jueves, 9 de abril de 2020

Las ínfulas siguen escondiendo nuestra realidad

Ahora todo son mensajes de "paz, amor, unidad…” para que podamos vencer la adversidad todos juntos y podamos volver pronto a la rutina sin que nadie se quede atrás. Pocos quieren ver que mucha gente ya se ha quedado atrás y menos admitirlo en público: ¡antes partida que doblada!.

Si al menos, cuando salgamos del bache se produjeran cuatro cambios me daría por satisfecho: 

1- Valorar lo que funciona bien de nuestro sistema económico y social. 

2- Exigir que nos gobiernen personas preparadas capaces de rendir cuentas. 

3- Valorar a los científicos e invertir en ciencia, investigación, servicios básicos de salud y educación.

4- Que todo lo anterior se haga con criterios objetivos (expertos en las diferentes materias y no sujetos a criterios políticos) y se trabajara de forma responsable eficiente.

Si tuviéramos más empresarios y menos “redistribuidores de la nada” que además de no aportar ningún valor añadido “cobran comisión” por todo, nuestro país si podría llegar a ser una potencia mundial.

Desde hace décadas, aquí se lleva premiando el “nadismo”, el aportar poco valor, la mediocridad y sobre todo la cobardía y el ser un pelota ... y eso pasa en nuestra política como reflejo de lo que pasa en la sociedad incluidas empresas grandes y medianas... En las pequeñas no pasa tanto porque no se lo pueden permitir. Los autónomos si no trabajan, quiebran y allí, la selección natural elimina a todos los que pretenden vivir del cuento. Por desgracia no sucede lo mismo en algunos sectores públicos.

Los amigos de lo ajeno, los mediocres criticones incapaces de crear riqueza, solo saben crear envidia y mala baba… la ignorancia y la envidia nunca fue una buena combinación y en nuestro país, estas dos cualidades no positivas, siempre han estado muy extendidas. Estamos rodeados de mucho parasito social viviendo de “solidaridad impuesta” y no me refiero solo a algunos políticos insuficientemente preparados y cargos de confianza inútiles para otra cosa que no sea adular al mandamás de su camada política.

Solo con que no destinaran ni un euro a sus asociaciones, entes, etc. que sirven mayormente para fomentar y mantener el voto cautivo, casi podríamos quitarnos la deuda que nos somete a la voluntad de los prestamistas.

Para tener más emprendedores es necesario que haya seguridad, buena tributación y condiciones de mercado. Con las ideas de algunos dirigentes que no han emprendido nada en su vida es muy difícil crear nada excepto ruina, hambre, miseria y expolio fiscal.

Dicen que teníamos que haber aplicado estrategias que han demostrado ser exitosas como Corea frente a la pandemia del Covid-19. 

La realidad ha demostrado que en España es enormemente difícil poner en marcha laboratorios, producir tests, respiradores, EPIS, etc. de forma masiva, porque nuestros parques tecnológicos/industriales son un erial lleno de calles urbanizadas y naves vacias, eso sí, en unos lugares mucho más que en otros. La regulación legal tampoco ayuda. 

La consecuencia de depender de terceros es que tenemos que importarlo todo y para ello es necesario saber negociar, competir, tener dinero para comprar lo que necesitamos y tener tener credibilidad y reputación de buenos pagadores de la que estamos faltos. Los hechos lo atestiguan. Sobran los que están sobrados de soberbia, altivez, presunción y petulancia, y faltan los que tienen iniciativa para emprender, capacidad de trabajo y responsabilidad. Sobran cigarras y faltan hormigas.

No es mérito nuestro haber nacido en un país con muy buen clima. Hemos tenido esa suerte de nacer donde hemos nacido y de tener unos antepasados, agricultores y ganaderos que supieron como trabajar para llegar a producir buenos y variados alimentos, a pesar del poco apoyo que han recibido de los gobiernos; recordemos que hace poco salían a protestar por n-sima vez porqué no podían mantener sus explotaciones agrarias y ganaderas. También tenemos mucho amor propio, mucho orgullo y muchas ínfulas, pero sólo hemos sabido o podido devenir en “un parque temático low cost” que debe competir por precios con países como Turquía, Grecia y el norte de África.

Hace generaciones que éramos un país de emigrantes. Después de la guerra civil muchos emigraron por razones políticas, después de emigraron para sobrevivir, más tarde siguieron buscando trabajo temporal fuera, en las fábricas alemanas, en la campaña de la vendimia y del talco en Francia y más tarde para mejorar porque se podía conseguir mejor en otros países que en el nuestro. Desde Europa nos ayudaron con subvenciones para que pudiéramos mejorar nuestro sistema productivo, pero no supimos o quisimos hacerlo. La culpa es muy negra y nadie quiere admitirla. Dejémoslo en que entre todos la mataron y ella sola se murió, pero lo cierto es que muchos de nuestros científicos mas brillantes, de nuestros médicos y profesionales más exitosos han tenido que buscar su oportunidad fuera de nuestras fronteras porque a pesar de que nos creemos uno de los mejores países del mundo, las mejores universidades, laboratorios de investigación y empresas punteras NO están dentro de nuestras fronteras. Esa es la realidad por mucho que nos digan que tenemos el mejor sistema bancario del mundo y la mejor sanidad del mundo y la mejor democracia del mundo. NO es así; solo es propaganda política.

Ojalá que descubrir las múltiples carencias de nuestro país, que la crisis del Covid-19 ha puesto de manifiesto, abra los ojos a los españoles, se dejen de corporativismos y politiqueos y se determinen a cambiar muchas cosas; en primer lugar la dependencia de las demás regiones y de los demás países. 

Vivir de la “solidaridad d los demás” puede ser muy cómodo o descansado, pero para conservar un mínimo de dignidad y hacerse valer ante los demás, primero hay que demostrar la propia valía, la autosuficiencia y qué se es capaz de aportar al conjunto de la sociedad. Sólo así estaremos en disposición de participar de tu a tú en la escena Europea e internacional.