jueves, 10 de julio de 2014

¿Se puede enseñar a la gente a manejar bien su dinero?

Oklahoma encabeza la lista para facilitar educación financiera después de la última recesión. La Oficina de Protección Financiera al Consumidor quiere ver estos requisitos de graduación similares en los 50 estados. 
A medida que se dispara la deuda estudiantil, miembros del Congreso USA han sugerido que una mejor educación de los consumidores es la solución, o al menos parte de ella. Se supone que las personas que saben más sobre el dinero son más propensos a ahorrar para la jubilación, tienen más probabilidades de tener un fondo de emergencia, y son menos propensos a hacer sólo los pagos, o hacer sólo los mínimos con sus tarjetas de crédito. 
Los graduados de secundaria en Oklahoma tienen que cumplir con los requisitos de educación de alfabetización financiera más estrictos del país. Los estudiantes tienen que demostrar su comprensión en 14 áreas diferentes en finanzas personales, desde el presupuesto familiar y la inversión básica a las consecuencias de los juegos de azar y la quiebra. Es un ambicioso conjunto de normas que muchos adultos no podrían cumplir ya. Hoy en día muchos adultos jóvenes no pueden responder a preguntas de finanzas personales básicas como estas:
  • Supongamos que tienes 100€ en una cuenta de ahorros y la tasa de interés es de 2% anual. Después de 5 años, ¿cuánto crees que tendrás en la cuenta si dejaste allí depositado el dinero: más de 102€, exactamente 102€, o menos de 102€?
  • Imagina que la tasa de interés en tu cuenta de ahorros es del 1% anual y la inflación es del 2% por año. Después de 1 año, serás capaz de comprar más, exactamente lo mismo que, o menos que hoy con el dinero de esa cuenta?
  • ¿Crees que la siguiente declaración es verdadera o falsa? “La compra de una sola acción de la compañía por lo general proporciona un retorno más seguro que un fondo de inversión de valores.”
¿Pueden ustedes? ¿Cuáles son sus respuestas?. Recuerden que más vale sonrojarse una vez que ser burro toda la vida.
Saber hacer derivadas o resolver integrales no es muy útil para la vida d ella mayoría d ellas personas, pero saber encontrar la respuesta correcta a preguntas como las anteriores si es necesario para todos. ¡¿O no?!. 
¿"Tener más cultura financiera (saber más sobre el dinero) facilita conseguir más ingresos? 
¿Es realmente posible enseñar a alguien a ser más rico o al menos a vivir con menos estrecheces económicas?
Hay estudios de la Universidad de Harward, entre otras, que concluyen que hay poca evidencia de que la educación en finanzas personales, recibida en la escuela secundaria, sea eficaz en relación al dinero y al esfuerzo que cuesta. Otras investigaciones apuntan que es mejor dar a la gente asesoramiento financiero en el momento que lo necesitan. Por ejemplo, antes de pedir un préstamo o asesorarse sobre planificación para la jubilación antes de hacer aportaciones a un plan de pensiones. El problema aquí es, como he alertado muchas veces, la dificultad de obtener información imparcial del vendedor de productos financieros; sea en nuestra oficina bancaria de toda la vida o peor aún por Internet, que está plagado de páginas que nos prometen grandes ingresos con poca inversión, pocos conocimientos y poco esfuerzo. Además, la protección del consumidor que ofrecen las entidades reguladoras estatales, como se comprueba una y otra vez, de estos productos, es prácticamente nula. El consumidor está muy indefenso en estos temas.
Mi opinión es que es bueno aprender unos conocimientos teóricos mínimos para no ser un analfabeto financiero. También hay que ser consciente que lograr una maestría en este tipo de materia no es suficiente para alcanzar una cierta independencia financiera. Es muy difícil conseguir que la gente cambie sus hábitos de toda la vida en el uso del dinero y el gobierno de sus finanzas personales. Sería fantástico tener la capacidad de ganar mucho dinero, pero si pudieran pedirle algo al "genio", mejor pídanle sabiduría para administrar el poco o mucho que cada cual gane y conservar el mayor porcentaje posible, para poder emplearlo cuando sea realmente necesario. Mejor aún si, en lugar de dejar sus ahorros durmiendo en un depósito bancario, los ponen a trabajar para que rindan dividendos que ayuden a su objetivo final de independencia financiera.

Los hábitos adquiridos desde la niñez, al observar el comportamiento de nuestros familiares y de nuestro ámbito social, son muy relevantes. Es muy importante entender la importancia real que tiene el dinero en nuestra sociedad. Aprender a ganarlo, aprender a usarlo en cosas necesarias en el momento adecuado, aprender a conservarlo, aprender a incrementarlo. Mucho más que cualquier otra cosa que puedan aprender en la escuela o en los libros.
En la escuela les han explicado a todos los jóvenes que el tabaco es perjudicial para su salud y si alguna vez alguien lo olvida y gasta dinero en comprar una cajetilla, antes de sacar el pitillo, ven letras y fotos horrorosas que les recuerdan que inhalarán veneno. Aún así, muchos fuman una y otra vez hasta que quedan enganchados y no tienen la suficiente voluntad para dejarlo.

Pedir un préstamo personal para consumo es perjudicial para nuestras finanzas personales y aún así, mucha gente lo pide. El vendedor de su oficina bancaria les recuerda que tienen que devolverlo con altos intereses (también lo pone en la letra pequeña del contrato) y aún así, mucha gente lo pide y firma todo lo que les ponen por delante. El problema, llega cuando tienen que pagar más de lo que ingresan. Entonces vienen las quejas porqué "¿han sido engañados?". Deben refinanciar deudas, la bola de nieve cada vez se hace más grande, la soga cada vez aprieta más, afloran los problemas de convivencia, involucran a toda la familia, amigos, etc.
El mismo ejemplo podríamos explicitar para los hábitos alimenticios, de salud, etc.
Los conocimientos en todas materias son muy necesarios. Son los cimientos; pero no bastan por si solos. Es fundamental sumarles una buena educación familiar, desde la niñez, que implante hábitos de conducta que faciliten un estilo de vida, ejecutable a largo plazo inconscientemente y sin un esfuerzo extraordinario, “saludable” en el aspecto más amplio del término.

©JuanJAS

2 comentarios:

Rosa M Torrent dijo...

Cada vez que alguien me ha contado que ha agrupado sus deudas y refinanciado, a mí se me han puesto los cabellos como escarpias. Tienes mucha razón, la enseñanza en el seno de las familias es utilísima pero veo muy acertado impartir conocimientos en la escuela. El ejemplo familiar no siempre es el adecuado (y sé de lo que hablo). No hace mucho tuve la fortuna de escuchar de una jovencísima muchacha que su padre le había insistido siempre: "no importa si ganas 10, 100 ó 1.000; sean cuales sean tus ingresos has de guardar siempre el 25%; como si no los tuvieras".

JuanJAS dijo...

Con la crisis se han puesto muy de moda los “libros de autoayuda financiera”. Se escriben multitud de artículos en periódicos, blogs, etc.
Pero lo de ahorrar y “págate primero a ti mismo” es viejísimo. De pequeño me contaba mi abuelo la historia de una mujer analfabeta que llegó al pueblo desde Andalucía en la primera emigración antes de la Guerra Civil:
“La Manuela llegó con su marido y 3 hijos de cortísima edad. Su marido se puso a trabajar de peón en la construcción de una presa. El sábado cobraba y se pasaba por el bar. Después de varias rondas invitando a los amigos la semanada se reducía sustancialmente. La Manuela, analfabeta pero muy lista por necesidad, pronto convenció al marido que el dinero que ganaba con mucho sudor debía destinarlo a la familia y que se lo entregara a ella para que lo organizara. ¿Cómo lo hacía? Con el dinero hacía 10 montoncitos (uno para cada día de la semana). Dos de ellos los ponía en un bote que guardaba celosamente en un escondite. De los restantes, gastaba uno cada día y si podía ahorrar algo lo ponía en el bote, pero nunca, ¡nunca! Gastaba más de un montoncito cada día.
Resultado: De realquilados en un establo, pasaron a un pisito, después alquilaron otro más grande, mientras sus hijos crecieron limpios y suficientemente alimentados y fueron a la escuela hasta los 14 años. Compraron varios pedazos de tierra conde cultivaron avellanas, almendras y viña. Más adelante con el dinero ahorrado y la ayuda de dos de sus hijos se construyeron una casa grande y espaciosa que para Manuela era un palacio.
Nació en un familia pobre de solemnidad. No siempre tuvo que comer. Se casó y tuvo que emigrar a una tierra extraña para sobrevivir y aún con todo ello, se espabiló, gobernó su casa con prudencia, crió a sus hijos, les dio la mejor educación que pudo, les enseñó el valor del trabajo y del dinero y de mayor pudo vivir con holgura y disfrutar lo que ahorró durante toda su vida.”

No es una batallita de abueletes. Han pasado muchos años y Manuela hace bastantes años que murió, pero yo la conocí y también a sus hijos y a sus nietos y puedo dar fe que esta historia es cierta.
Con esta experiencia, que nadie me diga que no puede llegar a fin de mes y menos ahorrar, porqué le mandaré leer esta historia y le mandaré buscar en su entorno. Seguro que algún abuelo le podrá contar casos similares. Basta con que le escuchen y se pongan manos a la obra.

( ejemplo de artículo de “Páguese a usted primero”: http://www.ganadineroytiempo.com/pagarte-a-ti-mismo-primero-8-secreto-para-lograr-el-exito-brian-tracy/ )