Se lleva tiempo hablando de la “memoria histórica”, pero sólo de los temas que dan juego político en las tertulias mediáticas. En cambio no se habla de otros, menos sonoros o espectaculares, pero cuyos efectos se dejaron sentir durante décadas.
La Guerra Civil española fue una guerra de constantes progresiones territoriales en las que, en la gran mayoría de las veces, el llamado Bando Nacional ganaba territorio al Bando Republicano; este aspecto encerraba un problema al haberse realizado impresiones de moneda por parte de entes habitualmente no autorizados a fin de posibilitar las transacciones económicas en circunstancias de relativo aislamiento; ese proceder fue bastante usual en áreas del Bando Republicano.
En
Julio de 1937, el Gobierno de Burgos
promulgó la Ley de Bloqueo de Cuentas Bancarias de aplicación automática en
las zonas que se fueran ocupando; la ley suponía la clasificación de los saldos
de estas cuentas en cuatro grupos: las cuentas abiertas después del 18 de Julio
de 1936 y que hubiesen tenido movimientos, las abiertas antes de dicha fecha y
que también presentasen movimientos, las cuentas que correspondían a contratos
a ejecutar en fechas posteriores a la que acabó la guerra y las cuentas
integradas por depósitos constituidos con dinero emitido por el Gobierno republicano
después del 18 de Julio de 1936.
Ya
finalizada la guerra, el 9 de Noviembre de 1939, fue promulgada una ley que sentó las bases del modelo monetario del
Franquismo y que constituía lo que iba a ser el sistema dirigista de la
postguerra. Así, se eliminaron los topes anteriormente existentes en las
emisiones monetarias y se decretó el
curso forzoso de los billetes emitidos por el Banco de España, retirándose de
la circulación las monedas de plata y cobre. A la vez, el Banco de España
pasó a ser el instrumento monetario del Ministerio de Hacienda, lo que equivalía,
en la práctica, abrir la puerta de la impresión de billetes al criterio
político de turno, como más adelante sucedería. Sin embargo la cuestión crucial
era: ¿qué cambio debía aplicarse en la
conversión del dinero republicano?.
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Se
formó una comisión de estudio que elaboró un informe en el que se presentaban
tres posibilidades: incrementar la oferta monetaria por el total de emisiones
realizadas, tomar como baremo la cotización de la peseta en la Bolsa de París
el día en que dio comienzo la contienda, y establecer unos coeficientes en
función de la evolución del índice de precios. La solución escogida vino reflejada
en la Ley de Desbloqueo de 7 de
Diciembre de 1939, al amparo de la cual fueron anulados todos los billetes emitidos
por los gobiernos republicanos después del 18 de Julio de 1936, lo que sumió en
la más absoluta miseria a muchísimas familias. Los territorios más
penalizados fueron los que tardaron más en ser ocupados por el Bando Nacional, al
haber percibido salarios y rentas en billetes republicanos durante mayor
tiempo.
Los
saldos de las cuentas sin movimientos desde el 18 de Julio de 1936, fueron
convertidos a la par, ya que, al no haber sido utilizadas, no se habían
efectuado ingresos de “billetes en guerra” republicanos , por lo que sus saldos
eran “puros”. También fueron ignoradas las deudas que el gobierno republicano
había adquirido después del 18 de Julio de 1936, ya que el Gobierno firmante no
era considerado legal por los vencedores.
Las
cuenta abiertas después del 18 de Julio de 1936 o que hubiesen tenido movimientos
con posterioridad a dicha fecha, al ser imposible dilucidar la moneda utilizada
para realizar los ingresos —si había sido emitida con anterioridad o con
posterioridad al 18 de Julio de 1936— fueron divididas en siete grupos a los
que se aplicó una escala decreciente en función de lo que tardaron en ser
ocupados por el Bando Nacional los lugares de establecimiento de los bancos
depositantes. Esta medida también provocó
la miseria en numerosas familias que vieron disminuidos sus saldos por el único
motivo de tener su residencia en una u otra localidad española.
Mapa de evolución d ella Guerra Civil española |
El
resultado de esta ley, fue el decremento de la oferta monetaria en la antigua
Zona Republicana en unos 6.000 millones de pesetas de 1939, más de 7.000
millones de euros actuales, medidos en términos de equivalencia en precios;
porqué si consideramos que en 1939 con
una peseta se podían adquiridos bastantes más bienes que con su equivalente en
euros. Esto equivaldría a más de la mitad del PIB español actual.
¿Se
imaginan qué pasaría si la oferta monetaria de España decreciese hoy en la
mitad del PIB?.
¿Qué
pretendieron los asesores del Caudillo lograr con esa ley?.
Finalizada
la guerra y desde el punto de vista monetario, era obvio que algo debía hacerse
para racionalizar la gran cantidad de billetes variopintos existentes en la
Zona Republicana. Pero la Ley de
Desbloqueo fue a castigar a unas gentes por el mero hecho de haber estado en
una zona “enemiga”; sin embargo, a la vez se castigó a la totalidad de la
economía española al verse reducida de un plumazo la cantidad de dinero en
circulación con los efectos que ello comportó sobre la actividad económica.
Nadie
habla ya de la Ley de Desbloqueo de cuentas bancarias de 1939, ¿Porqué será?.
Valga esta nota para dejar constancia de estos actos tan vergonzosos.
Recordemos que la tinta con la que se escriben leyes y se firman decretos en los despachos,
a veces provocan, sino muertos, sí mucho sufrimiento a muchas familias y lentas agonías
continuadas en el tiempo. De poco sirve recordar para mantener viva la llama
del odio, pero si para intentar que no se vuelvan a repetir actos tan
vergonzantes, por lo menos que no sea por desconocimiento de lo que ya ha
sucedido en España y muchos han silenciado, pretendido olvidar y que los más jóvenes
seguro que desconocen.
©JuanJAS
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