martes, 5 de mayo de 2020

¿Es imposible prever una pandemia?

Los gobernantes, Trump a la cabeza, se quejan de que lo critican usando bulos. En España un alto cargo de la Guardia Civil dijo mandó que se vigilara las redes sociales para que no se difundieran mensajes  que generaran “estrés social”. No se trata de criticar todo lo que hace el gobierno, o la oposición. Se trata de analizar las medidas que toman nuestros dirigentes para que puedan mejorar día a día. 
Si este es el plan, no interesa
Empecemos por Europa. Somos europeos y quisimos ser europeos y pertenecer a la UE en cuanto nos admitieron en el club. Los hicimos por nuestro interés y el resto de países también salieron beneficiados de nuestra adhesión. La pregunta es: como europeos, ¿hemos hecho todo lo que deberíamos? ¿Nos hemos implicado en su gobernanza? ¿Sabemos lo que se hace en los centros de decisión europeos? ¿Qué queremos que hagan los dirigentes europeos y como queremos que evoluciones las políticas europeas?
Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Vicepresidenta de la Comisión Europea decía en el prólogo de el informe “Estrategia global para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea” de 2016: Es indudable que vamos a tener que replantearnos el funcionamiento de nuestra Unión, pero sabemos perfectamente para qué trabajamos. Sabemos cuáles son nuestros principios, nuestros intereses y nuestras prioridades. No es momento de indecisiones: nuestra Unión necesita una estrategia. Necesitamos una visión compartida y una acción común.
Ninguno de nuestros países tiene ni el poder ni los recursos necesarios para dar respuesta por sí solo a las amenazas ni para aprovechar por si solo las oportunidades que brindan estos tiempos. Pero como una Unión de casi quinientos millones de ciudadanos, nuestro potencial no tiene parangón. Nuestra red diplomática está extendida y enraizada en todos los rincones del planeta. La nuestra es una de las tres primeras economías del mundo. Somos el primer socio comercial y el primer inversor extranjero de casi todos los países del globo. Juntos, invertimos más en cooperación para el desarrollo que todo el resto del mundo. Pero también es evidente que todavía no estamos utilizando plenamente este potencial. La gran mayoría de nuestros ciudadanos entiende que debemos asumir la responsabilidad de nuestro papel en el mundo de forma colectiva. Y, allá donde voy, nuestros socios esperan que la Unión Europea desempeñe un papel principal, en particular como proveedor mundial de seguridad. Solo actuando de manera conjunta y unida podremos atender a las necesidades de nuestros ciudadanos y hacer que nuestra asociación funcione. Este es precisamente el objetivo de la estrategia global para la política exterior y de seguridad europea. «Global» no debe entenderse únicamente en el sentido geográfico. Para Europa, el poder no coactivo y el poder coercitivo van de la mano.
La estrategia alimenta la ambición de una autonomía estratégica para la Unión Europea. Ello es necesario para promover los intereses comunes de nuestros ciudadanos, así como nuestros principios y valores. Pero somos conscientes de que estas prioridades se defienden mejor si no estamos solos. Y se defienden mejor en un sistema internacional basado en normas y en el multilateralismo. No es momento de policías globales ni de guerreros solitarios. Nuestra política exterior y de seguridad ha de gestionar las presiones globales y las dinámicas locales, debe enfrentarse a superpotencias y a identidades cada vez más fracturadas. 
Invertiremos en órdenes regionales, y en la cooperación entre las regiones y dentro de ellas. Y vamos a promover una gobernanza mundial reformada, que pueda hacer frente a los retos de este siglo XXI. Vamos a implicarnos de forma práctica y ejemplar, a compartir responsabilidades a escala mundial con nuestros socios y a contribuir a su fortaleza. Hemos aprendido la lección: LAS CARENCIAS DE MI VECINO Y DE MI SOCIO SON MIS PROPIAS CARENCIAS. Por eso vamos a invertir en soluciones beneficiosas para todos, y a superar la ilusión de que la política internacional puede ser un juego en el que cuando se gana es a costa del otro.
Todo ello beneficiará a cada uno de nuestros Estados miembros y a cada ciudadano de la Unión. Solo con una Europa verdaderamente unida y comprometida pueden alcanzarse todos estos objetivos. Aunar todas nuestras culturas para alcanzar nuestros objetivos compartidos y favorecer nuestros intereses comunes es un desafío diario, pero también es nuestra mayor baza: la diversidad es lo que nos hace fuertes.
SÍ, NUESTROS INTERESES SON EFECTIVAMENTE LOS INTERESES COMUNES DE EUROPA: LA ÚNICA MANERA DE SERVIRLOS ES CON MEDIOS COMUNES. Por eso tenemos la responsabilidad colectiva de hacer de nuestra Unión una Unión más fuerte. LOS CIUDADANOS DE EUROPA NECESITAN UNIDAD DE OBJETIVOS ENTRE LOS ESTADOS MIEMBROS Y UNIDAD DE ACTUACIÓN ENTRE NUESTRAS POLÍTICAS. Un mundo frágil requiere una mayor confianza y responsabilidad de la Unión Europea, requiere una política exterior y de seguridad europea abierta al exterior y que mire al futuro. Esta estrategia global nos guiará en nuestra labor cotidiana hacia una Unión que satisfaga realmente las necesidades de los ciudadanos, que cumpla sus esperanzas y aspiraciones; una Unión que se asiente en el éxito de 70 años de paz; una Unión con la fuerza para contribuir a la paz y la seguridad en la región y en todo el mundo.
La UE dijo que trabajaría en aquellos asuntos mundiales que se encuentran en los confines de la reglamentación multilateral para seguir formulando normas que garanticen la seguridad y el acceso sostenible al patrimonio común universal: “La UE será un ciberactor con visión de futuro que protegerá nuestros activos y valores en el mundo digital, en particular mediante la promoción de una Internet mundial gratuita y segura. Participaremos en acciones de ciberdiplomacia y de capacitación con nuestros socios y trataremos de celebrar acuerdos de comportamiento responsable en el ciberespacio basados en el Derecho internacional existente. Apoyaremos la gobernanza digital multilateral y un marco de cooperación mundial en materia de ciberseguridad, respetando la libre circulación de la información. En el ámbito espacial, promoveremos la autonomía y la seguridad de nuestros servicios espaciales y trabajaremos en la formulación de principios de comportamiento espacial responsable, que podría dar lugar a la adopción de un código de conducta internacional de carácter voluntario. En el sector energético, impulsaremos mecanismos multilaterales cuyo objeto sea garantizar patrones energéticos sostenibles, tanto mediante la formulación de nuestras propias políticas sostenibles como mediante el establecimiento de un diálogo más estrecho con los principales consumidores y productores de energía. En lo que respecta a la salud, TRABAJAREMOS PARA LOGRAR UNA MAYOR EFICACIA EN LA PREVENCIÓN Y DETECCIÓN DE LAS PANDEMIAS MUNDIALES Y EN LA MANERA DE RESPONDER A LAS MISMAS. También es necesario disponer de normas mundiales en ámbitos tales como la biotecnología, la inteligencia artificial, la robótica y los aparatos pilotados a distancia, con el fin de evitar riesgos de seguridad y aprovechar sus beneficios económicos. En todos estos ámbitos, la UE promoverá los intercambios en los foros multilaterales pertinentes con el fin de encabezar la formulación de normas y crear asociaciones en aquellos ámbitos que se encuentran en los confines de la reglamentación multilateral.
Fantástico proyecto el descrito por Moguerini, pero... ¿QUÉ SE HA HECHO REALMENTE?
En un informe especial también de 2016 se escribe que en el combate contra las amenazas transfronterizas graves para la salud en la UE se han dado pasos importantes, pero que hay que seguir avanzando. Las amenazas para la salud pública pueden tener diversos orígenes. Se reconoce que además de sus repercusiones en la salud, estas amenazas pueden acarrear unos costes económicos significativos, en especial cuando una situación de emergencia se mantiene durante un período de tiempo prolongado y afecta no solo a los desplazamientos y el comercio, sino también a la sociedad en general. Los últimos episodios han puesto de relieve igualmente que a menudo las amenazas para la salud son problemas transfronterizos, por lo que puede ser necesaria una respuesta multisectorial y multilateral

¿QUÉ SE HA HECHO EN LOS ÚLTIMOS 4 AÑOS desde que se presentaron estos informes?
Muchos presupuestos, mucho hablar, mucho gasto en cosas varias (armas y ejércitos incluidos) pero poco en educación y salud y por tanto pocos resultados útiles para la ciudadanía en general.
¿QUÉ RAZÓN TENEMOS PARA PENSAR que nuestro GOBIERNO VA A HACER LAS COSAS MEJOR, Y VA PEDIR A LA UE ALGO MÁS QUE LIMOSNAS?
A muchos nos da más miedo la crisis económica que se acrecentará en los próximos meses que el propio virus. Por ello hay que preguntarles a los dirigentes cuales son sus propuestas para utilizar racionalmente los medios disponibles, para  cortar los despilfarros, para perseguir el fraude y poder aumentar los recursos destinados a sanidad, investigación y servicios sociales, y en facilitar que las pequeñas empresas y los autónomos generen empleo.
Tal vez alguien me lo podría explicar, pero gastar miles de millones en comprar tanques mientras vemos como manadas de inmigrantes asaltan las vallas fronterizas de Ceuta o Melilla y se permite que echen cal viva a los pobres guardia civiles que la custodian es denigrante. Como denigrante es que se construyan tantos AVES y aeropuertos sin necesitad para atender el transporte
Menos cosas y empleos que benefician a los amiguetes y clientes (pero no al global de la sociedad) y más personal sanitario, investigadores, bomberos, personal de salvamento, personal para cuidar a personas de la tercera edad, etc. esto genera empleo, añade valor a la economía y hace la vida  mejor al global de la población.
Nada va a cambiar por sí solo, como mucho los políticos harán cambios cosméticos para que se sigan beneficiando siempre los mismos. Que no nos engañen ni nos engañemos a nosotros mismos. Hay que pedir responsabilidades para que los dirigentes se acostumbren a trabajar bien y con responsabilidad. Hay que exigirles que administren bien y con transparencia el dinero que aportan los contribuyentes. Hay que exigirles que rindan cuentas, que expliquen cómo van a hacer lo que pretenden y prometen y que presenten las facturas (figurado).