jueves, 12 de mayo de 2016

China ya no es lo que era

La Reforma Económica China que aplicaron los sectores reformistas del Partido Comunista Chino asombró al mundo. Se abrió el turismo, se celebraron unos juegos olímpicos, aumentaron increíblemente las exportaciones de productos manufacturados, hubo grandes trasvases migratorios del campo a las ciudades donde crecieron como setas los rascacielos más espectaculares, compraron mucha "deuda estatal" a los países occidentales... El "cuento chino" se transformó en un "cuento de color de rosa". Treinta años después, China fue ubicada en el puesto 140 entre los 179 países en el Ranking Mundial del Índice de Libertad Económica. 
Los años del auge de la construcción, entre 2004 y 2014, animaron a muchos a abrir fábricas de acero en la zona, alentados por generosos incentivos municipales. Muchas empresas se endeudaron para crecer y atender la demanda. China se convirtió en el mayor productor de acero del mundo. Hoy en día parece que el “cuento de hadas” está en peligro. Las medidas para combatir el exceso de capacidad empiezan a generar malestar en la población. La ralentización de la economía ha deprimido los precios —algunos tipos de acero han llegado a ser más baratos que la col, la verdura típica de los inviernos chinos— y ha minimizado la demanda. Muchas compañías se ven incapaces de devolver sus créditos.
Dentro de su programa de reformas, el Gobierno chino ha prometido que finalmente atajará la sobrecapacidad en sectores como el acero, el carbón, el cemento o el cristal, uno de los grandes problemas de su economía.
El primer ministro, Li Keqiang, ha advertido en enero que “China debería hacer un esfuerzo incesante en la reestructuración, eliminando capacidad obsoleta y prohibiendo que se construya nueva”. Sin embargo los gobiernos locales se resisten a perder esa fuente de ingresos. Muchas de las empresas que tendrían que reconvertirse son estatales, con intereses creados y numerosos empleados dependientes de ellas. Su cierre supondría aumentar las filas de parados y aumentar el riesgo de inestabilidad social. Todo un anatema para un régimen que apostó su legitimidad al bienestar cada vez mayor de su población y que ahora entiende que no es posible acometer un proceso como éste sin perder puestos de trabajo; no es realista. Los políticos que hacen falsas promesas se arriesgan a aumentar la temperatura de la inestabilidad social. Las pérdidas de empleo a gran escala en el sector del acero (más de 400000) pueden incrementarla, porqué las oportunidades de recolocación para estos parados son pocas. No tienen la cualificación adecuada y además tendrán que competir con 300000 soldados a los que Pekín va a licenciar como parte de la modernización de su Ejército o con las otras decenas de miles procedentes de otros sectores en los que habrá recortes.
El menor crecimiento económico en 25 años, la masiva fuga de capitales, inmensas deudas imposibles de cobrar y una fuerte caída de la Bolsa de valores, son algunos de los síntomas de que la economía del gigante asiático no anda bien. Las convulsiones macroeconómicas siempre generan turbulencias en otros ámbitos. 
Por si fuera poco, el enredo no es sólo económico porqué hay algunos micro acontecimientos, que tienen macro-implicaciones para China, su Gobierno, su población e, inevitablemente, para todos nosotros.
El aumento de la conflictividad ha llevado al Gobierno a reprimir fuertemente a los líderes de los trabajadores. Las organizaciones laborales chinas siempre han sufrido ataques sistemáticos y presiones del Gobierno (auditorías fiscales, violencia mafiosa, acosos policiales), pero últimamente la represión ha arreciado.
¿No les parece una cruel ironía que el Partido Comunista reprima a los trabajadores?
A pesar del férreo control sobre los medios de comunicación, las redes sociales e internet, han trascendido informaciones del tipo:
- Empresarios que se evaporan. En el último año, relevantes empresarios chinos han desaparecido y vuelto a aparecer días después o no, después de dejar una nota explicando que su suicidio se debía a que el organismo disciplinario del Partido Comunista lo estaba investigando por “razones personales”. Importantes empresarios han “desaparecido”, han dimitido súbitamente, han emigrado o han sido detenidos bajo la excusa de “lucha contra la corrupción”. Algunos explican veladamente que estas desapariciones sirven para eliminar posibles rivales y consolidar el poder.
- Libros de contabilidad que desaparecen. Ezubao, una de las casas de inversión más conocidas, prometía un 15% de rendimiento anual a quienes depositaran allí su dinero. Así lo hicieron 900.000 personas y perdieron 7.600 millones de dólares. La policía tuvo que usar dos retroexcavadoras para extraer de un hueco muy profundo 1.200 libros con la contabilidad de uno de los fraudes financieros más grandes de China. No el único.
- Editores, libreros y escritores desaparecen. Editores de empresas conocidas por publicar libros que son críticos con los dirigentes chinos, “desaparecen” de sus residencias y son “trasladados” para colaborar con la policía en unas “investigaciones”. La represión a los editores hace que los libros críticos desaparezcan y sus autores se exilien, se escondan o dejen de escribir.
- Las palabras y los números desaparecen. Hay una larguísima lista de palabras que no aparecen en los buscadores de Internet o que se borran al ser escritas en redes sociales. También se han desvanecido datos estadísticos indispensables para evaluar la situación económica. Otros han sido claramente adulterados.
En resumen: En China hay mucha censura, propaganda, ocultación de información, hostigamiento, encarcelamiento de disidentes, activistas, empresarios y quienquiera que proteste contra el régimen. Estas son algunas de las respuestas de Pekín a las consecuencias sociales y políticas de su crisis económica. Los gobiernos suelen agravar las crisis con sus reacciones y este es un ejemplo.

Parece que el submodelo iniciado en China en 1979 se ha agotado. La fábrica gigantesca a costes bajísimos de bienes para la exportación se ha acabado. Un tercio de las empresas se están sobre endeudando para cubrir los pagos de préstamos existentes corresponden a industrias con exceso de capacidad. Los rendimientos de los activos de las empresas estatales que dominan la industria pesada, son un tercio los que se observan en las empresas privadas y la mitad de las de las empresas de propiedad extranjera en China. A nivel mundial también hay un exceso de capacidad por lo que se acrecienta la reacción de las principales economías competidoras de la China, contra la ola creciente de las exportaciones industriales chinas. 
Y ahora, ¿qué va a hacer China? ¿qué va a suceder en el interior?. ¿Lo va a aceptar la población así sin más?. ¿Darán una patada hacia delante estimulando la demanda interna con el crédito, como se hizo en España después de entrar en el euro?
En el exterior, las consecuencias también pueden ser tremendas por la caída de la demanda de commodities y de exportaciones que dejará de comprar China.
El Gobierno chino está fomentando la consolidación entre las empresas estatales y se han fusionado empresas en las áreas de equipos de transporte marítimo y ferroviario. También se van tomando medidas duras como el cierre de empresas estatales no viables. Se han tenido que despedir cientos de miles de trabajadores y el malestar social aumenta.
Últimamente parece que los chinos están batiendo todos los récords de inversión exterior, también los de desinversión en China. Los empresarios chinos tratan de sacar todo el dinero que pueden de su país y colocarlo en otros: Comprar deuda gubernamental, bonos de grandes empresas occidentales, inversiones inmobiliarias (Wanda y el Edifico España en Madrid) etc.
El gobierno chino sigue invirtiendo en infraestructura sin parar. Hay estaciones de trenes que tienen una dimensión espectacular, pero sólo un 2% de ocupación. Ahora invierten en trenes de alta velocidad por levitación que atraviesan toda China por la costa y trabajan en la conexión de trenes entre China y Europa.
Al mismo tiempo en la Región Administrativa Especial de Hong Kong se están retirando algunos beneficios sociales: el acceso a las ayudas es cada vez más complicado y restringido y las personas jubiladas con poder adquisitivo no tendrán derecho a pensión. En pocos años, Hong Kong va a ser una ciudad exclusivamente para ricos porqué los que no tengan capacidad económica serán expulsados del sistema y no tendrán opción a permanecer en el territorio. Piensen que un piso de 30 o 40 metros cuadrados en las afueras de los nuevos territorios, cuesta como mínimo casi 4 millones de euros... imposible de pagar. Los alquileres de los locales han incrementado una barbaridad. Han cerrado muchos negocios tradicionales para dar paso a empresas multinacionales, bancos y joyerías. Si el local es propio es más rentable alquilarlo que montar un negocio. Si el local es alquilado ha subido muchísimo los alquileres y es impagable para negocios pequeños. Aún quedan viviendas antiguas que se pueden alquilar a un precio barato (200€/mes), un piso pequeño (12 m2). Es una situación muy dura. Llevan años con desalojos y derribos: Pagan una cantidad baja por la antigua vivienda y les ofrecen la entrada de un piso nuevo en la nueva edificación o una vivienda social.
El chino fue un modelo que combinó absorción de producción del resto del mundo aprovechando un sistema de Gobierno ultra intervencionista y sin libertades, con costes laborales deprimidos, a eso se fue añadiendo una mega burbuja especulativa basada en la construcción y en la Bolsa, a los que los que muchos chinos se han aficionado como si se tratara de apostar a las carreras. Un moderno juego de azar, aunque más peligroso.
Europa se está reindustrializando con base en la robotización y en la producción aditiva, y algo semejante está sucediendo en USA, y la burbuja china ya se está desinflando. Hong Kong seguirá siendo una zona especial, pero en el continente ...
China fue a romper y Occidente animó a que así fuese, ahora se acabó. Y China ni es Japón ni es Singapur para dar el salto a la fase siguiente.
Por eso, muchos ciudadanos están enviando a sus hijos a estudiar al extranjero. Así les facilitan la posibilidad de vivir en esos países una vez finalizados sus estudios.
Como siempre, los ricos pueden escoger y abandonan el barco en peligro, ¿y el resto?. Los que no pueden irse y tienen que quedarse en el continente… ¿Cómo van a vivir estos 1.300 millones de personas?. Con la represión, el gobierno puede intentar mantener el orden hasta un punto. Supongo que para alargar el tiempo, hasta que sea inevitable tomar decisiones drásticas. Por ello el Estado chino continua invirtiendo a un ritmo frenético en infraestructuras: para que la máquina no se detenga; pero eso también tiene un límite físico. Hace 50 años seguramente hubiesen puesto en marcha otra Revolución Cultural, pero ahora eso ya no vende. Todo cambia y cada vez más, los ciclos duran menos. 
Siempre que revisamos la situación económica mundial intentamos no ponernos nerviosos, pero motivos para estarlo los hay, y muchos. Claro que si se cierran los ojos y los oídos, muchos viven más tranquilos, pensando que lo que deba ser, será. 
El desconocimiento de los hechos no exime de sufrir sus consecuencias y elimina la posibilidad de prepararte en la medida de lo posible para atenuar los efectos desagradables. Es una opción personal que cada uno debe tomar.
©JuanJAS

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