamente la opinión de los catalanes, siempre invocando “la Constitución” y siempre olvidando que ningún marco legal, por muy importante que sea, puede anular los sentimientos, voluntad y proyecto de futuro para Catalunya, ni para los catalanes.
Parece que España sea una democracia, pero, al menos sus dirigentes, tienen muy poca práctica democrática. No quieren ni siquiera oír ni mucho menos entender que muchos catalanes quieren ser libres y responsables para poder participar y poder decidir las cosas importantes. Ya están hartos de ser criticados, de criticar y de picar en hierro frío cada vez que se expresan democráticamente.
Cualquier catalán equilibrado y sensato no desea “romper totalmente” con España, pero quiere vivir en un estado propio que le permita, de una forma democrática y pacífica, participar en la construcción de su destino; dentro de la Unión Europea y dentro del Euro.
Parece que el próximo debate de política general en el Parlament de Catalunya, será importante para Catalunya y también para España.
Será bueno estar atentos a lo que digan unos y otros en el mismo, distinguiendo entre la propaganda y la verdadera información, para intentar vislumbrar hacia donde nos pretenden conducir nuestros dirigentes.
Os deseo salud, firmeza, responsabilidad, sensatez y equilibrio para que podamos tomar las mejores decisiones y elegir adecuadamente nuestra hoja de ruta.
© JAS2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario