miércoles, 20 de enero de 2016

El futuro de las “clases medias”

Continuamente oímos hablar de la "clase media". ¿A que nos referimos exactamente?. 
Simplificando podemos definirla como el conjunto de personas con un nivel socioeconómico medio que se sitúa entre la clase obrera y la clase alta. 
En los medios de comunicación españoles es común nombrar a la clase media y no nombrar a la clase obrera o baja —todos somos muy orgullosos— lo que ha dado lugar a la gran confusión de identificarse con la clase media a un gran porcentaje de la población. En términos estrictos, la clase media es numéricamente inferior al porcentaje de la población que se auto identifica como tal y sus componentes son prácticamente los únicos que tributan por las rentas de sus ahorros y junto con algunos de la clase baja (los que perciben rentas del trabajo) también tributan por las rentas que generan con su trabajo o pequeños negocios. Prácticamente la única riqueza que se redistribuye es la suya y sólo en un porcentaje irrisorio las de las clases altas. 
Muchos denuncian que todos los males son debidos a que no se pone coto a la inmensa codicia de los super ricos. Lo que nadie propone es ¿Quien debe ser el encargado de ponerle el cascabel al gato? ¿Quienes van a ser los líderes de esta "revolución social? ¿Como podrán hacerlo?

Pese a todos los grandilocuentes discursos de algunos partidos, generalmente de izquierdas, la realidad es que las clases medias redistribuyen parte de la riqueza que generan y las clases altas y grandes empresas eluden al fisco todo lo que quieren y más. Lo primero que hacen si alguna vez tocan poder es buscar "recursos" (dinero via impuestos a los que no tienen capacidad de ilusión  obreros, autónomos, microempresas y pequeños ahorradores) sin tocar ni un euro de las grandes fortunas ni grandes empresas, que por si acaso ya establecen sus sedes sociales en pseudo paraísos fiscales dentro de la misma UE. Ya oímos hace unos días, en un juicio en Mallorca, al fiscal del Estado que nos aclaró que “Hacienda somos todos” sólo es publicidad. 
Parece que actualmente muy pocos tienen claro como funcionan las cosas, quien genera la riqueza, quien paga las "facturas" y cual es la legalidad que nadie ha cambiado ni “actúa” para cambiar. 

El quid de la cuestión es saber qué se entenderá dentro de 20 años por ‘Clase Media’, en Europa. Hoy la ‘clase media europea’ es una figura retórica porque poco tiene que ver la española con la danesa o la portuguesa con la alemana; ni siquiera en España donde muy poco tiene en común un miembro de la clase media de la región extremeña con uno de la vasca. Pero hay más.
Aunque en los años veinte existía una clase media en Inglaterra, muy minoritaria, el concepto de clase media nació en Europa, tras la II Guerra Mundial, asociado a tres elementos: el pleno empleo del factor trabajo, la puesta en marcha del modelo de protección social, y la existencia de un sistema de libertades civiles representado por la existencia sin restricción de partidos políticos y de sindicatos obreros. Todo ello debido a una necesidad: crear un colchón entre la clase alta –que seguía siendo la de toda la vida– y una clase baja que, eso se buscaba, fuese lo menor posible; un colchón que diluyese las tensiones que propaganda inconveniente pudiera generar en el entorno de Guerra Fría en el que el planeta se hallaba inmerso.
Esa clase media se fue expandiendo por Europa, Canadá y Japón; en USA apareció una figura rara ya que allí el modelo de protección social fue siempre por detrás del europeo y nunca las políticas redistributivas alcanzaron la dimensión de las europeas, pero también puede hablarse de una clase media USA. Luego, en Buenos Aires, Montevideo, La Habana antes de la Revolución, Bahía, Santiago y en alguna otra ciudad latinoamericana pueden identificarse núcleos de personas equiparables a la clase media europea, pero en ningún país latinoamericano puede hablarse de la existencia de una clase media como tal: en Brasil, la distribución de la renta a principios de los 2000 era prácticamente la misma que la existente en los años 30. 
Demos un salto de 20 años en el tiempo. La mayoría de lo que hoy conocemos por ‘modelo de protección social’ tal como lo hemos conocido, pienso que habrá desaparecido en Europa porque no será financieramente sostenible: las bases sobre las que se recauda habrán caído como consecuencia de un creciente desempleo estructural y de un subempleo subremunerado. Además ya no será necesario porqué no habrá que calmar a ninguna clase obrera reivindicativa porqué los “verdaderos líderes” habrán implementado algo similar a una “renta básica” en Europa (tal vez también en Canadá, Japón, y USA, Corea y Singapur de forma limitada). 
En ese previsible escenario, ¿de qué “clase media” puede hablarse? Pienso que de ninguna o de algo muy, muy estrecho, tendente a la desaparición, encorsetada entre una élite (menos del 1%) y una super mayoría superviviente pero mansa porqué temerá perder lo poco que tiene. 
©JuanJAS

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