Algunos partidos siguen diciendo que hay que realizar ‘reformas estructurales’ en el mercado de trabajo. A las Reformas Laborales del 2010 y del 2012, quieren añadirles otra para favorecer la contratación y reducir la temporalidad. No hay que perder lo conseguido y salir del agujero. ¿De verdad, ¡a la tercera va la vencida!?
Siempre pasa igual:
· Hasta 2007 la tasa de desempleo oscilaba alrededor del 8% y nadie estimaba oportuno cambiar la estructura del mercado de trabajo ni acometer una reforma laboral.
· En 2010, primera reforma para crear empleo y para acabar con la temporalidad, el desempleo era del 20,1% y la temporalidad rondaba el 25%.
· En 2015 la tasa de paro es del 20,9%, la de temporalidad del 25,7% y la de trabajo a tiempo parcial del 15,7%.
España tiene una economía que, en su mayor parte, es capaz de generar poco valor añadido y además con poca innovación. Eso era así en el siglo XVI, en el XIX y también hoy. Las costumbres de fondo poco han cambiado desde que se formó el Reino de España. No existe otro país en Europa occidental que pusiese en marcha algo parecido a la trashumancia de La Mesta con los privilegios que El Honrado Concejo tenía y con las licencias que la actividad disfrutaba. Tampoco existe en Europa Occidental un país que a mediados o finales del siglo XIX fuese eminentemente agrario y tuviese la estructura de la propiedad agraria imperante entonces en España. Si comparan el modelo productivo español con el de las economías que en Europa hoy pintan algo; difícilmente encontrarán alguna semejanza.
¿Saben por qué en España nunca ha habido ni hay ahora una compañía como Sun Microsystems («Stanford University Network», Oracle la compró en enero de 2010)? Pues porque es imposible por cultura, por modo de ser, por filosofía de vida, por acervo religioso, por el carácter de la sociedad española y de sus gobernantes; por una riada de elementos que han ido modelando la “Marca España” a lo largo de la Historia y que han hecho que España sea como es ahora y no sea de otra manera.
Por eso los gobernantes decían "España va bien" cuando se construían 800.000 viviendas al año, cuando la tasa de fracaso escolar importaba una mierda porque aquellas chicas y chicos encontraban trabajo en cuando abandonaban la escuela y muchas veces ni siquiera terminaban sus estudios porque “ganaban una buena pasta” con el ladrillo, cuando el crédito fluía sin freno en la creencia de que jamás iba a acabarse, cuando en España entraban casi 60 millones de turistas, cuando cualquier padre de familia pensaba que era superior porqué tenía una casa en la ciudad y otra en la playa que valían un pastón (en realidad las casas estaban hipotecadas y la familia consumía tan por encima de sus posibilidades que no podían ni pagar los plazos de los préstamos)…
Entonces, cuando eso pasaba, España iba bien, y las reformas laborales y la estructura del mercado de trabajo daban exactamente lo mismo porque la economía española, con ese modelo productivo funcionaba como una moto trucada. Se crecía, el paro era bajo, el dinero corría. ¡Por eso la economía española jugaba en la Champions league de las economías mundiales y quien lo negase era un cenizo!.
Recuerdan aquel superpresidente que había demostrado su poderío bélico en la Isla de Perejil y que, después de haber tomado whisky con Bush en su rancho con las botas encima de la mesa, no admitía que nadie le dijera cuando ni cuanto debía beber. Después de estos precedentes, ¿cuantos hubieran linchado a Zapatero si hubiera avisado a los españoles que estaban al borde de la ruina porqué estaban endeudados hasta la coronilla, porqué todo lo que les habían vendido a precio de oro, en realidad era casi chatarra y valía menos de lo que todavía debían? ¡Piénsenlo!. Habrían dicho: ¡“El Presi se ha vuelto loco”! ¡Enciérrenlo por cenizo!
España ahora va mal aunque voces interesadas dicen que va bien. Teníamos tantas ganas de creerlo y volver a consumir que ayudamos a “salvar las cuentas anuales” a muchas empresas en menos de dos meses navideños. Cumplido el primer objetivo, siguen diciendo que “España va bien” pero con la boquita más pequeña y que para que pueda ir mejor es preciso hacer una nueva reforma laboral y realizar cambios estructurales en el mercado de trabajo. No son más que palabras y si no hay “hechos”, las palabras por si solas no cambian los hábitos de la gente.
España siempre ha tenido, salvo en las burbujas, una tasa de paro estructural alta, mucha temporalidad, emigración y no hay motivos lógicos para pensar que la suerte va ha cambiar esta realidad histórica.
Ha habido zonas en que no ha sido tan así. Los gobiernos de los últimos años han exprimido los recursos de estas zonas y cada vez más han practicado políticas tendentes a matar a las “gallinas de los huevos de oro”. Puedan que estas zonas industriosas y exportadoras sigan siendo diferentes a pesar de los palos en las ruedas que les ponen los gobiernos, al igual que la inmensa mayoría de la geografía española, seguirá siendo poco más que “parque temático”. Probablemente será así porqué sus dirigentes y clases pudientes nunca han permitido que nada cambiara ni que sus gentes se desarrollaran…
A base de precarizar el empleo, reducir salarios, facilitar más el despido y abaratarlo aún más, puede que el modelo productivo español pueda llegar a ocupar dos o tres cientos de miles de personas activas, pero en condiciones penosas y conviviendo con una galaxia de falsos autónomos, emprendedores ficticios y becarios eternos.
El tema es muy simple: en España, en condiciones normales, la demanda de trabajo es la que es: la mayoría de baja calidad y escasa para la oferta de trabajo existente. Con este acervo cultural, España, por muchas reformas laborales que haga y por muchos cambios de estructura que introduzca en su mercado de trabajo, nunca tendrá un perfil laboral como el de Holanda, Dinamarca, Austria, Suecia o Alemania.
Aquí “nadie es profeta en su tierra”. A los innovadores y pequeños emprendedores, nunca se les ha apoyado, al contrario se les ha intentado hundir con impuestos y regulaciones incumplibles. Por ello lo más seguro es que nunca nazcan en España compañías como Sun, Apple, Facebook o Microsoft.
Nunca lo harán mientras no cambie la mentalidad de los dirigentes y de los dirigidos, porqué los primeros son los mayores culpables porque nunca han facilitado la creación de riqueza por razones meritocráticas, ni han catalizado ningún cambio de los viejos sistemas de comportamiento. Los dirigidos tampoco podemos creernos libres de culpabilidad porqué siempre nos ha asustado el cambio y hemos preferido “sobrevivir adaptándonos al entorno”. Somos responsables por omisión, por no denunciar abusos, por acomodarnos y no esforzarnos en comportarnos como adultos y participar por acción algunos y por omisión la mayoría, del espejismo en que históticamente hemos vivido.
Cuantas veces no hemos oído: ¡Que estudien otros!, ¡Que investiguen otros!, ¡Que innoven otros!, ¡Que ahorren e inviertan otros! Muchos pueden prescindir de leer un buen libro, de ayudar a sus hijos a hacer los deberes y de educarles en culturas más afines a los países que admiran (o cuyas economías envidian), mientras puedan ver un buen futbol, saborear la mejor comida y disfrutar la mejor siesta. Para todo lo demás… ya están los “….. ……” que no saben "montárselo y disfrutar de la vida".
©JuanJAS
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