miércoles, 14 de noviembre de 2012

14N - Huelga general

Hace tiempo que el gobierno español está tomado por “terceros”, (Bancos Alemanes, los mercados financieros, “troica”, FIM, etc.). El de Catalunya todavía tiene las manos más atadas. 
Los programas de subidas fiscales y recortes de gastos son necesarios para devolver las finanzas públicas al buen camino tras años de gastos excesivos. Aunque varios países han registrado brotes de violencia, hasta ahora no ha ganado fuerza una protesta regional coordinada y efectiva contra la austeridad, y los Gobiernos se han atendido en buena parte a las medidas que les han dictado los prestamistas internacionales. 
España está viviendo su segunda huelga general, en menos de un año, con expectativas de un alto seguimiento. El creciente descontento ciudadano por la persistencia de la recesión, las duras medidas de austeridad para reducir el déficit público, que repercuten principalmente en las clases medias y bajas con una tasa de paro récord, han movilizado, de nuevo, a ciudadanos más afectados. 
El gobierno puede hacer muchas cosas para repartir los reducidos recursos disponibles de forma más justa para la ciudadanía. Cargan los recortes exclusivamente en contra de los ciudadanos, del tejido productivo y de la clase media que poco a poco va desapareciendo.Sin embargo hacen muy poco por reducir la corrupción, por eliminar la gran “sangría dedocratica”, mantiene políticas que favorecen a los defraudadores y establecen medidas que favorece que cada vez haya menos personas dispuestas a pagar sus impuestos, cumplir con sus obligaciones y ser solidarias.
Es lógico y necesario que la ciudadanía proteste con firmeza por este reparto injusto de recursos y realice todas las acciones para obligar al gobierno a rectificar sus actuaciones. 
Dicho esto, ¿Que eficacia tiene hacer una huelga de la forma en que está propuesta por los Sindicatos?
Los que tienen la suerte de conservar su trabajo tienen dificultad para asistir a su lugar de trabajo. Los "piquetes informativos" hoy trabajan para impedir que los que quieren trabajar , porqué quieren o porque necesitan llevar a su casa recursos para pagar los gastos de su familia, puedan hacerlo. Los mismos piquetes hacen cortes de carreteras y de vías públicas  provocando que los ciudadanos tengan dificultades en desplazarse. De esta forma no pueden ir a las escuelas y recibir enseñanza, cultura, servicios médicos, etc. 


¿Quién es el que recibe las consecuencias adversas de la protesta? 
¿Las recibe la Troica?, ¡NO!
¿Las recibe el Gobierno?, ¡NO!
Los únicos que las reciben son los ciudadanos que ya están bien perjudicados. 
Las técnicas de la era industrial para protestar ya no son efectivas. 
En aquellos tiempos ya pasados, se conocía sin ninguna duda que es lo que se pedía y después de una negociación sin resultados satisfactorios, se hacía una huelga parando la producción y el consumo para que los empresarios respetaran los derechos de los trabajadores si querían dejar de sufrir pérdidas económicas. Ellos eran los responsables y ellos recibían principalmente el castigo si no atendían a razones. Ahora la industria española está en mínimos. El "enemigo" no son las pequeñas empresas, los autónomos, los profesionales liberales. Ellos también son trabajadores, que además arriesgan su patrimonio personal para desarrollar su negocio y mantener puestos de trabajo, pagar impuestos y colaborar al crecimiento de la economía. La paralización general no es el instrumento adecuado para que el Gobierno cambie su política equivocada e injusta. Recordemos lo que ha pasado en Grecia (Un montón de huelgas, creo que ya llevan 27 y siguen cada vez peor). 


En todo caso las protestas deberían atacar a los causantes de este desastre, bancos y cajas en connivencia con el poder político y mediático y no provocar deterioro a los que sufren: ciudadanos trabajadores, emprendedores y autónomos. Cuesta aceptar que estamos sufriendo algo mucho más complejo que una crisis normal y que gritando o parando las máquinas no vamos a resolver el problema. 

Mucho peor es hacer “huelga de consumo”. Quien lo haga, por qué es lo que siempre se ha hecho, es un inconsciente. No se ha enterado que el mundo ya no es lo que era. Tan difícil es entender que lo que nos falta es que la gente que pueda consuma. Máxime si consume productos fabricados en España o servicios ofrecidos por españoles en España. 

¿Que tendrá que ver parar un país (que no lo hará por que vivimos en entornos digitales) con lo que está pasando? Para protestar contra gobiernos y bancos, hay que ejercer presión al político y acometer acciones contra los bancos nunca contra los otros trabajadores. 
¿Por qué parar de trabajar? Trabajar más y mejor es lo que más necesitamos. Ahora más que nunca sería necesaria una huelga a la japonesa. No lo entiendo. Seguimos con nuestros malos hábitos que nos hunden cada vez más en el agujero.

Algunos partidos políticos (PSOE, PSC, IU, etc.) que están dentro del parlamento, han estado en el gobierno cuando se gestaba la gran crisis y por tanto con capacidad de influir directamente en los medios políticos autonómicos, españoles y europeos, apoyan la huelga general. ¡Vaya cinismo! Los Sindicatos que convocan acciones de otro tiempo y estos políticos que tenían responsabilidades de gobierno, ¿Dónde estaban cuando realmente se les precisaba?, cuando se estaba gestando este desastre monumental. ¿Dónde estaban? 
Acabo de oír por la radio: "Hoy estaba programado en el parlamento el debate de los presupuestos para el 2013 y parece que la huelga hace que el hemiciclo esté medio vacío". Seguro que estos presupuestos nefastos socialmente y mucho más para Catalunya, se aprobarán sin ningún problema y sin que el gobierno tenga que oír y menos atender, ninguna enmienda por parte de la oposición. Seguro que estos políticos que no han asistido al emiciclo a defender nuestros derechos perderán el tiempo colándose detrás de alguna pancarta para hacerse la foto. ¿Contra quien protestan estos políticos? ¿Contra ellos mismos? ¡Hay que protestar trabajando y haciéndolo más y mejor!. Podrían aprender de la fiesta de Sant Jordi que se celebra en Catalunya: primero se trabaja y cuando se termina la jornada se disfruta una de las fiestas más seguidas y queridas del país.
En el caso de que los sindicatos y sus afiliados estuvieran secos de ideas y hubieran decidido hacer lo mismo de siempre, se habría conseguido más apoyo popular si durante todo el día se trabajara más y mejor y se convocara una gran manifestación enfrente de las sedes del Gobierno, en los Parlamentos de cada país o en Berlín. Así, en persona unos y mediáticamente otros, quien debe enterarse, se enterarían sin ninguna excusa.
Estamos cansados de oír que “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Lo decimos, lo colgamos en Facebook, pero no lo practicamos y una buena idea, si no se lleva a la práctica, no sirve para nada. 

Los representantes de los trabajadores primero y a la cabeza, porqué su trabajo fundamental es la defensa de los intereses de los trabajadores y todos los ciudadanos también, debemos de hacer cosas que no nos perjudiquen a nosotros mismos ni a nuestros conciudadanos y si perjudiquen o amenacen de perjudicar a quienes nos producen los perjuicios y agravios y a quienes permiten que se sigan políticas injustas para la mayoría de la ciudadanía. No hay que soltar elefantes en una tienda de porcelana, hay que emplear otros instrumentos que seleccionen mejor el objetivo e incidan con fuerza en el mismo. 
Hay que gritar menos y pensar más. En lugar de perjudicar a nuestros conciudadanos hay que actuar directamente en y sobre los centros de poder y decisión. Estos centros de poder hace tiempo que dejaron de ser los empresarios y menos las Pimes, autónomos, profesionales liberales, tiendas, bares, etc. 
Evolucionemos en nuestra forma de pensar o llegaremos todos a la pobreza más absoluta.
©JAS2012

martes, 13 de noviembre de 2012

Los políticos son volubles

Las noticias que abren últimamente los telediarios y llenan páginas de los diarios me preocupan en gordo. Lo que se canta en el aria La donna è mobile, de la ópera Rigoletto de Giusseppe Verdi, está de plena actualidad. Basta con cambiar al sujeto de los versos de Victor Hugo por los “políticos” y verán ustedes …
El político es voluble, cual pluma al viento,
cambia de palabra y pensamiento. 
Siempre su amable, hermoso rostro, 
en llanto o risa, es engañoso. 
El político es voluble, cual pluma al viento, 
cambia de palabra y pensamiento. 
y de pensamiento, y de pensamiento. 
¡Siempre es desgraciado quien en el confía, 
quien le entrega, incauto el voto! 
¡Pero aún así, no se siente plenamente feliz 
quien de su pecho no beba amor! 
¡El político es voluble, cual pluma al viento, 
cambia de palabra y pensamiento 
y de pensamiento, y de pensamiento!


Cuando no interesa a las "clases dirigentes" (políticos, banqueros, jueces y su portavoz, los “medios de comunicación”), que se hable más de un tema, lanzan una espesa cortina de humo, de la cual sale un suceso inesperado que revuelve los sentimientos de la ciudadanía. El efecto es similar al que se produce cuando un mago saca el conejo de la chistera. Todo el mundo sabe que hay truco, pero su atención está cautiva de los últimos fuegos de artificio. 
No hace falta que les recuerde el último tema de moda: los desahucios y por extensión, la desobediencia civil en forma de negarse a pagar los servicios mejores o peores que más o menos subvenciona la cosa pública. Recordemos aquí algo que se olvida demasiado a menudo: la "cosa pública" la mantienen todos los "contribuyentes" que recordemos, no son todos los ciudadanos. Los servicios públicos de los que algunos se benefician mucho más que otros, los pagan los que son contribuyentes netos de la hacienda pública mediante los impuestos de todo tipo. 
Me gustaría que todo el que lea este escrito, hiciera un alto en la lectura, reflexionara y contestara por escrito las celdas vacías del cuadro siguiente:

Cuando “algunos” ciudadanos, sabiendo que incumplen la legalidad vigente o las normas sociales deciden:

Que hacen las empresas públicas o privadas que ven impagados los servicios que ofrecen o los productos que venden
Quien sale perjudicado
Quien sale beneficiado
Quien no pierde nada
No pagar los peajes de las autopistas...




No pagar los billetes del metro, autobuses y demás transportes...




No pagar la cesta de la compra en los supermercados...




No pagar el copago sanitario ni el € por receta...




No pagar la hipoteca...




No pagar el alquiler...




No pagar el IVA...




No pagar el IRPF...




No pagar luz,gas,agua, teléfono...





Cada uno habrá escrito sus respuestas, pero estoy casi seguro que convendrán conmigo que, salvo en el último caso, el que sale prácticamente siempre perjudicado es el ciudadano que respeta y cumple las leyes. Este es el que paga el coste de los productos y servicios que consumen los que no pagan, además del suyo propio.
Y los que no pagan en un "país de picaresca superlativa" como España son muchos más que los que realmente han caído en desgracia. Aquí al que defrauda se le llama listo e incluso está bien valorado o por lo menos tolerado por el resto de ciudadanos. En el límite del descaro es vox populi que en España paga el que no puede escabullirse. Así queda explicada la desconfianza que genera nuestro país en otros países, mercados y comunidades de costumbres y valores diferentes.
En un “estado de derecho”, el poder del Estado queda subordinado al orden jurídico vigente, creando así un ambiente de respeto absoluto del ser humano y del orden público. La mayoría está de acuerdo que el sistema político conocido como “democracia” es el menos malo de los sistemas conocidos. Si es así ¿por qué se incumplen tanto los principios democráticos? En todo caso, para mejorarlo, ¿por qué no se establecen los mecanismos adecuados para que la población tenga acceso a las decisiones del gobierno de manera independiente sin necesidad de formar parte de la administración pública o de un partido político?.
La “democracia participativa” parece una cosa deseable, pero ¿es viable en España?.
España es el país de la queja sin propuesta. Estamos siempre protestando, quejándonos, pidiendo, esperando que sea el estado el que nos facilite mejores condiciones de vida.
En el seno de las familias, son los padres los que deberían educar a los futuros ciudadanos. Lo que los jóvenes ven en casa es lo que más les influirá a la hora de comportarse en sociedad. El estado puede escolarizar, facilitar una igualdad de oportunidades para que cada joven pueda aprender más o menos, con mejores o peores medios, pero deben ser las familias las que en su seno y con su comportamiento y estilo de vida deben  enseñar los valores de honradez y ética. Para practicar y transmitir estos valores no es necesario esperar a tener una situación económica óptima. El estado es el reflejo de la sociedad, y la honradez se transmite de abajo hacia arriba, no al revés.
Los ciudadanos deben aprender a ser responsables, honestos y asertivos, defendiendo sus derechos y manifestando sus convicciones a los políticos. La obligación de los políticos es escuchar a los ciudadanos y buscar soluciones para los problemas sociales comunes e instar al gobierno para que adecue las leyes a las circunstancias sociales cambiantes. Si el gobierno sólo cambia leyes cuando se desatan campañas mediáticas generadoras de corrientes de opinión, protestas y huelgas y además lo hace para tapar agujeros de cara a la galería, de forma que no le resten votos y peligren sus poltronas, vamos mal. Actuando así se crea indefensión jurídica, se rompen las normas de convivencia de la sociedad y se genera un clima de injusticia.
Para gobernar bien los políticos deben tener autoridad moral y credibilidad. Actuando de forma voluble y cortoplacista pierden esta necesaria autoridad. No es ni democrático ni justo que las leyes se hagan o cambien dependiendo del número de manifestantes en una protesta, del número de minutos que sale una algarada en televisión o de cuantas páginas ocupa un suceso en diferentes medios escritos. Cuando se redacta una ley para regular un tema concreto, debería tenerse en cuenta el efecto de su aplicación sobre todos los ciudadanos implicados directa o indirectamente. Si no se hace así, aumenta la tan famosa picaresca española, los listillos proliferan y las personas responsables, justas y solidarias, dejan de serlo y se vuelven escépticas con la justicia y el cumplimiento de los compromisos, las leyes y las normas sociales. Cuando esto sucede la sociedad se fractura y nada puede funcionar adecuadamente, con lo que todos salimos perjudicados.
Ya sabemos que cuando uno debe 6000€ a un banco tiene un problema y que cuando le debe 6000 millones, el problema lo tiene el banco. Los bancos alemanes saben mucho de esto.

Cualquier solución que se plantee, no debe generar más injusticia que la que se trata de corregir. Tampoco debe trasladar la injusticia de unos ciudadanos a otros. En nuestra sociedad globalizada la mayoría de las cosas están interrelacionadas y hay que obrar muy sensatamente, estudiando los diferentes escenarios e implicaciones para encontrar la solución más justa para todos. ¡Para todos!, no solo para los que gritan o lloran. No seamos ilusos y nos olvidemos que también existen las lágrimas de cocodrilo. Crear inseguridad jurídica sería como hacerse trampas al solitario.
©JAS2012

lunes, 12 de noviembre de 2012

Seguimos sin querer ver y comprender la realidad

Hace unos días, mientras paseábamos de camino al aparcamiento, un amigo me contaba una conversación que había tenido hace pocos días con su esposa:
RMR.-Ya sabes que el mes pasado cumplí 25 años de casado y un día le comenté a mi mujer:
Querida, 25 años atrás teníamos un Volkswagen, un apartamento cayéndose a pedazos, dormíamos en un sofá-cama y veíamos televisión en una TV en blanco y negro de 14 pulgadas pero, todas las noches, me acostaba con una mujer de 25 años.
En cambio ahora tenemos una casa con jardín y piscina, un Mercedes para ti y un Porsche Cayenne para mi; una cama de látex natural de 190 cm de ancho y una TVC 3D LED de 50 pulgadas, pero estoy durmiendo con una señora de 50 años. Me parece que tú eres lo único que después de 25 años no ha mejorado.
Mi esposa, que es una mujer muy sensata y que siempre pide a Dios paciencia en lugar de fuerza, me contestó sin siquiera levantar los ojos de lo que estaba haciendo:
"No hay problema mi amor. Sal de la casa y encuentra una mujer de 25 años de edad que se quiera quedar contigo. Cuando eso suceda, con el mayor placer yo haré que consigas vivir nuevamente en un apartamento cayéndose a pedazos, duermas en un sofá-cama y no conduzcas nada más que un Seat".
¿Sabes qué?... ¡Quedé curado de inmediato de mi crisis de la mediana edad…!
Me consta que la mujer de mi amigo es una persona extraordinaria, pero no deja de maravillarme cada día.
Para picar a mi amigo y conociendo como es, le pregunté: ¿Acabó así la cosa?
¡No!!, ¡que va!, me respondió RMR y siguió contándome:
RMR.- Le hice otra pregunta con trampa y picardía como ya sabes que yo sé hacer…:
¿Dónde quedó aquella mujer linda y sabrosa que estaba para comérsela, con la que yo me casé?
Mi mujer me respondió, nuevamente sin levantar los ojos de lo que estaba haciendo:
- Querido: ¡Tú mismo te la comiste…!  ¡Mira bien el tamaño de tu barriga!
¡Pa chasco!. ¿Supongo que aprendiste la lección?, le pregunté.
RMR.- Si, me he apuntado al gimnasio, me respondió. Ahora voy.
¿Quieres venir conmigo?, tal vez a ti también te sentaría bien.
Mensaje recibido.
Esta anécdota ejemplifica muy bien el hecho de que actualmente casi nadie quiere admitir la realidad. Solo miramos las actuaciones de los demás, nos quejamos de nuestra mala suerte y de lo injustos que son los otros con nosotros.
Se detecta, en la mayoría de la gente, una resistencia numantina a asumir que la economía española está en un decrecimiento forzoso y la mayoría de la gente se resiste a dejar de consumir a nivel doméstico los mismos artículos y servicios a los que estaba acostumbrado en los años de euforia pre-crisis. Negarse a ver la realidad no ayudará a nadie a que se resuelvan sus problemas, al contrario, el esperar a que se acabe la mala racha no hace más que acrecentarla y alargar el plazo de su posible resolución. Es imprescindible que cada cual piense sin descanso qué puede hacer el para salir de “su crisis” y pida consejo a su entorno, no para que le paguen sus facturas, sino para que le den ideas sobre que puede él hacer para mejorar su estado. Por si a pesar de nuestro continuado esfuerzo personal y el soporte familiar flaqueara, deberíamos aprender de nuestros abuelos como vivir con pocos recursos y a pensar como subsistir en un estado cercano a la indigencia. La mayoría de los jóvenes creen que están haciendo grandes esfuerzos y si dejaran el control de su economía familiar en manos de sus abuelos, descubrirían muchas cosas interesantes y se darían cuenta de lo equivocados que estaban cuando repetían incansablemente que ya no podían apretarse más el cinturón.
Estamos viviendo, a nivel global, unos años difíciles. A nivel particular unos más que otros, pero no sirve de nada echarle la culpa a otros, aunque muchos la tengan. Debemos concienciarnos de nuestro estado y reaccionar. Cuando no enfrentamos los problemas, no desaparecen solos. Al contrario, se acrecientan conforme pasa el tiempo.

La crisis financiera que estamos viviendo nos ha despertado de nuestro sueño de opulencia y autocomplacencia y nos debería dejar claras muchas cosas. En un mundo globalizado y tremendamente cambiante, nuestra autonomía depende en buena manera de cómo seamos capaces de gestionar nuestro dinero. Nos encontramos en un mundo en el que la formación básica se da por supuesta y en el que debemos tener una mínima idea global de las nuevas fuerzas económicas que rigen el mundo, para no quedar totalmente indefensos a merced de los poderosos.
Para ello resulta vital que entendamos conceptos como: qué es la prima de riesgo, qué hacen los estados con nuestros impuestos, cómo funcionan los bancos por dentro, qué pasa cuando debo dinero, cuál es el valor de ese dinero, cómo funciona el nuevo terrorismo económico de toda índole, cómo debo gestionar mis ahorros, qué opciones tengo para ello y qué puedo esperar de mi banquero y que no.
Padecer analfabetismo financiero nos ha llevado a confiar en agentes del mercado (asesores, intermediarios o bancos), que han dispuesto del fruto de nuestro trabajo. Así muchos han caído en la compra de preferentes, la petición de créditos que jamás podrán pagar, el gasto compulsivo de su dinero como marionetas de la sociedad de consumo y tantos otros comportamientos que solo el conocimiento, la formación y la toma de conciencia de nuestra realidad y del mundo que nos rodea podrán evitar.
A principio de los noventa, Alemania hizo un gran ajuste mientras nuestro presidente Aznar, presumía del “crecimiento español” y hasta propuso que la UE multara al gobierno alemán por tener demasiado déficit.
Mientras Alemania hacía los deberes, congelaba salarios y pedía sacrificios a los alemanes para reflotar el país y además pagar la “cuota de solidaridad” a los países del sur, los políticos españoles dedicaron los “Fondos Europeos” a engordar los bolsillos de los lobbies, de los latifundistas, de los ricos, de los constructores, etc., en lugar de aprovecharlos para el desarrollo del país, construyendo infraestructuras útiles que facilitaran el crecimiento de nuestra economía, para incentivar la mejora de la productividad industrial y exportadora, invirtiendo en educación, sanidad, investigación, mejorando la administración de justicia y la general del estado, etc.
Por su parte los banqueros y mucho peor los representantes políticos, algunos de ellos directivos de las Cajas, con una escandalosa falta de ética y responsabilidad y en connivencia con los poderes políticos, dieron, permitieron o favorecieron que se dieran créditos de todo tipo a quien no reunía las características necesarias. ¿A quién se le ocurre dar un crédito hipotecario de 300 000€ a devolver en cuarenta años a un empleado que ganaba poco más de 1000€.para que se comprara un piso valorado en 250000€?
No hace falta ser un entendido para comprender que, aunque en aquellos tiempos de euforia estuvieran de moda los autoproclamados “magos de las finanzas”, esta práctica tarde o temprano, iba a provocar resultados nefastos. Además los magos hacen “ilusiones” no realidades”. El “profesional” tiene más responsabilidad en el fiasco que el comprador financieramente analfabeto e inconsciente del producto financiero que contrata. Cuando digo “profesional” me refiero a los banqueros que dieron inadecuadamente los créditos y los políticos que dirigían las cajas, que permitieron que esto sucediera. Estos son los principales culpables del desaguisado pero no los únicos.
Ficha de información para Hipotecas Inversas
(útil para personas que tengan la vivienda en propiedad y que precisen dinero)
Los bancos están obligados por la Ley a proporcionar a los clientes  información clara y suficiente sobre los préstamos hipotecarios que ofertan. Esta información se facilita mediante una Ficha de Información Precontractual, que es igual para todos los bancos, e incluye los siguientes conceptos: datos de identificación del banco, características del préstamo, tipo de interés aplicable, gastos preparatorios, tasa anual equivalente y coste total del préstamo, y amortización anticipada (si procede). En cuanto a conocimientos, prácticamente sólo hace falta que se sepa leer y las cuatro reglas básicas, saber que todo lo que se pide prestado debe devolverse y tener sentido común para no embarcarte en atolladeros de los que no puedes salir por tus propios medios. Y si el que pidió la hipoteca era analfabeto o después de leer el documento “precontractual” no entendía algo, debía consultarlo con alguien de su confianza. Otra tema es reconocer que a nadie le amarga un dulce y que si alguien te ofrece dinero para que lo gastes lo tomes inconscientemente sin saber si podrás devolverlo y sin asumir de antemano las responsabilidades que comporta pedir y aceptar un préstamo. Es irresponsable o egoísta pensar que tu error lo pagará otro, puede que incluso tus hijos. Mucha gente opinará que lo que acabo de decir es políticamente incorrecto, pero recuerden aquello de la paja en el ojo ajeno mientras nos negamos a ver la viga en el nuestro.
Ya hace años que se rompió la burbuja y como  ni banqueros ni políticos tomaron medidas duras pero necesarias cuando tocaba, la pelota se hizo cada vez más grande y ahora hay muchas familias que están intentando vivir en la pobreza.
En estos días el gobierno ha escenificado mediaticamente que está buscando una solución para que ninguna familia se quede en la calle, para que los bancos no desahucien a nadie. Las imágenes que nos pasan por la tele y que se ven por Internet tocan la fibra al más insensible y consiguen ablandar al más cínico. ¡Incluso suicidios! Pero la solución no es tan fácil y seguramente lo máximo que harán los políticos será poner alguna solución de compromiso de cara a la galería mediática para que no salga por la tele la clásica familia con hijos pequeños y los padres viejecitos que los avalaron en la calle pasando frío y sin comer. Pero para todos los demás “¿estafados?” las medidas, decretos, leyes etc., no servirán nada de nada y como es habitual no servirán para que el hombre deje de ser aquel animal que tropieza más de dos veces en la primera piedra.
Seamos responsables y no dejemos deudas que tendrán que pagar nuestros hijos
Como siempre los que se sienten estafados reclaman ayuda y aquellos lejos de asumir la culpa y enmendar su nefasta actuación, buscan quien pague los platos rotos. Normalmente acaban pagándolo quienes poco participaron directamente del tinglado. Esto es el colmo pero desgraciadamente siempre pasa igual.
Efectivamente hoy mismo se acaba de publicar la gran noticia: Los bancos también tienen alma y sentimientos: "
Tras los dramáticos ejemplos de desesperación ante los desahucios sufridos en los últimos meses, la Asociación Española de Banca (AEB) se ha comprometido a paralizar los desahucios durante los dos próximos años, "en aquellos casos en que concurran circunstancias de extrema necesidad". (¿cuales son esos casos? ¿Quien juzga que casos son de extrema necesidad o no?)
La AEB señala que ha mantenido diversos contactos con representantes del Gobierno y que el pasado jueves, 8 de noviembre, el presidente de la patronal, Miguel Martín, trasladó al secretario de Estado de Economía y Competitividad, Fernando Jiménez Latorre, este compromiso en nombre de los bancos de la asociación.
La patronal destaca que el contenido de este medida, adoptada por "razones humanitarias y en el marco de su política de responsabilidad social", había sido objeto de un debate "intenso y profundo" de los bancos asociados "a fin de contribuir a paliar la situación de desamparo de muchas personas por causa de la crisis económica".
De cara a la galería queda fantástico. ¡Que cinismo, xD!
En este país de charanga y pandereta siempre pasa igual. Al que más grita le dan un caramelo o tal vez hacen que lo creamos. Al resto, que también ha sufrido el engaño y el robo, que les den morcilla. ¡Como si no existieran!. Mientras no se quejen gritando y sigan trabajando y pagando impuestos...
En la época de bonanza en que la gran mayoría vivió bien y muy por encima de sus posibilidades reales, hubo personas que no hicieron caso a los cantos de sirena de los despiadados banqueros, fueron conscientes de que los trucos de los “magos financieros” eran soluciones,  que quien algo quiere algo le cuesta, de que todos tenemos derecho a una vivienda, pero que hay que pagarla y no todos podemos pagar lo mismo y no alargaron más el brazo que la manga. Aunque parezca imposible, no cayeron en la tentación consumista exorbitada y no pidieron más créditos que los absolutamente imprescindibles. 
Dedicaron la mayor parte de sus sueldos o ganancias de su trabajo a pagar religiosamente mes a mes las hipotecas de sus viviendas dignas, pero sencillas. Si este tipo de gente, también existe aunque no salga nunca llorando por la televisión ni en los periódicos sensacionalistas. 
Algunos, se abstuvieron de “vivir por encima de sus posibilidades reales” e incluso ahorraron, con sacrificio y perseverancia como hormiguitas, parte de sus ganancias y llevaron su dinero, ganado con esfuerzo, a los bancos y cajas de ahorro. Ya sabemos cómo lo utilizaron los banqueros y encima cobrando grandes sueldos y mejores bonus cuantos más créditos daban, aunque los avalaran con basura. ¿No le preocupa a nadie que a ninguno se le haya exigido responsabilidades? Por este motivo habría que manifestarse sin parar. Esta es la sangría más grande que tenemos, que los principales responsables no devuelvan el dinero robado o ganado con prácticas pseudolegales, pero faltas de toda ética y que no se les condene a cumplir su castigo por tales prácticas contra la sociedad.
Los que tienen pendiente de pagar sus hipotecas piden una quita de su deuda de por lo menos un 50%. Se es políticamente incorrecto si, en cualquier coloquio en que se participe, no se apoya esta petición o similar.
¡No a los desahucios!. 
¡Si a la dación en pago!, corean con fuerza.
Algunos incluso piden “dación en pago retroactiva”.  ¿Qué quieren decir?. Tal vez que les devolverán también el 50% del dinero a los que ya pagaron su vivienda, o a los que ya casi la tienen totalmente pagada. ¿Vamos a dejar de pagar todos?.
¿Vamos a dejar de pagar también los alquileres y así el propietario no podrá acabar de pagar su hipoteca? ¡Brillante!. Así los bancos se quedarán también con el piso, el propietario perderá todo su dinero invertido en el mismo y el inquilino un sitio donde vivir.
¿Por qué nadie se plantea…Quién pagará este 50% que los prestamistas dejarían de cobrar?
Sólo se pide que se perdone parte de la deuda, nunca se ofrece al mismo tiempo una propuesta de solución. A veces, como la ignorancia es muy atrevida se dice: ¡Que tontería!, ¡Los bancos!.
Cuando dicen los “bancos”:
1.-¿Se refieren a los directivos y consejos de administración?
2.-¿Se refieren a los que inventaron esos productos financieros que actuaron como armas de destrucción masiva?
3.-¿Se refieren a las “personas físicas” faltas de toda ética que concedieron créditos inadecuados para enriquecerse cobrando bonus o para no perder su trabajo?
4.-¿Se refieren a los accionistas de las entidades financieras que concedieron esos créditos basura? ¿Saben ustedes quienes eran los accionistas de los bancos y de las Cajas de Ahorros?
5.-¿Se refieren a los que han puesto los ahorros (la mayoría de la clase media y baja) en los bancos y Cajas de Ahorros y que estas han empleado para prestárselo a los constructores para que compraran suelos (recalificados o no), que levantaran los pisos, casas o mansiones que fueron hipotecadas y que ahora no pueden cobrar.
6.-Etc.
¿Quién de estos pagarán la factura? 
No hace falta pensar mucho para darse cuenta que, al menos los primeros, aunque deberían, no lo pagarán y menos de su bolsillo.
Probablemente le tocará pagar el pato en parte a los accionistas y si el estado no puede hacer frente al problema con su Fondo de Garantía de Depósito, también los ahorradores. Deberían tener en cuenta que algunos de los accionistas (directos o a través de FIM’s) son pequeños ahorradores que podrán considerarse tan engañados como los que tomaron préstamos o compraron productos financieros fuera de su alcance o firmaron hipotecas para comprar casas fuera de sus posibilidades, amueblarlas y hasta hacer algún viaje a algún país exótico o comprarse un cochazo. 
¿Recuerdan que el antiguo Presidente del Gobierno decía que la Banca Española era la mejor de Europa y una de las mejores del mundo? Según esto, ¿porqué no deberían esos pequeños accionistas invertir sus ahorros en participaciones de esos Bancos o Cajas como por ejemplo la gran Bankia)?
El Gobierno lleva años diciéndonos que los ciudadanos no pagaremos las tropelías de los bancos y cajas. Nos dijeron que habían conseguido un crédito de 100 000 millones que Europa daría directamente a los bancos y que estos serían los únicos responsables de su retorno. Otra vez mentira. Este crédito lo deberá respaldar el Estado español y si no lo hace, los bancos no recibirán ni un duro.
Siempre tienen que pagar los mismos, los pequeños ahorradores y nadie les tiene nunca en cuenta. Las grandes fortunas ya tienen el grueso de su dinero fuera de España, hace tiempo que se lo llevaron. Lo mismo han hecho y hacen todos estos grandes ídolos de masas, deportistas, cantantes, etc.) que pensamos que publicitan, de forma patriótica y desinteresada, la marca España por el extranjero.
Según lo explicado, estos pequeños trabajadores, profesionales y autónomos ¿Por qué tienen que pagar con su esfuerzo, su vivienda y además parte de la del vecino?
Si el vecino trabajó y se esforzó tanto como el primero y le ha sobrevenido una enfermedad o una causa de fuerza mayor, podrían hacerlo por solidaridad. Todo aquel que se esfuerza merece ayuda si cae en desgracia,  pero ¿por qué tienen que pagar al constructor que se enriqueció junto con el banquero durante años y cuando explotó la burbuja, dejó el pufo?
Muchos pequeños ahorradores han aprendido a no llevar su dinero al banco y lo guardan en la hucha de su casa. Muchos autónomos han aprendido a no emitir facturas y por tanto a no tramitar el IVA, han aprendido a trabajar sumergidamente. 
Este comportamiento no es solidario socialmente pero piensan que en el banco les roban descaradamente lo que tanto les ha costado ganar y conservar. Piensan que lo mejor es estar tan fuera del sistema como sea posible y que en casa sus ahorros están más seguros. ¿?
Por desgracia para los que así piensan y actúan, mi abuela me decía “aunque te quedes en casa, también te encontrarán” y creo que tenía razón. Queramos o no, nos guste o no, hay que buscar otras alternativas. Hay que atacar las raíces del problema. ¿Hace falta que os diga explícitamente cuáles son?
©JAS2012

PD.-
Les recomiendo leer EDUCACIÓN BÁSICA SOBRE EL SISTEMA BANCARIO EN ESPAÑA”. Un librito que en sólo 46 páginas describe el tema de forma muy simple y que puede entender cualquiera que sepa leer y las cuatro reglas. Como es natural, no basta con descargarlo en el PC o tablet, hace falte dedicarle un tiempo a leerlo. Para todo hace falta un mínimo esfuerzo, pero seguro que les valdrá la pena.

lunes, 5 de noviembre de 2012

MI MANIFIESTO PERSONAL



Suerte que no ha empezado todavía la campaña electoral para las elecciones catalanas del 25N. 
Estos días, en los medios, sólo vemos PROPAGANDA y la información brilla por su ausencia. Busco en Google “Manifiesto de intelectuales contra el secesionismo catalán” y salen multitud de opiniones o comentarios publicados en diversos medios escritos y digitales sobre el "manifiesto que han redactado y firmado diversas personas que salen regularmente en los "medios". Me resisto a llamarles "intelectuales". Sin embargo, cuesta un buen esfuerzo encontrar el manifiesto al que aluden últimamente todas las noticias.
Después de buscar bastante, he encontrado el "texto íntegro". No me interesaba leer el adoctrinamiento de los medios. Me interesaba leer primero lo que firmaron esos señores. Sólo después de hacerlo puedo formarme mi propia opinión y después contrastarla con la de otras personas. 
Es penoso que haya tan poca gente que desautorice todas las “propagandas”, vengan de quien vengan, o apoye discursos sensatos, publicando datos veraces, contrastados y firmados por autoridades en la materia. 
Por ejemplo: 
Unos dicen que sería beneficioso para los catalanes si Catalunya pudiera disponer de un estado propio. Otros dicen que esto es ambiguo y les suscita dudas y requieren ya mismo "independencia". Otros altos dignatarios que se reúnen con empresarios relevantes o lobbies importantes a puerta cerrada y en secreto maquinando para influirles a favor o en contra de tal posición.
¿Porqué se quedan los políticos y los medios siempre con el mismo pregón?. 
¿Porqué no revelan inmediatamente cuales son estos beneficios aportando enlaces a estudios publicados y firmados por personas relevantes en el campo sobre el que opinan?. 
¿Porqué no explican que significa para ellos "independencia", que plan tienen para conseguirla y para desarrollarla, y qué tipo de sociedad desean para la Catalunya del futuro?. 
Estos planes hojas de ruta o como quieran llamarlo deberían estar publicados en sus webs oficiales y darles amplia difusión en los medios escritos y televisivos, debates y conferencias. Por lo menos que hagan fotocopias y las repartan en las mesitas de las ramblas junto a las mesas de merchandising a quien le interese leerlas, etc. No sea que detrás de la barretina unos crean ver una cosa y otros deseen ver otra muy distinta.
Los nacionalistas españoles dicen que la independencia de Catalunya es una quimera, que va contra la ley y casi contra natura. Amenazan con que, si por casualidad se produjera, se derivarían roturas y penosas consecuencias para todos, los jubilados perderían sus pensiones, las empresas huirían como alma que lleva el diablo de Catalunya y esta quedaría fuera de Europa y repudiada por todo el mundo desarrollado. Prácticamente vaticinan el advenimiento del fin del mundo y este mensaje intimida incluso al más valiente y temerario. 
Deberían explicar también estos oradores a quién afectarán principalmente sus vaticinios y por supuesto apoyarlos con estudios avalados por profesionales, reconocidos por la comunidad, como expertos en el tema del cual opinan. Así los expertos del otro bando podrían contrastar sus aseveraciones con otros argumentos y al menos el debate sería más fecundo y ameno intelectualmente hablando. 
Los señores del manifiesto dicen que Cataluña no está sometida a un expolio por parte de España y esto deja como mentirosos a los que repiten hasta la extenuación que la balanza fiscal es negativa para Catalunya en 16000 Millones anuales. 
Los catalanes notamos, y más cuando viajamos por otros territorios del estado, que las infraestructuras en Catalunya están mucho peor que en otras regiones españolas: que debemos pagar peajes para circular por las autopistas, que debemos pagar más para acceder a las medicinas que el resto de españoles, que tenemos menos residencias de ancianos, menos plazas de guardería, que muchas vacunas para los niños no están incluidas dentro de las prestaciones de la sanidad pública, etc. 
Los medios afines al partido del gobierno central, dicen que esto es porque los gobiernos de la Generalitat despilfarran el dinero en otras cosas que no son importantes, etc.
Todo el que quiere estar informado sabe que en España hay aeropuertos sin aviones, autopistas con menos de mil coches al día, que circulan aves con muy pocas personas, que uno de los países con más kilómetros de vías de AVE no está conectado con Europa por este medio, que no hay forma de atender los requerimientos de Europa y construir el corredor mediterráneo ni siquiera para construir unos pocos metros de vía para dar salida a las mercancías que procedentes de Asia llegan al puerto de Barcelona con destino final Europa, que del poco dinero presupuestado para invertir en infraestructuras en Catalunya se llegan a adjudicar muy pocas obras y por tanto realmente no se invierte el dinero presupuestado en Catalunya, etc, etc.
Mentiras y propaganda a porrillo. Una lista interminable. 
Señóres políticos:
¡Dejen ya de repetir esta cantinela!.
Nunca se llega a nada positivo si uno dice bueno y el otro malo. Tal vez lo que realmente quieren es que la gente se aburra de oírles siempre el mismo discurso del despiste, de que les tomen el pelo, de no entender sus peroratas incongruentes, de notar que les mienten o al menos les ocultan muchas cosas. Tal vez lo que realmente desean es que se hastíen y “pasen de la política” votando en blanco o decidan que pierden el tiempo si van a votar. Así parecería que hacen algo pero sin tener que realmente cambiar nada y mantener su pesebre y poltronas. 
Por favor, señores políticos, grandes medios de comunicación y comentaristas televisivos: ¡Dejen de repetir todos los días la misma matraca!.
Si el gobierno, que es el que conoce los datos, fuera mínimamente transparente, debería hacer públicas las balanzas fiscales interregionales periódicamente. ¡Como el IPC!. 
Como esto no es así, el gobierno de España no es trasparente, el Govern de la Generalitat en lugar de gastarse el dinero en campañas publicitarias como si tuvieran que vender un detergente, deberían encargar a sus técnicos-expertos, que los tienen y buenos, que elaboraran los estudios correspondientes.
A lo sumo podrían contratar los servicios de auditores reconocidos internacionalmente para hacer estos estudios y publicarlos dejando al gobierno español y a los que opinan diferente, en evidencia. Lo más importante sería que, con ellos, los ciudadanos podrían saber de qué hablan unos y otros y podrían contrastar sus publicaciones en lugar de hacer actos de fe, los cuales pueden ser adecuados en otros temas, pero nefastos en política y economía. 
Los ciudadanos estamos mareados de tanta basura propagandística. No somos tontos ni tan analfabetos como nos quieren hacer creer. Basta ya de tanta propaganda y confusión. Queremos información veraz. La queremos completa y accesible en lugar de tanta verborrea propagandística. 
Como diría un conocido profesional… ¡Basta!, ¡Basta!, ¡Basta de propaganda! 
Por favor… ¡Queremos datos claros! 
La paja se la pueden comer ustedes. 
©JAS2012

domingo, 28 de octubre de 2012

«ALFABETIZARSE» EN ECONOMIA

En la película “Carros de fuego” se narran las peripecias de varios estudiantes de Cambridge que, en 1920, deciden entrenarse para participar en los Juegos Olímpicos de París de 1924. Uno de ellos, hijo de un financiero judío, opta por recurrir a un entrenador profesional. El director del “college” lo reprende amablemente: según él, ningún estudiante que pertenezca a la élite de «los mejores», aun cuando sea hebreo, debería beneficiarse de la ayuda de un profesional. Puede entrenarse solo o, mejor aún, con los amigos de la universidad, como hace cualquier aficionado que se precie. El estudiante le responde que está a punto de comenzar una nueva época, en la que todas las actividades requerirán una preparación técnica y profesional. ¡Qué razón tenían sus palabras!
En los mismos años en los que está ambientada esta película, y en la misma ciudad universitaria, trabajaba John Maynard Keynes que en este año publicó su “Tratado sobre probabilidad” y  la probabilidad es el instrumento que nos permite dominar la incertidumbre.

Hoy en día se sabe que el concepto filosófico de probabilidad que propuso Keynes no tenía en cuenta el modo en que funciona la mente humana. La psicología experimental ha analizado los límites de la racionalidad humana y se ha investigado los motivos por los que no actuamos como deberíamos. Cuando, hace cinco años, el mundo se vio sorprendido por una grave crisis, comparable, en ciertos aspectos, a la que vivió Keynes a finales de los años veinte, muchos tertulianos se apresuraron a formular un vaticinio: quienes no entendiesen nada de economía no tendrían más remedio que familiarizarse con esta disciplina y acostumbrarse al argot empleado en la literatura financiera.
Sin embargo, ante un fenómeno complejo como una crisis global, no sólo hay que conocer los rudimentos de la economía para tomar decisiones más ponderadas sino también interesarse por el funcionamiento de la mente. A partir de una alfabetización psicológica podremos dirigirnos a los economistas y tratar de determinar si estamos actuando bien o mal. Puede parecer un objetivo sencillo. Sin embargo, tal vez no baste con mirar dentro de nosotros para comprender cómo razonamos. ¿No habría que mirar también fuera para darnos cuenta de las consecuencias que tienen nuestras acciones? Por desgracia las cosas no son tan fáciles...
Tradicionalmente se han atribuido a la economía los defectos más variados: se la ha culpado de ser una ciencia triste, aburrida y abstracta, de no tener nada que ver con lo que los ciudadanos desean saber, de no ser capaz de ofrecer más que previsiones generales, cuando no inútiles... Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no es a ella a quien se deberían atribuir esas culpas: ¿acaso son responsables los economistas de que la cabeza de las personas funcione de una determinada manera, de una manera que ignoran y que, en realidad, solo puede comprenderse desde la psicología?
Desde la última década del siglo XX, tener un mínimo de “alfabetización económica” es comparable a lo que a finales de la primera mitad del siglo XX significaba saber leer y conocer el uso de las “cuatro reglas” o a lo que supone hoy en día utilizar un ordenador para navegar por Internet. Siendo esto así, ¿no debería ser la economía una asignatura impartida en la etapa de la educación obligatoria?
Resulta esencial que se proporcione a los jóvenes una formación basada en unos pocos mecanismos «psico-económicos» fundamentales. Esta formación serviría también como preparación para la vida adulta, para la época en la que les será preciso saber valorar los riesgos y pensar a largo plazo, dos aspectos cruciales a la hora de tomar decisiones económicas y financieras.
Algo parecido ocurre con la educación sexual o con la educación sobre la nutrición, el uso del cuerpo, la relación con el medio ambiente , el uso y el abuso de los fármacos, el alcohol, el tabaco, las drogas, etc.
¿Puede garantizarse este tipo de educación en la familia?
En realidad, lo único que la familia está en condiciones de ofrecer son las bases de la educación financiera. La escuela debería asumir la responsabilidad de facilitar los conocimientos económicos necesarios.

No debemos perder de vista que, al final siempre estamos solos, como individuos, enfrentados a nuestras decisiones. Es nuestra responsabilidad como adultos formarnos en estos temas, aunque sea de forma autodidacta, y el autoconocimiento y asunción de nuestra propia personalidad. Es la responsabilidad de los padres procurarles a sus hijos los medios necesarios para que puedan adquirir una “alfabetización económica”. Aún así, conozco a dos hermanos que crecieron en una misma familia y se les facilitaron los mismos medios y educación familiar y se han convertido en dos adultos completamente diferentes.
Bajo otro punto de vista podemos preguntarnos:
¿Puede sustituir la educación financiera a la confianza en los expertos?
¿No sería sensato, al menos sobre el papel, que nos enfrentásemos a los aspectos económicos de nuestra vida de la misma forma en que abordamos los aspectos relacionados con la salud?
A veces tratamos de explicarnos nosotros mismos las disfunciones de nuestro cuerpo y sus achaques y nos automedicamos en las dolencias simples y cotidianas. Sin embargo, después de consultar a nuestros padres, familiares y amigos, consultamos a los médicos con la esperanza de que sepan curarnos y solemos dejar en sus manos las principales decisiones sobre la terapia a aplicar para subsanar nuestras dolencias. Pocos son los que buscan conocimientos para autocurarse, casi tan pocos como son los que leen los prospectos de los medicamentos que nos recetan los médicos. Lo mismo que nos pasa cuando leemos un texto jurídico. Reconocemos que han utilizado la lengua castellana para redactarlo, pero la mayoría de los mortales no entiende prácticamente nada de lo que se dice en el texto.
La letra pequeña de los contratos firmados con las entidades bancarias, que por cierto suele ser la más abundante y difícil de leer, suele ser la más difícil de comprender, pero la más importante para entender el producto que se está comprando o el servicio que se está contratando y es fundamental en la hora dirimir responsabilidades si algo no marcha bien.
Siguiendo este razonamiento, muchas personas consideran que no entienden nada de dinero, ahorros, inversiones y hasta las consideran esotéricas  Por este motivo ponen sus decisiones en manos de un experto, como su banquero o su asesor financiero de confianza. Estos personajes serán los que les guíen en la elección del mejor préstamo para adquirir una casa y en el resto de cuestiones financieras y quienes les indiquen especialmente cómo ahorrar y qué hacer con sus ahorros.
También conocida como Trabajo confidencial y 
como Dinero Sucio, es un documental de 2010 
sobre la crisis financiera de 2008. Trata sobre 
"la sistemática corrupción de los Estados Unidos 
por la industria de servicios financieros
 y las consecuencias de dicha corrupción."

Por desgracia, como muchos ciudadanos han comprobado en los últimos años, las cosas no funcionan exactamente así: a diferencia de los médicos del sector público, nuestro consultor depende de una organización que se mueve, al menos en parte, según sus propios intereses económicos. Esta circunstancia impide garantizar que sus consejos sean «desinteresados». Además el asesor, salvo que haya recibido un encargo explícito por parte del cliente, se muestra hoy reacio a ofrecer indicaciones precisas. Si cuenta con un poder por escrito del ahorrador, tenderá a utilizarlo de acuerdo con lo que le indiquen sus superiores o sus comisiones y bonus personales. De lo contrario, tendría que atenerse a las consecuencias. Quien decide al final es el banco o entidad financiera para el que trabaja, como se vio, por ejemplo, en las preferentes. Se trata, en definitiva, de casos en los que los ahorradores han adquirido “productos financieros” que ofrecían un rendimiento algo más elevado que los depósitos, sin percatarse que los rendimientos más altos van asociados, por lo general, a un riesgo mayor.
¿Se les había explicado a estas gentes, financieramente analfabetas y algo codiciosas, este mecanismo?
La verdad es que, si no se les mintió descaradamente, nunca se les contó toda la verdad. Por ello, en los últimos años, se ha desencadenado una espiral de desconfianza que ha conducido a incoar causas, celebrar procesos millonarios, presentar demandas colectivas, etc.
En el pasado, pocos se habrían atrevido a llevar a juicio a su banco por una inversión que no hubiese dado los resultados esperados. Actualmente no debería quedar casi nadie que dudara que los bancos no puedan ofrecer un asesoramiento adecuado a sus clientes. Siempre se ha dicho que los “lobos no se muerden entre ellos”, pero ya hace años que todo el mundo sabe que si ni siquiera los bancos se prestan dinero entre ellos, porque no confían los unos en los otros. Todos han mentido y nadie sabe cuán grande es la mentira del otro. ¿Cómo puede haber todavía alguien que vaya a su oficina bancaria, cercana a su casa, para sentarse en el despacho del director y pedirle “consejo”?.
Los “asesores personales” que nos asignan los bancos, no son los únicos responsables de lo que está ocurriendo ya que, en tiempos de crisis, sus empleadores, los bancos, les presionan cada vez más.
¿Cuánto se reducirían los beneficios de los bancos si al menos la mitad de los ahorradores se ocupase más de sus inversiones y dejase de sufrir los consejos de los empleados de las ventanillas apremiados por el presupuesto?
A estos comportamientos «comerciales», que convierten en problemática cualquier delegación de poderes que se haga a ciegas, se suma la perplejidad de los economistas, que a menudo declaran que su ciencia es impotente. La mayoría sostiene que las teorías económicas no permiten realizar las previsiones que el gran público, los periodistas y los medios de comunicación esperan. En realidad, cuando se les plantean preguntas de un modo insistente, algunos expertos se rinden e incapaces de mantenerse en silencio, expresan su opinión. A toro pasado, todos son expertos y dicen que ya lo avisaron, que ya lo sabían, que ellos ya vendieron su casa seis meses antes de que estallara la crisis subprime. ¡Mucho fanfarrón!. Claro que si no lo hicieran así, en un país como el nuestro, en el que no se admite el error, perderían muchos puntos como asesores. Así es como comienzan las dificultades y las recriminaciones.
Más lectura y formación y menos TV basura
Hay que señalar igualmente que los medios de comunicación españoles no dedican mucho espacio a la economía, convencidos, y con razón, que entre su público hay pocos interesados en el tema. Si los españoles se conformasen con pasar una hora menos a la semana delante de la televisión (que en un 99 por 100 de los casos no muestra interés por la economía) y destinasen esa hora ahorrada a sus propias cuentas e inversiones, podrían conseguir una significativa mejora de su bienestar. Es lo mismo que sucede con la salud, cuando reservamos un poco de tiempo para pasear, nadar, pedalear en la bici o hacer un poco de gimnasia o estiramientos. Nos cuesta horrores arrancar. Pero si vencemos la pereza y salimos, nuestra salud y nuestro bienestar mejoran.
Los medios de comunicación piensan que los españoles no se interesan por esta materia, pero, en realidad, son ellos quienes alimentan tal desinterés. Es lo mismo que pasa cundo vas a un restaurante y el maître te pregunta: “¿Qué quiere usted tomar?”. Siempre te ves obligado a escoger el plato que más te gusta, entre los que ofrecen en la carta; aunque a menudo, este no es el que escogerías si pudieras pedirle lo que realmente te apetecería tomar en ese momento.
En primer lugar, no es fácil traducir los temas relativos a la economía en narraciones y, más tarde, en espectáculos, como tanto les gusta hacer a los medios. Existe un prejuicio muy extendido, según el cual esta es una materia ardua, difícil, oscura, parecida a las matemáticas. La idea puede ser cierta si entramos en los detalles técnicos, pero probablemente no lo es si nos quedamos en el marco general. El tema general de la educación financiera es tratar de controlar la incertidumbre del futuro. Más concretamente: todas las grandes agencias nacionales, como el Tesoro estadounidense, o internacionales, como la OCDE, consideran que la preparación financiera consiste en la capacidad de dominar o al menos comprender el valor de las cosas, gastar y ahorrar, reconocer los efectos del ahorro y las formas de invertir, tomar préstamos para el consumo y la vivienda y, en último término, preparar a los jóvenes para que puedan realizar estas operaciones.
¿De quién depende la incertidumbre que existe en el mundo?
La especie humana lleva miles de años combatiendo la incertidumbre ligada a la necesidad de sobrevivir en ambientes hostiles. Esta lucha secular ha impulsado todos los progresos de la tecnología y de la ciencia. Hoy en día, hemos vencido a nuestros rivales en la batalla. Es más: los hemos aplastado, hasta tal punto que ahora es el ser humano el que amenaza a la naturaleza, y no al revés. Y, sin embargo, nuestra especie no se ha detenido. Ha empezado a ser ella misma una fuente de incertidumbre, con la creación de organizaciones tan complejas como los mercados financieros.
Tengamos en cuenta también que los nuevos inventos en el terreno económico y financiero se diseñaron en un principio para que cumplieran una función análoga a las de las pólizas de seguros, es decir, para reducir la incertidumbre que existe en el mundo. Sin embargo, con el tiempo los ahorradores empezaron a utilizar estos instrumentos sin escrúpulo alguno y perdieron el control sobre ellos, lo que les llevó a acabar considerando que las crisis financieras tenían el mismo carácter trágico e ineluctable que, en el pasado presentaban los desastres naturales.
Los avances de la economía y de las finanzas han permitido crear antídotos para intentar resolver los líos en los que pueden meterse los modernos aprendices de brujos. Sin embargo, la gestión de estos antídotos ya no se confía a los sacerdotes, sino a expertos, que se han ido multiplicando poco a poco.
Los brujos curaban con placebos; los médicos nos tratan con fármacos preparados adecuadamente gracias al progreso científico, siempre que no se equivoquen de fármaco o este no esté adulterado o no dé el resultado esperado porqué nuestro cuerpo se ha hecho resistente gracias a la automedicación mal administrada. Los sacerdotes curaban con exorcismos; los psicólogos clínicos sanan mediante técnicas cuya eficacia trata de controlar científicamente (aunque no siempre con gran éxito).
En la actualidad existe un experto para cada problema de la vida: abogados, comerciales, notarios, psicólogos clínicos, médicos, preparadores físicos, nutricionistas, especialistas en estética, etc. Entre los últimos en aparecer se encuentran los “asesores financieros”. Todos saben algo o mucho de su “parcela”, pero muy poco de las de los demás. El conocimiento y también la responsabilidad están cada vez más compartimentada.
Tal vez haya llegado ya el momento que cada individuo vuelva a apropiarse de sus problemas y los enfoque de un modo unitario, como problemas del ser humano completo y no de uno solo de sus pedazos, separado del resto y confiado a terceros. En ciertos ámbitos, este control resulta imposible: hemos producido tantas incertidumbres y complicaciones que hoy en día es preciso contar con un técnico para desentrañarlas. Sin embargo, en otros terrenos aún es posible. Y estoy convencido de que uno de ellos es la gestión de los ahorros y, de una forma más general, de nuestra vida desde el punto de vista económico y financiero.
La educación financiera se basa precisamente en la comprensión de la relación entre la forma de pensar de los economistas y el funcionamiento de la mente humana. Los psicólogos llevan a cabo estudios experimentales para probar los modelos del comportamiento humano que proponen los economistas y poco a poco nos explican cómo funcionan las cosas.
Lo fundamental para todos nosotros es la preparación básica. Es importante explicar qué es un cheque, una tarjeta de crédito, una cuenta corriente, un préstamo o cualquier otro elemento específico de la interacción del ciudadano con el banco. Los jóvenes se pueden familiarizar de forma progresiva con estos instrumentos, al igual que lo hacen aprendiendo a manejar los Smartphone y las tablets, simplemente usándolos. Pocos se molestan en estudiar el manual de instrucciones del aparato. Simplemente prueban tocando teclas o pulsando sobre iconos. Si encuentran alguna dificultad, preguntan a sus colegas, conocidos o lanzan directamente una pregunta abierta en la WWW por si alguien ha encontrado una solución a su problema puntual. Así se ahorran el trabajo de pensar y buscar soluciones por si mismos aprovechándose del trabajo, desinteresado o no, de otros. 
El tiempo tiene más valor que el dinero
Lo que si les falta a los jóvenes, y es difícil que lo aprendan por sí mismos y que alguien se lo explique en los canales de información que suelen utilizar, es una preparación sobre el valor del dinero, del ahorro, de la austeridad, del consumo, de los supuestos de la vida económica sobre las premisas necesarias para entender el mundo desde el punto de vista de los economistas. 
Hay que entender los motivos por los que los objetos que nos rodean tienen un valor que se expresa a través de los precios. ¿Por qué ese valor cambia con el tiempo? ¿Puede confundirnos este cambio? Para evitarlo, es conveniente que la relación entre los «precios nominales», «precios reales» y «precios relativos» sea clara. Solo de esta forma podremos comparar el valor de los objetos a lo largo del tiempo y entender conceptos como la inflación percibida.
Hay que conocer el funcionamiento de la mente humana ante las ganancias y las pérdidas. ¿Por qué si el valor de un bien cambia con el tiempo y su precio sigue una evolución comparable a una ola, en la sucesión de altos y bajos, los altos no llegan nunca a compensar psicológicamente los bajos? ¿Por qué no se vuelve al punto de partida si un alto y un bajo presentan la misma altura? Esta asimetría tiene no pocas consecuencias sobre nuestro bienestar.
Hay que entender el modo en que piensa un economista, que se expresa en los denominados principios de los «costes irrecuperables» y los «costes de oportunidad» y contrastarlo con lo que sucede en la mente de las personas. Debemos ser conscientes de la forma en la que solemos afrontar las elecciones, y no solo las económicas, en la vida. En ocasiones, estas diferencias son sensatas, pero otras veces no lo son: es necesario delimitar ambos terrenos sin caer en la tentación de aplicar los principios de los economistas a todos los aspectos de nuestra existencia terrenal.

Hay que enseñarles el "modo de vida" adecuado que permite disfrutar sin tener que despilfarrar para lograrlo. El sistema "primero, páguese a usted mismo" que permite poder ahorrar algo aunque los ingresos sean escasos. El tema es similar a los numerosos regímenes dietéticos que se venden para el control del peso corporal. No importa lo sofisticado del método, ninguno funciona a largo plazo y sin riesgo para la salud. Basta con algo muy fácil de entender y a la vez muy difícil de practicar: Hay que ser capaz de adoptar un sistema alimenticio equilibrado, variado, adecuado a la actividad física del individuo y ser capaz de mantenerlo para toda la vida.
El mundo contemporáneo nos ofrece un futuro a veces desconocido, a veces arriesgado. Tenemos que lidiar continuamente con el problema de la incertidumbre, de la ignorancia y del riesgo; tenemos que calcular, de un modo quizás aproximado pero en esencia correcto, el riesgo al tomar cualquier decisión.
Hay que explicar a los niños y adolescentes el valor del dinero como fin y como medio; como pasión sensata e insensata y como premio a nuestro trabajo, según la contribución que hagamos a la sociedad. Hay que instruirles en las formas más comunes de invertir los ahorros (vivienda, acciones y bonos del Estado) y convertirles en «alfabetos económicos». Así se sentirán menos dependientes de los expertos para consultarles cuestiones financieras y volverán a responsabilizarse de sus decisiones económicas fundamentales para vivir en el mundo desarrollado, globalizado y competitivo del que nuestra sociedad, quiere uno o no, forma parte.
©JAS2012