jueves, 25 de febrero de 2016

Sentido común

A tenor de lo que nos cuentan los medios, parece que hay mucho lío en lo político y en lo económico. Los medios se encargan de recordárnoslo a todas horas, cada vez que los leemos o sintonizamos sus canales de radio y TV. Cuando hablamos con la gente, también nos dicen que “la cosa está mal”. La mayoría se pregunta… ¿a que juegan nuestros dirigentes? ¿Cuándo llegará la hora de los sensatos? ¿Cuando veremos a algún periodista que haga preguntas normales y a algún entrevistado que conteste a esas preguntas, sin divagar y proponiendo soluciones lógicas?.
Si nos visitara un extraterrestre vería que hay dos Españas: la de los normales-sensatos y la de los “famosos” que salen por la TV, que dicen cosas muy raras y que no entendemos. Nunca dicen las cosas que todos pensamos que son de sentido común. ¿Serán tontos de nacimiento o es que la “celebridad” o el poder produce estos efectos?
Ayer estuve en una conferencia que dio Leopoldo Abadía
es sabido que una buena competencia comunicativa permite influir y persuadir a través de la palabra limpia. La palabra es fundamental para la configuración de cualquier tipo de autoridad y Leopoldo Abadía, sin ser economista, ha conseguido autoridad en lo que dice. Mucha gente ha leído sus libros y sigue sus artículos.
Vivimos en un país en el que la intimidación y la pillería son estructurales y la influencia en el prójimo se lleva a cabo con la amenaza: "Me acordaré de ti ...", "a cada cerdo le llega su san Martín ". El falso respeto también se gana mediante la recompensa, sinuosa ("No dudes que sabré cómo agradecértelo ...") o directa ("Si colaboras, nos llenaremos de comisiones hasta las cejas!"). La persuasión es un arma tan poderosa para ejercer el poder como la lisonja y la coacción, que en democracia, para más recochineo, se aplican con la ley en la mano. La recompensa fluctúa entre el interés general y el clientelismo, que es el caciquismo actual. 
El Sr. Abadía, en el lenguaje coloquial y llano que le caracteriza, dijo que nos hace falta trabajar mucho y con optimismo. Cada uno hemos de luchar con uñas y dientes para salir adelante en nuestra situación concreta. Los “poderosos” y todos los que tengan la ocasión, tendrían que dejar de meter la mano en el bolsillo ajeno. Nadie deberíamos perder el tiempo ni distraernos en tonterías y en cambio, marcarnos prioridades que no sean absurdas. 
A poco que hayan viajado por el territorio, se habrán dado cuenta que en la mayoría de los pueblos hay grandes polideportivos, algún edificio singular proyectado por un arquitecto famoso o alguna gran “infraestructura” que costó tanto, aunque no se utilice para nada, que todavía no se ha pagado. Sucedió en muchos ayuntamientos que cuando se recaudaban muchos impuestos, por la recalificación de suelo, se compraban “obras de arte” como si fuéramos súper ricos y nunca se fuera a secar el cuerno de la abundancia; en lugar de invertir en cosas prioritarias como educación, salud, vivienda o algún servicio que generara empleo o rendimientos futuros. Una vez hecho el gasto y endeudados sus vecinos, todos nos damos cuenta de que en esos pueblos se deben tantos millones, que no los podrán pagar ni los nietos, de los que se endeudaron alocadamente.
Hace años que el empleo no es lo que era y muchos usaron las indemnizaciones de los despidos para intentar autoemplearse. Todos estos deben aprender que antes eran otros los que pensaban y ellos sólo tenían que "hacer su trabajo". Ahora que son sus propios jefes y también empleados, no pueden parar de capilar continuamente, intentando generar nuevas ideas y a ponerlas en práctica, analizar su rendimiento y si algo no funciona, parar la sangría y empezar otro proyecto con ánimo. Aprendiendo de los errores.
En el área particular, Abadía recomienda tener "criterio propio" y aplicarlo continuamente. Cuando nos ofrecen algún producto, servicio o idea que nos venden como maravilloso y  parece “muy bueno” antes de comprar o firmar nada, hay que hacerse dos preguntas:       
- ¿Cuánto costará comprarlo, ponerlo en práctica o mantenerlo? y 
- ¿De donde sacaremos el dinero para pagarlo?. 
Con este primer filtro seguro que nos ahorramos muchos chascos y despilfarros.
Cuenta el Sr. Abadía que un día en que fue a cenar a un restaurante de montaña, al reconocerle, -parece mentira que a su vejez se haya hecho tan mediático- el dueño (DR) le preguntó: 
-DR- ¿Es usted Keynesiano? 
Ya sabemos que aunque el Sr. Abadía hable de economía y escriba libros relacionados con la economía no estudió la carrera de económicas. Por suerte el avispado dueño del establecimiento, como suele suceder con los "negociantes", no esperó su respuesta y él mismo le dio la solución a todos los problemas de España: 
-DR-  “Los problemas de la economía española se arreglan echando dinero a la economía”. 
-LA-  Inmediatamente me hice mis dos preguntas y le pregunté al "dueño del restaurante"...
-LA-  ¿De donde sacaremos el dinero para estas inyecciones públicas de dinero en España?
-DR-  ¡Fácil! respondió: "Se emite deuda pública y se usa el dinero prestado".
¿Porqué será que los que así hablan siempre parecen olvidar que cuando alguien te presta algo, siempre espera que se lo devuelvas con intereses?. Los préstamos hay que devolverlos, porqué sino lo haces, puedes ir olvidándote de que te vuelvan a prestar. 
Es sabido que todos los buenos deudores son malos pagadores y buenos cobradores. Entonces ¿porqué no deducen que si el Estado tiene que devolver préstamos y se endeuda aún más, el Gobierno, sea el que sea, deberá aumentar los impuestos?
Algunos políticos dicen: ¡No se preocupen, son impuestos para los ricos y las empresas del IBEX que pagan poco! 
¿Que harán para que esos no cojan el dinero y se vayan a otra parte o no sigan eludiendo al fisco con la ley en la mano como han hecho hasta el presente?
No hay que pensar mucho para entender que, las recaudaciones adicionales en impuestos, no  las tendrá que pagar el dueño del establecimiento y otros como él, que cobra sin factura y en metálico, sino los trabajadores que cobran una nómina y cotizan a la Seg. Social y las clases medias ahorradoras. ¿Es eso justo¿. ¿No les enfada el engaño que les proponen esos políticos?.
El Sr. Abadía como la mayoría de abuelos está muy ocupado y no tiene tiempo que perder, por ello recomienda no atiborrarse de mucha prensa ni radio ni TV. Él sólo lee dos periódicos cada día. Siempre los mismos. Uno generalista y otro económico. Al cabo del tiempo confiesa que les a cogido el tranquillo y hasta se ve capaz de hacer profecías. Las mantiene en secreto y así no pierde credibilidad. Si las voceara en alguna conferencia tampoco pasaría nada porqué la gente solemos olvidar lo que nos dicen justo después de que las palabras salgan de la cabeza del orador. Bien, con tantos años de seguir la prensa, recuerda que en el año 1962 pedimos la adhesión al “club europeo”. Han pasado 50 años y ser socios nos ha dado muchos quebraderos de cabeza y nos ha costado mucho y lo que nos costará, porqué todavía se está construyendo el club y falta muchíiiisimo por hacer. Ahora bien, como socios del club, tenemos una moneda única (euro), los grandes bancos se supervisan desde Bruselas, estamos llenos de directivas de la UE, los presupuestos se aprueban en la EU, las subvenciones llegan desde la UE, … las “recomendaciones” llegan desde la UE. Perdón, en lugar de recomendaciones deberíamos decir “órdenes de obligado cumplimiento”. 
¿Porqué se sorprenden al oír esto?
¿Queda alguien que todavía no se ha enterado de que hace bastantes años que nuestro Estado español está cediendo soberanía a la UE?. 
¡Ah, entiendo! Algunos no quieren enterarse. 
Por mucho que no quieran enterarse, si queremos sobrevivir, no nos queda otra que ser totalmente dependientes del cumplimiento de las directrices de la UE. Visto lo que han hecho y hacen algunos de nuestros políticos, a veces damos gracias a Dios por que eso sea así. No quiero ni pensar lo que nos pasaría si ciertos “personajillos” pudieran hacer y deshacer todavía más libre e irresponsablemente de lo que lo hacen ahora que están medio supervisados. 
Estos días se hacen apuestas sobre ¿Quien formará el próximo gobierno en España? 
¡No tengo ni idea! 
Lo que si es seguro es que el gobierno que finalmente se forme, hará lo que dicten las directrices de la UE ( ¿Merkel?): Subir impuestos y hacer más recortes para seguir devolviendo deuda.
¿Por qué? Porque actualmente todos los Estados están super endeudados y además siguen pagando los viejos créditos pidiendo nuevos créditos. Con los impuestos devuelven parte de esos créditos y si hay suerte, tarde o temprano los tendrán que amortizar, como hemos hecho todas las familias responsables con nuestros créditos particulares.
Europa nos pide más esfuerzo, eso se traduce en nuevos recortes, porque a los Gobiernos españoles anteriores se les fue la mano gastando más de lo que recaudaban y pidiendo prestado. No queda otra que reducir el gasto del Gobierno en “malgastes” y "despilfarros", seguir pagando los servicios imprescindibles, comprando y gastando mejor e intentando aumentar los ingresos y el total de impuestos recaudados, lo cual no tiene por que implicar subida de todos los impuestos a todos los que pagan por igual. 
Leopoldo, a estas alturas de la tarde ya nos tuteamos, nos recomendó “prudencia”: no pasarse ni por audaz ni por cobarde.
Hay muchas empresas que tienen dinero en caja suficiente para poder invertir, pero invierten menos por si acaso. Lo mismo pasa con las familias. ¡Gastar con la cabeza! Lo que se necesita y nada más porqué seria despilfarrar y no nos lo podemos permitir.
Cuando vamos a una tienda para comprar unos pantalones y me sacan una camisa última moda, por muy bonita que sea, no la compramos ¿verdad?. ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando las entidades financieras nos ofrecen algo que no entendemos?.
En lo que se refiere a las “relaciones financieras consentidas” recomienda no firmar nada si no se entiende con exactitud todo lo que te explican y rechazar aquello que tu familia no pueda asimilar con tus propias palabras.
Nos cuenta la anécdota de una conversación con su "asesor personal" (AP) de su oficina bancaria cercana a su domicilio…
--AP-- Estimado Leopoldo, me acaban de informar de una “estructura” que va a ser un cañón. Puedes llegar a ganar hasta un 40 % en tres años y va “referenciada” a tres grandes compañías como Santander, Telefónica y Repsol. Mis clientes preferentes me la quitan de las manos. Como siga ese ritmo, en dos semanas tendremos que cerrarla. 
--LA-- Lo que yo quiero es una cosa segura, un poco avergonzado porqué no entendía que es lo que me estaba ofreciendo mi AP.
--AP-- El capital está asegurado. 
--LA-- ¿Seguro?, no quiero sorpresas.
--AP-- Es muy improbable que las haya. Piensa que sólo podría “perderse un poco” en el improbabilísimo caso de que “el valor de corte” bajara más de un 60%, teniendo en cuenta que éste se calcula siguiendo el “método de Pratt y Literman” para actualizar el de “Markovitxh”.
--LA--  ¿¡ !? No conozco a esos señores. ¿Me puedes dar su e-mail para poderles pedir que me expliquen su método?
No invertí ni un euro en ese "fantástico producto". Si yo hubiera comprado este producto, con parte importante de los ahorros de toda mi vida, a mi edad y sin entender perfectamente las palabras entrecomilladas, no hubiera tenido ningún derecho moral a reclamar nada, porqué habría actuado sin “criterio”. Por mucho que yo hubiera querido interpretar positivamente la fantástica inversión y me hubiera convencido lo que me contó mi “asesor personal” en el banco, la decisión era sólo mía y sólo yo era el responsable de tomarla en base a mi propio criterio personal. En realidad mi AP sólo me ofrecía el mejor y más nuevo producto de inversión que, la entidad que le paga el sueldo, comercializaba en ese momento. 
Finalmente Leopoldo nos razonó que lo menos importante de esta situación actual es el tema económico. Lo más dañino es que sufrimos una crisis de “DECENCIA”. Estamos rodeados de sinvergüenzas y además algunos de ellos ocupando cargos de referencia y responsabilidad. 
Me explicaré: El ladrón que roba el bolso a una señora hace daño a esa señora, pero un chorizo que defrauda a Hacienda o roba al Estado, hace daño a esa señora y también, a todos los ciudadanos y eso es mucho peor. 
Mucha gente se queja de que por desgracia este comportamiento es usual y entiende que la gente acabe copiándolo y se extienda su práctica. ¿Porqué no queremos entender que lo “anormal” cuando se hace muchas veces no se convierte en normal, sino que se convierte en “anormal frecuente”?.
Es imprescindible volver a poner de moda los valores humanos: sinceridad, lealtad, ayudar a los demás, la cultura del esfuerzo, etc.. Si, he dicho "esfuerzo". No nos dé miedo esta palabra, porque siempre ha sido la base del progreso. La vagancia nunca ha sido cultura, aunque la picaresca española siempre ha ensalzado el vivir del cuento provechándose del esfuerzo ajeno. También, muchos envidiosos sueñan cada día con repartirse el dinero de los demás, en lugar de esforzarse por aprender a generar y disfrutar el suyo propio.
Seguro que han oído muchas veces aquella frase atribuida a Churchill: “¡Sangre, sudor y lágrimas!”. Sepan que la expresión utilizada en el histórico discurso del primer ministro británico Winston Churchill ante la Casa de los Comunes, el 13 de mayo de 1940, en el contexto de la batalla de Francia, ocho meses después de haber comenzado la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas aliadas estaban experimentando continuas derrotas frente a la Alemania nazi, fue: “I have nothing to offer but blood and toil, tears and sweat” (No tengo nada que ofrecer sino sangre y esfuerzo, lágrimas y sudor). Aquí los amigos de lo ajeno robaron la palabra “esfuerzo” y entre los pocos que entendían la lengua inglesa y lo bien que les venía a los vaguillos, se perdió la palabra "esfuerzo" para las versiones futuras…
Leopoldo concluyó la charla resumiendo: “estamos transitando un camino largo y duro que hay que convertir en apasionante para salir mejor del atolladero. ¿Como?: Trabajando mucho, tal vez no más horas, sino trabajando más eficientemente las que trabajamos o incluso algunas menos, mejorando nuestras fortalezas y pensando continuamente para innovar”.
Continuó: “Aquí no vale todo, no se puede jugar con las cosas de comer como se ha hecho. Hay que actuar de acuerdo a la lógica y asimilar que nadie da duros a cuatro pesetas. Las personas sensatas deben tener "criterio", actuar de acuerdo con él, ser optimistas, ser prudentes, tener sentido común, no comprar lo que no puedan pagar, no invertir en lo que no entiendan porqué siguen sin existir los regalos a cambio de nada, trabajar mucho y bien, pensar mucho y de paso, consultar el manual de instrucciones, por si acaso se nos había olvidado algo, durante la borrachera que cogimos en la época eufórica, en la que todos nos sentimos ricos”. 
¿Hay algo de lo dicho que precise de más explicación? Seguro que sí, pero el mensaje está claro, salvo para el que no quiera escuchar ni entender. 
Si usted ha leído hasta aquí, seguro que no es su caso y a los que no lo hayan hecho, les deseo mucha suerte. ¡La va a necesitar!.
©JuanJAS

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