
Por su parte, la Asociación de Usuarios de la Comunicación define la telebasura en España como cualquier espacio, sea cual sea su género (magazines y reality shows principalmente, pero también concursos e incluso debates), “en el que prima el mal gusto, lo escandaloso, el enfrentamiento personal, el insulto y la denigración de los participantes y la agresión a / de la intimidad (es decir, la invasión de la intimidad de los que participan pero, sobre todo, la imposición a los espectadores de la intimidad de los que participan)".
La telebasura surge, en parte, por las características del negocio televisivo y la necesidad permanente de elevar sus índices de audiencia. Existen varios modelos de negocio televisivo (televisión pública, televisión publicitaria o privadas en abierto, y televisión de pago) que requieren distintos modos de fidelización de la audiencia. Cada uno de estos modelos de negocio, por sus propias características definitorias, opera con un concepto diferente de audiencia y se sirve de distintas estrategias, a la hora de configurar sus programaciones. La televisión privada en abierto (en la que el producto es la audiencia y el cliente es el anunciante), es la que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias debe realizar, ya que sus ingresos dependen totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. Los restantes modelos compiten en una categoría distinta (en la que identificamos como producto la programación y como cliente al telespectador), ya que a los ingresos publicitarios cabe sumar los que aporta el Estado (en el caso de la televisión pública) y los que aportan los clientes suscritos (en la televisión de pago).
Mucho se ha hablado de si las televisiones programan basura porque la audiencia lo demanda o si la audiencia ve basura porque es lo que dan. Como el huevo y la gallina. Pero los directivos de una cadena privada británica lo han dicho claramente: a la gente le gusta la basura.

Si tenemos en cuenta que todas las televisiones privadas tienen como objetivo conseguir audiencia, las declaraciones de esos directivos nos dan la explicación de por qué los programas de calidad en la TV son tan escasos. Ellos son directivos y deberían saber lo que la mayoría de los espectadores quieren ver. El decir que la mayoría de los espectadores son vagos por naturaleza o no quieren hacer el más mínimo esfuerzo para ver programas que precisen el trabajo de sus pequeñas células grises, puede influir, aunque también puede haber otros factores que les ayudan a decidir programar este tipo de programas. Son los criterios de rentabilidad riesgo.
Hacer un reality (donde los protagonistas lo son gratis o casi) o un culebrón con actores jóvenes (que de malos que son, tampoco pueden cobrar mucho) es barato. Aunque los ingresos no sean muchos, si los gastos se reducen, puede ser rentable económicamente hacer telebasura. Respecto al riesgo del retorno de la inversión, gastarse un dineral en un buen actor o en una serie que, aunque tenga el mejor equipo del mundo, no puede garantizar el éxito es un riesgo demasiado grande para un canal que ya va mal económicamente.
Otro argumento en contra de que a la mayoría de la gente le gustan estos “productos de Telebasura”, es que no se ofrecen masivamente grabados en DVD ni en las TV de pago. (No se si te puedes descargar de Internet las 325 temporadas de gran hermano o el Diario de Patricia) Si le gustan a tanta gente y les gustan tanto los consumirían bajo cualquier formato, aunque fuera pagando. Este comportamiento lo tiene la gente con muchos productos.
Otro argumento es el viejo “pan y circo” que ya inventaron los romanos. Cuanta más telebasura o cuanta más noticia visceral y poco contrastada, más se adormece a la población y más permisiva se mantiene con los errores y corrupciones de los “dirigentes”.
Ya vemos que nada es blanco ni negro, sino todo lo contrario. De todas formas no está mal preguntarse si te gustan los programas que dan en la tele. Si la respuesta es sí, es porque eres parte de la mayoría, según los directivos de la cadena privada británica, de los simplones que si les dieran calidad, no la verían. Tal vez cambiarían de canal para ver telebasura en otro o en el peor de los casos, (o ¿mejor?) cerrarían la tele.

Si a pesar de tu buena fe no puedes soportarlo, significa que eres un ser extraño. Un monstruo. Una rareza. Una aberración de la norma. ¡No te asustes!. ¡Admítelo!. ¡Asúmelo!. ¡Resígnate!.
Utiliza el aparato para ver vídeos o programas seleccionados que te gusten.
Aunque no te lo hayas planteado nunca, no pasa nada si algún día apagas el televisor y aprovechas el tiempo sin estar controlado por "Gran Hermano" para llamar a un amigo, hacer meditación, empezar una conversación con tu familia, poner música y bailar, jugar con tus hijos o incluso leer un buen libro.

Aunque no te lo hayas planteado nunca, no pasa nada si algún día apagas el televisor y aprovechas el tiempo sin estar controlado por "Gran Hermano" para llamar a un amigo, hacer meditación, empezar una conversación con tu familia, poner música y bailar, jugar con tus hijos o incluso leer un buen libro.
¡Si!. Aunque los medios se empeñen en hacernos creer que no, todavía existen cosas inteligentes en que aprovechar el tiempo.
Así pues, si en la tele dieran más calidad, ¿dejarías de verla porque a ti lo que te va son los realities y las peleas por qué famosillo se la pega con cual? o, eres de la minoría extraña que no sigue esos programas y que por lo tanto no tiene interés por las cadenas de televisión?
©JAS2011
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