domingo, 31 de enero de 2016

Criterio evaluativo

¿Han visto alguna vez alguna discusión en la que los oponentes no logran ponerse de acuerdo porqué todos afirman vehementemente que tienen razón?
¿Acaso todos son profundos conocedores del tema que se discute? ¿Acaso no lo es ninguno? ¿Acaso unos saben de lo que hablan y otros no? No importa, ¡todos quieren tener razón!
Esto puede ser cabezonería o demostrar que la ignorancia es muy atrevida, y como el más ignorante es que no sabe que lo es y por tanto, no tiene ningún interés de aprender para salir de su situación, el conflicto está servido. En estas circunstancias poco puede hacerse. Si no hay voluntad de esclarecer la verdad, de aprender y de enriquecerse con las ideas de los demás, sino de reafirmar el ego, poco puede hacerse más que hacer un “kit-kat” o finalizar la discusión.
Otras veces, no es que no haya voluntad de alcanzar un acuerdo sino que no se ha aprendido a hacerlo, porqué no se está acostumbrado a debatir ideas o porqué no está claramente definido el “objetivo” a conseguir. Muy común en las discusiones domésticas.
Si tenemos el “objetivo claro”, todos podemos generar ideas que pueden ser óptimas, buenas, regulares, malas o detestables para lograrlo, y lo importante es saber escoger las mejores. Para ello es preciso utilizar el criterio adecuado de evaluación de esas ideas.
Una persona con dotes y entrenamiento para organizar acostumbra a detectar las buenas soluciones, en cambio hay gente que regularmente se equivocan, no aprenden y siempre tropiezan con la misma piedra. Nunca aprenden a dominar los diferentes criterios evaluativos o a utilizar el adecuado en cada situación. 
Por ejemplo, los argumentos lógicos han de someterse a los criterios lógicos, en cambio los argumentos poéticos a criterios poéticos y no de otro tipo. 
¿No les extrañaría encontrar expresiones tipo “dientes como perlas” en un libro de estomatología?. Del mismo modo que no es probable que ningún poeta escriba usando expresiones del tipo “ el premolar inferior izquierdo tiene una caries”. 
Vemos que definir el “criterio evaluativo” es imprescindible antes de afrontar cualquier discusión porqué si no gastaremos energía en un esfuerzo inútil. Así mismo, utilizar el “criterio evaluativo” adecuado es fundamental para analizar los argumentos (pruebas u objeciones) cuando observemos cualquier debate televisivo u electoral. Así podremos decidir que ideas de cada participante responden a argumentos lógicos racionales o sólo son falacias y populismos.
©JuanJAS

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