sábado, 28 de octubre de 2017

La República Catalana (5º round)

Hoy se ha declarado, por quinta vez en la historia, en el Parlament de Catalunya la República Catalana. Hay muchos catalanes que llenan las calles; parecen contentos. También hay otros catalanes que no creen que España sea un estado totalitario, aunque si quieren mejorar muchas cosas de su gobierno para que todos nos podamos sentir mejor.
Muchos catalanes piensan que las políticas de los últimos años que ha implementado el Gobierno del Reino han restado potencial económico a Catalunya y además han pretendido laminar el estado del bienestar y han socavado la convivencia de las últimas décadas y el respeto a la cultura catalana. Piensan que las políticas del Gobierno de España no ha sabido aprovechar el potencial de la economía catalana en beneficio de todos y que con otro proceder todo hubiera sido mejor. Eso no quita que muchos de los que piensan así, tengan dudas de que todo vaya a peor, al menos durante la transición a la pretendida República Catalana, máxime cundo el Gobierno de España, apoyado por tres grupos parlamentarios (PP, Ciudadanos y PSOE) ha dicho que haría todo lo que esté en su mano, para impedir que se produzca la independencia y no se pueda consolidar la República Catalana. Dudas que se acentúan cuando no se recibe ningún reconocimiento internacional relevante. También tienen miedo de que la “travesía del desierto”, hasta conseguir de nuevo la estabilidad perdida con el nuevo Estado, requiera unos sacrificios que algunos no pueden asumir y otros no quieren. 
Mucha gente respeta las diferentes banderas (cada pueblo, región, provincia, comunidad, etc. tiene una) tiene una, y eso no implica que hayamos de dividirnos a causa de ellas. Mientras nos dedicamos a confundir a las “personas” con los “territorios” no vamos bien, porque la diversidad es un hecho y existe dentro de cada país, de cada región, comarca, pueblo, inclusive en cada comunidad de vecinos. Demasiado a menudo los políticos hacen declaraciones que exacerban los nacionalismos, aunque previamente se hayan declarado “no nacionalistas”. Contradicción tras contradicción. Hacen discursos que tocan la "fibra romántica y sentimental de cada uno" y eso sólo contribuye a levantar muros de desavenencia en lugar de tender puentes de amistad, como dicen que pretenden. Cada comunidad, nación o Estado puede citar listas de Premios Nobel. Si no los tiene, cita lista de artistas de fama mundial. Si tampoco los tiene, cita a sus ídolos del futbol, etc. para ensalzar su orgullo nacionalista. Todo el mundo puede aducir motivos para justificar el orgullo que siente por su “nación” y con ello no se llega nunca a nada porqué no hay juez divino, que estando por encima del bien ni del mal, esclarezca quien tiene más motivos para estar orgulloso de su nación y, lo verdaderamente nefasto para todos, en contra de las demás.
Todo el que pretenda hacer un nuevo Estado escuchando solo a los que le aplauden, no conseguirá nada que valga la pena y no será nada duradero. Los independentistas más hiperventilados deberían tenerlo en cuenta y también (no lo olvidemos) todos los no independentistas y los “equidistantes”, no saben-no contestan. Nadie debería hacer eje principal de su política la “crítica del otro”, “el otro peor”, “el menos malo”, etc. desprestigiándole, contando medias verdades y ninguneando sus argumentos, porque en ese mismo momento, su discurso pretendidamente pacificador y unionista pierde toda credibilidad.
¿Qué país quieren construir los que esconden documentos que diseñan la estrategia para provocar una fase de alta inestabilidad económica y política como la que estamos sufriendo? Los que dirigen cualquier estrategia son conscientes de porqué pasa lo que pasa, a diferencia de los seguidores que, demasiado a menudo, se dedican a seguir las directrices acríticamente, porqué los constantes cambios no les dan tiempo para pensar a donde les están dirigiendo como colectivo. ¡Hagan la prueba!. Escuchen un discurso y resuman lo que han entendido. Luego, léanlo pausada y críticamente. Verán la diferencia. Si tienen la oportunidad, coméntenlo con alguien que tenga espíritu crítico y todavía descubrirán más matices, puntos de vista e incongruencias. 
Unos piensan: “Los independentistas parecen no ser conscientes de como están muchísimas personas, familias, empresarios, jubilados, etc. en estos momentos. No son conscientes de la preocupación y del miedo que se ha instalado en la cabeza y en el corazón de muchos catalanes. No son conscientes de que pronto se puede volatilizar una parte importante de la riqueza y prosperidad que, pese al trato injusto del Gobierno de España, hemos alcanzado los catalanes”. 
Catalunya siempre ha sido una sociedad plural que ha convivido en armonía hasta que los extremistas catalanistas y también los extremistas unionistas han inflamado a las distintas comunidades con sendos discursos llenos de tópicos y dirigidos a sus audiencias para fomentar el rechazo a lo desconocido. Y parece que a base de repetir mentiras y obviar verdades lo están consiguiendo en sectores crecientes de la población catalana y española.
unionistas se hartan de gritar: ¡Catalunya/la Generalitat es de todos! Esa es una afirmación ambigua. Para algunos significa solo propiedad: esto me pertenece o al menos es tanto mío como tuyo. Para otros significa algo más. Significa estar orgulloso del territorio donde has decidido vivir, haciendo tuya la cultura que has encontrado, sin querer cambiarla por la de tu lugar de nacimiento, el lugar de donde quisiste emigrar porque allí no podías desarrollar la vida que querías. También significa estar satisfecho de poder usar un idioma (el catalán) que es algo vivo que cambia con las aportaciones de sus hablantes, lo mismo que cambia la cultura de una nación —no por imposición de otras culturas— sino por asunción de algunas de las aportaciones de los que han emigrado a Catalunya.
Oido en el parlament: “…estamos al lado de la gente que no entiende las derivas y aventuras políticas que terminan en barcos embarrancando contra las rocas”. Cualquier persona que anteponga la razón a los sentimientos y más si está en la segunda mitad de su vida —la inmensa mayoría se vuelve mas conservadora con la edad— haría un buen análisis DAFO antes de tomar una decisión importante.
“Hoy ... ... estamos con aquellos que, angustiados han salido de casa pensando que viven en un país con garantías y derechos democráticos y volverán sin saber qué habrán hecho un grupo de diputados irresponsables”. Algunos piensan que la democracia que aplican algunos grupos políticos tiene poco de democrática aunque prefieren malo conocido a bueno por conocer. Todas las posturas extremistas, tanto las escoradas hacia los grupos “anti sistema” como los escorados a “posturas dictatoriales”, acostumbran a ser excluyentes y poco dialogantes, y por ello es difícil estar de acuerdo con las ideas de ningún grupo que admita en su seno tendencias como las descritas. 
En el mundo globalizado reina la “interdependencia” y cuando alguien afirma que quiere la “independencia” habría que explicar a que aspira realmente, porque “independencia” es una palabra que cada uno interpreta a su manera. Algunos les basta con ser “independientes económicamente” porque ello les permite “navegar relativamente cómodos en cualquier entorno. Otros tienen la ilusión de vivir como anacoretas y no depender de nada más que de la madre naturaleza. Otros simplemente, y no es poco, están artos de no poder decidir por si mismos y de que les impongan políticas con las que no están de acuerdo o las creen contrarias a sus intereses. Sea lo que fuere, sería bueno que cada uno de nosotros escribiéramos una lista con las cosas reales que consideramos necesarias para vivir en la sociedad que queremos y que no tenemos dentro del ordenamiento político y jurídico español. A continuación deberíamos valorar que probabilidades hay de que podamos conseguir esas mismas cosas con la proclamación de una “República Catalana” y así desarrollar con ciertas garantías nuestro plan de vida. El mismo ejercicio deberían hacer los que no quieren independizarse de España y seguir gobernados tal como lo hemos sido hasta ahora. ¿Cuál es el proyecto del Gobierno de España para Catalunya y los catalanes? ¿Qué le pedirían al gobierno español que cambiara? 
Solo concretando se puede llegar a algún acuerdo después de la negociación pertinente. Cuando “concretamos”, automáticamente descubrimos muchos puntos de encuentro entre los simpatizantes de las diferentes tendencias políticas que encontramos en Catalunya y que permanecían inexplorados si nos limitamos a exacerbar los sentimientos nacionalistas catalanes y españoles de cada uno.
Los ideales son ilusionantes, pero las cosas cotidianas son como son y negar la realidad sólo conduce al fracaso. Hace años que muchos catalanes se ilusionaron con la idea de “conseguir un Estado para la nación catalana dentro de Europa”. La realidad es que parece que eso deseo no va a ser fácil que se cumpla. Somos un país relativamente pequeño, que ha sobrevivido como nación durante siglos, con sus virtudes y defectos, que se ha expandido tanto que algunos cronistas cuentan que los peces del Mediterráneo llegaron a llevar el lomo pintado con la “Senyera”. Un país que se ha visto envuelto en guerras, ha recibido emigrantes de otras zonas de España y de otros países del mundo, y ha alcanzado cotas importantes de prosperidad. Ahora, las relaciones de poder y la coyuntura parecen augurar que nos podemos convertir en un país aislado de nuestros vecinos, con pocos reconocimientos, empobrecido, con la sociedad fracturada (unos tristes, otros desilusionados, todos insatisfechos),… ¿Es este el futuro inmediato que queremos? Hay que hablar claro, explicar claramente los pros y contras a corto y medio plazo, y preguntarnos si estamos dispuestos a pagar el precio para llegar a “algo mejor” pero que nadie nos ha concretado como ni cuando.
“El verdadero patriotismo se demuestra uniendo, y no separando”. Si los políticos no son capaces de diseñar estrategias para conseguir resultados anhelados por la mayoría de las personas, es que no sirven para desempeñar los cargos para los que les hemos elegido y por los que les pagamos su sueldo.
Algunos unionistas dicen: “Los que hemos trabajado por los puentes de diálogo ... ... y para el autogobierno de Cataluña, seguiremos trabajando por estos objetivos”. Siempre se ha dicho que las palabras se las lleva el viento — ahora no tanto porque es fácil acceder a los videos que se grabaron de los discursos de tiempos pasados y contrastar lo que se dijo con lo que se dice ahora. Es más fácil recordar y comprobar el cumplimiento de los discursos y planes escritos. Lo importante es hacer las cosas además de decir que se harán en el futuro. Lo importante es encontrar los “puntos a mejorar” en los que la gran mayoría esté de acuerdo (más del 75%) y luchar de verdad, todos unidos, por conseguirlos. Hasta ahora NADIE puede arrogarse el mérito de haber hecho esto y menos conseguido.
Suarez popularizó lo de “Puedo prometer y prometo”. En estos últimos años, prometer, muchos han prometido muchas cosas. Prometieron todos un montón de cosas que no podían prometer, menos cumplir y muchísimo menos hacerlo con unos costes asumibles por la gran mayoría de catalanes. Como en las crónicas mediáticas los porcentajes de cumplimiento varían según los cronistas y como suele suceder en las elecciones, todos ganan algo y también pierden, pero sólo resaltan lo ganado.
Hoy, en el Parlament han votado y proclamado la República Catalana y nadie ha explicado como van a hacerla efectiva sin las estructuras de estado necesarias, sólo con la posible ayuda de menos de la mitad de los catalanes y el Gobierno del Reino de España en contra y con la propaganda que alienta total y visceralmente el “nacionalismo español” en los habitantes del resto del Estado.
En el Senado, han aprobado poner en marcha el artículo 155 de la Constitución española y autorizar al Gobierno del Reino a poner en marcha las medidas para que no se pueda aplicar la República Catalana, interviniendo la Generalitat, destituyendo a sus representantes legales, etc.. 
Cuando se hacen declaraciones es fundamental ver quienes te dan apoyo, hasta donde puedes contar con ellos y porqué, pero lo definitivo es comprobar en que medida se podrá aplicar cada una de las declaraciones y que costes tendrán para todos los ciudadanos; principalmente para aquellos que nunca quisieron que la falta de diálogo entre los políticos les llevaran a momentos de estrés emocional y pérdidas materiales/sentimentales graves como lo están haciendo actualmente.
Ante estas horas graves para toda la ciudadanía catalana y española, algunos declaran que defenderán el Estado de Derecho, la convivencia, la Justicia Social, el Autogobierno y las Instituciones democráticas. El problema es que cada uno entiende de forma diferente la definición de estos términos y más aún la forma de implementar esa defensa, como lograrán cumplir estas promesas y a que coste para el país y para la ciudadanía.
Los mismos que han judicializado la justicia (PP) o los que han estado de acuerdo con que lo hayan hecho (Ciudadanos y PSOE) son los que acusan a los otros (Junts pel Si) de negar la política y de apropiarse de las instituciones que son de todos. Cada uno reconoce legalidades distintas y sólo explica las cosas desde su punto de vista. 
¿Cómo podemos entender lo que quieren los que afirman que “seguiremos trabajando para que, lo antes posible, vuelvan a la legalidad las instituciones de nuestro país y para dar la voz a la ciudadanía en unas nuevas elecciones autonómicas” y a la vez dicen que “Seguiremos trabajando para buscar un nuevo acuerdo político”?. ¿Que acuerdo y con quien? 
Nos siguen diciendo: “…los problemas políticos sólo se podrán solucionar con el diálogo, la negociación y el pacto. Un pacto que queremos que sea sometido a consideración por parte de toda la ciudadanía”. Pero ¿no se acuerdan ya de que esto es lo que se hizo con el Estatut de Catalunya cuando se aprobó en el Parlament y en el Congreso de los Diputados y que acto seguido vía el TC se desnaturalizó y se dejaron en nada los diálogos, las negociaciones, los pactos, las votaciones legales en los dos parlamentos y el refrendo de los catalanes? Tal vez lo que pretenden es mantenernos como hámsteres corriendo eternamente por la rueda sin movernos de sitio.
El tema catalán está complicadísimo y muchos nunca pensaron que las cosas irían como han ido. Tampoco nadie se lo hizo ver, ni siquiera se les apuntó la posibilidad de que pudieran ir las cosas de esta manera. No es de extrañar que ahora una gran mayoría de catalanes se esté preguntando ¿Qué hemos hecho nosotros para merecer esto?
Siempre he dicho que la culpa no es sólo de los otros, también es responsabilidad de cada uno de nosotros. Tal vez nos teníamos que haber preocupado de informarnos bien a quien votábamos y de razonar cuales eran las congruencias o incongruencias de cada programa político. No nos olvidemos del cuento de La Lechera.
Cuando les llamen otra vez a las urnas, ¿habrán aprendido algo de esta experiencia?.
¿Habrán aprendido que el que no va a votar cuando le inviten a hacerlo, pierde una oportunidad de expresar su opinión, y puede que el resultado y las consecuencias que se deriven del mismo no sólo no le guste sino que le perjudique?
Siguen las demostraciones folclóricas en Barcelona: 
Las caceroladas independentistas siguen castigando los oídos de los vecinos. ¿Porqué no buscarán otro método de descargar adrenalina? Tal vez poner “la gallineta” de Llach. Las protestas hay que hacerlas para que las escuchen los responsables, no otros. Lo mismo con los reconocimientos. 
Otros sacan negocio grabando videos de guasa y vendiendo camisetas y otros merchandising al tiempo que excitan la vena nacionalista del españolismo más rancio. Mas de uno está tentado de poner “Viva España o Paquito el Chocolatero”.
Las cosas son mucho más serias que estas demostraciones folclóricas y nos lo recuerda el helicóptero de la Guardia Civil, el único que sigue sobrevolando a todas horas nuestras cabezas, atronando nuestras orejas con su molestoso y enervante ruido, recordándonos quien manda realmente en este territorio.