Estoy arto de oír siempre los mismos discursos en las campañas electorales españolas. Con lo grave de nuestra situación y siguen como siempre.
Estoy agotado de escuchar a “cabezas de lista” despotricando contra los otros cabezas de lista. ¡No se salva ni uno!
Los que quieren entrar dicen: Cuando gobernamos nosotros en el pasado, “España iba bien”. El gobierno actual, con su incapacidad y corrupción, nos ha traído la desgracia y nosotros vamos a salvaros, otra vez.
Los que no quieren salir dicen: los anteriores son los culpables de que ahora estéis tan mal. Cuando os decían “España va bien” era un espejismo. Cuidado con ellos, os quitarán las libertades, el estado del bienestar y encima os harán pagar los platos rotos. Son peor que el demonio.
Y todos los “grandes”, de forma abierta o solapadamente, despistan al personal con inflamados discursos en contra de las autonomías y particularmente contra Catalunya.
A la hora de preparar las campañas electorales se hace un amplio uso del neuromarketing. Estas técnicas de mercadotecnia estudian los efectos de la publicidad y otras acciones de comunicación tienen sobre el cerebro, con la intención de llegar a predecir la conducta del consumidor. Se trata de navegar entre las emociones del elector y obtener cuáles son sus deseos para poder elegir algo. Se busca la mejor forma de tocar la fibra sensible-moral de la gente y controlar sus decisiones, para conseguir su voto. Los que tienen más recursos, contratan consultoras que emplean técnicas más científicas y los que tienen menos, emplean técnicas más viscerales, aprendidas con la experiencia y transmitidas entre la casta política dentro de los partidos. Cuanto más eficaces sean las técnicas utilizadas, más capaces serán de orientar las emociones personales hacia el voto de su candidatura.
Esto no es ciencia ficción. Es pura realidad. Si no, …..
¿para que se gastan tantos millones de euros en campañas electorales?
¿porqué nunca hablan de nada que realmente nos interesa o preocupa?
Muchos políticos no tienen vergüenza. Nos tratan como a “niños” descerebrados. Nos intentan dar miedo continuamente: ¡Ya veréis ya, si vienen los otros, lo pasaréis mal!.
Claro que, no toda la culpa la tienen los políticos. La libertad hay que ganársela y eso requiere educación y esfuerzo por parte de cada uno de nosotros.
Hay que ser conscientes de donde estamos. Tocar con los pies en el suelo. Dejar de pensar que fuimos ricos, cuando nunca dejamos de ser pobres. Ahora seguimos siendo pobres, pero encima, estamos muy endeudados. Y, no nos engañemos, las deudas, de todo tipo, hay que pagarlas. Nadie se podrá ir de rositas.
Lo ideal hubiera sido que, Estado y particulares, nos hubiéramos endeudado lo mínimo y pagado la deuda cuanto antes. Pero lo hecho, hecho está y ahora, lo que toca es ver cómo podemos ganar dinero y usarlo adecuadamente para pagar esa deuda. Después, vendrá producir más y gastar el dinero con sentido común, si es que hemos aprendido algo de la crisis. Y cuando ya hayamos conseguido esto, que no es fácil, ya habrá tiempo para pensar en otras “veleidades”.
Esto es lo que toca ahora. En esto deben centrar sus esfuerzos todos los que pretenden representarnos en el nuevo gobierno y no perder tiempo en otras tonterías que se oyen, al menos en los primeros días de esta campaña.
Hay que exigir a los políticos que se esfuercen todos juntos en lo importante.
Hay que exigírselo en cualquier aparición pública, en cualquier acercamiento que hagan hacia nosotros, en cualquier coloquio, enviando twit’s, mensajes de facebook, correos, etc, etc. Seguro que a cada uno se le ocurrirá algo.
Debemos buscar cualquier oportunidad que tengamos y aprovecharla, para exigirles que dejen de hablar de entelequias y hablen de lo que ahora nos interesa. ¿Cómo van a crear trabajo para poder salir lo mejor posible de la crisis? y ¿qué sacrificios pretenden que hagamos cada español?. Todos…. las empresas, los trabajadores, los autónomos, los funcionarios, los pensionistas, etc. No sólo los de siempre.
Depende de nosotros ejercer nuestra libertad, dejar de ser pasotas y vagos, exigir a los políticos que nos hablen de lo que nos interesa, estudiar sus propuestas y ver si atienden las nuestras. Después, votar en consecuencia, con conocimiento de causa. Aquí no se acaba, cuando hayan sido elegidos seguir exigiendo que trabajen en colaboración y cumplan sus promesas.
En estas elecciones del 2011, más que en ninguna otra, lo que está en juego es demasiado importante para pasar de todo y no ir a votar, o votar en blanco. Los que hacen esto perjudica a la comunidad y favorece el enquistamiento en el poder de algunos indeseables que nos meten en graves problemas y luego no saben o no quieren sacarnos del atolladero.
©JAS 2011
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