El Partido Popular, con ayuda de la "Ley Electoral", ha ganado las elecciones con el 44.62% de los votos y con más de 11 diputados por encima de la mayoría absoluta. Qué curioso que el día del “gran triunfo de la democracia” dos de los 10 Trending Topics de Twitter (las expresiones más usadas en esta popular red social) hayan sido “Francisco Franco” y “Cristo Rey”. Viva la gran fiesta de la democracia y que Dios nos coja confesados. Sobre todo a los catalanes.
Por cierto, todos los que siguieron ciegamente el consejo del mail “Fuera el Senado, ¡Vota en blanco!” lo que han conseguido es tener todas las 208 poltronas del Senado ocupadas. (136 de ellas por el PP, 48 por el PSOE, 9 por CIU y 7 por PSC, ICV, 4 por PNV, 3 Amalur y 1 CC). Siguiendo el consejo publicitario machaconamente repetido por el mail, han conseguido lo contrario de lo que querían y que pensaban que conseguirían. Espero que aprendan de los errores y de aquí en adelante comprueben los efectos de seguir los "anuncios", las "peticiones" y la veracidad o sensatez de las ofertas de "duros a cuatro pesetas".
Por otro lado, ayer no todos estaban contentos. Qué cantidad de chupópteros sin oficio ni beneficio, cargos de confianza designados a dedo y amamantados por el gobierno-partido saliente, se irán al paro antes de fin de año. Hace tres años lo dominaban todo y ahora se han quedado con muy poco. Es el problema de vivir de la ubre política y tener poca preparación. Los pobres de las colas de lista y los simpatizantes más cercanos a la cúpula, se quedarán sólo con lo que hayan podido arramblar y aprovechen para asegurar antes de que entre el nuevo gobierno. Los líderes que se han auto-colocado en los primeros puestos de las listas y han tenido la suerte de mantener escaño, por supuesto no dimitirán. No por responsabilidad democrática, sino porqué, muchos de ellos, no tienen otro modo de poder mantenerse, por sus medios, en el mercado de trabajo competitivo de la economía privada.
Cuando el presidente deje su cargo, seguirá cobrando su sueldo vitaliciamente (78185€/año), los vicepresidentes recibirán una indemnización de 117576€ y el 80% de su salario anual (73486€)durante dos años, los ministros indemnización de 110370€ y el 80% de 68981€ y los secretarios de estado 108338€ de indemnización y el 80% de 67711€ durante dos años más. Vaya diferencia del resto de españoles que son despedidos de su puesto de trabajo. En la empresa privada, algunos de estos contarían como despido justificado y no tendrían derecho a indemnización, pero aquí aceptamos “político” como chupóptero de compañía. Ja, ja!
Volvamos al PP. A pesar del resultado espectacular conseguido en estas elecciones….
¿Es posible que Rajoy pueda NO acabar la legislatura en el gobierno?
Cuando el presidente deje su cargo, seguirá cobrando su sueldo vitaliciamente (78185€/año), los vicepresidentes recibirán una indemnización de 117576€ y el 80% de su salario anual (73486€)durante dos años, los ministros indemnización de 110370€ y el 80% de 68981€ y los secretarios de estado 108338€ de indemnización y el 80% de 67711€ durante dos años más. Vaya diferencia del resto de españoles que son despedidos de su puesto de trabajo. En la empresa privada, algunos de estos contarían como despido justificado y no tendrían derecho a indemnización, pero aquí aceptamos “político” como chupóptero de compañía. Ja, ja!
Volvamos al PP. A pesar del resultado espectacular conseguido en estas elecciones….
¿Es posible que Rajoy pueda NO acabar la legislatura en el gobierno?
Pensemos.
Gracias a las reformas impulsadas por el PSOE en el último año, la "siguiente ficha del dominó" a caer después de Grecia, Irlanda y Portugal no fue España sino Italia. Lo que pasó es que la incompetencia de Berlusconi hizo que Italia pasara delante de España (y no que España pasara a estar detrás de Italia) en la poco deseable clasificación que concede el dudoso honor de ser el próximo país a ir a la quiebra. España no ha mejorado y eso se ve por que, en momentos de pánico la prima de riesgo española es tan alta como era antes. Lo que pasa es que la italiana está peor.
Por lo tanto, cuando Rajoy se instale en la Moncloa, además de encontrar las tradicionales facturas impagadas y después de decir aquello de que la "situación es peor de lo que esperábamos", se tendrá que poner a trabajar para que España sea un país solvente y no tenga que ser rescatado. Eso sólo sucederá si hace las cosas bien. Si no, acabará como Grecia.
Un país es solvente si cuando se hace una proyección de la capacidad de generar recaudación fiscal no comprometida en obligaciones (como pensiones o paro), ésta es suficiente para pagar las deudas. Para ser solvente, pues, hay que asegurarse de que uno tiene suficientes ingresos y hay que tener pocos ingresos comprometidos.
Lo primero que hay que afrontar es el problema del paro. De los 160.000 millones de euros que ingresa el estado español, el subsidio a los casi 5 millones desocupados se come casi 40.000 millones. Por tercera vez en democracia, la crisis dispara la tasa de paro por encima del 20%. Además de un drama humano sin equivalente en el mundo occidental, esta lacra social es una sangría fiscal que hay que eliminar. Por eso hay que reformar el sistema (franquista) de las negociaciones colectivas y hay que eliminar el mercado dual donde los insiders tienen privilegios a costa de dejar sin protección a los outsiders, es decir los parados y los jóvenes que no han tenido nunca trabajo.
La reducción de compromisos fiscales también tiene que incluir recortes de gasto. No hace falta decir que hay que eliminar el gasto inútil o repetitivo (diputaciones), las empresas públicas obsoletas (ejem.: “Correos”) y el que se hace para ganar votos y favores. El resultado se tendrá que recortar teniendo en cuenta los efectos sobre el crecimiento económico, priorizando las inversiones en la productividad de los trabajadores (educación, infraestructuras productivas, tecnologías, etc).
El aumento de la recaudación, por su parte, requiere tres tipos de acciones: un nuevo sistema impositivo, la lucha contra el fraude y la promoción del crecimiento económico. Además de ser redistributivo, el sistema impositivo debe ser eficiente: no todos los impuestos tienen los mismos efectos sobre los incentivos a invertir y el sistema fiscal tiene que escoger los menos distorsionadores a la vez que debe asegurarse de que todos pagan los impuestos que les correspondan.
El crecimiento económico se tiene que fomentar con medidas de oferta, una regulación que no desincentive la eficiencia y la competencia, un sector público que no se considere el enemigo de la empresa y un sistema educativo que promueva la creatividad, la innovación y la emprendeduría.
Finalmente, hará falta hacer frente a la crisis del sector financiero recordando que, en 1990, Japón tardó una década en reformar sus bancos (España ya lleva cuatro años) y eso hizo que la crisis todavía dure hoy... ¡21 años después!
Cuando Mariano Rajoy tome posesión de su cargo, tendría que recordar tres cosas:
La primera es que no ha ganado las elecciones por mérito propio sino por incomparecencia del contrario. Después de negar la crisis durante años y de equivocarse en el diagnóstico, el PSOE ha ayudado a generar una devastación económica tan cósmica que muchos no han querido que siguiera gobernando. La Ley electoral vigente, también ha ayudado lo suyo; ya que si no se hubiera tenido en cuenta la ley d'Hont y las circunscripciones, al PP sólo le hubieran correspondido 160 diputados, no hubiera obtenido mayoría absolutísima y habría habido mayor variedad de representación parlamentaria y mayor número de diputados del resto de partidos.
La segunda cosa que tiene que recordar Rajoy es que todas las reformas mencionadas, si hace las que tocan, serán dolorosas y comportarán mucho malestar social. Este malestar será acentuado por los partidos de izquierdas que ha avisado durante la campaña electoral que "venía el lobo". Ahora, sin responsabilidad de gobierno, estarán tentados de enredarse en la bandera demagógico-populista, protestando de todas las decisiones que tome el PP y acusará constantemente al gobierno de estar al servicio de los ricos. ¡Ya lo han hecho durante la campaña electoral, imagínense qué no hará cuando estén en la oposición!. No está de más recordar que durante los últimos años de oposición, el PP criticaba todas las medidas del PSOE sin proponer ninguna medida acertada a cambio. Y ya se sabe, "quien siembra vientos, recoge tempestades".
La tercera cosa que tiene que recordar Rajoy es la historia reciente de Grecia. En aquel país, la recesión empezó cuando la derecha de Kostas Karamenlis estaba en el gobierno. En el 2007, la crisis ya se avistaba pero Karamanlis logró camuflarla y ganar la reelección (¿les resulta familiar?). Pero la situación llegó a ser insostenible y adelantó las elecciones (¿les sigue sonando?). Ganó Georges Papandreu con 44% de los votos y 160 diputados, 10 por encima de la mayoría absoluta. El partido de Papandreu subió 58 diputados y el de Karamanlis bajó 60. ¡Era octubre del 2009! Repito: ¡octubre del 2009!
Una de las primeras decisiones de Papandreu fue la de salir a la prensa y decir "la situación era peor de la qué pensábamos". ¡Qué predictibles son todos los políticos de todos los colores! Eso generó una pérdida de confianza inmediata, cosa que hizo subir la prima de riesgo hasta límites estratosféricos. A ello se sumó la incapacidad de hacer reformas que generaran crecimiento económico y Grecia se convirtió en un país insolvente. A pesar de su flamante mayoría, Papandreu tuvo que dimitir. La de Papandreu es un ejemplo de una abrumadora mayoría absoluta que sólo ha dado un gobierno de dos años.
Y no he hablado de la propaganda clerigalla con la que nos obsequia ese sector tan..... vinculado a la España rancia. Eso puede ayudar a soliviantar a muchas sensibilidades.
Por todo lo anterior, he aquí la respuesta a la pregunta: Puede que Rajoy y su órbita del Peperiana, que ahora celebra a bombo y platillo su mal llamada victoria electoral, no acabe la legislatura.
©JAS 21/11/11
No hay comentarios:
Publicar un comentario