sábado, 19 de noviembre de 2011

Por sus hechos los conocerás

Hoy nos dicen que es día de “reflexión” en España. Un anacronismo ibérico más. La mayoría de países con las democracias más antiguas y avanzadas, no celebran este día y sus políticos piden el voto, hasta en el mismo momento en que depositan el suyo en las urnas.
Todos sabemos que la inmensa mayoría de los votantes entregan su voto a una candidatura por motivos emocionales y no a consecuencia de un proceso científico de toma de decisiones, después de haber analizado a conciencia las propuestas electorales concretas, que cada partido haya expresado en sus programas. Entre otras cosas, porque para hacer lo segundo, cada votante precisa tener claros sus objetivos, no sólo a corto, sino a largo plazo. Necesita haber meditado sobre cómo quiere que sea su entorno, la sociedad, la nación y el estado en que vive. Cada uno podemos sacar nuestras propias conclusiones.
Hemos tenido unas semanas de campaña electoral oficial y unos meses de campaña encubierta. Los medios de comunicación públicos, los privados y las redes sociales difunden continuamente, informaciones y mensajes que impactan nuestros sentidos. Muchas opiniones y muy pocos hechos comprobables. Muchas veces con “errores”.  ¡Demasiados, demasiadas veces y a veces demasiado graves!
¿Cómo puede suceder que una agencia líder en noticias económicas (Reuters) se equivoque al difundir una noticia, tan importante en estos momentos, como es el diferencial de la deuda española; inflándola?
¿Cómo puede suceder que una ministra y cabeza de lista de su partido en Catalunya, diga que no conocía que su director de campaña hubiera publicado un video que caricaturizaba la vida, la muerte y el sufrimiento de las personas?
¿Cómo puede ser que un candidato a presidente de gobierno no concrete qué medidas va a tomar si llega a gobernar?
¿Cómo puede ser que, los mismos políticos que gobiernan el estado, pidan a las comunidades autónomas que recorten su déficit público a la mitad y al mismo tiempo, en las campañas en esas mismas comunidades, protesten contra el gobierno autonómico que aplica estas medidas intentando reducir la deuda que, anteriormente y al menos en parte, ayudó a crear?
¿Cómo se pueden tener desproporcionados excesos verbales y gráficos, en algunos medios privados y en las redes sociales publicando fotos ofensivas, videos con publicidad subliminal o directamente descarada, mentiras e insultos?
Cabeza de lista electoral en Catalunya
¿Cómo se puede faltar a los acuerdos y no asistir en el último momento a un debate televisado en 8TV, sin las preguntas pactadas entre los partidos, como es habitual? ¿Tal vez por miedo a contrastar sus opiniones con los otros cabezas de lista de su circunscripción y dañar la propia imagen política construida a base de publicidad y propaganda?
¿Personas que actúan de esta forma, son los que nos piden sus votos para gobernar el país?
¿Qué se puede esperar de unos políticos que ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo para enviar todos juntos las papeletas electorales de todos los partidos en un mismo sobre por correo y votante y ahorrarse, sólo con esta medida y en Catalunya, más de tres millones de euros?
¡Estos políticos, sus formas y también sus fondos, en general dan pena!
Son políticos populistas, con visión a corto plazo y parecen sólo preocupados por su beneficio económico personal o por alcanzar una buena cuota de poder. No por el beneficio general de la ciudadanía de su país.
La mayoría de los grandes partidos, los que apoyan al gobierno y los de la oposición han demostrado su incompetencia y por ello no se precisa más de lo mismo, sino un cambio de modelo. Los “mercados” han dicho no a sistemas políticos corruptos, irresponsables, frívolos e incapaces de gobernar adecuadamente, como los de Italia y Grecia.
Antaño, se daba la circunstancia de que cuando un estudiante no alcanzaba la nota de corte para entrar en una facultad, decía…. ¡Voy a hacer magisterio!. Como si "enseñar" se pudiera hacer sin instrucción, formación permanente y sobre todo vocación. Tres cuartos de lo mismo pasaba con los que no podían entrar en medicina. Decían, bueno, voy a hacer enfermería. Otra vez, como si cualquiera sin verdadera vocación y conocimientos especializados, pudiera ser un buen enfermero.
Pues bien, hace muchos años que viene pasando lo mismo en el ámbito político. Parece que los que no sirven o no tienen aptitudes, para ganarse la vida de otra forma, se meten en política. Aunque no sepan hacer la O con un canuto. Basta con que no tengan escrúpulos, tengan mucha cara dura, mucha irresponsabilidad y sean buenos trepas y pelotas. Ya se sabe, dar buena imagen y caer en gracia a los máximos dirigentes del partido, para que te pongan lo más alto posible en la lista.
En los últimos años, en España, el ladrillo ha sido nuestro petróleo: nos ha permitido olvidar que sin formación no hay futuro. Durante la burbuja, la prima salarial a la educación ha descendido. En este país, al contrario que en el resto de la OCDE, saber más no se paga mejor. Entonces los jóvenes se pregntan: ¿para qué estudiar?
Hoy en día, a un joven que busca empleo para ocupar un cargo de cierta responsabilidad en cualquier empresa, o a veces ni siquiera eso, se le pide, antes de empezar a valorar su idoneidad para el puesto, estudios universitarios, un master MBA y el dominio de al menos un idioma extranjero. Luego, una vez pasada esta primera criba sine qua non, se les valoran sus aptitudes para el puesto concreto que desean ocupar y los más adecuados compiten entre ellos, para ocupar el puesto de trabajo que se ofrece. El que lo consigue, entra en la empresa ganando algo más de 1000€ y a prueba.
¿Por qué no se hace algo similar con los políticos?
¿Por qué no se puede elegir a los mejores?
Antes de poder entrar a formar parte de alguna lista electoral, los políticos deberían probar que tienen unos mínimos conocimientos y aptitudes para dirigir un ayuntamiento, comunidad, nación o estado y para poder negociar acuerdos con las fuerzas sociales y con los otros estados.
Acaso ¿no se requiere tanto o más Know how y responsabilidad para ocupar un cargo político, que para ocupar un cargo de responsabilidad en una empresa?.
Después de acreditar unos conocimientos y habilidades mínimas, podrían defender cada uno sus ideas políticas y escalar peldaños dentro de las formaciones políticas (como en las multinacionales o grandes empresas) o crear sus propios partidos (como los emprendedores o autónomos crean sus empresas) y competir en la escena política en igualdad de oportunidades.  Debatiendo sus ideas en las televisiones y en las redes sociales. Contrastando públicamente sus programas y sus decisiones, si gobiernan, con otros políticos, con expertos en materias concretas y con los ciudadanos en general.
Ya llevamos varias elecciones en que aumenta la abstención, el voto en blanco y sobre todo la desafección de los ciudadanos de la vida política. Los ciudadanos cada vez están más desencantados y no le ven ninguna utilidad a acudir a las urnas. Durante la noche electoral, siempre las mismas declaraciones. ¡Todos han ganado!. ¡Todos se lamentan de la poca asistencia de votantes! ¡Todos dicen que tienen que hacer algo!. Pero al día siguiente se olvidad y siguen haciendo lo mismo para atraer la atención y la colaboración en la vida pública y política de los ciudadanos. ¡Nada!.
Necesitamos menos discursos publicitarios y más coloquios y debates. Menos opiniones y más hechos.
Es preciso avanzar hacia una democracia del conocimiento para una sociedad inteligente. Los políticos no saben o no quieren cambiar y necesitan atender ya las demandas de la sociedad. Si no las atienden pronto y bien, padecerán la violencia implacable de los mercados.
©JAS 19/11/11

1 comentario:

Maria dijo...

Las campañas electorales como bien dice, no aclaran nada al ciudadano, pues lo único que hacen es tratar de desacreditar al adversario, sin informar de sus proyectos y dar a conocer sus programas, para que el sufrido elector tenga algún conocimiento de causa a la hora de votar por uno u otro partido.
Respecto a los candidatos, estoy totalmente de acuerdo. Deberían demostrar sus conocimientos y su valía, con algo más que insultos a los adversarios. Muchos de ellos no conocen ni su propio programa, como demostró Rajoy en el debate televisivo contra Rubalcaba.
Estamos cansados de que nos gobiernen gente inculta y sin ninguna formación. Aún peor, chorizos sin ningún escrúpulo ni sentido común.
Así que ¡viva los tecnócratas!. Una palabra que, de aquí en adelante, es posible que escuchemos en todas partes.