sábado, 18 de noviembre de 2017

Manipulación emocional, desconcierto y soledad

Poco a poco, los protagonistas de lo ocurrido van asumiendo sus errores. Por mucho que nos resistamos a aceptarlo, la manipulación emocional de la que hemos sido víctimas nos ha llevado a la más absoluta soledad y desconcierto. Demasiadas personas muestran una adhesión ciega y acrítica a una causa o en contra de ella. Personas que han sido arrastradas por las masas de los respectivos bandos que, adecuadamente dirigidas y alimentadas, desprecian la realidad, combaten la disidencia y se mueven ciegamente hacia donde deciden los respectivos líderes.
Si esos supuestos líderes eran unos inocentes/inconscientes incapaces de prever la reacción del Gobierno español y de construir el “antídoto” correspondiente, no están capacitados para llevar adelante la tarea que les encomendaron millones de catalanes; y no se les puede otorgar la confianza para que vuelvan a repetir el fiasco.
Si esos supuestos líderes eran unos ineficientes y manipuladores que mintieron a los catalanes, para empujarlos ciegamente hacia el abismo, no tienen perdón. 
Se ha oído declaraciones como: 
- Si nosotros, desde el principio, en 2015, hubiéramos dicho que llegaría un día en que el Gobierno español nos reprimiría de manera rotunda y sacaría sus peores instintos ...como herederos del franquismo..., nos hubiéramos hecho un flaco favor a la causa independentista…
- Todos preferíamos escuchar la mejor parte del relato, la más épica, la más emocional, la más bonita ... para tener a la gente más cohesionada, al tiempo que insistíamos poco o nada en la parte más inquietante del relato que sólo hubiera servido para desilusionar y ayudar a los que metían miedo…
Tener imaginación creativa es fantástico, pero hay que tener cuidado como se aplica y no debería servir para crear falsas ilusiones que hagan interpretar como reales cosas que no lo son. 
Una clase política pobre de talento y mediocre de biografía —poco que ver con el gobierno de los mejores, la aristocracia de Aristóteles— ha colonizado, aquí y allá, nuestras instituciones públicas y nos han llevado a un gran problema de muy difícil solución. Hace dos meses pedía, (en una entrada de mi Blog) que los políticos independentistas, los contrarios y los partidarios de otras soluciones debatieran, aportando argumentos en televisión. Nadie participó en ninguno y los ciudadanos nos quedamos in alvis una vez más. Esperanzados, a la vez que preocupados, nos ofrecieron una caja con un bonito envoltorio que siguió cautivando el corazón de muchos. El tiempo ha demostrado que sólo era envoltorio; porque el interior estaba vacío o al menos no contenía las “estructuras” necesarias para completar el proyecto. 
Reconocer que has sido víctima de un engaño o de una inconsciencia es doloroso, pero hay que pasar el duelo. Es un proceso necesario porqué si no lo hacemos peligra nuestra integridad mental. Hay que librarse de la angustia y el malestar. 
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L. Foix escribió un artículo en LV titulado ”Nada será igual”. Nunca se puede afirmar categóricamente algo así. Algunas cosas (buenas y malas) no volverán a ser igual, pero otras, también buenas y malas seguirán siendo igual.
Por ejemplo pienso que seguirán siendo igual los problemas que tenemos los ciudadanos de Cataluña. Tal vez incluso aumenten, porqué unos seguirán tirando para intentar desligarse de la influencia (para ellos perniciosa) del Gobierno español y otros estrecharán el cerco para mantener sujetos a los disidentes. Los dos harán daño a la economía y a la convivencia entre los catalanes. En este tirar hacia los extremos se debilita el centro que es lo que debería ser más grande. Si se persigue a los equidistantes de centro derecha y de centroizquierda se destruye la posibilidad de lograr mayorías amplias para afrontar cualquier proyecto cohesionador de forma viable.
Recuerdo la Cataluña de antes de la crisis. Ya nos habían cepillado el Estatut y estábamos muy disgustados y desafectos, pero a nivel de ciudadano de calle, Catalunya no era separatista, sino todo lo contrario. La mayoría de catalanes acogieron y respetaron a todos los que vinieron a nuestro país independientemente del lugar de procedencia. En la inmensa mayoría de las relaciones había respeto mutuo por las culturas propias (las de nacimiento) y la convivencia era buena. Los catalanes de habla catalana convivían con los de habla castellana con normalidad absoluta. Era frecuente combinar las dos lenguas en las conversaciones y diálogos. En Cataluña siempre ha sido muy normal que cada uno hable en su lengua materna y al entender la del otro, cada uno se expresa como le es más fácil. Aceptamos esta “singularidad” de buen grado. De hecho, la mayoría de catalanes, de habla materna catalana, se dirigen en castellano si perciben una cierta dificultad en alguno de los contertulios castellanohablantes. Al revés no sucede prácticamente nunca porque, pese a lo que algunos políticos intentan propagar, es dificilísimo encontrar algún catalanoparlante que no sepa (o no quiera) hablar el castellano y mucho menos leerlo.
Desde hace unos años PP y Ciutadans han lanzado discursos intentando propagar que en Catalunya se persigue a los castellano hablantes en cuestiones lingüísticas, etc. y mucha gente, sobretodo del resto de la península, se lo han creído. Lógico, porqué no han comprobado la mentira de estos políticos en el territorio catalán y también porque algunos de los castellanohablantes en Catalunya no les han desmentido abierta y públicamente. No les han dicho con voz alta y clara: “por ahí no vayáis, porqué estáis atacando la convivencia entre catalanes. Estos políticos (PP y más aún Ciudadanos) han intentado desacreditar la inmersión lingüística del catalán en la escuela, a pesar de que los exámenes PISA demuestran regularmente que no hay ningún joven que no sepa hablar, leer y escribir en castellano y que los alumnos formados con lengua vehicular catalana sacan mejores notas en castellano que los formados en el resto de España con lengua vehicular castellana.
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”Nada será igual” afirma Foix, aunque como sigue siendo cierto que ”el poder corrompe”, seguirá igual la corrupción propiciada por el abuso de poder y por la influencia de los principales personajes del Gran capital, que cada gobierno tiene ó tendrá, infiltrados como topos dentro del sistema de gobierno, para medrar y enriquecerse. Todo esto, aunque los noticiarios no nos informen sobre ello porque se esconden tras las correspondientes banderas o reclamaciones de acoso machista.
También los tics del ordeno y mando practicados por el Gobierno español seguirán igual, sin hacer autocrítica, porqué según ellos todos los males que afectan a Catalunya los han provocado los independentistas, que votaron democráticamente a unos políticos que se han vuelto locos.
Por su parte los independentistas seguirán igual, pensando que el régimen español es la monarquía impuesta por el dictador Franco, el Gobierno, el tripartito PP/PSOE/C’s, la fiscalía afinada, el TC tergiversador y partidista, la policía y la guardia civil reprimiendo a los ciudadanos pacíficos y desarmados, el 155 con una aplicación que muchos juristas consideran incluso inconstitucional….
Todo esto seguirá igual porque vivimos en un ambiente tensionado y excitado, lleno de mensajes contradictorios que impiden que la gente pueda reflexionar. Un ambiente propicio a que la mayoría se instale en los extremismos. Los pocos (o muchos, no sabemos) que quieren ver la paja en el ojo ajeno y también la viga en el propio son denostados, arrinconados y se han quedado huérfanos de representantes políticos capaces de consolidar nuevas mayorías más dialogantes. Los que piensan que la vida no es dicotómica sino que tiene múltiples aristas y colores, tienen muy difícil elaborar una decisión de voto coherente y responsable. Cualquier buen líder debería proteger a las “voces críticas” porque incluso los pesimistas o escépticos que cuestionan o se oponen a las iniciativas de los líderes (a lo políticamente correcto) les sirven como feedback para saber cómo les está yendo con las nuevas iniciativas. Estas voces críticas también plantean importantes preguntas que los líderes pueden no estar dispuestos a preguntarse a sí mismos, pero que es bueno para la ciudadanía que alguien les motive a contestarlas.
Parece que ni al Govern de Catalunya ni al Gobierno de España les interesa acabar con el monotema. Si lo hicieran se podría llegar a consensos amplísimos. ¿Porqué no lo intentan? Si fuera verdad que toda la culpa es de los enloquecidos independentistas, ¿porqué los partidos unionistas no han llevado iniciativas al Parlament para debatir y pactar estos temas, dejando el tema del referéndum aparte?. No me consta que hayan propuesto ninguna iniciativa de este tipo. Sólo dicen que hay que ponerlo en los programas, pero no se unen con otros unionistas para llevarlas adelante. En cambio si que han tenido otras en el sentido de denunciar actuaciones del Govern hasta llegar incluso al TC, o de descarrilar proyectos sociales llevado a cabo por el Govern. Para esto si que se han unido. Mientras la sanidad y las infraestructuras dependientes del Gobierno de España se han continuado degradando.
Ojalá tuviera razón el Sr. Foix cuando dice que “nada será igual”, si se refiriera a que cambiará la mentalidad y la interpretación de los hechos que harán los ciudadanos de a pie, currantes, cotizantes y votantes. Sería fantástico que fuera así, porqué el problema de Cataluña coincide en muchos aspectos económicos y sociales con el resto de ciudadanos españoles. Cataluña es la primera que ha manifestado su malestar y su queja por las políticas económicas y sociales del Gobierno, pero la mayoría de los ciudadanos en las otras comunidades de España tienen problemas similares, causados por una mala política de inversiones que no facilita que los sectores productivos generen riqueza y con ella pueda hacerse un buen reparto, eficiente y equitativo, de recursos. En vez de eso, se siguen dando limosnas y subvenciones para “comprar voto”, a la vez que se enriquece a los amiguetes.
Lo que habría que exigir a los políticos de todas las comunidades, y más aún al Gobierno central, es que pacificara la voraz y abusiva presión fiscal y de impuestos que llegan a pagar los ciudadanos cotizantes. Presión fiscal aplicada conjuntamente por el Gobierno de España y por los gobiernos autonómicos, (que también son Estado español) que escaña y arruinan al ciudadano currante y de a pie, al tiempo que enriquecen millonariamente a los privilegiados por su estatus ó a los grandes corruptos, que medran a costa de este sistema de gobierno extractivo. 
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Hace unos días me comentaba un conocido que habían sido destituidos fulminantemente cientos de “cargos de confianza” en la Generalitat y que esto representaría un buen ahorro en gastos inútiles. Si eran cargos inútiles e ineficientes que engullían sueldos astronómicos, fantástico. Lo ideal sería que los ciudadanos responsables preocupados por la eficiencia de la administración pública aprovecharan para exigir que se hiciera lo mismo en todas las comunidades y en el aparato estatal central. O es que alguien piensa que sólo hay cargos de confianza en la Generalitat de Catalunya. ¿Será porqué esos “cargos de confianza” simpatizan con las posiciones independentistas? Una vez más el pensamiento dicotómico: Si “son de los míos”, los disculpo o miro hacia otra parte, y son “contrarios a los míos”, los acuso de todo lo habido y por haber, y generalizo cualquier mancha que encuentre, por pequeña que sea a la vez que callo de las grandes manchas de corrupción e ineficiencia en el resto de España.

Este “problema catalán” y los problemas generados por la falta de diálogo, la ineficiencia y las élites extractivas seguro que no cambiará si no cambia la mentalidad actual y la interpretación que hagamos de los problemas; todos nosotros y todos los diputados y senadores, de todos los partidos políticos, tanto autonómicos como centrales.
En el tema de las listas electorales para las elecciones del 21D, parece que tampoco tiene razón el Sr. Foix porque la mayoría de las caras continúan. Poco cambia. ¿Cómo pueden tener la "sans façon" de volverse a presentar como candidatos los mismos que hicieron creer a la gente que lo tenían todo listo para poner en marcha un nuevo Estado, sin ser verdad?. Todo parece seguir igual, inventándose cada día excusas. En su momento no nos contaron toda la verdad de lo que pasaba, tal vez porque no nos creyeron suficientemente adultos y responsables para encajarla. Las listas se completan con personas de cierta fama mediática, pero a los que no se conoce formación adecuada para poder dirigir una nación. ¿qué tipo de decisiones podrán tomar estas personas no suficientemente preparadas en el arte de dirigir, negociar, consensuar y de liderar con el ejemplo?
Sigue sin haber verdadera autocrítica y sin ella no pueden repararse los errores. ¿Somos conscientes de que ya son más de 1000 las empresas que han trasladado su “domicilio fiscal” fuera de Catalunya, de las 2500 que han trasladado su sede?. No estamos en el precipicio, ya estamos cayendo sin redes de protección. No podemos seguir creyendo que “todo es una estrategia” y que la culpa de todo es del mal tiempo y de la “perversidad de los otros”, que tienen muy mala uva y nosotros demasiada bondad. Puede que eso sea verdad, pero no es toda la verdad. Siempre es bueno hacer autocrítica para mejorar.
Si hubiese autocritica, los políticos (todos: los de Catalunya y los del Gobierno de España) asumirían responsabilidades políticas, y dejarían paso a nuevos políticos más preparados en temas económicos y sociales, y sobre todo menos mentirosos y más responsables. Siempre hemos oído que había un “plan general para lograr la independencia” y que este se aplicaría convenientemente y con astucia. ¿Quién ha leído el guión? ¿Cómo se ha seguido y cómo se ha cumplido? ¿Qué ha fallado? ¿Quién asume responsabilidades? ¿Cuál es el nuevo guión?. No podemos seguir apoyando ciegamente sin explicaciones. No somos niños para que nos lleven de la mano con los ojos tapados porque no podemos ni queremos seguir ciegamente. ¡Queremos ver y pensar!. No queremos hacer más el ridículo y no queremos que Catalunya, una de las regiones que entre todos y a pesar de algunas políticas desfavorables, hemos conseguido que sea una de las más productivas y ricas de España, deje de serlo y nos vayamos aproximando a la indigencia.
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Los medios de comunicación no se han caracterizado en los últimos años por su fomento de la información de calidad. Más bien se han caracterizado por ser meros transmisores de la propaganda que quieren enviar los grupos de poder que se anuncian en ellos, y de los partidos políticos que les subvencionan en todo o en parte. Las tertulias suelen ser amañadas y se convidan tertulianos “afines a la causa” para loar las bondades de unos y criticar ferozmente hasta ridiculizar al contrario que han convidado como “saco de golpes”. Siempre ponen dificultades a que los periodistas busquen evidencias, resalten y contrasten hechos, organicen debates para que podamos intentar vislumbrar que político está o no preparado; para escuchar sus propuestas económicas para favorecer la creación de empleo y la producción de riqueza, cual será su política impositiva para poder financiar los planes sociales, como tratarán la educación, la lengua, la cultura catalanas, etc. Los periodistas han dejado de fiscalizar para hacer propaganda militante. Este tipo de medios y de periodistas se han convertido en un fraude denunciable por desperdiciar dinero público y son perfectamente prescindibles, como tantos organismos en España que sólo sirven para que algunos “personajes útiles al poder” cobren grandes sueldos a costa de los contribuyentes. 
La diversidad es muy compleja, como los sentimientos y la gente cree lo que se ajusta a sus ideas, y desea oír lo que las confirma y así se realimentan en el posible error. Encontrar una opción que se ajuste adecuadamente a las ideas de cada uno es muy difícil; sobre todo cuando para tomar la decisión de voto se han de tener en cuenta diversos ejes (el económico, el nacionalista, el social, etc.). Por ello es probable que en las próximas elecciones del 21D, muchos electores abrumados por la dificultad de la elección, se limitarán a no votar o votarán al que les prometa las mentiras que más les gusten; incluso siendo conscientes de que la van a incumplir una vez más. Ante la mediocridad, mejor “su mentiroso” que el mentiroso de los otros. 
El escenario que se avecina es denigrante y patético. Lo peor de todo es que no se detecta en el horizonte a ningún líder (hombre de estado), el otro día puse un anuncio de “se busca”, que quiera reconducir el desaguisado. Más de lo mismo, hasta la extenuación o hasta que no quede nada que romper ni aprovechar.
Dan unas ganas locas de vagar por el espacio interestelar… para ponerse a salvo de tanto narcisista y falto de empatía, tanto irresponsable con gran poder de manipulación, que ha mentido cínicamente todo lo que ha querido, sin atisbo de remordimiento alguno. Vamos, unos perfectos psicópatas aunque no tengan título. No hace falta tenerlo para serlo. Para ser político tampoco.