miércoles, 16 de diciembre de 2015

Si fuimos tan grandes, ¿porqué somos tan pequeños?

Hubo un tiempo en que, al decir del oficial almogávar Ramón Muntaner, cronista de la Gran Companyia Catalana d’Orient, los peces que surcaban el Mediterráneo llevaban las cuatro barras de Catalunya y Aragón grabadas en el lomo. Entre los siglos XIII y XV, el dominio de la corona catalano-aragonesa se extendía por Córcega, Cerdeña, Sicilia, Nápoles, Atenas… y los almogávares, guerreros mercenarios de una extraordinaria ferocidad, eran la punta de lanza de esta expansión impuesta al grito sangriento de “¡Desperta, ferro!”.
En el reinado de Felipe II de España, (apodado el Prudente) el Imperio Español estaba extendido en ambos Hemisferios y por ello “nunca se ponía el sol”, porque cuando se ocultaba por el oeste, ya había vuelto a salir por el este. Los dominios de Felipe II, al momento de heredarlos de su padre Carlos V, eran: tierras europeas, africanas, americanas, oceánicas y asiáticas, a saber: 
· Europa: Toda la Península Ibérica, Italia —Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Milanesado—, Países Bajos —Holanda y Bélgica— y Franco Condado. Fue asimismo Rey de Inglaterra, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.
· África: Orán, Bujía, Túnez, Melilla, Islas Canarias. 
· Insulindia: las islas Filipinas. 
· Oceanía: varios archipiélagos de la Micronesia. 
· América: Desde México hasta el Paraguay y el Plata. 
En España, durante los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II, hubo un apogeo cultural y económico que alcanzó prestigio internacional. Siglos mas tarde, los historioradores bautizaron ese periodo como “Siglo de Oro”. Cuanto provenía de España era a menudo imitado; y se extendió mucho el aprendizaje y estudio del idioma castellano. Las áreas culturales más cultivadas fueron la literatura, las artes plásticas, la música y la arquitectura. El cultivo de las humanidades fue más extenso que profundo y de matiz más divulgativo que erudito. La pasión por la excelencia nunca ha sido fuerte por nuestros lares; siempre hemos sido aprendices de mucho y especialistas de poco. Más de letras que de ciencias.
El saber se acumuló en las prestigiadas universidades de Salamanca y Alcalá de Henares y las ciudades más importantes de este periodo fueron Sevilla, por recibir las riquezas coloniales, y a los comerciantes y banqueros europeos más importantes y Madrid, como sede de la Corte.
En el Renacimiento, Europa fue la cuna de la innovación y del progreso en el mundo.
La llegada del Barroco cambió por completo la mentalidad renacentista del humanismo. La visión de la vida se volvió pesimista y todas las perspectivas desembocaron en el desengaño. El oro de América se había evaporado y poco había quedado. ¿Les suena de algo? La historia siempre se repite y aunque la apariencia sea distinta, el trasfondo es similar.

En la época de la Revolución Industrial, Europa volvió a realizar la hazaña y colocarse a la cabeza de la innovación y el progreso mundial, pero en el último medio siglo parece que sus mecanismos se han oxidado. Ha pasado relativamente poco tiempo, pero Europa ha perdido mucho fuelle y en los países mediterráneos, más que en los del norte.
En nuestra querida Iberia, cuando parecía que después de años de paz y “prosperidad”, habíamos conseguido olvidar las viejas lacras, la última recesión golpeó con fuerza a las gentes de nuestro país. Muchos jóvenes bien formados han tenido que buscar fuera las oportunidades que se les negaban en España. 

De todas formas, no tenemos porqué exhibir tanto pesimismo, porqué aunque nos parezca que nunca hemos vivido tiempos peores que los actuales, los más ancianos de ciertas regiones españolas, que hace siglos vieron florecer brillantes culturas, cuentan a sus nietos que desde que tienen uso de razón siempre han visto en sus pueblos crisis, sequía, paro y emigración, hacia el resto de regiones de España y hacia el extranjero. 
En la última década, ante la falta de perspectivas de estabilidad en el empleo y ante la imposibilidad de encontrar un trabajo “de lo suyo”, casi un cuarto de millón de jóvenes españoles han emigrado. La mayoría respondían al perfil: “Hombres y mujeres, en torno a los 30 años, con estudios superiores y políticamente activos y críticos con la gestión de los partidos tradicionales”. Este dato oficial de altas de españoles en los consultados extranjeros, no reflejan todas las salidas. Si se consultan las estadísticas de entrada de personas de nacionalidad española en los países de destino, durante los años de la crisis (2008-2012), se detectan alrededor de 700.000 personas, lo que casi triplica las cifras oficiales.

En nuestra cultura mediterránea solemos usar nuestra acreditada creatividad para buscar excusas y escaquearnos de las obligaciones, para culpar a otros de nuestros errores, para encontrar razones que justifiquen el porqué no se puede hacer algo. Mucha imaginación para “no hacer”, para conseguir que otro aprenda por nosotros, trabaje por nosotros, elija por nosotros,… decida y vote por nosotros y gobierne por nosotros. Desconozco la razón, pero nos resistimos a usarla para buscar el camino más eficiente de conseguir objetivos y retos cada vez más difíciles. 
Está claro que me refiero a comportamientos mayoritarios y que hay personas que no fomentan esta cultura general e intentan cambiar las cosas. Por desgracia, como es muy difícil luchar contra corriente, la mayoría terminan por adaptarse, envileciéndose y bajando su perfil. Sólo una minoría deciden arriesgrse, dejar a sus amigos y familias, sacrificarse y emigrar.

Aldous Huxley dijo: “Existe al menos un rincón del Universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo”. Efectivamente, no hay hombre bueno que no pueda ser mejor, ni tampoco hombre malo que no pueda ser peor. “Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías. Breve y eficaz por medio de ejemplos”, dijo Séneca. La cultura ambiental influye mucho, el autocontrol en relación a la prudencia y la temeridad son fundamentales y la actitud personal ante los retos es determinante. 
Todos tendríamos que aprender desde pequeños, que tras cada decisión que tomemos y la correspondiente acción, reacción y consecuencias que experimentamos, debemos dedicar unos momentos para analizar como nos hemos sentido. ¿Hemos sufrido o estamos satisfechos?. Si tuviéramos otra oportunidad, ¿Volveríamos a tropezar con la misma piedra o mejoraríamos nuestra actuación? 
Si hubiéramos aprendido a dilucidar si nos conviene volver a actuar de la misma forma o no, experimentaríamos el valor del autocontrol para poder dirigir nuestra conducta en el sentido deseado. Para aprender a priorizar y cumplir las tareas cuando corresponda, en lugar de escoger las alternativas más tentadoras o fáciles. Todos necesitamos marcarnos objetivos, experimentar en la práctica y recibir refuerzos positivos y supervisión, para reforzar nuestro autocontrol.
Deberíamos también aprender a descubrir y valorar nuestras cualidades de forma realista, a tener iniciativa y experimentar, a mostrarnos seguros en nuestras decisiones para poner en marcha iniciativas y proyectos, a espabilarnos solos, a mejorar nuestra autoestima viviendo a gusto con los talentos que tenemos, e interiorizando todo lo positivo de nuestra personalidad. Nada ganamos con envidiar (deporte nacional) los talentos y las riquezas ajenas, ni poniendo excusas para no hacer algo; eso sólo mina las rutinas diarias.
Deberíamos ser realistas y conocer nuestros puntos débiles o limitaciones para mejorarlas, aunque siempre es mejor no olvidarnos de valorar nuestras cualidades físicas, intelectuales, sentimentales y sociales, para perfeccionarlas cada vez más. Como dicen los pedagogos: “Usa el bolígrafo rojo con prudencia y se generoso con el amarillo para resaltar los aciertos y motivar”. 

La acelerada “digitalización” de nuestros entornos está expulsando gente del progreso que habían conocido nuestros padres. Hace sólo cien años, los jóvenes soñaban con poco más que seguir el ejemplo y el trabajo de sus padres o como mucho, de sus vecinos próximos. La inmensa mayoría nacían, trabajaban y vivían en el mismo pueblo. El futuro era bastante previsible para la inmensa mayoría y las personas aprendimos a protegernos de forma natural contra los cambios. 
Primero la industria y la mecanización empezaron a cambiar esta forma de vida y la digitalización acelera cada vez más el cambio. Los “ciclos” ya no se cuentan ni siquiera por generaciones, cada vez son más pequeños. Pese a todo, en nuestro interior seguimos sintiendo una aversión natural por todo lo que amenace cambiar lo que consideramos “nuestra forma de vida”. El “proteccionismo” es una defensa natural del hombre, pero es muy difícil de parar el avance de la tecnología, porqué la tecnología no es mala en si misma. Su bondad o maldad reside en quien la use y para que la use. Una misión espacial puede servir para descubrir un elemento que permita producir más alimentos y erradicar el hambre de la Tierra y también para desarrollar otro que pueda emplearse en una guerra bacteriológica. Todos podemos estar de acuerdo en que los avances científicos y tecnológicos han permitido que más personas vivan en el mundo, y durante muchos más años. Seguro que a todos nos gustaría que nadie tuviera que soportar los aspectos colaterales, menos deseables, de este llamado “desarrollo científico-tecnológico”. Un arma puede servir tanto para defender a un niño de una fiera que quiere comérselo, o para que un policía defienda la libertad de la mayoría, y otros pueden usar la misma arma para acabar con vidas inocentes. Todo depende de los valores éticos aceptados en cada sociedad y del respeto por esos valores éticos que tengan los demás. 

Otro efecto colateral del avance tecno-científico es que ya no basta con estudiar de joven, lograr un título universitario, ganarse una buena reputación laboral, firmar proyectos y cobrar minutas in eternum. Hoy es imprescindible reciclarse y adquirir nuevos conocimientos continuamente, porque todo cambia cada vez más rápidamente. Por ello todos, no solo los especialistas, necesitamos mantenernos empleables o útiles, para ser capaces de superar los diferentes retos que nos vayamos encontrando a lo largo de nuestra, cada vez más, dilatada vida. Por supuesto, esto requiere voluntad, esfuerzo y perseverancia por parte de cada uno de nosotros. Unos podrán más y otros menos, pero todos deben “querer poner de su parte” para que la sociedad funcione. Dependiendo de los valores políticos que acepte cada sociedad o país (más liberal o más socialdemócrata) incidirá más en un aspecto u otro. Lo que no puede funcionar a la larga es que unos trabajen y otros vivan del cuento porque según ellos no son tan listos, valientes, ¿trabajadores? o porque no tienen tanto amor propio y sentido de la responsabilidad, para entender que la solidaridad no es para siempre, y que todo el mundo puede aportar su grano de arena si pone voluntad en el intento. Es sabido que los malos pagadores son buenos cobradores. ¿Será que los que así actúan no son solidarios y les gusta más recibir que dar?. 

La cultura de cada comunidad es decisiva a la hora de hacer frente al avance tecno-científico. En unos países se entiende como políticamente correcto equilibrar a la gente por arriba. ¡No es bueno discriminar! ¡Todos tienen salir de la escuela con “título”!. En otros se ve mejor equilibrar las oportunidades de partida y que sea la voluntad del individuo la que le permita llegar más o menos lejos. Llevado al límite, en USA se respira una atmósfera competitiva extrema y un darwinismo exacerbado. Allí la oferta universitaria es muy diversa. Cuentan con universidades “normales” y con los más reputados centros educativos del mundo. Hay famosas Universidades de “élite” y con ánimo de lucro en las que pueden conseguirse “títulos exclusivos”. En los últimos años, parece que cada vez hay menos mercado para estos “títulos exclusivos”. Esto hace que los estudiantes, cuyas familias no puedan pagar los gastos y deben pedir un “crédito de estudios”, tengan cada vez más dificultades para poder devolverlos, por muy brillantes que sean profesionalmente y por muy exclusivo que sea el título obtenido. 
También hay universidades sin ánimo de lucro, como por ejemplo el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) donde se ofrecen muchas becas para fomentar la “meritocracia” y los recursos para su funcionamiento se generan internamente. 
Unos de los principales valores que defiende el MIT es la “meritocracia”. Se valora a los individuos, más que por los títulos que posean (hay varios Premio Nobel) y por el cargo que ocupan, por la ilusión y determinación que pongan en generar ideas, por los resultados que consigan y por su contribución a la comunidad.
En el MIT, los estudiantes e investigadores compiten contra si mismos y aprenden a trabajar en equipo porqué se sienten integrantes de un proyecto interesante, motivador y enriquecedor. No asocian la solidaridad a un sentimiento de compasión o de lástima, ni siquiera a la buena conciencia ni a ninguna obligación social respecto a otra persona, que no ha tenido la misma suerte que ellos y lo está pasando mal. Lo de “suerte” no lo malinterpreten, porqué cada uno de los estudiantes del MIT tiene una historia relevante de capacidad, inteligencia, esfuerzo, perseverancia, ilusión y renuncia a muchos “comportamientos cómodos”. Su solidaridad la ejercen compartiendo sus conocimientos y sus descubrimientos, para que toda la sociedad pueda vivir mejor.
El catalán Israel Ruiz estudió Ingeniería en la UPC de Barcelona y trabajó como ingeniero en Hewlettt-Packard y Nissan Automotriz. Posteriormente, se trasladó a USA con su mujer y obtuvo un Master en la Sloan School of Management del MIT. Empezó a trabajar en el MIT en 2002 como Manager of Financial Planning and Analysis. Ocupó varios cargos hasta que en 2011 fue nombrado Executive Vice President and Treasurer (EVPT) of the MIT. Su responsabilidad es lograr la estabilidad financiera, que asegura la continuidad y calidad de la misión académica de educación e investigación del MIT. Este barcelonés es el máximo responsable de gestionar unos activos financieros de más de 18000 millones de USD más otros 3100 millones de ingresos operativos anuales y otros 5000 millones más de presupuesto. Es el responsable del desarrollo de la estrategia financiera, operaciones y presupuesto de capital, la planificación, la emisión de deuda, y la integridad de la información financiera. También es responsable de los recursos humanos, sistemas de información, la seguridad en el campus, la sostenibilidad, los servicios médicos, instalaciones y operaciones. Como Tesorero del MIT Corporation, el EVPT es el directivo responsable de la gestión y administración de los recursos de la Corporación.
Es lógico pensar que estas responsabilidades sólo puede asumirlas una persona con unas cualidades sobresalientes, porqué a diferencia de algunos políticos que pueden tener poder de decisión sobre capitales incluso mayores, en el MIT se exigen resultados y excelencia en la gestión y en la dirección. Totalmente distinto de lo que sucede en España con ciertos políticos que campan a sus anchas, muchas veces asesorados por mediocres y sin que asuman ninguna responsabilidad por las innombrables pifias que cometen, tanto conductuales como económicas.
En los últimos años el MIT ha invertido mucho en diversos proyectos relacionados con plataformas de educación on line, en una joint-venture con Harvard. Han volcado en la red multitud de “contenidos básicos” para globalizar el conocimiento y proporcionar libertad de horarios y de sitios, desde donde poder seguir unos estudios de gran calidad. Estas plataformas también las usan los estudiantes que asisten al campus del MIT. Primero estudian los contenidos en la red y luego van a clase para discutirlos, aclarar dudas y hacer sugerencias. Este es un sistema de estudio que optimiza el uso del tiempo del profesorado, las instalaciones y los laboratorios y que se ha demostrado que acelera el proceso educativo de los estudiantes. Además, este proyecto también ha reforzado la misión del MIT a largo plazo: Reclutar el mejor talento allí donde esté. Por ejemplo, en los 154 años de historia del MIT se graduaron cinco estudiantes procedentes de Mongolia. En menos de una década que llevan implantadas estas nuevas plataformas on line, ya se han graduado nueve. 
Para asegurarse que se capta el mejor talento, el MIT favorece que los estudiantes de todo el mundo puedan acceder a la plataforma virtual del MIT y así calibrar sus conocimientos y logros con otros competidores, no sólo de su universidad, país o continente, sino de todo el mundo. Para seguir estudios en el MIT se precisa, no solo gran capacidad y habilidad, también es necesario optimismo y muchas ganas de mejorar continuamente, para vencer todas las barreras y dificultades que se encuentran en el camino hasta alcanzar la excelencia.
El MIT, además de recursos económicos y humanos precisa de todos sus miembros una fuerte convicción por enseñar con énfasis los valores de liderazgo, integridad, meritocracia, transferencia de conocimientos, innovación y también los valores éticos asociados a los avances tecnológicos y científicos. Los profesores, investigadores y todo el personal del MIT los inculcan y modelan desde arriba para que los alumnos los aprendan y los practiquen en sus futuros trabajos y les ayuden a conseguir sus objetivos de la forma más eficiente.

El modelo americano de inmigración ayuda mucho a conseguir la “excelencia” porqué potencia a los mejores. Los inmigrantes más buscados y valorados en USA son personas que ponen el énfasis en “mejorar” y “triunfar” sin que importe el sacrificio necesario para conseguirlo: Oportunidad y medios para desarrollarse a cambio de inteligencia y esfuerzo. Una visión que prima la colaboración entre personas en lugar de una solidaridad mal entendida que elige “acoger” a los pobres que huyen de sitios pobres, insalubres o en guerra, para encontrar otro sitio donde haya más protección de los “derechos” para poder vivir mejor. Un sistema intermedio es el que ha protagonizado Alemania con los primeros refugiados Sirios. Se afanaron en aceptar los primeros miles porque eran gente con estudios y posibilidades económicas que huían de su país porque en los últimos años se había hecho imposible vivir ahí, no porqué no tuvieran allí oportunidades de desarrollo antes de la guerra.
La crisis económica subprime y de desempleo que sufrió Estados Unidos hace 5 años (por supuesto en nada comparable con la española) contribuyó a incrementar las posibilidades de que más trabajadores extranjeros obtuvieran empleo en USA. Grandes empresarios manifestaron que el país estaba educando y entrenando a algunos de los mejores profesionales del mundo, pero la dificultad de conseguir un visado les obligaba a regresar a su país de origen, que salía beneficiado. Por otro lado, las compañías locales denunciaban que los demandantes de empleo americanos no cumplían los requisitos necesarios, un problema que podrían solucionar con profesionales de fuera. Así que un legislador Republicano presentó un proyecto de ley para emitir hasta 10.000 permisos de residencia cada año para profesionales con títulos superiores de universidades americanas.

Desde pequeño he oído decir “una flor no fa estiu, ni dues primaveres” o “una golondrina no hace verano”, dando a entender que no se puede deducir una regla o norma general de un solo caso o que un indicio no basta para asegurar algo, sino que se debe observar si se produce con cierta frecuencia o regularidad. De vez en cuando surgen personas con unas características que toman la decisión de emigrar a otros lugares, donde piensan que hay más igualdad de “oportunidades de partida” para poder desarrollar sus inquietudes. Contra lo que pueda parecer de sentido común, estas “golondrinas” suelen aparecer más en entornos “pobres y difíciles” porqué el que se crece ante las dificultades y es capaz de superar las adversidades, sin sentarse en el suelo alargando la mano para pedir, fabricará los “anticuerpos” que le darán ventaja a la hora de luchar contra la pereza y el desánimo y para vencer las adversidades, los retos y triunfar en lo que se propongan.

¿Qué piensan que pasa cuando estas personas consiguen sus objetivos?
Cuando a estas personas, que han emigrado y han triunfado en otros países, se les pide que regresen a España, ¿por qué piensan que desestiman la propuesta o no se la toman con mucho entusiasmo? 
En primer lugar pienso que es porqué es de bien nacido ser agradecido y estas personas seguro que están muy agradecidas al país que en su día los acogió y que a diferencia de España, valoró sus cualidades y les dio la oportunidad de desarrollar sus carreras profesionales.
Es cierto que mientras aquí no valoramos demasiado la marca España, —tampoco tenemos muy claro lo que es eso, porqué hay muchas comunidades diferentes en España— cuando nos encontramos en el extrangero todos nos comportamos como hermanos. El lugar de nacimiento siempre ocupa un lugar en el corazón de todos los emigrantes —en él se quedaron los padres, abuelos, vecinos y amigos de infancia y juventud, etc.— y por ello es lógico que piensen en retornarle algo de lo que esa sociedad les dio en su juventud. Claro que para hacerlo no es imprescindible volver físicamente al terruño, porqué también se puede ayudar desde su lugar de trabajo en el país que les ha acogido. Si su carrera se ha desarrollado en el mundo de la educación, la ciencia, la tecnología o la investigación, importa menos donde estás ubicado físicamente, que las redes de conocimiento a las que estas vinculado o tienes acceso. También hay que tener en cuenta que estas personas brillantes, las cuales han sido capaces de aprovechar las oportunidades y de alcanzar niveles altos en estas redes de conocimiento, son piezas difíciles de encajar en otros modelos organizativos. Por mucha personalidad y valía que uno tenga, a la larga, las inercias e idiosincrasias del espacio-tiempo donde estás, terminarán por influir en tu comportamiento y más si tienes un político garrulo que no toma decisiones acertadas. Nadie es capaz de nadar contra la corriente general y salir medianamente indemne en el intento. Además, siempre hay que recordar que en España, tal vez por envidia o incultura, hacemos siempre válido el que “nadie es profeta en su tierra ni en su entorno, porqué la ignorancia es muy atrevida y cuando a uno lo ven cercano, la confianza hace siempre que a uno lo valoren menos”.

Si han leído hasta aquí, me permito preguntarles:
¿Les gustaría tener un…
Instituto Tecnológico de Massachusetts en su ciudad?, 
Una universidad de prestigio internacional en su municipio?
Silicon Valley en su comunidad? 
Centro de Investigación de referencia en su país?
Un centro médico de prestigio internacional en su provincia?
Etc.
¡Ustedes deciden!. Pueden elegir entre: 
A.- Pedir a nuestros gobernantes que manden a nuestros mejores cerebros a aprender que y como lo hacen, los que han conseguido tenerlo, y que establezcan en nuestro país las condiciones para que puedan desarrollarse estructuras similares, o
B.- Seguir lamentándose eternamente porqué nuestros “cerebros” más brillantes nos dejan, después de invertir en su primera formación, esperando la conjunción astral propicia para que nos vuelvan a admitir en el paraíso terrenal.
©JuanJAS


Otras informaciones:

Algunos talentos de nuestro país que en su día emigraron

. Joan Massagué (director del Sloan Kettering Institute de Nueva York); 
· Jordi Galí (director del Centro de Investigación en Economía Internacional), 
· Joan Ramón Resina (Stanford University), 
· Carles Boix (Profesor de Ciencias políticas en Princeton University) 
· Valentin Fuster: Cardiólogo (Harvard y Mount Sinay - Clínica Mayo)
· Israel Ruiz (Vicepresidente y tesorero del MIT)
· Margarita Salas: Bioquímica y de la biología molecular.
· Mariano Barbacid: bioquímico y oncólogo - biología molecular
· Juan Carlos Izpisua: bioquímico y farmacéutico, experto en células madre.
· Adolfo García Sastre: virólogo - biología y patogénesis de los virus RNA.
· Rafael Yuste: neurobiólogo encargado de ‘descifrar’ el mapa actividad cerebral
· Rocío Sotillo: investiga cómo aparecen cánceres que aparentemente habían respondido bien al tratamiento y su relación con la inestabilidad cromosómica.
· José Luis García Pérez: investigador del centro GENYO

Apunte si conoce alguno más…


Financiación del MIT

Objetivo: Tener liquidez para poder enfrentar futuras crisis.

Ingresos:
·       40%  financiado por inversiones + dinero procedente de donaciones a perpetuidad +  donaciones a corto plazo
·       14% ingresos netos por matriculas de estudiantes descontadas becas.
·       30% rendimientos de las investigaciones vendidas por el MIT
·       16%  dinero generado anualmente por patentes + alquileres pagados por residentes en el campus.

El barcelonés Israel Ruiz es el vicepresidente ejecutivo y tesorero, uno de los principales funcionarios del MIT, junto con el presidente de la Corporación, el presidente y el secretario.
El cargo de Tesorero fue creado en 1861. El primer tesorero fué Charles Henry Dalton. Al igual que los demás funcionarios principales del Instituto, Dalton fue designado por un comité de nominaciones de cinco miembros. Se le acusó de mantener una relación de todos las donaciones recibidas y gastados por el uso del Instituto. Él estaba autorizado a efectuar desembolsos solamente sobre los vales, aprobado por el Comité de Finanzas, que también le aconsejó en el cuidado y la inversión de los fondos de la Corporación. Él tenía la obligación de informar a la Corporación semestralmente, o más a menudo, y al Instituto anualmente.
Las principales responsabilidades del tesorero incluyen la preparación del presupuesto anual, la supervisión de la compra y venta de valores y bienes raíces, gestión de pólizas de seguros de propiedad, hipotecas, arrendamientos y contratos de construcción, y la administración de legados y fondos de becas. Aunque el ecónomo manejó las finanzas de rutina del Instituto, en particular los problemas difíciles en cuanto a salarios, pensiones y becas individuales fueron remitidos al tesorero. En 1883, el tesorero fue nombrado por el Comité Ejecutivo.
En 1892 un subcomité ejecutivo, compuesto por dos miembros de la comisión, fue designado para ayudar al tesorero en la preparación del presupuesto. El tesorero solicitaría solicitudes de presupuesto anual de cada departamento académico, y el Comité de Presupuesto presentará recomendaciones para créditos presupuestarios para gastos departamentales y salarios al Comité Ejecutivo para su aprobación. Debido a su profundo conocimiento de las finanzas del Instituto, el tesorero fue nombrado rutinariamente a otros comités como el Comité del Fondo Tecnológico, desde 1.904 hasta 1907; el Comité de Sitio, formada en 1906 para encontrar una nueva ubicación para el campus del MIT; Income Fund, formado en el mismo año para asegurar los fondos para el proyecto; y la Consejería de Presidencia del Comité de Búsqueda, formada en 1907.
En 1906 el pago de los salarios y el endeudamiento autorizado de fondos se enumeran específicamente entre las responsabilidades del tesorero. En 1934 el agente financiero del Instituto Corporation fue nombrado por el Comité de Finanzas, de los cuales el tesorero era un miembro ex officio.
La creciente necesidad de que el Instituto recaude dinero para ampliar los fondos dotados y permanentes calificó las inversiones y rendimientos de los activos del Instituto como extremadamente importantes. En 1952 se reestructuró la administración superior de la Corporación para incluir tanto un vicepresidente financiero y un vicepresidente académico. Joseph J. Snyder, nombrado tesorero en 1950, se convirtió en vicepresidente y tesorero.
En 1973 el Comité Ejecutivo de la Corporación designó de nuevo las funciones del tesorero, separándolos de la gestión de las operaciones financieras que reportan al vicepresidente de relaciones fiscales (más tarde, el vicepresidente de operaciones financieras). El tesorero de la Corporación se convirtió en el único responsable de la administración y la mejora de los activos y las inversiones del Instituto. El vicepresidente de operaciones financieras tuvo la responsabilidad de Controller, Contabilidad, Finanzas, Oficina Fiscal, Laboratorio Lincoln, y la Oficina de Programas Patrocinados. Como resultado, el tesorero informó de manera conjunta en el Informe Anual del MIT al Presidente con el vicepresidente de operaciones financieras.
En 1974 la venta, transferencia, o la inversión de la propiedad Corporación se rigieron por las políticas y procedimientos establecidos por el Comité de Inversiones. Este comité estaba formado por el presidente de la Corporación y el tesorero, de oficio, además de cinco miembros y dos miembros rotativos de la Corporación y podría estar presidido por cualquiera de los nueve miembros. El tesorero estaba obligado a informar al Comité de Inversiones y el vicepresidente de operaciones financieras.
En 1986, el vicepresidente de desarrollo de los recursos se retiró, y las responsabilidades de ese cargo se transfirieron al tesorero titular, Glenn P. Strehle. Strehle luego se convirtió en vicepresidente y tesorero. Como tesorero, debía involucrarse en el cultivo y la solicitud de numerosos donantes importantes y fue responsable de la tramitación de donativos para el Instituto a través de la oficina del secretario de actas. Con el nuevo nombramiento, Strehle dedicó la mayoría de sus esfuerzos a la gestión del desarrollo de los recursos y el tesorero adjunto y director de inversiones, Allan S. Bufferd, asumió la responsabilidad del día a día de las operaciones de la oficina del tesorero.
En 1994 la administración de alto nivel del Instituto se reorganizó y Glenn Strehle se convirtió en vicepresidente de finanzas y tesorero. La Oficina del Tesorero se organizó en dos componentes funcionales: regalos de capital e inversiones. La Oficina de regalos capitales y Asuntos Jurídicos se hizo responsable de la gestión de los regalos de capital. La Oficina del Tesorero Adjunto de Inversiones se hizo responsable de la gestión de inversiones.
En 2004, la Sociedad Gestora de Inversiones MIT (MITIMCo) se estableció como una división independiente del Instituto para administrar la dotación del Instituto con la supervisión por parte del Comité Ejecutivo de la MIT Corporation. Allan Bufferd se convirtió en el primer presidente de MITIMCo en julio de 2004 y fue sucedido por Seth Alexander en mayo de 2006.
Con el retiro de Allan Bufferd en 2006, la función del tesorero se convirtió en parte de las responsabilidades del vicepresidente ejecutivo de finanzas y administración. Anterior vicepresidentes ejecutivos fueron John Curry (1998-2005) y Sherwin Greenblatt (interina 2005-2007).
Theresa M. Stone, miembro del MIT Corporation desde 1996, fue nombrado vicepresidente ejecutivo y tesorera. Le sucedió en febrero de 2007, Israel Ruiz, vicepresidente de finanzas y fue elegido vicepresidente y tesorero ejecutivo por el MIT Corporation el  14 de octubre 2011.

El vicepresidente ejecutivo y tesorero es director fiduciario del Instituto y es responsable de dirigir todas las funciones administrativas y financieras en el MIT, y trabaja con el presidente, la Corporación y los miembros del equipo directivo del MIT para asegurar que las finanzas, el capital del MIT y los recursos operativos sean desplegados de forma óptima ara apoyar la misión académica de la educación y de la investigación del Instituto. Los informes del vicepresidente y tesorero ejecutivos sobre la situación financiera del Instituto a los miembros en la reunión anual, o con mayor frecuencia si se determina que es necesario por el vicepresidente y el tesorero o solicitado ejecutivo por el Comité Ejecutivo.
El vicepresidente ejecutivo y tesorero sirve como miembro ex officio del Comité Ejecutivo y el Comité de Desarrollo y el Comité Ejecutivo del Comité de Desarrollo, como un oficio director de MITIMCo, y como miembro ex officio de la Corporación


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