viernes, 20 de noviembre de 2020

Romper los monopolios... ¿Es bueno para el consumidor? O depende de que monopolio sea...

Parece que el monopolio farmacéutico, que usa su posición de privilegio para vender cantidad de productos de parafarmacia sin precios regulados, va a tener que adaptarse en algún momento a la competencia. Y es que Amazon ya tiene disponible en USA su servicio de venta de medicamentos con receta Amazon Pharmacy.  

Piensen en usuarios mayores que requieren combinaciones de medicamentos. Amazón les envía en paquetes (una vez al mes) en los que las pastillas aparecen agrupadas en unos característicos sobres blancos que el usuario abre cada día con las píldoras correspondientes que debe tomar. Ese tipo de administración individualizada es, sobre todo en el caso de pacientes mayores, susceptible de mejorar la adherencia al tratamiento y, además, de disminuir el número de potenciales errores. Es un servicio que ofrecen algunas farmacias y ahora lo ofrece Amazón.

Con Amazon Pharmacy, la idea es convertir la compra y el rellenado de medicamentos con receta (excluidos opiáceos, estimulantes, antidepresivos o alucinógenos) en algo tan sencillo como hacer la compra de cualquier otro producto, incluyendo las habituales ventajas de Amazon Prime de cara a envío y descuentos. Esos descuentos, negociados por Amazon con proveedores de medicamentos, podrán llegar hasta el 80% en el caso de genéricos y 40% en el de medicinas de marca, con lo que algunos analistas calculan que la compra de muchos productos podría incluso llegar a ser más barata en Amazon que haciéndola a través del seguro médico del usuario (que en muchos casos también está aceptado).

Además, la información que genere el servicio no se compartirá con el resto de la compañía ni con empresas externas, con el fin de cumplir la Health Insurance Portability and Accountability Act (HIPAA). La compañía ha integrado también a la gran mayoría de proveedores de seguros médicos para poder recibir tanto las prescripciones de los medicamentos como los descuentos que cada usuario tenga establecidos, ha creado un servicio 24×7 con profesionales farmacéuticos disponibles para dudas y consultas, y afirma contar con infraestructura para poder validar cada prescripción y eliminar el posible fraude.

La idea de llevar a los productos de farmacia el mismo tipo de ventajas, en términos de comodidad y conveniencia, que disfruta la compra online de otros productos resulta todavía más atractiva ahora, cuando muchos usuarios han estado precisamente tratando de evitar desplazamientos para no exponerse a posibles infecciones. Que Amazon haya logrado solventar los trámites implicados en la compra de este tipo de productos constituye una llamada de atención importante para su canal habitual de venta en otros países, dado que, por lo general, los productos de farmacia entran dentro de la categoría funcional que a prácticamente nadie le hace especial ilusión salir a comprar.

Amazon, además, ha registrado el nombre del servicio en un gran número de mercados tales como Australia, Brasil, Canadá, China, Egipto, Emiratos Árabes, India, Israel, Japón, México, Reino Unido, Singapur, Taiwan, Turquía y la Unión Europea, lo que indica claramente la intención de la compañía de ofrecer medicamentos con prescripción a través de ese servicio en otros mercados. Veremos, en cada uno de ellos, cómo reaccionan a la entrada de Amazon unos canales habitualmente sujetos a una fortísima regulación. 

Las farmacias tradicionales deben ponerse las pilas y empezar a ofrecer “servicios de calidad” con buena cara y a buen precio si quieren sobrevivir. Lo mismo que han tenido que hacer el resto de comercios…